Perú: aprueban en primera votación la nueva ley de cine

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Congreso aprobó la ley de promoción de la actividad cinematográfica

El pleno del Congreso aprobó en primera votación el Proyecto de Ley 3304/2018, el cual tiene por objeto promover la actividad cinematográfica y audiovisual peruana, a fin de contribuir a su desarrollo integral, sostenido e inclusivo; tanto en territorio peruano, como en el extranjero.

Con esta nueva ley se espera que el cine peruano pueda competir con otros países de la región gracias a incentivos a nivel nacional y regional para que las producciones locales puedan convertirse en grandes éxitos y colaboren en la promoción del país.

«Es deber del Estado actualizarse y hacer leyes que vayan a la par con el momento actual, que busque desarrollar una real y auténtica industria cinematográfica y audiovisual, a través de un nuevo marco legal que lo fortalezca y que represente una importante estrategia de inversión a favor de esta actividad económica por parte del sector privado. No solo por tratarse de una fuente de ingresos y empleo, sino también porque permitirá que las obras cinematográficas y audiovisuales peruanas sean competitivas y exportables, siendo vitrina para mostrar nuestra vasta riqueza natural y cultural en el extranjero», remarcó Francesco Petrozzi, uno de los promotores.

La ley de promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual peruano propone cambios estratégicos con respecto a la actual ley vigente, Ley 26370. Por ejemplo, permite financiar otros proyectos audiovisuales como series de televisión, contenidos para medios digitales audiovisuales, festivales, acciones de formación y rescate del patrimonio audiovisual, etc.

Además, las actividades que lo requieren pueden acceder automáticamente a estímulos cumpliendo criterios objetivos, sin necesidad de comités y concursos. El IRTP queda facultado para coproducir obras cinematográficas y audiovisuales; tal como corresponde a todo ente de la televisión pública; se establece como prioridad promover el cine indígena y en lengua indígena u originario, entre otros.

El proyecto de ley, que tiene como principal impulsor al congresista Francesco Petrozzi, destaca que en los últimos años el Perú ha alcanzado un pico en producción y audiencia con más de 30 largometrajes en un año y más de 3 millones de espectadores. Como prueba destacan las películas “La Teta Asustada” de Claudia Llosa (2008, nominada a los Premios Oscar); “Contracorriente” y “El Elefante Desaparecido” de Javier Fuentes-León (2009 y 2014 respectivamente) y “Wiñaypacha” de Óscar Catacora (2018).

RPP Noticias


Proyecto de ley de cine: Incentivos fiscales e impacto en la industria

La noche del jueves 2, el pleno del Congreso sometió a debate el proyecto de nueva Ley de Promoción de la Actividad Cinematográfica y el Audiovisual sin demasiado éxito, pues el dictamen pasó a cuarto intermedio. ¿Qué puntos involucra el proyecto? ¿Qué impacto tendría en el mediano plazo en el dinamismo de la economía?

En esencia, la iniciativa tiene –como eje central– la ampliación de fondos destinados al cine y audiovisual de 2,000 a 6,000 UIT. Esto es, unos S/ 25.68 millones considerando el valor actual de 1 UIT (S/ 4,200). Bajo este esquema, se exige destinar por año no menos del 40% del total de dichos recursos al incentivo de la industria del cine en regiones.

Incentivos

El proyecto propone un régimen de incentivos fiscales a la inversión nacional y también extranjera. Según detalla el documento, las personas naturales y/o jurídicas que aporten económicamente a proyectos cinematográficos o audiovisuales pueden deducir como gasto hasta el total de lo aportado para determinar su renta neta imponible. Eso sí, el monto a deducir no puede superar el 20% del impuesto a la renta neta que corresponde al año fiscal en que se efectuó el aporte.

En caso de personas naturales y/o jurídicas de otra nacionalidad que realicen obras en nuestro país, pueden beneficiarse con un crédito fiscal equivalente al 20% de todos los gastos realizados, a condición de que hubieran contratado con sociedades peruanas de servicios cinematográficos. Este crédito puede ser usado en la declaración jurada anual de impuesto a la renta e incluso ser transferido a otra persona natural y/o jurídica para tal propósito.

Comparativa regional

Con lo que propone el proyecto de ley, el monto mínimo del fondo asignado para el cine y el audiovisual se aproxima a los recursos que destinan otros países de la región. Pues, con la ley vigente, lo que se desembolsa en Colombia o Chile excede cuatro veces o más lo fijado en nuestro país. Por lo cual, según el documento del dictamen, se considera pertinente triplicar la asignación de recursos para el fomento de la industria.

