Bolivia: la Feria de la Alasita lleva artesanía popular a La Paz y 20 países del mundo
Este año la Alasita estará abierta por un mes
Por Jorge Soruco
La feria de Alasita estará instalada en el Campo Ferial del Bicentenario durante un mes, del 24 de enero al 25 de febrero. Asimismo, continúa la cruzada contra la veta de productos de plástico del exterior.
“Efectivamente, en años anteriores siempre pedíamos un alargue de al menos una semana a la Alcaldía. Pero en esta versión no lo vamos a hacer, ya que el Carnaval recién se realizará en marzo y no va a chocar las fiestas. Esta determinación se tomó con el apoyo de los 6.000 expositores”, asegura Freddy Butrón, dirigente de la Federación Nacional de Artesanos y Expositores de la Feria de Navidad y Alasita (Fenaena).
Las actividades relacionadas con esta manifestación cultural — que en 2017 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)— comienzan mañana con la inauguración de la preferia mayorista, que se extenderá hasta el jueves 24.
Al igual que en la feria central, durante esta primera etapa tanto los artesanos participantes como las autoridades de la federación y la Alcaldía realizarán operativos para verificar que en los espacios autorizados se vendan los productos tradicionales y no objetos de plástico de factoría extranjera.
“Uno de los mayores problemas que enfrentamos es que no falta el comerciante que vende cosas que no corresponden con Alasita. Venden juguetes de plástico baratos y eso desvirtúa nuestra tradición”, reclama Butrón.
Es por eso que el dirigente asegura que “se hará una vigilia permanente para controlar y decomisar artesanía que no sea de producción nacional”.
Con más de 400 puestos de venta, la preferia de Alasita se abrirá mañana a las 11.30, en la avenida Simón Bolívar. Previamente, a las 10.00 en el Palacio Consistorial, la Secretaría de Culturas presentará el programa oficial de la Alasita 2018.
La preferia contará con artesanos en yeso, hojalata y de billetitos pertenecientes a los sectores de: Juan de la Riva, Kantuta y Simón Bolívar, además de otros invitados. Fenaena informa que la instalación de puestos se iniciará hoy desde las 06.30.
Una de las principales características del programa es que éste celebrará los 50 años de la federación como institución que engloba a los artesanos.
“Fenaena obtuvo su personería jurídica en 1969. Eso quiere decir que este año festejamos medio siglo como institución legal, pero no hay que olvidar que, en realidad, esta fiesta la celebramos desde 1781, según cuenta la leyenda, y antes realizábamos el intercambio de illas (miniaturas que representan los deseos que el propietario quiere que se hagan realidad) en diciembre”, agrega.
Como parte de los festejos se planea destacar a quienes han contribuido por más tiempo al éxito de las diferentes ferias.
Asimismo se tiene previsto incrementar las actividades dentro de la Alasita, entre ellas la elección de los ekekos (infantil y adulto) una ch’iti feria —protagonizada por los hijos y nietos más jóvenes de los artesanos— más grande, además de preparar ofertas que atraigan la visita de personas durante el mes de venta.
El Museo del Ekeko ya tiene un terreno
El Museo del Ekeko, proyecto largamente acariciado por la Federación Nacional de Artesanos y Expositores de la Feria de Navidad y Alasita (Fenaena), ya cuenta con un terreno ubicado en la Avenida del Ejército, cerca del Campo Ferial del Bicentenario, donde se celebra Alasita.
Así lo asegura Freddy Butrón, dirigente de esta institución, aunque no especificó la dirección exacta del sitio donde se levantará este centro cultural.
“El año pasado nace la idea gracias al vicepresidente Álvaro García Linera y el señor Alcalde (Luis Revilla), quien se comprometió a ayudarnos a conseguir el espacio de 200 metros cuadrados. Esperamos que los trabajos de construcción comiencen en esta gestión”, indica el dirigente de los artesanos.
Además de ser un repositorio en el que se exhiban las antiguas miniaturas, el añorado Museo del Ekeko también servirá como una sede permanente para Fenaena y allí se organizarán las actividades de Alasita.
En años anteriores, en coordinación con la Alcaldía de La Paz, se instalaba un repositorio temporal en diferentes secciones del Campo Feria del Bicentenario.
