Guatemala | Lucía Ixchiu: «Guatemala es de los países más impunes del continente»

1.103

Entrevista a Lucía Ixchiu, periodista de Guatemala

Por Carla Perelló – Redacción de NODAL

Con la excusa de “descongestionar” el sistema penitenciario de Guatemala el pleno legislativo puso en agenda dos leyes que despertaron el rechazo de defensoras y defensores de derechos humanos y repercusión en el ámbito internacional. Por un lado, la ley de Reconciliación Nacional y por el otro la de Cese del Encarcelamiento, para generar cambios en el Código Penal. Ambas otorgan beneficios a personas condenadas por delitos de lesa humanidad durante el conflicto armado interno que vivió el país durante más de 30 años. Este avance se da en un contexto previo a las elecciones, el próximo 19 de junio, y tras un año de fuertes movilizaciones contra la expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) por parte de presidente Jimmy Morales. Para saber cómo se vive esta situación NODAL entrevistó a Lucía Ixchiu, periodista e integrante del proyecto comunitario, artístico y comunicacional de pueblos indígenas “Red Panal”.

¿Cómo es el procedimiento para la aprobación de estas leyes? ¿Qué acciones piensan llevar a cabo?

En Guatemala el Congreso pasa por tres lecturas y al cabo de ese proceso el presidente de la república la veta o la aprueba. La ley de amnistía está en su segunda lectura, por pasar a la tercera y después ya es probable que Morales la apruebe. Va a haber, de todos modos, un tiempo de impugnación y nosotros hemos estamos viendo el tema de su inconstitucionalidad y además contradice varios tratados internacionales a los que Guatemala está suscripto. La inconstitucionalidad se presenta a la Corte Constitucional, “Celestial”, le denominan acá, pero está la Corte Suprema de Justicia, que es el máximo ente en Guatemala que vela porque no se rompa el orden constitucional. Es terrible. Guatemala es de los países más impunes del continente, pero esto va a desatar algunas movilizaciones seguramente. La ley que permite el excarcelamiento es realmente un insulto al sentido común, se la incentiva para dejar libre a personas que tengan más 70 años, es una ley de amnistía 2.0 porque busca sacar a todos los militares vinculados a los asesinatos durante la guerra que tienen estas edades. En ese sentido, cabe toda la pena avisar y contar que el expresidente Otto Pérez Molina, que está preso por corrupción además es genocida y está por cumplir sus 70 años. Con esta ley saldría libre. Aquí hemos llamado “el pacto de corruptos” a todo este andamiaje que tiene nexos entre la extrema derecha y militares, que han sostenido también la salida de CICIG. Porque dentro de análisis que tenemos que hacer es bien importante que tomemos en cuenta toda la lucha anticorrupción del pueblo que, finalmente, en 2015, llevó a la prisión a Pérez Molina. En cuanto a la ley de la amnistía hubo un alto pronunciamiento a nivel mundial por lo ilegal e inconstitucional que esto es, pero al mismo tiempo es la razón por la cual el presidente electo Jimmy Morales está en su puesto, porque ellos llegaron en efecto a la presidencia con el objetivo de buscar la amnistía a los culpables.

En El Salvador, como en Chile o Argentina se han intentado llevar a cabo proceso similares de excarcelamiento de genocidas y culpables de lesa humanidad ¿por qué considera que se da este proceso?

En los últimos años hemos observado cómo en Latinoamérica ha habido un disparo de los gobiernos de derecha. En el caso de Guatemala, ha estado gobernada, tomada y secuestrada por la derecha desde 1954 con la intervención de la CIA (NdeR, Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, CIA, por sus siglas en inglés) y de Estados Unidos en nuestro gobierno. Entonces, lo que vemos es la reactivación que hay de la extrema derecha recalcitrante, conservadora, racista, fascista que se niega a morir en nuestro continente. Hay todo un despliegue de decretos de impunidad, que quieren borrar la memoria. Eso es lo que está pasando en Chile, en Argentina, en El Salvador y en Guatemala con los crímenes de lesa humanidad, el genocidio…o más bien “los” genocidios, porque han sido múltiples. Esta forma de negar los crímenes es algo que nos tiene muy preocupados. Algo que a mi profundamente me indigna es lo de la Masacre del 4 de octubre en 2012 de Totonicapan, donde asesinaron a siete campesinos e hirieron a más de 40 personas. El lunes 25 de marzo los nueve militares autores materiales de ese hecho obtuvieron arresto domiciliario, que prácticamente es una libertad condicional en el nivel de impunidad que vivimos en Guatemala. Por eso, creo que es bien importante que nosotras hagamos estos análisis. Creemos que es el inicio de una estrategia para dejar a muchos de los militares libres, pues, el fascismo y el patriarcado van con todo a borrar la memoria y a decretar la impunidad y nosotras lo que tenemos que buscar es la manera de hilar y vincular una contra-narrativa a estas imposiciones violentas.

