Uruguay: se realizó la 24ª Marcha del Silencio «Que nos digan dónde están: contra la impunidad de ayer y hoy»

Foto: Nahuel Marichal
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Miles de personas marcharon en silencio contra la impunidad de ayer y hoy

La intensa lluvia y la advertencia meteorológica no impidieron que miles de personas se sumaran a la 24ª edición de la Marcha del Silencio organizada por la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Este año la consigna fue: “¿Que nos digan donde están! Contra la impunidad de ayer y hoy”.

A las 19 horas estaba prevista la concentración en la esquina de Rivera y Jackson en Montevideo desde donde comenzó la marcha con rumbo a la Plaza Libertad donde se finalizó entonando el Himno Nacional.

Simultáneamente en 27 localidades del interior del país también se sumaron a la convocatoria y replicaron la marcha al igual que en varias ciudades en Chile, Argentina y España entre otros.

La lluvia acompañó a las miles de personas que en silencio marcharon en reclamo por verdad y justicia para saber donde están los desaparecidos durante la dictadura y luchar contra la violación de los derechos humanos.

A la altura de 18 de Julio y Ejido se mencionaban los nombres de los desaparecidos y al grito de “presente” se rompía el silencio que predominaba en la caminata.

En ese mismo punto de la ciudad la pantalla gigante del IMPO pasaba imágenes y los nombres de las personas detenidas desaparecidas durante la dictadura en Uruguay.

La Marcha del Silencio reunió a varias generaciones, desde abuelos a niños, algunos con pancartas, otros con carteles con la imagen de su familiar desaparecido y otros con letras que formaban la palabra Nunca Más. Todos a su manera y paraguas en mano se movilizaron por la principal avenida y dijeron presente en reclamo de verdad y justicia.

“Que nos digan donde están no más impunidad” expresaba la pancarta que encabezaba la multitudinaria movilización que finalizó en la céntrica plaza capitalina.

Cabe recordar que cada 20 de mayo se conmemoran 43 años de los asesinatos en Argentina de Rosario Barredo , Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y William Whitelow

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Se realiza hoy la 24ª Marcha del Silencio bajo el efecto Gavazzo y el problema militar

La convocatoria es a la hora 19 en Rivera y Jackson. La multitud partirá de allí por avenida 18 de julio hacia Plaza Libertad. En el acto se escuchará el himno nacional.

Frente a la Intendencia de Montevideo, la pantalla de IMPO (Diario Oficial, exImprenta Nacional) emitirá imágenes, fotografías y otros documentos sobre detenidos desaparecidos. De este modo el organismo público se pliega en apoyo a la libertad de expresión y los derechos humanos.

Se trata de la 24ª Marcha del Silencio. Hace 43 años fueron hallados muertos en Buenos Aires los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruíz, y los militantes Rosario Barredo y William Whitelaw. Ese día también desapareció el dirigente comunista Benjamín Liberoff.

El acto también se llevará a cabo en 27 localidades del interior uruguayo.

El clima de esta conmemoración comenzó a desplegarse en la víspera en la Plaza 1ª de mayo, Mártires de Chicago. Allí tiene lugar la intervención «Ausencias», una muestra que recrea un tendedero muy especial: la ropa allí exhibida representa a cada uno de los 196 detenidos desaparecidos contabilizados en Uruguay entre 1968 y 1984.

En un mural se puede leer una frase de la recientemente fallecida Luisa Cuestas, madre emblemática de este movimiento: «Quisiera saber la verdad porque para mí la verdad es la mayor de las justicias».

La muestra se mantendrá hasta el 31 de marzo. Fue iniciativa del zona Aguada del PIT-CNT.

En las últimas semanas también se decidieron otras acciones simbòlicas como cuentas de Twitter a nombre de Luis Eduardo González, Marta Severo y Pablo Errandonea bajo el hashtag #SeguimosBuscando, entre otros.

