La grave situación socioambiental del Chaco paraguayo – Por Víctor Benítez Insfrán

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Víctor Benítez Insfrán*

El Chaco Paraguayo posee una superficie de 247.000 Km2, que representa una cuarta parte del Chaco americano, lo que a su vez corresponde al 60.7% de la superficie total del país. La Región Occidental o Chaco es una gran planicie casi sin elevaciones con excepción del Cerro León. El bosque constituye un monte abierto de baja densidad de árboles y una altura inferior a los 10 metros. El Gran Chaco Americano, en general, es considerado un ecosistema sensible. Esta sensibilidad está dada por sus particulares condiciones geológicas y climatológicas, acompañada por la erosión eólica, salinización de suelos y aguas tanto superficiales como subterráneas.

El Chaco Paraguayo pertenece a la zona de transición entre el clima semiárido y el húmedo-semiárido, porque por un largo tiempo existe un régimen deficitario de humedad, debido a que la evaporación potencial es mayor que la precipitación. En general se registran las precipitaciones en el Bajo Chaco con 1.400 mm de promedio, disminuyendo hacia la frontera con Bolivia en el Oeste a aproximadamente 500 mm. En todo el Chaco las temperaturas promedias anuales están por arriba de 27 º C.

En el Chaco, la mayoría de los suelos se han desarrollado a partir de sedimentos de lluvia o sedimentos arrastrados por los vientos, son suelos jóvenes. En el noroeste del Chaco, en el área de las dunas, los suelos están muy poco desarrollados, presentando una composición de granulometría muy fina, susceptible fácilmente a la erosión.

En la actualidad, la rica biodiversidad está siendo severamente afectada por el rápido crecimiento de áreas deforestadas. Las prácticas convencionales de otras áreas climáticas, como la Región Oriental, no se adecuan a la realidad natural del Chaco. Esta falta de adecuación de tecnologías productivas al medio subhúmedo o semiárido de la Región Occidental desemboca necesariamente en deterioro del ambiente.

Una particular atención requiere la “Reserva de Biosfera del Chaco” que fue declarada como tal por Decreto del Poder Ejecutivo Nº 13.202, del 27 de mayo de 2001.

La superficie inicial abarcaba 4.700.000 ha y fue ampliada a 7.400.000 ha. mediante la Resolución N° 8112/11 “Por la cual se amplía la superficie de la Reserva de la Biosfera del Chaco Paraguayo, creada por Decreto N° 13.202 de fecha 27 de mayo del 2001, para incluir el área total aprobada por el Comité MaB de la UNESCO”, siendo reconocida por el Comité del Hombre y la Biosfera (MaB) de la UNESCO en la reunión regular que tuvo lugar en París, del 27 al 29 de junio de 2005. Se ubica en el norte del Chaco Paraguayo, limitando con Bolivia y Brasil. Esta Reserva de Biosfera abarca los ecosistemas de bosques secos de la región del Chaco asociado a otros ecosistemas de importancia para la biodiversidad. Hay grandes presiones para convertirlos en tierras de pastoreo, pese a su importancia en el plano ecológico. Su designación como Reserva de Biosfera contribuye a proteger también los territorios y la identidad cultural de las comunidades indígenas. La Reserva de Biosfera está conformada por: 1. Parque Nacional Defensores del Chaco, con 720.000 ha. 2. Parque Nacional Médanos del Chaco, con 514.000 ha. 3. Parque Nacional Teniente Enciso, con 40.000 ha. 4. Monumento Nacional Cerro Cabrera – Timáne, con 502.000 ha. 5. Monumento Natural Cerro Chovoreca, con 241.000 ha. 6. Parque Nacional Río Negro, con 281.000 ha. 7. Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode, con unas 550.000 ha., reconocido por el Estado Paraguayo.

Desde el punto de vista normativo, en la Región Occidental la situación es completamente diferente, ya que no existe ninguna Ley que prohíba actividades de Transformación y Conversión de Superficies con Cobertura de Bosques, por lo tanto, se registran mayores tasas de deforestaciones llegando en el periodo 2000 al 2015 a un total de 4.541.956 hectáreas aproximadas de transformación con una tasa promedio anual de 302.797 ha/año. Esa deforestación o cambio uso de suelo se traslada en mayor medida en la Reserva la Biosfera del Chaco Paraguayo en donde hay avistamiento de indígenas silvícolas o no contactados, violando convenios internacionales ratificados por Ley de la Nación. En el Chaco paraguayo se registra una deforestación de aproximadamente de 650 ha por día. El distrito de mayor cambio de cobertura de bosques o deforestación es Mcal. Estigarribia, Departamento de Boquerón.

