Las elecciones en Estados Unidos y los inmigrantes latinos – Por Marcelina Romero, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Marcelina Romero*
El pasado 6 de noviembre se celebraron las elecciones de medio término en Estados Unidos. Entre los puestos electivos se encontraron 35 de las 100 bancas del Senado, los 435 puestos de la Cámara de Representantes, 36 gubernaturas y las legislaturas estatales. Los resultados son conocidos, los republicanos lograron mantener la mayoría en el Senado, mientras que los demócratas arrasaron en la Cámara de Representantes.
Sin embargo, debemos ver estas elecciones, en principio, como un triunfo para los demócratas. El control de la Cámara de Representantes en manos de los demócratas, por primera vez en ocho años, es una victoria que hace bien al sistema democrático de la nación. Invade cierta tranquilidad saber que existirá oposición dentro del recinto, se podrá debatir la agenda política y legislativa del partido republicano (partido que ocupa el sillón presidencial hasta 2020).
Por otro lado, a partir de la nueva conformación de la cámara, los demócratas podrán exigir investigaciones que expliquen la separación de las familias inmigrantes, rever la declaración de la renta, revisar la cláusula de emolumentos -estatus de Trump como promotor inmobiliario- y todo lo que el partido demócrata presuponga que atenta contra los derechos o el bienestar colectivo. Como si esto fuera poco, fueron los demócratas los que obtuvieron la “medalla de oro” para la maratón electoral: controlarán el gasto.
Ahora, quizás debamos preguntarnos: ¿cuáles fueron los factores que llevaron al electorado a otorgarles el triunfo a los republicanos en el Senado? El dato que, seguramente, más influyó fue el comentario hecho por el presidente Donald Trump al referirse a las elecciones como las “elecciones de la caravana”. Con esta expresión, quiso hacer alusión y demonizar a la caravana de migrantes centroamericanos. Para éste, todo vale, no importa analizar la realidad que los trae hasta la puerta de los países vecinos (miseria, hambre, inseguridad, malas políticas en sus países de origen, etc.).
No cabe duda, los candidatos republicanos utilizaron al grupo de indocumentados para conseguir el voto de muchos estadounidenses, conquistaron el voto de las bases “trumpistas”. Una vez más se demostró que no hay nada que movilice más al electorado republicano que el tema “inmigración”, la retórica de ver a los países vecinos como la peste cumplió su prometido.
Es preciso, mencionar que los Estados Unidos y México comparten una frontera de 3.200km. El estado de Texas ocupa la mayor parte de la frontera, sin embargo, es el estado con menor extensión de muro fronterizo. No en balde es el lugar por el que muchos de los migrantes indocumentados han cruzado durante décadas.
Los inmigrantes tenían cierta esperanza en los candidatos demócratas, ya que prometían en sus plataformas de campaña descriminalizar la inmigración, e interpelaban a sus contrincantes anunciando que pelearían en el Congreso para despenalizar los cruces fronterizos no autorizados. Todo parecía que se acercaba la hora del cambio real. La vista del mundo de los derechos humano estuvo puesta en los resultados electorales (con la esperanza de que ganara alguien que les ayudará a cruzar la frontera o que les otorgará otra solución). Sin embargo, Beto O’Rourke, quien había montado una campaña competitiva para derrocar al senador republicano Ted Cruz desde su banca (hasta el último momento hizo pensar que sucedería) no lo logro por una mínima diferencia. Pero dejo la puerta abierta para las próximas elecciones que prometen que Texas puede teñirse, de una vez y por todas, en azul. Hay que pensar en la perspectiva hacia el futuro…
La solución a la crisis sobre la detención y separación de familias en la frontera está en que el Congreso revoque las leyes que penalizan la inmigración. Ahora, bajo bandera republicana es muy poco probable que dé un giro el tratamiento hacia los inmigrantes. Todo se complejiza. Los demócratas exigen estrategias que ayuden a detener las propuestas anti-latinas. Seguramente, aquellos que siguen paso a paso a la “caravana migrante” están atentos a los estados como California, Arizona, Nuevo México y Texas. Aquí mencionamos, cuáles fueron los resultados cada uno de ellos:
Texas:
Uno de los estados con una de las mejores economías de la nación sigue siendo republicano. Sin embargo, los demócratas han conseguido estar tan cerca de sus rivales que puede quebrar la hegemonía republicana en las próximas elecciones. En la carrera para gobernador resultó reelecto el republicano Greg Abbot, quien logró vencer a Lupe Valdez con una ventaja de 13,3 pp.
