Venezuela: Maduro denuncia que ataques al sistema eléctrico se realizaron desde Chile y Colombia con apoyo de EEUU
Nicolás Maduro: nuevos ataques al SEN provienen de Chile y Colombia con el apoyo de EE UU
El Presidente de la República, Nicolás Maduro, informó este sábado que se han encontrado nuevas pruebas sobre los ataques que ha venido sufriendo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), por parte del gobierno de los Estados Unidos (EE UU).
Así lo dijo el mandatario nacional durante su alocución desde el Palacio de Miraflores, donde recibió a la manifestación de los venezolanos en defensa de la paz y en rechazo a las acciones de Estados Unidos (EE UU) contra el país.
Maduro afirmó que las investigaciones han arrojado que tras el ataque contra el Sistema Eléctrico nacional fueron utilizados virus que afectaron el sistema de suministro y regulación energética de la hidroeléctrica Simón Bolívar conocida como el Guri, la cual provee el 70% de la energía del país.
“El último informe, que nos permite avanzar en la liberación del Sistema Eléctrico de ataques cibernéticos y electromagnéticos, arrojó resultados nuevos de introducción de virus en los sistemas eléctricos y computarizados de Venezuela. Virus que apuntan a otra fuente de ataque (…) nuevas fuentes de ataque desde Chile, Colombia (…) apoyados por el gobierno de Estados Unidos”, condenó.
El Mandatario Nacional sostuvo que ante las criminales acciones que afectan al SEN desde el pasado 7 de marzo, el Gobierno Revolucionario junto a los trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) tomaron acciones concretas para liberar el sistema eléctrico del país.
“Han recurrido al terrorismo cibernético y electromagnético, pero puedo decir hoy que Corpoelec junto al Gobierno Revolucionario está dedicado al cien por ciento para brindarle servicio eléctrico a las familias venezolanas y con ello avanzar a un alto nivel de estabilidad”.
En ese contexto, recordó las tres líneas de trabajo: liberar de virus y posibilidades de ataques cibernéticos el sistema computarizado del servicio eléctrico; proteger los sistemas de transmisión de ataques electromagnéticos y reconstruir los equipos que explotaron y dañaron las capacidades de generación y transmisión, para restablecer con efectividad el sistema de energía eléctrica al pueblo venezolano.
También resaltó que estas acciones “buscan generar desesperación en el pueblo”, al tiempo que afirmó “vamos a buen paso y en estos 30 días vamos a consolidar la estabilidad de un nuevo Sistema Eléctrico para el pueblo”.
Durante la concentración el mandatario nacional recibió de manos del pueblo el Plan de la Patria 2019-2025; aprobado esta semana para su ejecución por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Manifestaciones opuestas que marcan un empate inestable
Por Marco Teruggi desde Caracas
Caracas se ha transformado en un escenario de movilizaciones callejeras desde hace meses. Los sábados son una fecha fija donde quedan fotografiadas las dos fuerzas políticas en disputa en el país: el chavismo y la derecha. El sábado 6 de abril no fue la excepción bajo un cielo azul color Caribe. El día venía cargado de preguntas. La principal: qué forma tomaría lo que la oposición había denominado el inicio de la “operación libertad”.
La jornada, en filas de la derecha, venía marcada entre otras cosas por las declaraciones del enviado de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, quien afirmó el jueves que era “prematura” la opción de la intervención militar en Venezuela. El anuncio había caído con efecto desmoralizante para el sector de la base social de la oposición que ha llegado a la conclusión de que solo una intervención militar extranjera, es decir encabezada por EE.UU., puede derrocar a Nicolás Maduro. En cuanto a los dirigentes que plantean que esa es la única vía, como María Corina Machado, debieron explicar sobre destiempos, cargar con el peso de las palabras dichas por Abrams que pusieron un freno a su voluntad intervencionista.
Las respuestas a la “operación libertad” llegaron a través de lo que no sucedió. La oposición realizó protestas en varios puntos del país, una movilización centralizada en el este de Caracas –en las antípodas del Palacio de Miraflores–, allí dio un discurso Juan Guaidó, acompañado de dirigentes de otros partidos de la derecha, y luego de eso tuvo lugar la desconcentración, y final.
