Argentina: El patriarcado en las políticas públicas – Por Laura X. Iturbide, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Las políticas públicas son acciones que lleva adelante un Estado en respuesta a demandas de la sociedad, y que lejos de ser neutrales responden a una interpretación de la esfera política y de los reclamos que emergen. En términos feministas decimos que hay políticas estatales machistas que refuerzan las desigualdades, y también las hay igualitarias porque buscan reducir y reparar la brecha de oportunidades entre mujeres y varones.
Analizamos cómo el patriarcado se cuela en las políticas públicas, observando tres políticas del gobierno de Mauricio Macri que refuerzan la idea de que el trabajo dentro del hogar es única responsabilidad de las mujeres: en primer lugar el acuerdo con McDonald’s para el programa Primer Empleo; luego la construcción de jardines de infantes en el Plan Nacional 3000 jardines de infantes; y finalmente la Jubilación con moratoria, con un vencimiento próximo y su destino incierto.
Primer Empleo, fue un acuerdo firmado con la emblemática multinacional para abordar el desempleo en la juventud. El programa se planteaba flexibilizar 5000 puestos de trabajo en McDonald’s para las juventudes, vulnerando las condiciones y oportunidades laborales de trabajadoras/es ocupados/as y desocupados/as.
Alentando la subocupación y ventajas impositivas para las empresas, la política pública diseñada por el gobierno nacional omitía que la mayoría de población denominada peyorativamente Ni Ni, son mujeres jóvenes y que la mayoría de ellas trabaja en el ámbito doméstico sin remuneración, ni reconocimiento alguno. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que en Latinoamérica siete de cada diez jóvenes Ni Ni son mujeres jóvenes, y que un 70% de ellas realiza trabajos no remunerados en el hogar, y sus consecuencias son la postergación, la cancelación o el deterioro de las condiciones para incorporarse en empleos y estudios.
Actores y actoras de la política dieron cuenta que el programa Primer Empleo representaba un avance del neoliberalismo para modificar derechos en materia laboral, y el poder judicial finalmente intervino anulando el acuerdo. Sin embargo pone en evidencia la impronta neoliberal y machista que contiene la acción estatal acerca de las juventudes y mujeres, porque no provee autonomía e independencia (la remuneración acordada era un poco más de medio salario mínimo) y no se ajusta a las demandas de empleo joven para las mujeres que son mayoría, y de las cuales una parte importante trabaja en el ámbito familiar.
La segunda política pública analizada en términos de género es el Plan Nacional 3000 Jardines de Infantes, que daba cuenta del rol del Estado en la accesibilidad de la niñez a salas de 3 y 4 años. Incluso en 2016 el poder legislativo legisló la obligatoriedad de salas de tres años, con un amplio acuerdo entre espacios políticos.
Generar espacios públicos educativos y de cuidado, tanto para la niñez como para personas con discapacidad y/o vejez, resuelve colectivamente una problemática central de las desigualdades entre varones y mujeres. Adquirir experiencia, formación, y competitividad para el sistema de trabajo requiere de tiempo extra que se diluye con el trabajo dentro del ámbito privado, dejando a (nos) las mujeres en desventaja para empleos con cobertura médica, puestos jerárquicos y aquellos de toma de decisiones.
“las mujeres cargan con la mayor parte de las responsabilidades de orden doméstico, así como también la realización de tareas de cuidados de menores y adultxs mayores. Mientras que las mujeres en promedio dedican casi 46 horas semanales a tareas de cuidado de personas, limpieza y cocina, los varones solamente lo hacen un promedio de 17 horas, según surge de los datos de la encuesta de uso del tiempo de INDEC de 2013.” (CEPA 2019)
El gobierno de Macri en 2016 se propuso construir 3000 jardines de infantes, pero en 2017 reconfigura el plan, proponiéndose construir 10.000 aulas que tampoco se concretaron a la fecha. Según un informe de CETERA (2019) las sub-ejecuciones de las partidas presupuestarias, de obras que empezaron y no continuaron, y muchas obras sin comenzar. Hay confirmados 42 jardines y 140 aulas según las metas físicas del Sistema de Seguimiento Físico Financiero de Proyectos del Ministerio de Hacienda[1].
La subejecución del plan parece responder a las metas del neoliberalismo y del patriarcado a la vez, que subejecutando los presupuestos eliminan las políticas públicas que representan un respaldo estatal de gran relevancia para las mujeres de todo el país.
Finalmente analizamos cómo el patriarcado ingresa en las políticas públicas observando la jubilación con moratoria, que surge como una herramienta inclusiva para quienes no alcanzaron a realizar 30 años de aporte, y cuentan con edad de jubilarse. Pensado para mayores de cualquier género en el momento de su implementación, fueron las amas de casa las protagonistas porque su trabajo reproductivo/doméstico, que nunca había sido reconocido, por primera vez garantizaba una vejez autónoma y cobertura social.
El gobierno de Macri cedió ante presiones externas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para transformar el sistema jubilatorio, y el antecedente de la Reparación Histórica que diseñó la pensión única (PUEM) a los 65 años muy por debajo de la línea de la pobreza, materializa los temores de una terminación de la moratoria.
El vencimiento es el próximo 23 de julio, y de no renovarse termina la posibilidad de las mujeres de jubilarse primero y luego ir pagando los años que no fueron aportados. En un contexto patriarcal, las jubilaciones con moratoria no deben tener vencimientos porque reconocen el trabajo reproductivo que durante años se realiza invisibilizado, con doble jornada laboral, sin remuneración y sin entramados institucionales capaces de reducir la desigualdad sobre los derechos y oportunidades que sufrimos las mujeres.
En nuestra juventud, en nuestra vida adulta y en nuestra vejez, somos omitidas e invisibilizadas con acciones estatales que articulan sistemas patriarcales y neoliberales. Las políticas públicas son herramientas que deben pensarse con mirada feminista si se tienen intenciones transformadoras para lograr sociedades más justas e igualitarias.
(*) Politóloga, docente y analista en políticas de género argentina.
Referencias
CEPA Instituto (2019) “Mujeres argentinas entre la organización por la conquista de derechos y la profundización de las inequidades económicas” Eva Sacco, 8/03/2019
https://centrocepa.com.ar/informes/151-mujeres-argentinas-entre-la-organizacion-por-la-conquista-de-derechos-y-la-profundizacion-de-las-inequidades-economicas.html
CETERA (2019) “Informe de Situación Plan Nacional 3000 jardines de infantes” Instituto Marina Vilte CTERA 31/03/2019
http://mediateca.ctera.org.ar/files/original/3502996efaaacff5c31f2ae012a1abb9.pdfwww.vocesenelfenix.com
Organización Internacional del Trabajo (2013). “Trabajo Decente y Juventud en América Latina. Políticas para la acción”. Informe Organización Internacional del Trabajo (OIT)
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro lima/documents/publication/wcms_235577.pdf
[1] Página/12 11/03/2019 https://www.pagina12.com.ar/180064-el-cuento-de-los-tres-mil-jardines-de-infantes
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