Nodal Cultura | Carla Valles y Claudio Fuentes: «Santiago Off es un movimiento cultural más que solo un festival de teatro»
Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura
Santiago Off es un Festival que tiene no solo una trayectoria consolidada en la escena de verano de Chile, que es muy importante, porque cuenta por un lado con el apoyo del público que participa activamente de los shows musicales y llena las salas para los espectáculos, sino que también parte recibe la visita y la mirada atenta de gran cantidad de programadores de festivales de todas partes del mundo.
Carla Valles es miembro del directorio de la Fundación Santiago Off y Directora de Gestión y Contenidos del Festival. Según ella “Santiago Off es un movimiento cultural más que solo un Festival de teatro. Quienes lo fundamos somos artistas. En ese momento sentíamos que para nuestra generación era absolutamente imposible visibilizar nuestro trabajo en los circuitos profesionales que tenían alguna relevancia”.
Claudio Fuentes es el director del Festival. Él completa la idea lanzada al comienzo de la conversación por Valles. “En ese momento la programación de las principales de teatro se hacían a puertas muy cerradas; Santiago a Mil, el único festival importante que se hacía en ese momento, era también el único que tenía contacto con el extranjero. Te podías pasar 10 años haciendo teatro y seguir siendo emergente a la vista pública. Por eso decidimos organizarnos y generar una alternativa que nos pareciera más democrática y más transparente en relación con el acceso a oportunidades de desarrollo y crecimiento para todos los artistas.
Nosotros hicimos convocatorias públicas y generamos un sistema de trabajo que tiene que ver con la colaboración y la asociatividad”.
Nodal Cultura dialogó en Santiago de Chile con Valles y Fuentes sobre los orígenes de Santiago Off, los programas que llevan adelante con la fundación, los problemas de financiamiento para las artes en Chile, el régimen institucional para la Cultura y las particularidades y recomendaciones para esta nueva edición del Festival.
“Fue fundamental plantear en las artes escénicas en Chile un movimiento que tenga que ver con la asociatividad, la colaboración y el trabajo en bloque”, continúa Fuentes. “Allí estuvo lo nuevo, hablar con los centros culturales y lograr que se pueda compartir la programación y la difusión, no competir. Acá todo lo que pasaba en enero se le atribuía a Santiago a Mil. Nosotros como generación, que teníamos por entonces veintitantos años, sentíamos que necesitábamos poder construir una plataforma independiente frente a esa suerte de monopolización que no tenía ningún sentido”.
“La tendencia Off es de alguna manera mundial. Ocurrió por ejemplo con el Festival de Avignon, que nació rebelde y hoy es una institución. Allí surgieron Avignon Off, Avignon Off Circo, Avignon Off danza. No se trata de competir con el festival que se convirtió en una institución, sino también proponer líneas curatoriales y una base artística y que a partir de una iniciativa se instalen muchas más iniciativas que agilicen y dinamicen el sector cultural”.
Pensando en el recorrido de Avignon, del off a la institución que requieren que surjan nuevos “off” a su alrededor ¿Cómo harán ustedes para que Santiago Off no termine convirtiéndose en la institución consolidada y que finalmente deje afuera a los nuevos artistas y las nuevas tendencias?
CF: Hay varias cuestiones. La primera es que nosotros no tenemos nunca el financiamiento garantizado. Cada año nos presentamos a Fondo Concursables y podemos llegar a un mes antes del festival sin tener precisiones sobre cómo se concretará el financiamiento. Esto nos pone siempre en el terreno de lo contingente.