Sergio Miraballes, que forma parte de este grupo, explico a La Diaria que surgió como respuesta al contexto en que se produce esta nueva Marcha del Silencio.

Se refiere a la nueva confesión del exrepresor José Gavazzo sobre el asesinato del militante del MLN Roberto Gomensoro, en marzo de 1973. Los hechos posteriores reavivaron los reclamos de verdad y justicia.

El estado de situación se completó con la imposibilidad de destitución en el Parlamento de los cuatro generales que conformaron los tribunales de honor y de alzada, un hecho que el oficialismo atribuye al no voto de la oposición.

En cambio, la oposición cree que el Poder Ejecutivo tiene potestades para pasar a retiro oligatorio a los generales Carlos Romano, Carlos Sequeira, Alejandro Salaberry y Gustavo Fajardo.

El presidente Vázquez admitió no haber leído las actas que habilitaron la homologación del fallo. Luego se supo que hay denuncias de otra decena de causas que tampoco fueron leídas en su momento.

El Caso Gavazzo fue presentado ante la justicia penal, donde ya ha sido procesado por más de 20 episodios de violaciones a los derechos humanos.

En la justicia militar no se entendió que el exagente de inteligencia haya cometido delitos que comprometieran el honor de las Fuerzas Armadas. Por el momento sigue con prisión domiciliaria. No se tomaron medidas como su pase a situación de reforma que implicaría sanciones pecuniarias y la prohibición de usar uniforme.

El estamento militar y el gobierno pasan por su peor momento en 15 años del Frente Amplio en el poder.

La agenda próxima sitúa a ambas partes en fuerte oposición, ya que el gobierno viene de una solución financiera para la Caja Militar que las Fuerzas Armadas rechazan, y en los próximos meses se aprobará un proyecto de ley que -entre otras medidas- reducirá el número de generales de 16 a 12 y de coroneles de 180 a 130.

Este sábado, en el Día del Ejército, el comandante Claudio Feola, rechazó «excesos y desvíos del pasado y se comprometió a esclarecer casos de violaciones a los derechos humanos.

Feola inició su gestión tras las salida de Guido Manini Ríos y la rápida destitución de su antecesor, José F. González. Sus primeras declaraciones no conformaron a las organizaciones de derechos humanos por ser elusivas.

Dijo en su mensaje como nuevo comandante que muchos de los actos denunciados no estaban «confirmados».

Esos dichos generaron una reprimenda del nuevo ministro de Defensa, José Bayardi.

Subrayado


Marcha del Silencio: «Este es un año especial por todo lo que ha sucedido»

«Que nos digan dónde están: contra la impunidad de ayer y hoy» es la consigna de la marcha de este año, que partirá el lunes 20 de mayo de Rivera y Jackson a las 19 horas y culminará en la Plaza Libertad, donde se romperá el silencio para leer los nombres de todos los desaparecidos y cantar el himno nacional.

La 24ª edición de la marcha se realizará tanto en Montevideo como en 27 localidades del interior: Artigas, Bella Unión, Colonia del Sacramento, Carmelo, Chuy, Durazno, Flores, Florida, Fray Bentos, José Enrique Rodó, Juan Lacaze, Maldonado, Melo, Mercedes, Minas, Nueva Helvecia, La Paloma, Pan de Azúcar, Paso de los Toros, Paysandú, Piriápolis, Rivera, Rocha, Salto, San José, Tacuarembó, Treinta y Tres.

En diálogo con Montevideo Portal, Ignacio Errandonea, integrante del grupo Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, habló sobre la marcha y las declaraciones de Claudio Feola, Comandante en Jefe del Ejército, que el sábado en el acto del Día del Ejército se refirió al tema de los desaparecidos.

«Este es un año especial por todo lo que ha sucedido. Los fallos de los Tribunales de Honor que nos dicen lo que piensan hoy las Fuerzas Armadas y el no haber obtenido los votos suficientes para la venia del pase a retiro de los generales. En definitiva, eso es una consagración de mantener la impunidad», señaló Errandonea.