Guaidó se refirió a varios puntos. En primer lugar, a la necesidad de mantener y profundizar los niveles de organización en los llamados “comandos de libertad”. En segundo lugar, a las palabras de Abrams: “Nuestros aliados nos dijeron es prematuro, no dijeron que no se puede, sino que es prematuro, porque como hemos dicho responsablemente, tenemos un plan para construir las capacidades, ¿vamos a esperar o seguir activos en las calles de Venezuela?”. Luego se refirió a la hoja de ruta para los próximos tres días, donde el lunes tendrá una reunión con empleados públicos, y convocó a una nueva jornada de protesta para el miércoles sin especificar mayores modalidades. Finalmente anunció que se realizará un “encuentro mundial” como muestra de apoyo y construcción de alianzas internacionales. Si la “operación libertad” consistía en el escalamiento de las formas de enfrentamiento, no sucedió. Al menos por el momento.
El chavismo por su parte realizó una movilización hasta el Palacio de Miraflores, donde el presidente Nicolás Maduro dio un discurso, centrado en varios ejes. En primer lugar, dio una explicación de todas las formas de ataques que habría recibido el sistema eléctrico como parte del plan de saboteo de la derecha. Llamó a profundizar la organización popular, desde la necesidad de construir respuestas conjuntas a las dificultades actuales y los nuevos saboteos que podrían estar por venir: “La apuesta de ellos era que el pueblo no iba a poder aguantar esta guerra (…) llamo a mejorar la capacidad familiar y comunitaria de acumulación de agua para estar preparados por si nos tocara enfrentar una nueva situación de ataque al sistema eléctrico y de agua (…) a mejorar la organización popular, unirse en cada comunidad, conformar las cuadrillas de paz en los barrios, estar pendientes de los grupos de mercenarios, de violentos, avanzar en la capacidad de resistir a cualquier circunstancia”.
Al finalizar su discurso hizo una convocatoria al diálogo: “Le hago un llamado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al presidente de Uruguay, doctor Tabaré Vázquez, al presidente de Bolivia, Evo Morales, a los primeros ministros y presidentes del Caribe, del Caricom, para que se retome la iniciativa de hace dos meses en Montevideo para el diálogo nacional. Venezuela pide ayuda, apoyo para un gran dialogo de entendimiento entre venezolanos y venezolanas, ratifico toda mi voluntad para una vía de diálogo, de negociación, de acuerdo”.
La cuestión del diálogo ha sido un punto de insistencia de Maduro desde el inicio de esta fase del intento de asalto marcado por el autoproclamamiento de Guaidó y su apoyo incondicional desde EE.UU.. Las respuestas a ese llamado han sido, en lo público, negativas hasta el momento. Quienes dentro de la oposición asoman la posibilidad de un diálogo, aseveran que una condición inamovible es la salida de Maduro.
Ayer se vio una nueva fotografía del empate inestable con mayor fuerza del chavismo. La derecha no ha anunciado acciones con capacidad de desbalancear la correlación actual, de plantear un escenario que presente mayores amenazas en su posibilidad golpista. Donde sí han avanzado ha sido por la capacidad de EE.UU. y no por la propia: en los ataques a la economía, el último de los cuales fue anunciado el viernes con la decisión de Washington de sancionar a dos compañías y 34 buques que comercian petróleo venezolano con Cuba. La ilegalidad de esas medidas no ha cambiado, la impunidad para realizarlas tampoco.
Venezuela termina una nueva semana de batallas geopolíticas y cotidianas. El miércoles tendrá lugar la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada por EE.UU. para abordar por tercera vez el tema Venezuela. En cuanto a la vida diaria de millones de personas seguirá marcada por el seguimiento de los enfrentamientos, su participación directa o indirecta, y la resolución de las necesidades materiales, de servicios, un cuadro donde Caracas presenta mayores niveles de estabilidad.
Guaidó: Comienza «la escalada de presión más grande que hemos visto en nuestra historia»
El opositor Juan Guaidó puso en marcha este sábado lo que promete «será la escalada de presión definitiva para sacar del poder al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro», durante movilizaciones en las que dos diputados fueron detenidos momentáneamente.
Ante miles de partidarios en Caracas, Guaidó, reconocido como mandatario interino por más de 50 países, echó a andar la «operación libertad», una estrategia para articular a sus bases «en pro de la caída de Maduro».
«¡Aquí estamos, aquí vamos a seguir! ¡Todos a las calles, a la fase definitiva del cese de la usurpación!», arengó el jefe del Parlamento, de mayoría opositora, desde la plataforma de un camión.
Para ello, convocó a una nueva movilización el próximo miércoles destinada a multiplicar un voluntariado que -según dijo- se encargará de organizar y mantener viva la presión en la calle.