Repercusiones

De aprobarse, la repercusión de la iniciativa sería tangible. En su estudio “Impacto Económico del Sector Cinematográfico y Audiovisual y Análisis Costo-Beneficio de la Implementación del proyecto de la Ley de la Cinematografía y el Audiovisual”, la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico concluye que, en función de los S/ 25.68 millones invertidos, los impactos directos, indirectos e inducidos sobre otros sectores ascienden a S/ 4.06 millones sobre el valor de la producción de la economía.

Es decir, por cada S/ 1 millón en el sector se genera un incremento productivo de más de S/ 4 millones a nivel agregado en la economía.

Es así que la utilización de 6,000 UIT produciría un crecimiento de S/ 104.26 millones sobre la producción nacional, y otro de S/ 49.56 millones sobre el ingreso nacional. Esto además de la creación de 1,464 puestos de trabajo: por cada S/ 1 millón invertido se obtienen 54 puestos de trabajo adicionales.

La investigación indica, no obstante, que estos efectos podrían ser mayores. La estimación no incluye los movimientos económicos realizados durante el proceso de producción de filmes no estrenados.

Tampoco registra el valor agregado generado por cintas distribuidas en circuitos de exhibición no comerciales.

En Pleno Del Congreso
¿Vería la luz en quincena de mayo? El vicepresidente de la Comisión de Cultura, Édgar Ochoa, informó a Gestión que a más tardar en una semana estará listo el texto sustitutorio del proyecto de ley de cine.“Voy a hablar con el presidente de la comisión para coordinar con la persona que solicitó el cuarto intermedio y preparar el texto sustitutorio cuanto antes”, señaló.El legislador agregó que si se aceleran las coordinaciones respectivas el documento podría ser aprobado en el pleno en la quincena de mayo. “Todo dependerá de la voluntad del presidente de la comisión”, dijo.Como se recuerda, el último jueves, el pleno acordó pasar a un cuarto intermedio el debate sobre esta iniciativa, tras la solicitud de la congresista de Fuerza Popular, Karina Beteta, quien presentó una serie de observaciones al dictamen y pidió más tiempo para que se analice.

Opiniones

Augusto Tamayo, director y docente de la Universidad de Lima , destaca que el proyecto facilite la promoción de cintas peruanas en el extranjero, permita la coproducción y establezca incentivos fiscales. “Nos acerca a México, Chile y Colombia para no quedar más rezagados”. Hace énfasis asimismo en la necesidad de crear un fondo propio (además de una partida del presupuesto), aunque señaló que habría que evaluar qué fuentes podrían aportar.

Miguel Valladares, gerente general de Tondero, destaca el fomento que se establece al cine regional. “Es bien difícil que la industria crezca sin una ley como esta, que nos haga más competitivos”. Sobre el debate de la cuota de pantalla, mecanismo no incluido en la iniciativa, dijo que la prioridad debiera ser el fortalecimiento de la producción. “Pensar en la protección de pantallas, cuando no hay cintas que producir porque no tenemos los recursos, es prematuro”.

Jaime Campos, Director General de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales, estima que “[son importantes también] los estímulos para festivales, para la capacitación de actores involucrados […] se contempla incluso series de televisión y contenidos audiovisuales para internet”.  Recuerda también que en algún momento se consideró aplicar el 5% del impuesto a espectáculos públicos no deportivos que cobran las municipalidades, a fin de que integre un presupuesto para cinematografía, pero fue descartado.

Gestión


Ley del cine peruano: ¿en qué beneficia?, por Mónica Delgado

Esta mañana se aprobó en primera votación la Ley de Promoción de la Actividad Cinematográfica y Audiovisual, propuesta en el Congreso de la República por el parlamentario Francesco Petrozzi. Desde el primer anteproyecto presentado por el Ministerio de Cultura en setiembre de 2017, en tiempos en que Salvador del Solar era ministro de Cultura, el tema de la ley del cine fue un caballito de batalla atractivo para varios congresistas; a tal punto que este proyecto es fruto del remiendo de siete propuetas presentadas por el fujimorismo y de Nuevo Perú sobre todo. Es más, con siete proyectos podría decirse que el cine peruano fue un campo prioritario y de interés político y económico, sin antecedentes históricos en la memoria del parlamento peruano. Todos querían su ley de cine.