«Hay una parte muy importante de la ciudadanía que está en contra de eso y piensa que es un tema de dignidad del ser humano, ya que determinados hechos aberrantes deben ser condenados», agregó.

Por otro lado, Ignacio Errandonea, que es hermano de Pablo, que desapareció durante la dictadura cívico militar, cree que las declaraciones de Feola en el día de ayer «no son nuevas, hemos escuchado a otros comandantes que se ven obligados a hablar del tema».

«No puede ser que las Fuerzas Armadas sigan siendo comandadas por gente que piensa como se pensaba en la dictadura. Desde Madres y Familiares pensamos que es un hecho que hiere la sensibilidad de cualquier ser humano», añadió.

Además, Errandonea considera que las Fuerzas Armadas «se comprometen teóricamente, diciendo que se ponen a disposición de buscar la verdad, pero queda en mera declaración de intención».

«Mientras sigan ocultando a nuestros familiares, los archivos y la verdad son cómplices de la desaparición forzada. Mi hermano hoy está desaparecido, y son las Fuerzas Armadas que deben proporcionar la verdad», concluyó.

Montevideo Portal


La memoria está viva, el pasado también – Por Constanza Moreira

Cada Marcha del Silencio, con su multitudinaria asistencia, con su silencio contenido, con las palpables ausencias que nos convocan, es una marca de la memoria. Esa memoria que está viva, que no ceja, que no se abandona al olvido.

Son muchas las tareas de la memoria. La memoria junta datos, investiga, denuncia. La memoria reflexiona, elabora, escribe su sabiduría y su amargura en páginas y páginas de historias, cuentos, novelas, columnas, archivos. La memoria está viva porque su recuerdo se plasma en cosas concretas, en mojones de una lucha más larga, que es la lucha por el sentido del mundo. De nuestro mundo. De este pequeño Uruguay, con su historia trágica, con su desequilibrio de poderes, con sus enfrentamientos, con todas sus viejas y nuevas injusticias.

Este tan político mes de mayo cumplió una función casi inaugural respecto de la marcha. Pocos días antes, en el pleno del Senado, la discusión sobre los cuatro generales de las Fuerzas Armadas (FFAA), destituidos por el Poder Ejecutivo a raíz de su participación en tribunales de honor que no consideraron un “deshonor” los crímenes de lesa humanidad, mostró que la memoria está viva. Y el pasado, también.

En estos tribunales, la perpetración de 28 asesinatos (comprobados, juzgados, sentenciados, hace ya varios años) no se consideró un deshonor. Sí, en cambio, se consideró un deshonor que los militares no se hubieran protegido entre ellos. Hay que leer el fundamento del fallo del Poder Ejecutivo entero, y no por partes. El contenido del Decreto 1322/19 explica claramente por qué el decreto avalará el fallo. Entre otros puntos, allí se manifiesta que “los 28 delitos de homicidios muy especialmente agravados […] [son] reprochables desde el punto de vista del honor, como cualidad moral que debe revestir todo miembro de las Fuerzas Armadas”; “que el Poder Ejecutivo no comparte los fallos del Tribunal”; “que dicho Tribunal de Honor consideró que los hechos por los que fueron condenados por la Justicia Penal Ordinaria no están lo suficientemente aclarados y no hay elementos que fundamenten la convicción, que los oficiales sometidos faltaron al código de honor de la Institución Militar, del Cuerpo de Oficiales, y del suyo propio”; que “el Poder Ejecutivo no puede soslayar que el Poder Judicial en oportunidad de dictar las condenas y confirmarlas en sede del Tribunal de Apelaciones y Suprema Corte de Justicia consideraron la prueba ‘francamente agobiante en su capacidad incriminatoria’, compartiéndose íntegramente la valoración tanto del Ministerio Público como la del Sr. Juez al sentenciar ‘que la participación y responsabilidad siquiera aparecen empañadas por la menor sombra de dudas’; “que el Poder Ejecutivo por todas las razones expuestas, y no sólo por los motivos restringidos expuestos por el Tribunal interviniente homologará los fallos”.