Comienza «la escalada de presión más grande que hemos visto en nuestra historia», sostuvo Guaidó, quien también invitó a los empleados públicos al Legislativo, este lunes, en su empeño para que dejen de apoyar a Maduro.
El opositor ha dicho que su ofensiva también incluye una marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores, en fecha no establecida, pero no se ha vuelto a referir a este aspecto.
Miles de simpatizantes del oficialismo vestidos de rojo también se concentraron en varios puntos de Caracas para marchar hacia Miraflores y «ratificar el carácter anti-imperialista» del país.
«Juntos, en permanente movilización, sigamos defendiendo la paz y la independencia nacional. ¡No más injerencia!», tuiteó Maduro.
– «Último error» –
Las manifestaciones opositoras degeneraron en disturbios en Maracaibo (oeste), donde los diputados Renzo Prieto y Nora Bracho fueron detenidos momentáneamente por militares.
«La represión fue brutal, desde el helicóptero lanzaron bombas lacrimógenas, mandaron tanquetas de la Guardia y luego que los militares reprimieron llegaron los colectivos (civiles armados)», aseguró a la AFP la diputada Elimar Díaz.
El propio Guaidó quedó bajo amenaza de arresto, luego de que el pasado martes la oficialista Asamblea Constituyente lo despojara de su inmunidad y autorizara en enjuiciarlo por «usurpar» las funciones de Maduro.
Detener a Guaidó «sería un error muy grave, quizás el último del régimen» de Maduro, advirtió el viernes Elliott Abrams, representante especial de Estados Unidos para la crisis venezolana.
«La reacción, les aseguro, tenemos planes y será muy fuerte», añadió al canal NTN24.
El gobierno de Donald Trump no descarta un acción armada en el país con la mayor reserva petrolera; Guaidó, por su parte, considera pedir al Legislativo que autorice el ingreso de una misión militar extranjera.
Las marchas en Maracaibo se dirigían a las empresas estatales de servicios públicos, colapsados como en el resto del país por apagones que se suceden desde el 7 de marzo, afectando el suministro de agua.
«¡Estamos cansados pero tenemos que salir a la calle porque es la única manera de sacar a esta gente!», dijo a la AFP Verony Méndez, de 48 años.
– Apostando al desgaste –
Mientras Guaidó alienta la presión popular, Washington sigue «asfixiando a Maduro», apoyado por las Fuerzas Armadas y quien desde el 28 de abril enfrentará un embargo petrolero.
La Casa Blanca sancionó a 34 embarcaciones de la estatal PDVSA y dos compañías que envían crudo venezolano a Cuba.
Además, por pedido de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de la ONU abordará el próximo miércoles la situación humanitaria venezolana.
En su contraofensiva, a través de la Contraloría Guaidó quedó inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 15 años. El diputado desconoce esa medida y el levantamiento del fuero.
«El gobierno está jugando al desgaste de Guaidó», señaló a la AFP el analista Luis Salamanca.
Las movilizaciones, que no cesan desde enero cuando Guaidó se autoproclamó presidente encargado, cuentan ahora con un factor inquietante, los «colectivos», a los que Maduro llamó a tener cero tolerancia con las protestas violentas.
Los «colectivos» son las organizaciones de base del oficialismo, pero Guaidó los tilda de «paramilitares y terroristas».
John Bolton, consejero de Seguridad Nacional estadounidense, exigió este sábado al ministro Defensa, general Vladimir Padrino, que los contenga.
Pero Larry Moreno, vendedor de verduras de 65 años, defiende que los chavistas están en legítima «resistencia», y tilda la «operación libertad» de «camuflaje» para una intervención estadounidense.
– Pulso de aliados –
Guaidó se juramentó después de que el Legislativo declarara a Maduro «usurpador», alegando que el segundo mandato iniciado el 10 de enero es producto de elecciones fraudulentas.
Durante su gobierno, iniciado en 2013, Venezuela cayó en la peor crisis de su historia moderna, con escasez de alimentos y medicinas y en una inflación que el Fondo Monetario Internacional proyecta en 10.000.000% para 2019.
El líder socialista cuenta entre sus aliados a Rusia, que el pasado 23 de marzo envió dos aviones con una misión militar, provocando el rechazo de la Casa Blanca.
Guaidó «se puede desgastar porque la realidad venezolana es una suerte de trituradora de líderes», opina Salamanca, quien por ahora descarta que el opositor esté «desinflándose».