Pero además somos un festival puramente político y eso nos permite reflexionar sobre cuestiones desde el propio desarrollo del Festival. El año pasado trabajamos sobre los 30 años de democracia, y en la práctica vimos que hay situaciones que son negadas, que vivimos en una eterna transición. El toque de queda es perpetuo. Si vas a los barrios menos céntricos, a las 9 de la noche no hay nadie en la calle, todo el mundo se esconde en su casa. En muchas comunas y ciudades que hemos podido conocer, vimos que esa es una cicatriz que dejó la dictadura. Por eso el mundo del arte tiene que reflexionar al respecto y volver a tomarse la ciudad, volver al encuentro, al diálogo. Esa fue nuestra bandera y se puso en valor.
Este año hay un cambio en la institucionalidad, tenemos ahora un ministerio y hay proyectos de leyes que están pendientes y que revitalizarían el mundo de las acciones culturales. Como las mejoras no suceden, es el momento de agruparnos, de construir herramientas gremiales, de dar forma a una central de trabajadores del arte. Pasar de la divergencia a la convergencia. Cambiar el paradigma.
¿Cómo se refleja esto en la selección que realizaron para esta edición de Santiago Off?
CV: Nosotros tenemos una metodología curatorial que ha tratado de ir en contra de lo que institucionalmente se suele hacer, que es partir de lo temático. Lo temático domina mucho lo institucional en la cultura. Siempre hay algún tema relacionado con efemérides o a la actualidad. Por ejemplo, los 100 años de Violeta Parra ordena todos los fondos y todo lo que hacen los artistas va hacia ese tema. Eso está bien, pero limita la creación y termina guiando lo que los artistas producen para poder aplicar a las fuentes de financiamiento.
Por eso nosotros nunca ponemos una guía temática. Hacemos una convocatoria abierta donde valoramos la autoría, las disciplinas sobre las que se trabaja, la investigación, los artistas que enfoquen sobre temas contingentes e interesantes para la ciudadanía, la factura estética.
Hacemos una primera selección con esos criterios de contundencia de los contenidos, independientemente de los temas.
Cuando tenemos esa preselección analizamos que temas surgen espontáneamente en lo que está allí sobre la mesa. De ahí elegimos los temas de cada año. Este año no fue un tema particular sobre la creación, sino que nos convocó a volver al lema del Festival: “La unión hace la fuerza”. Porque pasó un fenómeno particular, ya que tuvimos muchas postulaciones de compañías que de alguna manera tienen una trayectoria importante a quienes podemos considerar que ya no están en el Off, como “La Mona ilustre” y “La Patriótico Interesante”, que han tenido grandes producciones, recorrieron el mundo, son sustentables, pero son políticamente muy activas y han estado en la vereda de lo independiente. Esas compañías estaban queriendo participar del festival por lo que políticamente moviliza. Por eso decidimos volver al lema original, por la contingencia política que tenemos, ya que tuvimos 3 ministros, un ministerio que no se acaba de concretar, sacamos a un ministro a través de movilizaciones públicas, hemos cuestionado muchas personas que se han puesto en área, nos movilizamos por el presupuesto, hay sindicatos de trabajadores de la cultura en paro.
La situación es de tensión y activismo frente a la institucionalidad. Entonces lo que hicimos fue tomar este espíritu y hacer esta curaduría final, convocando a grupos que son parte de esta efervescencia, más allá de los temas de las obras.
¿Cómo definen el mundo de Santiago Off, incluyendo a todas las actividades que tienen además de las obras?
CV: Hoy somos una fundación y como tal hoy generamos 5 programas diferentes. Son continuos y permanentes, de todo el año. El Festival es uno de esos programas y el resto se replican también durante el mismo. Un programa es Escuela Off, dedicado a la formación e investigación artística. Otro, La rebelión de las voces, está enfocado a la dramaturgia y en esta edición estará presente a través de la venta de libros teatrales. Tenemos un programa que tiene que ver con la internalización de las artes escénicas, que durante el Festival organiza el encuentro de programación iberoamericana y finalmente contamos con Red de extensión Santiago Off, que es la plataforma desde la que todo el año trabajamos en relación con la circulación nacional. Durante el Festival es lo que facilita que diversas comunas se sumen como sedes.
