Argentina: fracasa en el Senado el intento de aprobar el allanamiento a los domicilios de Cristina Fernández

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A Cambiemos le faltaron dos para el show

Por la ausencia de dos de sus senadores, el oficialismo volvió a fracasar en su intento por avanzar con los allanamientos a los domicilios de la ex presidenta Cristina Fernández. Si bien la mayoría de los representantes del peronismo –incluidos 16 de los 24 que integran el bloque que lidera Miguel Pichetto– decidieron no acompañar la jugada cambiemita, el sorpresivo faltazo de Esteban Bullrich y Miriam Boyadjian fue lo que impidió alcanzar los 37 senadores necesarios para comenzar la sesión. En rigor, con uno sólo de esos dos legisladores se hubiera podido avanzar ya que el tablero llegó a marcar 36 senadores presentes. Desde el oficialismo no dieron explicaciones por el faltazo y, en cambio, prefirieron acusar al peronismo y al kirchnerismo de intentar “entorpecer el accionar de la Justicia”. Desde el FpV-PJ, Anabel Fernández Sagasti destacó el mensaje político de la oposición en contra del “atropello institucional” y señaló que se “puede generar una oportunidad para construir lo que viene”. La semana próxima intentarán sesionar nuevamente con el mismo temario, que incluía además la ley de extinción de dominio.

Los senadores se preparaban para una jornada picante, que giraría en torno a las causas de corrupción durante la gestión de la ex mandataria, los cuadernos del ex chofer de Roberto Baratta y la necesidad de que el Estado recupere los bienes producto de actividades delictivas. Con ese objetivo en la mira ayer antes de las 14 se realizó la reunión de Labor Parlamentaria. Allí acordaron que si bien el último jueves habían pasado a un cuarto intermedio –por lo que no era un requisito formal volver a reunir el quórum para iniciar la sesión– de todas maneras era necesario que hoy se volvieran a juntar como mínimo 37 senadores para arrancar. “No tiene ningún valor el cuarto intermedio. ¿Cómo empezás una sesión con 30 tipos? Hablás para la tribuna. Incluso lo que teníamos que decir lo dijimos. Las sesiones tienen que empezar con 37 senadores para darle un piso de seriedad”, aseguró Pichetto luego de caída la sesión. Por el oficialismo el encargado de dar las aclaraciones correspondientes fue Federico Pinedo. El presidente provisional del Senado dejó entrever que si bien reglamentariamente podían haber comenzado, igual no tenían el número para cuando se acercara la hora de votar. “Lamentamos la decisión política de la mayoría del bloque PJ de no dar quórum para autorizar a la Justicia a allanar y tratar una ley de recuperación de activos de delitos de narcotráfico y corrupción”, afirmó Pinedo.

Lo cierto es que de Cambiemos estuvieron presentes 23 senadores. La fueguina Boyadjian aclaró posteriormente que su ausencia se debió a una “cirujía ocular impostergable” que ya había sido concertada con antelación. De Bullrich, en cambio, circuló la versión de que estaba de vacaciones en Alemania, pero en el oficialismo no quisieron dar explicaciones.

Del interbloque Argentina Federal se sumaron 8: Miguel Pichetto, Rodolfo Urtubey, Dalmacio Mera, Omar Perotti, Eduardo Aguilar, Carlos “Camau” Espínola, Carlos Caserio y Mario Pais. También hubo 3 del peronismo federal: Carlos Reutemann, Lucila Crexell y Cristina Fiore; 1 de misiones, Magdalena Solari Quintana. El número 36 fue Fernando “Pino” Solanas, quien se levantó de su banca al ver que el oficialismo no había llegado con el número.

Las ausencias fueron tan significativas como las presencias. Los nueve del FpV-PJ no bajaron al recinto. Tampoco estuvieron los 3 senadores que responden al gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, quienes argumentaron que debieron quedarse en su provincia por el recuento de votos de las elecciones municipales del último domingo. El bloque que conduce Pichetto se ausentó mayoritariamente, inclusive algunos senadores cercanos al rionegrino como Pedro Guastavino. Otros como el formoseño José Mayans, los tucumanos José Alperóvich y Beatriz Mirkin, los pampeanos Norma Durango y Daniel Lovera, tampoco bajaron a la sesión. Los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Eugenia Catalfamo no asomaron por el Congreso. Fuentes parlamentarias señalaban ayer que en algunos casos las ausencias estaban vinculadas con alineamientos políticos de cara a las elecciones de 2019 en las que la figura de CFK comienza a tomar volumen.

“El allanamiento es una medida de prueba, que no define ningún rango de responsabilidad, sino que es una tarea que realiza el magistrado, la cual no se le puede impedir llevar adelante”, afirmó Pichetto para explicar su postura. El senador ratificó, en cambio, que no acompañará un pedido de desafuero ya que no existe sentencia firme, es decir ratificada por la Cámara de Casación Penal. En diálogo con la prensa acreditada en la Cámara alta, Pichetto descartó cualquier especulación por parte de su bloque, al que le dio libertad de acción dadas las diferencias internas. “Los que ingresamos la semana pasada somos los mismos que el día de hoy”, remató.

El oficialismo avisó que volverá a la carga el miércoles que viene. Desde el kirchnerismo adelantaron que si llega al quórum bajarán a “dar la discusión política, porque la discusión no es judicial ni de ninguna otra naturaleza. Lo que hay es una persecución política a una senadora y ex presidenta, y un modus operandi hacia los opositores”. Otros como el radical Mario Fiad apuntaron con dureza contra los ausentes, sin ver la viga en el ojo propio. “Las ausencias de hoy son lamentables e irresponsables”, dijo el senador jujeño.