La presión antrópica(1) es el factor preponderante para la conservación de los ecosistemas, debido a las actividades ganaderas y a las extractivas, ambas actividades si no se realizan bajo criterios ecológicos tienen fuerte impacto negativo sobre la conservación de los ecosistemas, considerando que los suelos del Chaco son jóvenes en edades geológicas, lo que les hace inestables ante las presiones. En efecto, el factor edáfico(2) tiene gran influencia en la composición florística de las unidades ambientales y las modificaciones realizadas por la acción antrópica producen cambio en la composición de los suelos que afecta a la composición florística y a la biodiversidad. La fragmentación de hábitat es también una situación para tener en cuenta, esto puede impedir el desarrollo de procesos vitales para biodiversidad.

En resumen, el Chaco es un conglomerado de ecosistemas muy frágil, los efectos serán irreversibles, por ejemplo, el cambio de uso de la tierra (deforestación o desmontes para ganadería), cultivo extensivo de transgénico, la concesión para hidrocarburos (prospección, exploración y explotación), las Obras de infraestructuras (acueducto, corredores de integración, Hidrovía), y la apertura de nuevos mercados para la exportación de carne aumenta el hato ganadero, lo que conllevaría una agudización de la deforestación, a través de la conversión de territorios boscosos en pastura, bajo un manto de legalidad y sin consulta a los pueblos indígenas y sin indemnización socioambiental.

Para una mejor comprensión pasamos a citar algunos efectos socioambientales:

1. La pérdida de diversidad biológica (flora, fauna y comunidades naturales), de la que depende una numerosa población indígena. Pérdida de germoplasma(3) de especies forestales nativas que sirven para la construcción de viviendas y el cobijo de la población, lo que dificulta la adopción de medidas de reforestación con especies nativas a futuro.

2. Pérdida de recursos energéticos (leña) para el consumo familiar, ocasionando mayores costos a las familias y esfuerzos adicionales para el desarrollo de las comunidades indígenas, sobre todo para la mujer. Desaparición de alimentos, elementos y recursos útiles para la vida indígena (miel, frutales, entre otros).

3. Disminución del balance hídrico y profundización de la capa freática, lo que dificulta al acceso a las fuentes naturales de agua (acuíferos, ríos, lagunas, paleocauces, entre otros). Disminución asimismo de la calidad y cantidad de agua, por desecación de fuentes naturales que tienen su origen en los bosques. Desaparición del valor paisajístico y cultural del ecosistema y con ello, la pérdida de la identidad y del sentido de pertenencia de los pueblos indígenas a su medio.

4. La deforestación genera, a través del arrastre de tierra por erosión eólica, el desplazamiento de los médanos. Avance en el proceso de la desertificación, la cual dejara al territorio un suelo infértil, inservible para cualquier actividad que se quiera realizar.

5. A nivel global, la quema de la biomasa de los bosques para la habilitación de las tierras para ganadería o agricultura extensiva (único sistema utilizado en el Paraguay), contribuye al calentamiento global del planeta, y al aumento del efecto invernadero. La deforestación causa daños socios ambientales incalculables, porque desplaza a comunidades campesinas e indígenas, violenta los territorios indígenas que viven del bosque, libera millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera causando la extinción de muchas especies todos los años.

(*) Ingeniero Agrónomo Ambientalista.


Publicado originalmente en Japoli

(1) impacto causado en el medio ambiente por las actividades humanas.
(2) condición del suelo, física, biológica o química, que influye en los organismos y en los procesos que ocurren en el suelo.
(3) conjunto de genes que se transmite en la reproducción a la descendencia. El concepto de germoplasma se utiliza comúnmente para designar el genoma de las especies vegetales silvestres y no genéticamente modificadas de interés para la agricultura.

Referencias

FAO (Food and Agriculture Organization of The United Nations). Sf. Resumen del estado actual del manejo y ordenación forestal en Paraguay. Consultado 13 jul. 2017. Disponible en http://www.fao.org/docrep/008/j2628s/J2628S16.htm

FAO (Food and Agriculture Organization of The United Nations). Sf. Políticas pecuarias: Ganadería y deforestación. Consultado 1 jul. 2017. Disponible en http://www.fao.org/3/a-a0262s.pdf

Poder Legislativo. 2013. Ley Nº 5.045 “De prohibición en la Región Oriental de las actividades de transformación y conversión de superficies con cobertura de bosques”. Consultado 13 jul. 2017. Disponible en http://www.infona.gov.py/application/files/9214/2902/7951/Ley_5045.pdf

INFONA: Plan de uso de la Tierra (Resumen de Datos de Monitoreo Satelital de Planes de Uso de la Tierra- Periodo 2016/2017).

GAT. Informe técnico: Mesa de negociación en el marco de la petición N° 850/15 del pueblo Ayoreo Totobiegosode y su grupo en aislamiento en Paraguay/salvaguarda ambientales. Elaborado por Ing. Víctor Benítez Insfrán/noviembre 2018.

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