Héctor Silva Ávalos, investigador salvadoreño: “Bukele significa una ruptura de todo el sistema electoral”

Foto: Diario 1
1.534

Entrevista a Héctor Silva Ávalos, investigador salvadoreño

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

El domingo 3 de febrero se realizaron en El Salvador las primeras elecciones presidenciales de un ciclo que habrá este año en la región. Además, fueron las elecciones número seis llevadas a cabo en el país centroamericano desde la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992. Hasta ahora, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) se habían disputado la contienda, pero en esta oportunidad Nayib Bukele, candidato por la Gran Alianza Nacional (GANA), rompió con ese esquema al ganar con el 53 por ciento de los votos, aunque también hubo un grado de abstención histórica con sólo el 51, 8 por ciento de participantes. Sobre este proceso, NODAL consultó a Héctor Silva Ávalos, director de la Revista Factum de El Salvador e investigador del Think Tank estadounidense Insight Crime.

¿Cómo definiría a Bukele dentro de la política local y regional?

En la política salvadoreña es un fenómeno inédito por varias razones. Quizá la más importante es que Nayib Bukele gana solo, sin un partido grande. Hasta ahora la política salvadoreña ha estado dominada por la posguerra, desde los Acuerdos de Paz, que terminaron la guerra entre el FMLN y el gobierno nacional apoyado por Estados Unidos. Desde ese momento, ARENA y el FMLN habían sido las dos fuerzas dominantes, todos los presidentes habían sido de esos partidos: cuatro de ARENA (1989-2009) y dos del FMLN, (2009-2019). Bukele, nace políticamente como una figura que corre por el FMLN y termina accediendo a la presidencia con un partido de derecha fuerte, que es GANA, una escisión de ARENA. Sn embargo, cuando ves los resultados gana él solo, como individuo. Y, en ese sentido, hay rasgos de su figura política que se parece mucho a los caudillos latinoamericanos que han nacido de una ruptura con los sistemas tradicionales de partidos como AMLO en México o Hugo Chávez en Venezuela. Ahora, creo que la una de las diferencias de Bukele respecto a estos casos es que la fuerza de su presidencia está marcada ahorita casi exclusivamente por la cantidad de gente que votó por él y eso puede ser positivo. Nayib no tiene nexos con viejas cúpulas y hasta donde sabemos no tiene nexos con el Ejército. Lo que tiene que demostrar es que no tiene nexos con grupos de mafias políticas que han estado con el sistema salvadoreño desde hace años y de los cuales GANA es uno de los mejores ejemplos. GANA está formado por gente muy corrupta y la gente más afín a Nayib dice que no importa porque como ha ganado con tanta ventaja puede deshacerse de ese partido porque sólo fue un vehículo para llegar a la presidencia. Tengo dudas sobre eso, pero ojalá que no sea así. GANA ha sido una marca fuerte, un despliegue territorial importante, por su imagen. Localmente, creo que es un presidente empoderado por el voto joven y eso le da posibilidad de maniobra política. También tiene voto duro de otros partidos, sobre todo del FMLN. Creo que el voto de izquierda se le fue mucho a Nayib, entonces sí significa una ruptura de todo el sistema electoral como lo teníamos concebido. En el nivel regional, las primeras reacciones a su victoria parecen indicarte que podría convertirse en el referente de algunos de los socios más importantes de América Central para Estados Unidos, la Unión Europea, España o Francia. Centroamérica desde hace tiempo, por diferentes circunstancias, ha dejado de tener importancia sobre todo para Estados Unidos. La relevancia para EEUU ha sido el tema migratorio, con Trump mucho más, pero ha sido así desde la presidencia de Barack Obama. Ahora creo que este hombre puede ser el socio de Estados Unidos. De nuevo: cara joven, hasta ahora limpio, a pesar de los señalamientos de corrupción que existen y son reales. Además, el resto de los presidentes de Centroamérica son bastante complicados: Ortega es un dictador; Juan Orlando Hernández, que a pesar de ser un aliado de Washington está muy cuestionado por corrupción, por vínculos de su familia por el narcotráfico, por la forma en la que ganó la elección; Jimmy Morales lo mismo en Guatemala, además está a punto de terminar su mandato. Así que Nayib Bukele podría convertirse en un referente en la región centroamericana.