La discusión en el Senado quiso sustraerse a este hecho político inédito: que se cesaran altos mandos de las FFAA por “encubrir” la verdad de los hechos de la dictadura. Y no uno, ni dos, sino siete altos mandos fueron cesados por ello. Este hecho inédito, junto a otros (la ley que reformó la Caja Militar y el proyecto de ley en curso que reforma la Ley Orgánica Militar) muestran, en forma muy clara, la división de aguas que siempre operó en este país entre quienes están a favor de la impunidad y quienes luchan contra ella. No hay otro modo de entenderlo. Y bregar por que “nunca más haya uruguayos enfrentados entre ellos”, como dijo algún senador de la oposición en la sesión, es desconocer esta verdad tan simple. Verdad y justicia, por un lado. Obstaculización de las investigaciones y resistencia a juzgar lo que se considera “prescripto”, por otro. El Frente Amplio (FA) ha hecho su propio aprendizaje en esto. Y con toda la autocrítica de lo que se hizo y, especialmente, de lo que no se hizo, no cabe otra respuesta que esta: lo único que se hizo, se hizo bajo los gobiernos del FA.

Los fallos del Tribunal de Honor y las declaraciones de Guido Manini Ríos –a quien se remitieron los fallos– acaban de redondear una ecuación que es más conocida aun que las atrocidades cometidas por José Gavazzo. Para una parte de la población –algunos militares en actividad, sin duda, muchos militares retirados, pero también civiles–, lo que sucedió en la dictadura es aún “objeto de controversia”. Los fallos de la Justicia fueron realizados “sin prueba” o con “pruebas fraudulentas”. O sea, al igual que los que niegan el genocidio nazi, o el armenio, las violaciones a los derechos humanos son “materia de controversia”. Por fortuna, la clase política no viene a discutir esto: sabe que el terrorismo de Estado y las violaciones a los derechos humanos son la marca de sangre de la década larga de la dictadura uruguaya. Lo que dicen es otra cosa. Dicen: “Ya pasó”. Dicen: “No se puede juzgar”. Dicen: “Es difícil reconstruir hechos del pasado”. Dicen: “Basta de ojos en la nuca, hay que mirar el futuro”. Dicen: “Seguir con las investigaciones en busca de culpables es sólo revanchismo”. Dicen: “Esto ya no le interesa a nadie”.

Y se equivocan. Claro que interesa. Interesa a muchos. Y no se quedó en el pasado. Está latente, se manifiesta, aparece. Está en los fallos del Tribunal de Honor, está en las declaraciones de Gavazzo que reivindican la “obediencia debida” como eximente de la responsabilidad moral (y, por consiguiente, penal), está en la justificación de la dictadura como “exceso” frente a los “desmanes” de la guerrilla por parte de encumbrados políticos y escritores. Todo está vivo. Todo está presente.

En la sesión del Senado que vivimos, nadie quería “ensuciarse con la impunidad”. Pero, ¿quién votó la ley de caducidad que fue el “huevo de la serpiente” de toda esta lógica infernal? ¿Quién negó los votos para declarar imprescriptibles los delitos de lesa humanidad y obligar a los tribunales a que investigaran los casos? ¿Quién archivaba los expedientes que llegaban al Poder Ejecutivo porque estaban comprendidos en la ley de caducidad (aunque no lo estuvieran)? ¿No es, acaso, responsable el sistema político por eso? ¿No son responsables los gobiernos blancos y colorados por eso?

