Senadores colombianos piden a EEUU no usar su país como plataforma de una acción militar contra Venezuela

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Senadores piden a Mike Pence, no usar territorio colombiano como plataforma para operaciones bélicas contra Venezuela.

Con motivo de la reunión del denominado Grupo de Lima, que integran 14 países, y en la que, participará Mike Pence, vicepresidente de los Estados Unidos, los congresistas Iván Cepeda, Antonio Sanguino y Feliciano Valencia, miembros de la comisión Segunda de Senado, reiteraron su llamado del pasado 12 de febrero, en el que, a través de una carta al presidente Iván Duque, expresaron de manera categórica, su rechazo a “cualquier beneplácito o acción que implique la participación de Colombia en una confrontación armada con Venezuela”.

Los senadores manifiestan en su misiva a Pence que, “en vista de que ni el presidente Duque ni el canciller Carlos Holmes Trujillo le han transmitido ese mensaje a su gobierno, queremos hacerlo directamente y con la mayor claridad posible: no estamos dispuestos a permitir que nuestro país sirva de plataforma o base para la intervención de las fuerzas militares de su país en operaciones bélicas en Venezuela.”

Agregan que, desde esa perspectiva, “le anunciamos con antelación que en caso de ser sometida esa decisión a nuestra consideración la votaremos negativamente e invitaremos a que nuestros colegas hagan lo mismo”.

Finalmente, hacen un llamado “a promover la paz y el diálogo político como única vía para facilitar una solución democrática a la grave crisis de Venezuela, tal y como lo han propuesto los gobiernos del Mecanismo de Montevideo, el gobierno de Rusia, la ONU, así como otras instancias de la comunidad internacional”.

Ivan Cepeda Castro


«Necesitamos que militares sigan dándole la lealtad a Juan Guaidó»: Duque

El presidente de la República, Iván Duque, acudió este domingo al puente Simón Bolívar en la zona de frontera con Venezuela, luego de la jornada del sábado en la que se intentó trasladar al país una serie de ayudas internacionales. Hablándole a la gente, el mandatario aseguró que con lo sucedido “la dictadura selló su derrota moral y diplomática”. Además, pidió a los militares venezolanos que reconozcan al presidente interino Juan Guaidó.

“Mañana el Grupo de Lima tiene que hacer un pronunciamiento claro sobre lo que vimos y creo que la comunidad internacional tiene la obligación de arreciar el cerco diplomático. Una dictadura que es capaz de quemar alimentos y medicamentos para atender a las personas indefensas es la demostración más grande de a brutalidad que está dispuesta a cometer”, dijo.

El presidente Duque dijo que este lunes el presidente interino de Venezuela Juan Guaidó acudirá a la reunión del Grupo de Lima, a la que asistirá el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. Preguntado sobre si allí se hablará de la posibilidad de una intervención militar, Duque insistió en fortalecer el llamado cerco diplomático.

“Aquí lo importante ha sido el cerco diplomático que ha permitido que un grupo de países ya reconozcan a Juan Guaidó. Lo que necesitamos ahora es que, en el propio territorio venezolano, los militares sigan dándole la lealtad a Juan Guaidó. Lo que vimos ayer de decenas de militares jurándole lealtad, es la demostración del efecto dominó que se está generando. Yo sigo insistiendo que lo importante aquí es el cerco diplomático y no dejarnos llevar a discursos belicistas”, respondió.

Ante la insistencia en la pregunta sobre una intervención militar, el presidente Duque aseguró que la jornada del sábado evidenció ante el mundo la situación crítica de los ciudadanos venezolanos. “Creo que la responsabilidad en este momento está en las Fuerzas Militares de Venezuela, que están con la moral en el piso y que ya se han dado cuenta que la verdadera estructura institucional está en el presidente Guaidó”, dijo. Duque ratificó que se decidió cerrar los pasos fronterizos por 48 horas para valorar los daños ocurridos.

El Espectador


Domingo tem novos confrontos na fronteira da Venezuela com o Brasil

Um novo confronto entre manifestantes e o exército da Venezuela foi registrado na tarde deste domingo (24) na região de Pacaraima (RR).

O conflito começou quando manifestantes venezuelanos do lado brasileiro cruzaram a fronteira e jogaram pedras em uma coluna da Guarda Nacional Bolivariana (GNB) que estava a cerca de 400 metros do marco fronteiriço.

A partir desse momento, os cerca de 50 membros da Guarda Nacional Bolivariana (GNB, polícia militarizada) agiram para dispersar a multidão com bombas de gás lacrimogêneo.

Em torno desses exaltados havia cerca de 40 curiosos que observavam a cena na área neutra, situada a 600 metros do posto fronteiriço venezuelano.

Jornalistas, fotógrafos e cinegrafistas que estavam na divisa entre os dois países se afastaram da região correndo, assim que o conflito começou.

Imagens da região mostram os militares brasileiros, que estão na fronteira, orientam os venezuelanos a deixarem a área de confronto.

Após alguns minutos de enfrentamento, um militar do Brasil se colocou em meio à linha de fogo, fazendo gestos para que os ataques cessassem. Na sequência, as partes se afastaram.

Fontes não oficiais disseram que durante a última madrugada cerca de 50 veículos com agentes policiais chegaram ao posto fronteiriço venezuelano para reforçar a segurança.

Por enquanto, não há nem sinal das duas caminhonetes, carregadas com alimentos e remédios de Brasil e Estados Unidos, que ontem chegaram ao local com a intenção de entrar no país vizinho, sem sucesso.