¿Esto tiene algo que ver con el próximo proceso de electoral?

Totalmente. En realidad, es súper irresponsable no enmarcar todo el contexto que hemos venido discutiendo sobre las leyes regresivas, de amnistía, de impunidad, en el marco de violencia e inseguridad que se dispara casi como una costumbre cada vez que hay elecciones. Durante la época de elecciones, el contexto para defensoras y defensores de derechos humanos es baste vulnerable. Ha habido ya algunos asesinatos, incidentes muy complicados en el tema de seguridad para distintas organizaciones de mujeres. Es bastante complicado, es bastante convulsa la realidad. Y es urgente enmarcarlo en el marco de las elecciones generales porque hasta ahora se están manteniendo altos niveles de impunidad y de boicot por la inscripción de candidaturas de personas que no están completamente ligadas a estos pactos de corrupción. Aunque siguen siendo sectores de derecha, pero son conocidos como “la derecha progresista”. Nosotros, obviamente, sabemos cuáles son los resultados para mujeres y pueblos indígenas en gobiernos con esas características, pero sabemos también que representan un contrapeso en el equilibrio de fuerzas contra los sectores hegemónicos conformados por militares asesinos y genocidas junto con la oligarquía.

¿Cuando habla de la “derecha progresista” se refiere a la candidata Thelma Aldana? Hay quienes celebran que haya candidatas mujeres…

Más que a Thelma Aldana me refiero al proyecto “Semilla” por el que ella se está candidateando, que se denomina social-demócrata. Ella ha jugado un rol importante en la lucha contra la impunidad y contra la corrupción en Guatemala. Ha sido una funcionaria que se ha posicionado bien en los últimos años, aunque llegó con el nombramiento del militar retirado y expresidente Otto Pérez Molina. Hay muchas cuestiones que debatir, porque cuando estuvo como fiscal se incrementaró la criminalización a los pueblos indígenas y a defensoras y defensores de derechos humanos. Sin embargo, en este contexto tan desalentador, ella y el proyecto político donde se encuentra es el que más posibilidades tiene de llegar a la presidencia. Además de ella, como dices, hay otras candidatas mujeres como Thelma Cabrera, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, un proyecto que realmente busca cambios estructurales, pero que se ha rodeado de muchos académicos de izquierda que en lugar de sumarle han restado. Son lo que denominamos aquí la «izquierda regañona» y bastante dogmática. Está Sandra Torres, por Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que es de extrema derecha y también es parte de las negociaciones del pacto de corruptos. Y está Zury Ríos, parecida a Keiko Fujimori (NdeR: hija del dictador peruano Alberto Fujimori) porque es la hija del general genocida Efraín Ríos Montt, responsable de la época más brutal del genocidio. Es bastante fuerte hablar de este tema porque es mujer, pero es completamente conservadora, a lo Margaret Thatcher (NdeR: exprimera ministra del Reino Unido), completamente religiosa, antiabortista, antiderechos. Sandra Torres es igual. No así Aldana y Cabrera, que es una mujer de base, de una organización campesina del perfil de Evo Morales, pero que en este país racista, completamente contrainsurgente y conservador debe lidiar con la criminalización y esa es una de las razones por las que el proyecto no logra despegar del todo. La persecución y los asesinatos a “Codeca”, organización a la que pertenece, han sido brutales. Aldana, en tanto, ha sido un poco más abierta y un poco más progresista en algunas cuestiones. La cuestión es: ¿Qué significa que una mujer sea candidata? ¿Tiene nuestra agenda de derechos? Creería que sólo Aldana y Cabrera pueden ser unos puentes importantes de negociación y de diálogo. Sandra Torres y Zury Ríos, definitivamente no. Ellas están a favor de la impunidad, del patriarcado.


VOLVER

Más notas sobre el tema