México | Porfirio Muñoz Ledo, diputado de Morena: “Es absurdo decir que un Gobierno con mayoría es antidemocrático”

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POR LUIS PABLO BEAUREGARD

El 23 de julio, Porfirio Muñoz Ledo (Ciudad de México, 1933) cumplirá 85 años. Su currículum político es también un testimonio vivo del poder en México. Fue presidente del PRI, ministro de Estado en dos Gobiernos y embajador de México ante Naciones Unidas durante seis años. Todo eso únicamente hasta 1985. Un par de años después, el 15 de diciembre de 1987, renunció al partido hegemónico y reinventó su vida en la oposición. Esa trayectoria lo llevará al Congreso por cuarta ocasión el 1 de septiembre. Esta vez como legislador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido creado por Andrés Manuel López Obrador que ocasionó un tsunami electoral a inicios de este mes.

López Obrador aún no revela quién coordinará la agenda legislativa de Morena en la Cámara de Diputados. En un congreso reciente del partido, el ganador de las elecciones contó que Muñoz Ledo le había pedido ponerle la banda presidencial en la ceremonia del 1 de diciembre. Para ello, el veterano político debe convertirse en presidente de la Cámara baja. El gesto estaría cargado de un fuerte contenido simbólico. Se trata de un guiño al Frente Democrático Nacional (FDN), un movimiento formado por políticos que abandonaron el PRI para construir una alternativa de izquierdas en 1988.

“Desafiamos desde el PRI la autoridad del PRI. El país comenzó a cambiar”, cuenta un lúcido Muñoz Ledo en su casa de Las Lomas de Chapultepec. Mientras da la entrevista bebe un whisky y enciende varios cigarrillos en cadena. A sus espaldas, tiene fotografías con Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y otra donde abraza efusivamente a Fidel Castro. “Yo no niego mis afectos”, sentencia.

Treinta años después, el legislador engrosa nuevamente las filas de un partido mayoritario. Morena controlará desde septiembre a 307 de los 500 diputados en la Cámara de Diputados y a 68 de los 128 senadores. “Decir que un Gobierno con mayoría es antidemocrático es simplemente absurdo”, responde a las voces que han mostrado su temor por el amplio dominio de la formación de López Obrador. “En México sí nos hace falta una mayoría gobernante. La hubo, pero fue terriblemente autoritaria”.

El recién elegido presidente del país definió este miércoles sus prioridades legislativas para el inicio de la legislatura. Estas incluyen una rebaja a los sueldos de los altos funcionarios, reorganizar las secretarías de la Administración Pública, acabar con la inmunidad parlamentaria y privilegios para los funcionarios públicos, revertir la reforma educativa, crear la revocación de mandato y subir los salarios mínimos en la frontera norte.

“No se trata de imponer una mayoría, sino de hablar con los demás”, afirma Muñoz Ledo. “Andrés Manuel quiere un consenso nacional. Eso es muy difícil de lograr, pero el tipo de transformación que quiere lo obliga a tener un amplio espectro de apoyos”.

Aquel primer bloque de reformas estaría destinado a cumplir las promesas de campaña y afianzar políticamente al presidente López Obrador. El futuro legislador de Morena reconoce que la tarea no será sencilla. Las iniciativas deben sacarse adelante con cambios presupuestales que no contemplan nuevos impuestos.

Muñoz Ledo augura que el éxito de esa primera etapa abriría un segundo periodo de transformaciones más profundas del Estado mexicano, entre ellas la creación de una nueva Constitución. “La nueva República depende de un nuevo diseño constitucional, Andrés está convencido de eso. Pero tiene que crear las condiciones hacia mediados de su sexenio. Todavía falta hacer una revisión integral de la Constitución o la convocatoria de una Constituyente. Ahora no se dan las condiciones”.

Antes de llegar a ese punto, Muñoz Ledo trabaja en la redacción de una nueva ley orgánica para el Congreso. “La lucha contra la corrupción comienza en el Legislativo”, asegura. El veterano político pretende reducir el número de comisiones en las cámaras y de institutos que trabajan para los diputados y senadores. Estos organismos engrosan la máquina burocrática del poder legislativo y abonan a la opacidad en el uso de recursos públicos. “Hay que reformar el Congreso: depurarlo, republicanizarlo, modernizarlo”, considera.

La relación con Estados Unidos

En sus memorias Mi historia en la oposición (Debate, 2017), Muñoz Ledo cuenta que el candidato Luis Echeverría llegó al poder con la confianza de que tendría una buena relación con Estados Unidos. La realidad lo desmintió poco después, en 1970. La tensión con Washington marcó su crispado sexenio.

Andrés Manuel López Obrador también ha apostado por el optimismo en su relación con Donald Trump, quien ha mostrado una sincera hostilidad hacia los mexicanos. El presidente electo recibe este viernes en su casa de transición a los emisarios del republicano, encabezados por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. En la agenda figura la renegociación del tratado de libre comercio, seguridad y migración.

“Los acuerdos integrales con Estados Unidos siempre han fracasado porque ellos tienen más que imponernos que nosotros. Yo prefiero que se discuta tema por tema. Nada de eso de que ellos dan migración y nosotros les damos petróleo, porque nos metemos en una cadena muy complicada”, asegura.

“Lo que reduce la migración es el salario, no el empleo. Hay que probar a los americanos que la migración es el fruto natural de la relación económica”, dice el exministro del Trabajo entre 1972 y 1975. Desde ese entonces, el ingreso mínimo ha perdido 82% de su valor. “Han expropiado el salario. Ese es el verdadero drama del país”, apunta Muñoz Ledo. El veterano legislador tendrá en septiembre una última oportunidad para mejorar las condiciones de los mexicanos en lo que ha sido una prolongada vida dedicada a la política.

El País (España)

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