Dias de conflito

Este é o terceiro dia de confronto, desde que o presidente venezuelano Nicolás Maduro ordenou o fechamento da fronteira, na quinta-feira (21).

Até agora, cinco mortes foram registradas: duas na sexta (22) e outras três no sábado (23)

Na noite deste sábado (23), dia em que a ajuda humanitária entraria na Venezuela, as cenas vistas foram de confrontos nas regiões de fronteira com o Brasil e a Colômbia e caminhões retornando aos países de saída sem conseguir entregar as toneladas de alimento e remédios ao povo venezuelano.

Na divisa com a Colômbia, dois caminhões que transportavam ajuda foram incendiados por partidários do presidente Nicolás Maduro na ponte Francisco de Paula Santander, que liga Cúcuta (Colômbia) e Ureña (Venezuela) e 42 pessoas ficaram feridas em confrontos com militares na ponte Simón Bolívar, principal passagem entre os dois países.

Com os confrontos, os caminhões, que haviam adentrado poucos metros na Venezuela, retornaram para os territórios colombiano e brasileiro.

Na região de fronteira em Pacaraima (Roraima), venezuelanos radicados no Brasil passaram para o lado da Venezuela, queimaram carros e lançaram pedras em militares da GNB, que reagiram devolvendo pedradas, tiros de borracha e gás de pimenta.

A situação ficou mais tensa conforme venezuelanos e militares chavistas se aproximaram do marco fronteiriço que divide os dois países.

Pedradas de lado a lado ficaram mais frequentes. Dois carros, entre eles o da reportagem do Estado, ficaram isolados entre os dois lados do confronto e chegaram a ser alvejados por pedras. Um fotógrafo da agência Efe foi atingido por uma pedra.

Após quebrar paralelepípedos em pedaços menores para arremessar contra os guardas, os manifestantes subiram no marco fronteiriço e tentaram hastear a bandeira venezuelana, a meio mastro desde que a divisa foi fechada na quinta-feira. Sem conseguir, acabaram roubando-a.

Quando às pedras se somaram tiros e bombas de gás, houve correria e a Força Nacional de Segurança Pública (FNSP), a Polícia Rodoviária Federal (PRF) e o 7.º Batalhão de Infantaria de Selva (BIS) agiram para acalmar a situação.

Dois caminhões venezuelanos, dirigidos por voluntários que vivem do lado brasileiro da fronteira, fizeram o transporte da ajuda humanitária de Boa Vista até Pacaraima e, em seguida, para o território venezuelano.

Exame


Migrantes venezolanos se preguntan dónde están quienes los convocaron

Desconcierto y desilusión son algunos de los sentimientos que tienen algunos de los venezolanos que cruzaron la frontera para apoyar la entrada de las donaciones internacionales hacia Venezuela y que hoy, luego de que esto no ocurriera, no saben qué hacer.

Un numeroso grupo de migrantes que estuvo en el puente internacional Francisco de Paula Santander, en la frontera de Cúcuta con Ureña, en donde se presentaron fuertes disturbios, pasó la noche a pocos metros del lugar sin nada más que sus ropas. En la mañana del domingo, todos se quejaron de que ninguno de los políticos que los convocaron les ha dicho qué hay que hacer ahora, ni los ayudaron después de los eventos violentos.

“Nos dijeron que iban a ir adelante con nosotros, que iban a poner el pecho, pero ¿quiénes dimos la pelea? Nosotros… y nos tienen olvidados”, afirmó César Luis Matamoros, comerciante venezolano que cruzó este sábado a Colombia.

“Según ellos ayer era el día clave, pero ¿qué pasa hoy? Nos cerraron la frontera y estamos aquí varados”, agrega.

Porque así como este ciudadano venezolano, muchos de los que cruzaron la frontera creyeron en las tesis de la oposición venezolana y tenían la esperanza de que el gobierno de Nicolás Maduro iba a ser historia a partir del domingo. Pero este 24 de febrero Maduro sigue en Miraflores, las donaciones siguen en el puente Tienditas y ellos no tienen adonde ir.

“Nos piden paciencia, pero cuál paciencia. Para los que están metidos acá en la candela eso no existe”, dice Freddy López, uno de los jóvenes venezolanos que cruzó para ayudar la entrada de las donaciones, pero que no esperaba quedarse en Colombia. “No sabemos nada y así es muy difícil”.

Otros venezolanos, como es el caso de los hermanos Jhoan y Eddy, decidieron tomar cartas en el asunto por sus propias manos y no esperar los anuncios de Juan Guaidó o los políticos opositores. Desde temprano, ellos, junto con un grupo de cerca de veinte personas, se armaron de piedras y botellas para intentar “recuperar las ayudas que se robaron ayer” en referencia a uno de los camiones que fue retenido por la Guardia Nacional en Ureña.

“Ayer nos tomaron fotos y no tenemos opción. Si volvemos nos meten presos. Hay que seguir aquí antes de que las cosas se enfríen”, dice uno de los hermanos, mientras recoge piedras en el río Táchira para pasárselas a su hermano, que está arriba del puente.

Sin embargo, los esfuerzos de estos migrantes han resultado infructuosos. Poco pueden hacer un puñado de piedras y botellas contra los gases lacrimógenos y los perdigones de la Guardia Venezolana que, de nuevo, utilizaron para dispersar las manifestaciones.

Los venezolanos que cruzaron saben que el destino de su país está en juego, pero esperan que no demore mucho. “Esto no será tan fácil como nos hicieron creer los diputados, pero no podemos dejar que se enfríe esto. Hay que seguir en pie de lucha”, concluyó uno de ellos.

El Espectador

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