El estado de la res pública chilena – El Mostrador, Chile
El siguiente editorial responde exclusivamente a la visión de este medio
El abrupto término de la carrera presidencial de Pablo Longueira no constituye sólo el episodio personal de un político que por alguna razón se derrumba. El hecho incumbe aspectos más profundos de la vida pública del país, entre otras cosas, porque se produce a pocos meses de la elección presidencial, en un modo lleno de ambigüedades sobre los hechos que lo justifican y generando un resultado electoral anticipado por fuera de la competencia institucional.
Quien piense que la bajada de Pablo Longueira no afectará la manera cómo los jugadores políticos y económicos con capacidadde veto dentro del sistema tratan de debatir los contenidos de ese eventual gobierno, yerran.
No se trata únicamente de las circunstancias que antecedieron al hecho de la renuncia, ni a las razones más profundas que la impulsaron. El aspecto esencial es la forma en que el hecho fue comunicado al país, bajo la apariencia de que estábamos frente a un caso privado de un ejecutivo corporativo renunciando al directorio de unaempresa, y no ante la de un candidato presidencial cuya acción provocaría inevitablemente —fe pública de las primarias que ganó de por medio— un enorme impacto político en la vida del país.
De ahí que no se trata únicamente de las circunstancias que antecedieron al hecho de la renuncia, ni a las razones más profundas que la impulsaron. El aspecto esencial es la forma en que el hecho fue comunicado al país, bajo la apariencia de que estábamos frente a un caso privado de un ejecutivo corporativo renunciando al directorio de una empresa, y no ante la de un candidato presidencial cuya acción provocaría inevitablemente —fe pública de las primarias que ganó de por medio— un enorme impacto político en la vida del país.
Llama la atención que el entorno de su candidatura no hubiera percibido el significado político del hecho. Y, más aún, la reacción “buena onda