Me gusta que nadie quiera mancharse las manos con “la impunidad”. Es una señal de avance. Pero las manos están manchadas. Y esta es una terrible verdad que no puede decirse a medias. No, Gavazzo y Jorge Tróccoli no son “monstruos”, como nos enseñó Hannah Arendt. Son parte de un sistema perverso en el que el “cumplir órdenes” y respetar la cadena de mando (como nos enseñan también los tribunales de honor) anulan la responsabilidad política que, como ciudadanos, tienen los militares. Son antes ciudadanos que militares. Antes sometidos a la ley que a la cadena de mando. Y esto debe grabarse con fuego para futuras reformas de las FFAA. Sí, las FFAA continúan hoy en deuda con la verdad y la justicia. El sistema político también. A hacerse cargo.

Hoy decimos que la memoria está viva. Y el pasado también. Y nos están diciendo a gritos cosas que no queremos escuchar. A remangar el pasado y sus pesares. A remangar la memoria y ponerla a trabajar para el futuro. Todo está en el presente. Y todavía, el presente es nuestro.

* Senadora del Frente Amplio

La Diaria


Se inauguró la intervención “Ausencias. Las Prendas de la Memoria”

Como antesala de la 24° Marcha del Silencio que tendrá lugar este lunes 20 de mayo, el Zonal Aguada del PIT-CNT realizó este domingo dos intervenciones en la Plaza Mártires de Chicago.

Por un lado se inauguró la muestra “Ausencias. Las prendas de la memoria”, impulsada por Ileana Da Silva y Malena Paz, con 196 prendas de ropa colgadas en la plaza, cada una de las cuales representa a un desaparecido de la última dictadura cívico-militar que sufrió nuestro país.

Al hacer uso de la palabra Da Silva agradeció a quienes eligieron acompañar la inauguración, y explicó que la muestra “tiene como objetivo visibilizar una herida que todavía está abierta, la herida de 196 familias uruguayas, y entre ellas está mi familia”.

“Visibilizar es también invitar a reflexionar, y es establecer un diálogo con estas prendas”, expresó.

“El objetivo de que fueran 196 prendas surge también porque por estos días parece que muchos quieren olvidar que todavía hay 196 uruguayos que están desaparecidos, que las familias tienen todo el derecho de saber dónde están, de reclamar justicia, de reclamar verdad”, agregó.

A su vez dijo que “parece que hay muchos actores políticos y militares que no solamente quieren olvidar, sino que también guardar silencio y tiene miedo a levantar la mano”.

Da Silva explicó que la muestra está inspirada en la obra de la artista finlandesa Kaarina Kaikkonen que vio hace cinco años en el Museo Nacional de la Memoria en Chile: “me impactó muchísimo y sentía que estaría buenísimo poder replicarla acá”.

“Mis tíos desparecieron en el ’77, Yolanda Casco y Julio César Delía, mi tía estaba embarazada de ocho meses y medio. Mi primo nació en cautiverio, en los pozos de Banfield y hoy es Carlos Delia, unos de los nietos recuperados por Abuelas”, contó.

Ileana agregó que sus tíos desaparecieron cuando ella era muy chica y que su vida y la de su familia estuvo atravesada por la ausencia, por lo que “aprendí a querer muchísimo las prendas, porque no heredé dinero de mis tíos, lo que heredé fueron libros, bolsos, blusas, porque además de secuestrarlos se robaban absolutamente todo y dejaban poca cosa. Por eso para mi las prendas siempre tuvieron un valor muy importante, uno guarda esas prendas como un tesoro”, dijo.

Finalmente agradeció a todas las personas que participaron para llevar adelante a la muestra y dijo que “el objetivo es replicar esto, que las personas que pasen por acá observen, reflexionen y también sea una invitación para establecer un diálogo con las nuevas generaciones”.

En ese sentido dijo que mientras armaban la muestra mucha gente se acercó y reconoció que no sabía que en Uruguay había 196 personas desaparecidas.

“El nunca más se construye entre todos”, concluyó.

“La dictadura nos atacó directamente como sociedad”

Por su parte Sergio Miraballes responsable de derechos humanos del Zonal Aguada del PIT CNT, dijo la intervención “representa la ausencia que hoy seguimos teniendo como sociedad, la ausencia que siguen sufriendo sus familiares”.