CF: La Escuela Off siempre tiene dos líneas de trabajo y este año durante el Festival el foco es el circo, gracias a la asociatividad con “Circo del mundo”, una ONG que ha fomentado la disciplina del circo contemporáneo con mucha potencia.
Además, como nosotros nos consideramos una plataforma para plataformas, este año colaboramos de manera directa con “Circo del mundo” y los festivales “Teatro en casa” y “Flor de esquina”, que son iniciativas independientes, pero con quienes convergemos para potenciarnos entre nosotros mismos. No estamos solos ni somos competencia. También tenemos taller permanente de gestión cultural, y este año proponemos un seminario que estará dictado por 5 mujeres muy importantes en su disciplina que hablarán sobre la formulación y comunicación de proyectos. Es muy importante para nosotros poder poner a disposición de la comunidad artística –y todos los ciudadanos- este tipo de talleres gratuitos y de calidad. Esto es clave para que muchos artistas y artesanos del mundo artístico puedan adquirir las herramientas, que el mismo fondo para las artes no se las está proporcionando. Mucha gente no accede a un proyecto porque los formularios son tan complejos que no se comprenden. Por eso tenemos que compartir ese conocimiento.
¿Qué pueden contar sobre los espectáculos que se verán en esta edición?
CF: Este año por primera vez abrimos un ala curatorial que está relacionada con los públicos familiares, y por eso abrimos el Festival con un espectáculo que es para todo espectador, Pareidolia. Además el trabajo de la compañía “La llave maestra” tiene mucho que aportar a la escena nacional, hace un trabajo único dentro de su disciplina. También estará “Pateando piedras” que es un estreno y es la primera vez que abrimos Santiago Off a estrenos. Es bastante particular, porque además de tener a Paula Zuñiga, una actriz con mucha trayectoria en las artes escénicas chilenas, tiene un coro ciudadano de 150 personas. Eso nos parece importantísimo. En la obra toca la figura de Jorge González, uno de los rockeros más importantes de la música chilena, dueño de un discurso súper frontal y directo.
CV: Hay algo muy interesante. Esta obra es parte de una trilogía, que incluyó a Victor Jara y Violeta Parra, y acá hay una señal muy clara de la compañía. Porque al ponerlo junto a ellos habla de un discurso contemporáneo y de cómo entender esas genealogías. Jorge González está vivo, es muchas veces controversial, que del rock se ha movido a espacios de la música electrónica, que tuvo regresos al escenario muy polémicas. Es interesante entonces que ellos completen su discurso en la escena diciendo que la tercera figura de esa trilogía es él.
Además tenemos dos retrospectivas muy importantes de compañías con trayectoria destacada. Se trata de “La Patriótico Interesante” y “La Mona Ilustre”, que van a estar con dos o tres obras cada una, mostrando un poco lo que han sido los desarrollos de sus carreras. Como te comentaba Claudio, habrá un foco circo y es la primera vez que tenemos tanta programación de esta disciplina. Este año está la carpa de “Circo del mundo” como sede, pero también hay programación de circo en Matucana.
Tenemos también un ciclo de obras más jóvenes y más independientes como el Teatro del Puente, el Taller del Siglo XX o en el Sidarte. Está también el estreno de La señora Schmitz, que es toda una novedad, porque además de ser un estreno, es una producción realizada en acuerdo con el FIBA de Buenos Aires, con dos directores, Claudio por Chile y Cecilia Bassano por Argentina. También reponemos Painekur, que este año ganó como mejor en los premios literarios y tiene una mirada muy interesante sobre el conflicto mapuche. También reponemos Correo, que es una obra que ya estuvo en Santiago Off, que a partir de su presencia acá –se estrenó en el edificio de Correos de Chile- viajó por todo el mundo y de alguna manera regresa a cerrar un ciclo dos o tres años después. Esto es muy bonito para nosotros.
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