Allí se contaba la historia de la manifestación, tanto la forma contemporánea de la misma como su versión precolombina.
La feria de Alasita se celebrará en 20 países
La Alasita, la tradicional feria de los deseos en miniatura que se realiza este mes en La Paz, se celebrará de forma simultánea en al menos 20 países, anunció ayer la ministra de Culturas y Turismo de Bolivia, Wilma Alanoca.
La Alasita, que en aimara significa «cómprame», se realizará en países «donde hay embajadas que representan a Bolivia» y donde exista comunidad boliviana, sostuvo la Ministra a los medios.
Según Alanoca, la iniciativa se llevará adelante en países como Argentina, Brasil, Chile, Perú, España y Japón, entre otros que celebrarán esta festividad el próximo 24 de enero, como es costumbre en La Paz, donde las personas compran miniaturas que representan sus sueños y deseos para que se vuelvan realidad.
«El objetivo es que el mundo entero conozca que Bolivia tiene esta diversidad de sus manifestaciones culturales y que como bolivianos queremos compartir nuestras creencias», enfatizó Alanoca.
La ministra de Culturas se refirió al tema al presentar el libro «Los recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita», que fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2017.
El texto incluye una traducción al español de aquella declaración de la Unesco y otros documentos oficiales sobre esta feria que estaban en francés y en inglés.
«Se hizo la traducción del expediente que estaba en francés para que cada uno de los bolivianos pueda tener acceso. Democratizamos la información porque el pueblo boliviano merece conocer de cerca los detalles de este expediente en un resumen», afirmó Alanoca.
Por su parte, la jefa de la unidad de Patrimonio Inmaterial de ese ministerio, Carmen Loza, señaló que el texto sintetiza una serie de documentos y, a la vez, explica los recorridos que los bolivianos hacen en esta feria. El recorrido comienza a mediodía del 24 de enero, cuando los bolivianos adquieren miniaturas y las hacen bendecir primero con los yatiris o chamanes indígenas y luego con sacerdotes en templos católicos, con lo que cobran un nuevo significado para quien adquirió esas artesanías porque están cargadas de fe, explicó Loza.
El texto servirá como una herramienta académica de consulta o fuente primaria para autoridades, investigadores, cinetistas y estudiantes que trabajan con el patrimonio boliviano.
La figura principal de la Alasita es el Ekeko, la deidad andina milenaria de la abundancia y la fortuna.
Entre las actividades previstas para este año está un recorrido ritual el 23 de enero, un día antes de la inauguración de la feria, con la Illa del Ekeko o Ekeko Tuno, un ídolo de piedra precolombino recuperado de un museo de Suiza en 2014, informó la Alcaldía paceña.
También están previstas la elección del Ekeko 2019 y una exposición de arte en miniatura, entre otros eventos programados por el municipio de La Paz. Los otros países que partciparán del evento son: China, Bélgica, México, Colobmia, Paraguay, Francia, Ecuador y Alemania.
Ilusiones sobre ruedas
Por Marco Fernández Ríos
A pesar de estar cerca de los 90 años, Santos Paty sostiene la lija con firmeza para dar forma al pedazo de madera que dentro de poco se convertirá en un camión, una camioneta o un bus interdepartamental. Son 40 años desde que comenzó a construir autos para la Alasita y heredó el arte a sus hijos, en especial a Hernán, quien ha convertido la casa familiar en una fábrica de ilusiones sobre ruedas, con PumaKataris y Wayna Buses como novedad para la fiesta de la miniatura.
Es una especie de tradición que la familia Paty esté ajetreada a inicios del año, ya que faltan unos cuantos días para la inauguración de la Alasita. En un callejón de Tejada Triangular, en El Alto, Hernán funge como director de la factoría, pues coordina el trabajo con su padre y con su hija Nicole, quien a sus 15 años está aprendiendo a trabajar la madera para convertirla en autos pequeños.
Su taller se encuentra en una habitación pequeña, una especie de paso obligado para ingresar a los dormitorios. De manera estratégica, tres mesas están en las esquinas, mientras que varios mostradores guardan decenas de proyectos de madera que esperan ser terminados.