Página|12


Uberti dijo que las valijas desbordaban la casa de los Kirchner e iban a bóvedas en Santa Cruz

Claudio Uberti, el funcionario del riñón de Julio De Vido que confesó en la causa de los cuadernos , fue más allá de reconocer que los empresarios debían pagar retornos mensuales al gobierno. Mucho más allá. Uberti dijo que las valijas con dólares llegaron a ser más de 20 en el departamento de Néstor y Cristina Kirchner , que desbordaban hasta el palier, que la plata viajaba en el avión presidencial Tango 01 y terminaba en bóvedas en la casa del matrimonio presidencial en Río Gallego, en Santa Cruz.

A la vez, el arrepentido aseveró que Cristina Kirchner usó los hoteles de El Calafate para blanquear fondos.

Era tanta la plata que el día que murió Néstor Kirchner había 60 millones de dólares en su departamento de Recoleta, según la confesión del exfuncionario del Ministerio de Planificación.

Uberti les dio entidad así a las fantasías más audaces que rodeaban la fortuna de Néstor y Cristina Kirchner.

A continuación, los principales puntos de su relato como imputado arrepentido, que le valieron una protección especial y permanecer en libertad:

Valijas y bóvedas: Uberti recordó que cuando era poca plata la llevaba directamente al despacho presidencial en la Casa Rosada, pero cuando era mucha, «cuando era un bulto grande», Daniel Muñoz le recibía el dinero en el departamento de la calle Juncal. Recordó que subió y se encontró con «otras valijas en el palier, y en su dormitorio había muchas, otras más». Por referencias de Muñoz, Uberti supo que ese dinero lo iba a llevar a Santa Cruz; eran tantas, alrededor de 20 valijas de distintos tamaños, que Muñoz le dijo que «después de esto iba a tener que poner un negocio de valijas». El destino del dinero era la casa de Néstor y Cristina Kirchner en la calle 25 de Mayo en Río Gallegos, donde tenían bóvedas que habían comprado al Banco Hipotecario. Las valijas con dinero viajaban en el Tango 01, las cargaban en Aeroparque y las bajaban en Río Gallegos. «Esto es lo que yo vi», dijo.

Blanqueo: «Yo coordinaba la agenda del ministro De Vido y en un viaje a Nueva York, antes de aterrizar, viene Kirchner y me planta un cachetazo: ‘Vos sos un pelotudo, porque vos sos amigo del negro Relats [Juan Carlos, un empresario de la obra pública] y Cristina está haciendo una construcción en Los Sauces y necesita plata blanca’, me dice. Decile a Relats que vaya a El Calafate. Y Kirchner le dijo a Cristina: ‘Este nos va a solucionar el problema del blanco que necesitás y le vamos a enchufar esta poronga que estás haciendo’, en alusión al Hotel Los Sauces . Cristina dijo que lo que estaba haciendo era lo más maravilloso del mundo. Así viajaron a El Calafate Relats y su hija y arreglaron que iba a pagar 105.000 dólares de alquiler por el hotel pelado y que él lo iba a gerenciar». Después, Relats se dio cuenta de que era mucho dinero y le dijo a Uberti que iba a arreglar con De Vido, que se lo descontara de la cuota mensual que tenía que pagar como retornos de la obra pública.

US$60 millones: «El día que Néstor Kirchner murió había 60 millones de dólares en el departamento de la calle Juncal. Lo sé por comentarios». Dijo que las valijas con el dinero viajaban al sur a la vista de todos. «A esta cuestión no era ajena la señora de Kirchner, que presenciaba los transportes», dijo.

Recaudación ilegal: Uberti sostuvo que él mismo realizó los pliegos de renovación de las concesiones de los corredores viales con un equipo de 50 personas y que, al finalizar, Julio De Vido le dijo que Néstor Kirchner no iba a firmar los contratos porque los había hecho «demasiado bien» y no había incluido el pago para el Gobierno. «No arreglaste la guita con la gente, no te va a firmar ni en pedo y te va a hacer cagar», le dijo el ministro De Vido. La advertencia lo llevó a hablar con los empresarios a cargo de los corredores. «Los primeros meses sacaban 150.000 dólares por cada uno de los seis corredores. Era entre 2003 y 2007. Le llevaban la plata a De Vido al ministerio, pero al final se la llevaba directamente a Néstor Kirchner. «La primera vez que le entregué el maletín me dijo: ‘Me tenés que entregar más, acordate que te voy a hacer cagar'», recordó.

Techint: el exfuncionario dijo que De Vido le pidió que le advirtiera a Luis Betnaza, alto ejecutivo de Techint, que «si quería que los trataran bien, tenían que ponerse». Así visitó a Betnaza en el edifico de Techint y recibió pagos de 100.000 dólares cinco o seis veces. «Me dijo que eran para Kirchner», dijo.

Electroingeniería: otro día lo llamó De Vido y le encargó recoger una valija de Gerardo Ferreyra de Electroingeniería. Eran 10 millones de euros que llevó directamente a la quinta de Olivos, donde ingresó por un túnel.

Carácter de Kirchner: recordó que en otra ocasión le llevó la recaudación de los corredores viales y que eran paquetes de euros, dólares y una vez le llevó uno con pesos. «Lo agarró a las patadas y lo tiró por el departamento. Era un suplicio trabajar con él [Néstor Kirchner], pero con Cristina Kirchner era peor».

La Nación


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