Los texanos reclaman propuestas concretas en materia de educación pública, eficiente acceso a salud, un tratamiento basado en derechos humanos en temas de inmigración y seguridad fronteriza. Solo el tiempo dará respuestas…
Es preciso, recordar que el flamante gobernador reelecto, Abbot, dijo que está a favor de armar a los profesores. Dijo estar asesorado por un panel de expertos, luego del tiroteo en Santa Fe (donde fallecieron dos profesoras y ocho alumnos). Abbot aseguró: «A ellos [profesores] se les debe dar esa opción”.
Nuevo México:
La demócrata Michelle Lujan Grisham (la mujer que logró cambiar el rojo por el azul por primera vez después de 16 años) derrotó al republicano Steve Pearce. La primera mujer demócrata en ganar la gubernatura de este estado, reemplazará a otra mujer, Susana Martínez que posee la misma medalla del bando republicano. Con su campaña radicalmente opositora a las políticas de inmigración del presidente Trump conquistó al extenso electorado latino. Nuevo México es el estado con el porcentaje más alto de hispanos que cualquier otro estado, casi la mitad. No podemos dejar de mencionar que tiene una de las tasas de pobreza más altas del país. En 2017, el 19.7 por ciento de sus residentes vivía por debajo del índice de pobreza. Fue durante un debate televisivo donde Grisham aseguró que el bajo salario mínimo del estado es el “factor más importante para mantener a nuestras familias en la pobreza”.
California:
En este estado se impuso el demócrata Gavin Newson, tras derrotar al empresario republicano John Cox. Durante la campaña sus prioridades estuvieron marcadas por la inmigración y educación. El exalcalde de San Francisco fue el primero en desafiar prohibiciones estatales y federales al aprobar el matrimonio igualitario. Apoya la ley de estado santuario (término que surgió en la década de 1980, luego de que la ciudad de Los Ángeles le pidiera a la policía que dejara de interrogar a algunas personas solamente para determinar su estatus migratorio en 1979). Territorio santuario significa que en California las familias inmigrantes, especialmente las que son indocumentadas, pueden vivir un poquito más tranquilas y seguras.
Gavin se comprometió a defender a los inmigrantes contra la “persecución” de Donald Trump. “Es el momento de poner fin a las políticas de caos y crueldad. Es el momento de ir más allá e ir juntos, de la decencia, de los hechos, de la confianza y de la verdad”.
El estado californiano es la quinta economía del mundo gracias al crecimiento sustentado en Silicon Valley, el cinturón hortícola en el interior y la megalópolis de Los Ángeles (factores que favorecen una situación financiera exitosa al estado). Sin embargo, este brillo otorgado por la industria tecnológica generó un efecto negativo en el aumento del costo de vida. Tal es así, que cuarenta millones de habitantes, alrededor del 40% comunidad hispana, están sumidos en la pobreza. La alegría de unos es la miseria de otros; acceder a la vivienda es cada vez más complejo, propietarios e inquilinos quedan fuera de esa fiesta. Hay que realizar políticas públicas para revertir la situación, en California se encuentran 4 de las 7 ciudades con más personas sin techo de Estados Unidos.
Arizona:
El gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey, logró la reelección con una contundente victoria sobre su contrincante hispano demócrata, David García. El reelecto gobernador apoya la construcción de un muro fronterizo con México. Su plataforma política está basada en el tema migratorio y la seguridad en la frontera. Además, apoyó la presencia de la Guardia Nacional en la región. Es preciso, recordar que refiriéndose a las separación de las familias inmigrantes Ducey dijo: «Siempre he apoyado una mayor seguridad en la frontera, quiero ver una frontera segura, pero no quiero ver a niños siendo separados de sus padres. Mi corazón se rompe por estas familias”. Este año hemos presenciado lo más cruel que uno puede ver, un total de 1,995 niños y niñas separados de sus padres en la frontera sur como resultado de la política «tolerancia cero» con la inmigración ilegal, implementada por la Administración de Donald Trump.
Las cartas están jugadas, al menos por parte del electorado que ya decidió a quienes desea como representantes. Quedan por delante dos años con un mapeo político estadounidense totalmente diferente en cuanto al equilibrio de poder. La generación política más joven, más diversa y con mayor presencia de mujeres, son algunos de los puntos que debemos agradecer a Partido Demócrata. Solo queda esperar porque se cumpla la frase de Platón: “El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos”.
(*) Master en Comunciación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington University, miembro de la Red de Politologas -mujeres dedicadas a la Ciencia Política latinoamericanista-