“La dictadura nos atacó directamente como sociedad”, consideró y señaló que “como movimiento sindical nunca vamos a salir a agraviar verbalmente, pero tampoco nunca vamos a callar ante las injusticias”.

“Y una injusticia que no podemos seguir tolerando es la permanencia y la perpetuidad de la impunidad, no puede ser que se nos sigan muriendo familiares sin saber qué fue lo que pasó, no podemos seguir tolerando que sigan habiendo criminales de lesa humanidad que siguen gozando de la libertad o de privilegios como son las prisiones domiciliarias. Esto no lo podemos seguir permitiendo como sociedad”, aseveró.

“Esta intervención tiene como objetivo eso, interpelar, que tomemos conciencia de lo que se generó acá hace poquito, porque no hace mucho, no hace ni medio siglo”, recordó y agregó que “tenemos que tener en cuenta que esos rasgos del fascismo que nos hirieron tan brutalmente como sociedad también nos siguen hiriendo al día de hoy”.

Miraballes resaltó que “esta lucha no es solo contra los criminales que cometieron crímenes, es también contra aquellos que siguen ensañados en defenderlos y respaldarlos como lo vimos la semana pasada en el Senado cuando los senadores de la oposición se negaron a votar la venia para pasar al retiro a los generales que integran el Tribunal de Honor del Ejército y que entendieron que aquellos militares que cometieron crímenes de lesa humanidad como asesinatos, torutura, violación y desaparición de personas no cometieron crímenes que manchen el honor del Ejército”.

“Eso nos tiene que interpelar a todos y a todas, no puede ser que parlamentarios sigan defendiendo y apoyando a esos criminales, no podemos soportar como sociedad que eso siga pasando”, enfatizó.

Homenaje a Luisa

Además de la inauguración de “Ausencias, prendas de la memoria” se presentó un mural en homenaje a Luisa Cuesta, pintado por el artista Alfredo Cuesta, hijo de Gerardo Cuesta, dirigente y fundador de la CNT asesinado en dictadura y sobrino de Luisa Cuesta.

La marcha de este lunes será la primera desde la desaparición física de Luisa que falleció el pasado 21 de noviembre.

Miraballes se refirió al homenaje a Luisa, y resaltó su lucha y el hecho de que “además haber sufrido la desaparición de su hijo, también sufrió el asesinado de su hermano”.

“Gerardo Cuesta fue asesinado en el Hospital Militar”, recordó y dijo: “increíblemente, en un lugar donde deberían estar salvando vidas, durante la dictadura también fue utilizado para torturar y asesinar a compañeros y compañeras”.

El mural tiene la imagen de Luisa, los carteles de los familiares que identifican la lucha por Verdad y Justicia y la frase “quisiera saber la verdad porque para mí es la mayor de las justicias”.

Alfredo Cuesta explicó que pensó en otras ideas con mensajes más subliminales, pero luego consideró que alcanzaba solo con Luisa. El mensaje fundamental es dejar algo, “el objetivo es que las nuevas generaciones registren la figura de esta señora y que cuando tengan el poder de lectura puedan leer esa frase profunda y entonces conseguiremos ganar, dar una cuota fundamental para ese elemento que es la memoria”.

La actividad al cerró la integrante de Madres y Familiares, Elena Zaffaroni, quien recordó a Luisa y a su lucha y la de todas las madres y familiares que ya no están y les marcaron la impronta de “luchar para que esto nunca más vuelva a pasar”.

“Para que ese nunca más no sea una palabra, como decía Luisa, nos necesita que estemos en la calle, que no nos conformemos con la impunidad, que vayamos a fondo con todo, que no hagamos concesiones a los gobiernos aunque sea los gobiernos que votemos, o no votemos, que les tenemos que exigir que no podemos tener estas Fuerzas Armadas ni un minuto más”.

LR 21


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