“No he aprendido de nadie, he empezado de puro curioso”, cuenta Santos, un hombre casi nonagenario que moldea el material como los primeros años que se dedicó a hacer artesanías.
Hace cuatro décadas aprovechaba su tiempo libre para observar en la calle los vehículos que pasaban cerca de él. Los estudiaba y memorizaba las líneas rectas y curvas. Cuando llegaba a su casa, de inmediato tomaba un lápiz y comenzaba a dibujar figuras geométricas en hojas de papel o en pedazos de cartón.
“Primero hago un cuadrado largo”, explica en una hoja de papel sábana. No puede oír las preguntas, debido a que está sordo y solo escucha un poco por el oído derecho, así es que continúa con su exposición sobre cómo empezó a construir sus primeros camiones. “La primera vez me ha salido bien, pero no era tan fino, así es que he armado otro auto. Otra vez he mirado cómo son y otra vez he dibujado”.
Los hijos mayores de Santos quedaron impresionados por sus obras, así es que desde entonces se dedican a hacer autos en miniatura para la Alasita.
Los primeros recuerdos de Hernán están ligados a los inicios de la década de los 80, cuando sus papás le llevaban al puesto de venta, cuando la exposición de artesanías se llevaba a cabo en la plaza San Francisco o en la avenida Tejada Sorzano.
Cuando a sus siete años ayudaba a colocar llantitas, vidrios y chinches para adornar los juguetes, su padre le enseñó que los autitos debían estar bien hechos porque tenían que resistir el peso de los niños que los utilizarían para jugar. Debían durar toda la vida. “Los papás valoraban lo que compraban porque era un sacrificio y los hijos cuidaban sus juguetes”, dice.
La otra razón para que colaborara en el trabajo era que aprovechaba en jugar con las artesanías cuando nadie le veía.
A sus 41 años, Hernán mantiene a su familia lo mejor que puede, ya sea como miembro de seguridad, chef o como profesor de manualidades en una unidad educativa de la urbe alteña. Pero cuando llega octubre, su rutina cambia, debido a que es momento de tomar la madera que ha dejado secando durante un año para comenzar a darle forma. Durante varios años conservó la tradición de construir camiones y micros Dodge de nariz larga, hasta que llegaron las primeras unidades de PumaKatari a La Paz. Al verlas quedó sorprendido, por lo que, al igual que solía hacer Santos, los observó con detenimiento y sacó un modelo similar..
La calidad de su trabajo hizo que un amigo le contactara con los ejecutivos del Servicio de Transporte Municipal, quienes le dieron el permiso para construir los buses ediles y, además, le pasaron las especificaciones del modelo original.
Para este año está preparando al menos 15 buses PumaKatari de 55 centímetros de largo, algunos con el interior igual al coche original, mientras que otros pueden servir de joyeros y como lapiceros. Lo mismo ocurre con los 15 Wayna Buses en miniatura, con el mismo color azul intenso y el logotipo multicolor. Para ello, en la mesa más cercana a la puerta del taller, Hernán sostiene el pincel más fino y dibuja con mucho cuidado todos los detalles.
En la otra esquina, al frente de la ventana y del televisor antiguo de 20 pulgadas, Nicole —hija de Hernán y nieta de Santos— mira un capítulo de Los Simpson mientras pinta los camiones, que dentro de poco lucirán relucientes colores rojo, verde y amarillo. “He empezado cortando las llantitas y con el tiempo he aprendido a pintar líneas delgadas y los diseños”. Dice que le gustaría construir una volqueta o un bus porque, según su percepción, son más fáciles de hacer.
Con la habilidad que le ha dado la experiencia y el cariño por lo que hace, Nicole está dando los últimos detalles a una volqueta que abre el capó y las puertas, mientras una fila de camiones de 50 centímetros de largo espera ser terminado. Si bien está decidida a seguir los pasos de Santos y de Hernán, planea estudiar contaduría, parvulario y odontología.
La tradición continúa. Como todos los años, en el taller de la familia Paty hay mucho movimiento. Ya sea Santos, que está construyendo una limusina; Hernán o su esposa María, ya sea alguno de sus cuatro hijos, el movimiento es intenso porque están a punto de ayudar a que los deseos en miniatura se hagan realidad en la Alasita. Por ahora, todo marcha sobre ruedas.