¿Qué significa que gobernará con minoría parlamentaria? ¿Cómo afectaría a los planes de gobierno que propuso como la construcción de un aeropuerto, un ferrocarril o ampliar el gravamen a las tierras agrícolas ociosas?

El mapa político puede reconfigurarse. Ya en los dos partidos grandes, las bases, los diputados, se han mostrado bastante molestos con sus dirigencias por la forma en que sus partidos perdieron. Ya hay diputados que se han mostrado anuentes a colaborar con Bukele, que contará con el apoyo de GANA y de algunos partidos pequeños. Ahorita en El Salvador hay muchísima especulación sobre que las fracciones grandes se pueden incluso partir para votar a favor de presupuestos y de proyectos. Partirse significa seguir votando como partido, pero divididos en algunos casos. Es posible que algunos diputados de esas fracciones se plieguen a lo que digan sus dirigencias y otros no; es decir, se plieguen más bien al presidente y eso es inédito en El Salvador también. Aquí la ley impide que haya diputados que fueron electos bajo una bandera formen otro partido en la Asamblea, entonces una especulación es que las fracciones se partan. En cuanto a los grandes proyectos, lo del tren y el aeropuerto, creo que muchos de ellos eran promesas populistas y poco viables. Lo que sí es cierto es que necesita al menos 43 votos para aprobar presupuestos y eso sí va a ser fundamental para su presidencia. Este país está en quiebra, necesita un pacto fiscal, pactar con empresas privadas y con todas las fuerzas de la Asamblea para reorientar presupuestos, para pagar pensiones que es una de las mayores cargas en el presupuesto del Estado; para eso necesita mayoría simple, pero todos los presupuestos están desfinanciados desde hace muchos años. El Estado los ha financiado a través de préstamos, de venta de bonos del Estado, de otros tipos de préstamos internacionales que, para aprobarse, necesitan mayoría calificada, 56 votos. Tradicionalmente eso ha sido un problema por la polarización, porque si el FMLN gobierna, la oposición de derecha lo bloquea y viceversa. Puede ser que en este nuevo escenario en el que los partidos grandes han quedado tan desprestigiados tengan la necesidad de aprobar presupuesto y préstamo. Todo eso es territorio inédito. Otro punto es que en 2021 hay elecciones legislativas y tal cual fue el resultado de las presidenciales es posible que el presidente con su partido propio Nuevas Ideas -que no pudo competir en esta presidencial por una cuestión de tiempos- compita en las legislativas y tenga una fracción importante en la Asamblea, ahí el mapa se reconfigura.

¿Qué lugar cumplirían ARENA y el FMLN en este gobierno?

ARENA y el FMLN son partidos quebrados. El FMLN no logró ni acumular los votos de su base más fiel y ARENA está partida en tres hasta donde entiendo, con diferentes grupos de interés. Hay que recordar que ARENA es el partido de las elites económicas, de los millonarios del El Salvador y hay una guerra civil interna en ese partido. En los próximos días y semanas van a ver cómo empezarán a reconstruirse, si van a cambiar dirigencias, cómo se van a posicionar respecto al presidente y yo creo que ni siquiera saben cómo lo van a hacer. De nuevo: los discursos ideológicos con los que se posicionaron políticamente respecto al adversario eran discursos de posguerra. Es decir, la derecha diciendo que el FMLN era chavista y que iba a traer el régimen chavista; el FMLN diciendo que la derecha era el partido de los millonarios y que el único interés era el de las grandes empresas. Trataban de apelar al voto más orientado a la cuestión de clase social y eso no funcionó en esta elección. Los partidos grandes ya no pueden apelar a esas ideologías como plataformas, el que les va a marcar la pauta es el presidente electo. Entonces, un poco de cómo se posicionen va a depender su supervivencia. Creo que ahorita es una cuestión de supervivencia para ambos, eso es lo primero en lo que están pensando. Una vez que se hayan afianzado de cara al 2021 vamos a poder responder qué es lo que van a hacer de aquí en adelante.


VOLVER

Más notas sobre el tema