20 países participaron en Colombia de la Primera Cumbre Mundial de Desarme, Desmovilización y Reintegración
Expertos de una veintena de países, africanos en su mayoría, se reunieron hoy en la ciudad caribeña de Santa Marta para debatir sobre la reintegración de los guerrilleros que se desmovilicen tras un eventual acuerdo de paz del Gobierno con las FARC y el ELN.
Lo hicieron en el marco de la Primera Cumbre Mundial de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) organizada por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), una entidad gubernamental que desde hace una década trabaja con las personas que optan por dejar las armas.
Entre los expertos internacionales, estuvieron ministros y directores de programas DDR de Angola, Burundi, Mozambique, Ruanda, Sri Lanka, Filipinas, Guatemala, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudán del Sur, Liberia, Uganda, Indonesia o Nepal, entre otros.
Los expertos coincidieron en el «reto» que supone para Colombia afrontar un proceso masivo de desmovilización como el que vivirá si el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llegan a un acuerdo de paz y los guerrilleros regresan a la vida civil.
Uno de los principales obstáculos que se puede encontrar el país, según las opiniones de los expertos, es la reconciliación en la vida civil entre los miembros de los distintos actores armados, ya sean guerrilleros, paramilitares o miembros de la fuerza pública, ya que las rencillas pueden florecer en cualquier momento.
Otro de los retos será ofrecer alternativas duraderas a personas habituadas a vivir alzadas en armas que durante décadas han hecho de la ilegalidad su modo de subsistencia.
Los organizadores de la cumbre destacaron que el de Colombia es uno de los treinta procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración que se adelantan actualmente en el mundo y agregaron que en este país ya se han acogido a estas medidas miles de alzados en armas.
En el marco de la cumbre, la Agencia Colombiana para la Reintegración aprovechó para celebrar la ceremonia de graduación de veinte reintegrados del departamento del Magdalena, que dejaron las armas y pasaron por un proceso de cerca de siete años para regresar a la vida civil.