Rigoberta Menchú, premio Nobel guatemalteca: “Si quieren volver a los años 80, están perdidos. La población no lo va a permitir”

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Por Asier Vera

Miles de personas, convocadas por la Asociación de Estudiantes Universitarios de la USAC y la Alianza Social y Popular, marcharon este 20 de septiembre en Guatemala al grito de ‘Jimmy Morales, a los tribunales. Sandra Jovel te vas a ir con él’. De esta manera, exigieron la renuncia del  Presidente y de los ministros de Gobernación, Relaciones Exteriores y Defensa, Enrique Degenhart, Sandra Jovel, y Luis Miguel Ralda, respectivamente. La población no les perdona que impidieran ilegalmente el 3 de septiembre el ingreso al país del Comisionado de la CICIG, Iván Velázquez, para evitar que siga su trabajo de investigar la corrupción, que salpica a la máxima autoridad de Guatemala y a sus familiares. Mientras Morales guarda silencio, después de que la Corte de Constitucionalidad le obligara este martes a abstenerse de emitir órdenes que veten la entrada de Iván Velázquez, la población salía a las calles con carteles en los que se leía ’Fuera Jimmy’ o ‘No le temo a la represión del Estado. Le temo al silencio de mi pueblo’.

La protesta se ha celebrado en un clima de exagerada presencia policial, con cientos de agentes protegiendo el Palacio Nacional y el Congreso. Jimmy Morales ha llegado incluso a sacar a los kaibiles a la calle como sucedió el pasado 12 de septiembre en un claro acto de intimidación a la población, mientras que el 31 de agosto apostó siete tanquetas J8, con armas de alto calibre, frente a la sede de la CICIG. No se conformó con eso, sino que horas después, el Presidente se rodeó de toda la cúpula militar y policial para anunciar que había notificado oficialmente al secretario general de la ONU, António Guterres, la no renovación del mandato de la CICIG, que expira el próximo 3 de septiembre de 2019.

En una entrevista con Nómada, la Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú, advierte al mandatario de Guatemala y al Ejército que “si quieren volver a los años 80 están perdidos, porque la población no lo va a permitir”. Así, Menchú señala que la situación de crisis que está viviendo en estos momentos Guatemala le recuerda a aquellos años 80 “cuando promovimos en la Asamblea General de la ONU las primeras resoluciones condenatorias a la violación de Derechos Humanos”.

No obstante, considera que “afortunadamente”, la fuerza que tiene ahora mismo el Ejército en el país “no es la que tenía en los años 80”, por lo que a pesar de que “sí tiene una función en esta crisis”, avisa que la juventud “no va a permitir” que esta institución vuelva a utilizar la represión contra la población. “La gente toma sus decisiones, se manifiesta y no hace caso a órdenes que le puedan censurar sus expresiones”, recalca la Premio Nobel de la Paz.

Para Rigoberta Menchú, actualmente hay una “crisis de gobernabilidad”, que provoca una “expresión masiva” de la ciudadanía de “inconformidad no solo por el tema de los derechos humanos, sino también por todas las libertades fundamentales y todo el abandono a la población”, sobre todo en el interior del país en donde “no hay trabajo”.

En este sentido, arremete contra Jimmy Morales, a quien acusa de que “le encanta la crisis y hace broma con nuestra realidad”, algo que, a su juicio, es “muy peligroso, porque lo que está dañando precisamente es el sistema de Justicia y la presencia de la comunidad internacional en Guatemala”. Además, agrega que en la situación actual, hay un “riesgo” no solo para los defensores de los Derechos Humanos, sino también “para los jueces y magistrados que ya dictaron Justicia en torno a una cantidad de personajes que están vinculados a la corrupción, a la impunidad y a las mafias corporativas”. Menchú lamenta que esta “mezcla de mafias corporativas” no solo se da en Guatemala, sino que “me atrevo a decir que mucho de esto está ocurriendo en América Latina”.

Guatemala es una “democracia ficticia”

Por ello, subraya que la CICIG ha hecho “bastante ruido” en los sectores que “por muchos años han vivido de la impunidad y de la corrupción” y que han provocado que Guatemala sea un país donde existe una “democracia ficticia”, dado que “año tras año” ganan los mismos las elecciones.

“Hay una crisis institucional global que pone en riesgo el sistema de justicia y, por eso, hemos reaccionado”, recalca Menchú, quien aboga por que las Naciones Unidas tienen que ser “vigilantes de los Derechos Humanos en Guatemala y tiene que ayudarnos a proteger los avances logrados a partir de los acuerdos de paz”. Así, recuerda que cuando en 1996 se firmaron los acuerdos que pusieron fin al conflicto armado interno, “estábamos conscientes de que tendríamos que hacer reformas” que en su opinión, “no caen bien a los sectores que siempre manejaron este país a su antojo”.

Preguntada sobre si considera que Jimmy Morales debe dimitir, Menchú opina que éste es un tema que lo tienen que “tomar en cuenta las instituciones del Estado”, dado que, según recuerda, en Guatemala hay tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y “en sus manos está tomar una decisión” al respecto de la continuidad o no del Presidente.

La Premio Nobel de la Paz, que incide en que ella “hace mucho tiempo” que está por el camino de la Justicia Penal y de “fortalecer” el trabajo del MP y la CICIG, destaca que el Comisionado Iván Velázquez ha hecho una “novedad muy grande” en Guatemala “no tanto porque son nuevas las cosas, sino porque alguien se atrevió a sacarlo públicamente”. En esta línea, indica que actualmente, hay muchos antejuicios pendientes, uno de ellos contra el Presidente de la República por el delito de financiamiento electoral ilícito, por lo que desea que “ojalá que el sistema legal se fortalezca y no se debilite”.

Finalmente, ha felicitado a las marchas celebradas este 20 de septiembre, porque“tienen una identidad propia en este momento” teniendo en cuenta que las personas que quisieron protestar en contra de Jimmy Morales “no se vinieron todas a la capital, sino que hay manifestaciones en casi todo el territorio nacional”. Así, defiende que eso es “muy bueno, porque la gente está defendiendo sus derechos desde sus lugares” y, por eso, agrega que “con más razón”, la marcha del Paro Nacional fue “completamente pacífica”, de forma que “no se trata de provocar a nadie, sino de hacer uso de una desesperación que vive la población guatemalteca”.

Aquí, la entrevista completa: 

Nómada

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