Rafael Correa: «Hay muchos gobiernos que quieren complacer a Washington y todo es válido para estar contra Venezuela»
Por Pedro Brieger, director de NODAL
Tras un año de tensiones dentro de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) Ecuador decidió retirarse de la alianza regional que nació en 2008 con la participación de presidentes y presidentas de América del Sur, entre ellos Rafael Correa, Alvaro Uribe, Hugo Chávez, Alan García, Lula de Silva, Cristina Fernández, Michelle Bachelet y Evo Morales. La decisión de Ecuador fue anunciada por el ministro de Relaciones Exteriores José Valencia y por cadena nacional en radio y televisión el presidente Lenín Moreno dijo: “UNASUR se transformó en una plataforma política que destruyó el sueño de integración que nos vendieron”. Ante este nuevo escenario, el exmandatario Rafael Correa en esta entrevista con NODAL explica lo que significa para la región la desintegración de UNASUR.
El presidente Lenín Moreno anunció la decisión de retirar a Ecuador de UNASUR y así se suma a varios países que ya lo hicieron. ¿Por qué cree usted que Moreno toma esta decisión?
De acuerdo con la ley ecuatoriana para presentarse a elecciones hay que presentar un plan de gobierno firmado por el candidato, oficialmente entregado al consejo nacional electoral y eso es lo que hay que cumplir porque en democracia han de votar por un nombre, que es votar por un proyecto político, sino se estafa a la democracia. Pues bien, en ese programa de gobierno claramente se dice apoyar la integración latinoamericana, apoyar la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y apoyar UNASUR. Eso es lo que el pueblo ecuatoriano aprobó en las urnas en 2017. Pero tenemos un traidor como presidente, se han tomado todos los organismos del Estado y nadie entonces hace cumplir la ley. Esto merecería la revocatoria del presidente Moreno. ¿Por qué hace estas barbaridades? Bueno, por varios motivos: nunca creyó en lo que hacíamos, es un hombre sin convicciones, se mueve de acuerdo a la coyuntura y en estos momentos por darle el gusto a Washington, por ser agencioso vasallo de Washington, va a apoyar todo lo que crea que es contra Venezuela; y él considera que UNASUR aísla y ataca más a Venezuela. Pero también porque Moreno no es sólo un corrupto, es alguien que tiene un odio patológico hacia mí; entonces, también es destruir UNASUR y todo lo que ha hecho o todo en lo que participó el presidente Correa. Moreno nunca ha creído en lo que hacíamos, era un demagogo. Ahora dice que el edificio de UNASUR se lo ha dado a la universidad indígena, una universidad que cerramos por falta de calidad en mi gobierno, que no tiene razón de ser porque universidad significa universalidad; no es universidad para gordos, para flacos, para altos, para indígenas o no indígenas, es para todos y se pueden poner carreras para estudiar el indígenismo, etcétera. Moreno la resucitó. La universidad tiene un pacto con los indígenas y de la forma más pequeñita, con mayor bajeza, demagógicamente, ha dicho que les va a entregar ese edificio a ellos.
Algunos de los gobiernos que suspendieron su participación de UNASUR ahora quieren crear un nuevo organismo regional, pero sin Venezuela. ¿Por qué lo hacen? ¿Cuál es el objetivo de crear un nuevo organismo regional de América del Sur si ya existe uno?
Hay muchos gobiernos agenciosos que quieren complacer a Washington y todo es válido para estar contra Venezuela, incluso sacrificar algo que debería traspasar las barreras ideológicas, que debería ser un denominador común como es la integración. Y así lo fue durante muchos años desde que se formó UNASUR, desde el 2008 hasta el 2014, 2015, que trabajamos muy bien con gobiernos de todas las tendencias. Coincidíamos que tenía estos fundamentos básicos: buscar la integración, respeto a la democracia, a la constitución y a los derechos humanos. Hoy con esta avalancha reaccionaria, con este nuevo plan “Cóndor dos» ya no se respeta nada, no hay límites ni escrúpulos. Se rompe la democracia, se rompe el orden constitucional, se rompen los derechos humanos. Se puede ver con el caso de Lula, del vicepresidente electo de Ecuador Jorge Glas, y se despedazan valores fundamentales de la región que a todos nos convienen. Entonces, básicamente es para aislar a Venezuela. No entienden el costo que tendrá pero la historia nos sabrá poner en el puesto que corresponde. La integración beneficia a todos, es ineludible integrar y sí ha habido fallas hay que corregirlas, no destruirla. ¿Qué sentido tiene una integración sin Venezuela? Es como hacer la OEA sin Cuba, una ridiculez. Mientras se hacían asambleas durante la dictadura de Pinochet, no se permitía que Cuba participara, y no lograron vencer a Cuba. Ahora se vuelven a repetir esos extremismos, esos dogmatismos, y juegan con cosas sagradas como la integración.
¿Cómo analiza el momento que se vive en América Latina y el Caribe en lo que concierne a la integración tomando en cuenta que la UNASUR se está desintegrando y la CELAC tampoco parece tener respuestas?
Lo dijimos en su momento, hace unos cinco años, allá por 2014. Dijimos estamos enfrentando una nueva derecha que ya superó el aturdimiento que le dejó una década de derrota tras derrota. Tienen discursos, recursos ilimitados, articulación nacional e internacional, y le llamamos la restauración conservadora. La verdad, nos quedamos cortos. Un par de años después frente a la brutalidad de esa reacción lo podemos llamar el plan “Cóndor dos”. Ahora no vienen las botas militares, no torturan, no asesinan, no desaparecen porque no lo necesitan; son suficientes sus medios de comunicación, el nuevo opio en estos pueblos, para manipular a la gente, para alterar los valores, para hacerle añorar la explotación, para decir que todo estuvo mal. Buscan cualquier error que se pudo haber cometido en décadas de gobiernos progresistas muy exitosos, practican la judicialización de la política, el “lawfare”, para perseguir a los dirigentes de izquierda, para aislarlos, para inhabilitarlos, hacerles perder la libertad, como con Lula o con Glas o la persecución contra Cristina Fernández de Kirchner. Destruyen las honras generalizando, exacerbando casos de corrupción que se dan en todos los gobiernos y que son casi imposibles de evitar. Otra cosa es tolerar la corrupción, que nunca lo hicimos, pero eso confunde, inmoviliza, entonces, estamos ante este nuevo plan cóndor con herramientas más sutiles, que viene de la derecha más fascista. Es como en los años 70 del siglo pasado que tenían que impedir a toda costa los avances de los gobiernos progresistas y no dudaron en apoyar las dictaduras militares más sangrientas. No hacen ahora eso porque no lo necesitan, tienen los mismos resultados con su prensa, matando la honra de las personas, persiguiendo a los dirigentes progresistas de la región. Se vive un momento muy duro en América Latina, de retroceso y lamentablemente el costo es gigantesco, nos están haciendo retroceder décadas. Pero tenemos fe que algo queda de lo sembrado todos estos años, que nuestros pueblos reaccionarán. No hay que perder la esperanza, ahí está la semilla que se sembró durante tantos años de éxito en América Latina con dignidad, soberanía, equidad y justicia. Y algún día brotará esa semilla y recuperaremos el camino perdido.