Ecuador: Rafael Correa analiza pedir asilo a Bélgica tras vinculación en caso de secuestro a exfuncionario

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El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) dijo que estudia la posibilidad de solicitar asilo a Bélgica, donde reside desde 2017, si la justicia de su país emite una orden de prisión preventiva en su contra por el secuestro en 2012 del político opositor Fernando Balda.
Correa manifestó que esa «es una de las alternativas que estamos estudiando, aunque todavía no es definitivo», en una conferencia que dio el martes en la Universidad Complutense de Madrid.

En ese sentido, indicó que la medida cautelar que le impusieron en Ecuador, de presentarse cada 15 días ante la justicia, «es una condición imposible de cumplir», por lo que cree que «usarán que incumplí la medida cautelar y entonces me pondrán la prisión preventiva».

A decir del exmandatario sus opositores quieren que viaje a Ecuador «para no dejarme salir», pues lo «quieren preso o fuera del país, pero inmovilizado».

Añadió que las pruebas que existen en su contra son forjadas y son parte únicamente de una persecución política en su contra, pues «todo está blindado por el imperialismo».

La justicia ecuatoriana vinculó a Correa al secuestro de Balda luego de que exfuncionarios dijeran en sus versiones que la orden de raptar al político vino desde Carondelet (palacio de Gobierno) y del propio Correa.

El secuestro de Balda ocurrió el 13 de agosto de 2012 en Bogotá, cuando cinco personas lo interceptaron (cuatro hombres y una mujer) y lo subieron a la fuerza en un automóvil, que horas más tarde fue interceptado por la Policía Antisecuestros de Colombia.

El exlegislador se refugiaba en ese momento en territorio colombiano después de que la justicia de Ecuador emitiera contra él una orden de prisión por atentar contra la seguridad interna del Estado, luego de que denunciara que en el Gobierno de Correa se ejecutaban acciones de espionaje en contra de opositores y periodistas.

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Dos agentes dicen que Rafel Correa conocía el plagio de Balda

La sala de audiencias del primer piso de la Corte Nacional estuvo llena. Nadie pudo ingresar con celular, pues esa fue una disposición de la jueza Daniela Camacho.

A las 08:25 ingresó a la sala Raúl Chicaiza, uno de los tres policías detenidos por el secuestro del exasambleísta Fernando Balda, para rendir su testimonio anticipado, como parte del acuerdo de cooperación que firmó con la Fiscalía para reducir la pena, si el juez así lo decide.

El agente empezó su testimonio y en medio del llanto pidió perdón a los ecuatorianos y a Fernando Balda.

Indicó que él trabajó en la Unidad de Barridos Electrónicos de Inteligencia policial, pero que el 3 de mayo del 2012 recibió una orden para presentarse en el despacho de Pablo Romero, director de la Senain en esa época.

Dijo que allí le dieron su primera misión: viajar a Medellín para participar en una reunión entre Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, y activistas políticos ecuatorianos.

Señaló que en ese encuentro Balda mencionó que vendía ‘equipos de piratería informática’. Contó que a su regreso a Ecuador entregó a Romero videos, fotos y una transcripción de la reunión.

“El señor Romero me dijo que había puesto ese material en conocimiento del Presidente y que él estaba muy agradecido por la información que había entregado”.

A los trabajos de ‘encubierto’ que realizaba Chicaiza se sumó otra agente: Diana Falcón. Ella también está detenida y es cooperadora eficaz.

Según Chicaiza, fue el director de Inteligencia, Fausto Tamayo, quien presentó a la agente Falcón ante Romero para que realizara las actividades que él dispusiera.

Chicaiza contó que el 6 de agosto Romero le manifestó que el presidente Correa estaba muy molesto porque Balda publicaba a través de redes sociales cosas que atentaban contra su pudor y que por eso la misión había cambiado. “Me dijo que el Presidente quería que traigan a Balda como sea”.

Luego de darle esa disposición, Romero habría llamado al Presidente. “Puso el teléfono en altavoz y le dijo: presi, estoy con el amigo, pero es desconfiado, él quiere saber si usted está en conocimiento de esta operación y Correa respondió que yo tenía el apoyo político, económico e institucional y que manos a la obra”, relató el agente.

La operación habría sido denominada Wilson, y al expresidente de la República debían referirse únicamente como ‘Carlitos’.

Chicaiza recalcó que su misión era entregar el dinero para que los propios ‘socios’ de Balda se encargaran de llevarlo al cuartel de Ipiales, en donde iban a esperarlo policías ecuatorianos para detenerlo, porque él tenía una orden de captura.

Contó que entregó USD 28 000 a quienes perpetraron el secuestro. Pero para toda la operación se habrían utilizado al menos USD 60 000, que fueron entregados en efectivo por la Senain.

Diana Falcón también rindió su testimonio. Ella no pidió perdón pero sí justicia, pues dijo que fue utilizada, que no conocía la operación que se iba a realizar y que jamás le preguntaron si quería participar en ella o no.

El 14 de agosto, un día después del ‘fallido secuestro de Balda’, Chicaiza mencionó que regresaron a Ecuador y que por la noche Correa lo llamó directamente para preguntarle si estaba bien y para decirle que va a dar las directrices y que los apoya.

Pero una vez que se judicializó el caso en Colombia, los agentes aseguraron que nadie los quería escuchar y que en una ocasión fueron al departamento de Romero y le expusieron su preocupación.

Señalaron que ese día Romero llamó al Presidente para tranquilizarlos y les repitió que él iba a ayudarlos.

Chicaiza además sostuvo que se reunió con el asambleísta José Serrano a inicios del 2018, pues él era el único que seguía en el poder.

Los agentes entregaron a la Fiscalía documentos y audios que confirmarían lo dicho en sus versiones.

La diligencia duró ocho horas. Una vez finalizada, los abogados de Correa y de Romero señalaron que los testimonios constituyen un show aprendido de memoria y que nada de lo que dijeron es real.

El 2 de julio, el expresidente Correa deberá presentarse en la Corte como procesado por este caso, pero el martes dijo que analiza pedir asilo político en Bélgica.

El Comercio

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