Este nuevo Frankenstein de Petrozzi “rescata” fragmentos (o los “toma” tal cual) de la propuesta inicial del Mincul, que fue consensuada por la mayoría de cineastas y demás miembros de la comunidad cinematográfica: ampliar los recursos destinados al cine de 2,000 a 6,000 UIT y brindar el 40% del total para promover films en las regiones. Y mantiene también sus debilidades como proponer que esas 6000 UIT (25 millones de soles) provengan de los consensos de la Ley del presupuesto público de cada año fiscal; es decir, seguirá, como hasta hoy, dependiendo del humor de los gobernantes de turno. La posibilidad de crear un fondo autónomo para el cine, que saliera de algún impuesto o de un porcentaje de la taquilla (como sucede en otros países de la región) quedó descartado por el Ministerio de Economía y Finanzas en propuestas de años anteriores. Crear un fondo autónomo sería vulnerar en parte el sistema económico que el MEF ha decidido para la economía peruana; en tanto, la ley de cine no podía salirse de eso. El pedido de un porcentaje de las entradas de los multicines para un fondo quedó descartado hace años.

Sin embargo, pese a esta persistencia de no crear un fondo para el cine peruano, que sería clave para su sostenibilidad desde una visión de largo plazo; esta nueva ley propone incentivos fiscales. Esto consiste en que personas naturales o jurídicas puedan donar recursos a proyectos cinematográficos o audiovisuales, y a cambio puedan deducir hasta el 10% del impuesto a la renta neta que corresponde al año fiscal en que se efectuó el aporte. ¿Qué significa esto?, ¿cómo beneficiará a las productoras peruanas?

Por ejemplo, si una empresa grande como Coca Cola quiere financiar mi película y como neto anual de ingresos tuvo 100 millones de soles, me puede donar hasta 10 millones de soles, cifra que sería de gran utilidad. Pero si esta empresa en un año ha tenido ingresos por 50 mil soles, su aporte podrá ser de 5 mil. Y así al parecer la oportunidad de este tipo de donaciones dependería de las cifras de los ingresos de las empresas donantes, y de la capacidad de las productoras de contar con más donantes posibles. La ley no establece límites de donaciones por producción. Comienza, simbólicamente, una nueva era del “product placement”.

Pero lo que llama la atención en el debate de hoy dado en el Congreso es que se ha hecho notoria una visión mercantilista del cine; solo valorado en su fin comercial, y no expuesto como un vehículo de expresión diverso e intercultural, como si la finalidad misma de la ley se hubiera olvidado. Se ratificó que esta ley busca donaciones de grandes empresas, pero para multiplicar el sistema implementado de manera implícita por películas como Asu Mare. Pensar el cine como un objeto de consumo no requiere una ley propuesta por el Ministerio de Cultura, sino una norma del Ministerio de la Producción, o de la SUNAT.

El país urge de una nueva ley de cine, es innegable, pero pareciera que el fin del anteproyecto de ley presentado por el Ministerio de Cultura se hubiera desvirtuado en el camino, logrando convertir al cine y al audiovisual en objetos de consumo solamente. Más aún si no se recogieron propuestas para la creación de una escuela pública de cine o la creación de una cinemateca (no el archivo del Mincul que cambia solo de nombre como señala esta ley). Y se comprende por ello que esta ley no mencione casi a un actor importante en este circuito del cine, que es el exhibidor (los multicines). Salvo la mención de una suerte de contrato en la ley, no hay nada que lo comprometa a apoyar la permanencia del cine peruano en las salas. Hace pocos días fuimos testigos de las burlas en redes sociales ante la caída y desaparición en salas del país de Papa Youtuber mientras Avengers Edgame se imponía dramáticamente en las carteleras.

La nueva ley da plata, sí, fomentará más cantidad de películas, sí. Pero, tal vez creará una canibalización incluso, de films que aplasten a otros, al querer ganar las fechas de estrenos o salas ante el poder de las exhibidoras y sus blockbusters. Si tenemos en la actualidad treinta films al año, habrán sesenta de acá a dos años, pero sin condiciones para su distribución y exhibición. Se asegura la cantidad, pero lamentablemente no la calidad para la exhibición del cine peruano. Seguirán habiendo memes y flyers en redes sociales donde el film peruano tenga que invitar al público a asistir a las dos o tres funciones que le dejó la cadena de cines en hora de almuerzo en un lunes o martes. Por lo menos, creatividad para los memes no faltará.

Wayka


Texto completo Ley de promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual

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