Brenda Austin, diputada argentina tras la media sanción a la ley de aborto: «El movimiento de mujeres dio una fuerza en las calles que permitió romper las fronteras del Congreso»

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Entrevista a Brenda Austin, diputada argentina tras la media sanción a la ley de aborto

Por Carla Perelló, de la redacción de Nodal

«Cuando apretábamos el botón para aprobar la ley, falleció una joven de 20 años en manos de ese Estado ausente que, con su omisión, también es responsable y cómplice de su fallecimiento», relata la diputada nacional argentina Brenda Austin al ser entrevistada por Nodal, a tres días de haber dado media sanción a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Ella es una de las cuatro legisladoras firmantes -y principales impulsoras- del proyecto que por séptima vez ingresó al Congreso argentino la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La Cámara baja dio la media sanción al dictamen de consenso al que llegaron las y los legisladores el jueves, tras una sesión de casi 24 horas. Ahora se espera su tratamiento en en Senado para que, finalmente, sea ley.

Las cuatro legisladoras firmantes del proyecto original de la Campaña: Mónica Macha (Unidad Ciudadana) – Brenda Austin (UCR-PRO)-Victoria Donda (Libres del Sur)-Romina del Pla (Frente de Izquierda)

La jornada fue histórica y tuvo su réplica en los medios del mundo y de latinoamérica. Inmediatamente después en Perú, hubo una campaña vía Twitter para exigir la legalización del aborto en ese país. En México, se reactivaron las redes y lanzaron una campaña nacional. En Venezuela, la marea verde las llevó ante la Asamblea Nacional Constituyente donde solicitarán la inclusión de un capítulo donde se garanticen los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las personas gestantes. La ola verde -color que identifica a la Campaña que apoya el aborto legal…- tiñe toda la región, y según Austin esa fuerza fue la que logró «romper las barreras del Congreso» en Argentina.

Es que en América Latina los régimenes ante el aborto son más bien prohibitivos o por causales. Sólo en Uruguay, Cuba y la Ciudad de México es legal. La ley impulsada ahora en Argentina va por el camino de los últimos tres: prevé la legalización hasta la semana 14 inclusive y desde la 15 en adelante, para casos de violación o riesgo de vida de la madre; todas las instituciones públicas y privadas deben garantizarlas y la objeción de conciencia para las y los profesionales de la salud es sólo individual. La media sanción llegó tras una larga noche fría de vigilia de -calculan- un millón de personas en las calles y por un trabajo transversal y multipartidario que pusieron en práctica las mujeres legisladoras. «Todavía sentimos mucha emoción, mucho orgullo, quizá nos haga falta tiempo para poder madurar y ver lo que realmente significó este giro histórico que ha tomado nuestro país», dice Austin, representante de la coalición del gobierno Cambiemos desde la Unión Cívica Radical-PRO.

¿Qué importancia tiene haber llegado a este punto en el debate sobre aborto en Argentina?

Diputadas y diputados subieron al escenario en las afueras del Congreso donde se sostenía la vigilia.

Sin duda, la media sanción que dimos días atrás, constituye un hecho histórico para Argentina y seguramente también lo será para latinoamérica. Lo decíamos desde el comienzo: tiene que ver con animarnos a mirar de frente a un problema que tenía nuestro país y a pensar leyes que fueran capaces de regular esa realidad, trabajando, obviamente, en la prevención de los embarazos no deseados, y con la meta clara de comprometernos a disminuir la tasa de abortos en nuestro país. Pero creíamos que eso debía hacerse no desde la amenaza de la cárcel, la criminalización y la penalización, sino a través del compromiso del Estado, las políticas de salud sexual y reproductiva. Creo que esto fue posible en gran medida porque logramos construir una mayoría no solamente adentro del recinto, sino fundamentalmente y de manera casi decisiva, afuera, en las calles, con la gente, con las mujeres, con los sectores de la juventud.

¿Cómo evalúa el panorama en el Senado? ¿Qué rol considera que debe cumplir el movimiento de mujeres y feminista?

Creo que esto plantea de cara al Senado un escenario diferente, donde hay obviamente, un capital construido político y social muy fuerte que interpela a los senadores a legislar y a aprobar esta ley mirando lo que ocurre en las calles. Quizá uno de los datos más paradójicos de la jornada es justamente que mientras nosotros discutíamos en el recinto y ninguno de los diputados de Salta estaban dispuestos a votar a favor, una joven de 20 años se debatía entre la vida y la muerte producto de un aborto clandestino. Y que, finalmente, cuando nosotros sancionábamos y apretábamos el botón para aprobar la ley, ella moría en manos de ese Estado ausente que, de alguna manera, con su omisión, también es responsable y cómplice de su fallecimiento. Entonces, creo que esto que se vio y se ve con fuerza, es lo que va a permitir construir la mayoría para que salga también del Senado. Respecto al rol de las mujeres, creo que a lo largo de este proceso ha sido también clave la visibilidad que tomó el movimiento. Fundamentalmente, a partir de Ni Una Menos (N de R: cuya primera marcha se llevó a cabo en 2015, tras el femicidio de Chiára Páez, de 14 años), un movimiento de mujeres que le dio una fuerza multitudinaria en las calles y que permitió romper las fronteras del Congreso. Creo que ahora el desafío es sostener eso en Senado para que verdaderamente podamos convertirlo en Ley.

La noticia sobre la media sanción y la vigilia en la calle recorrió los diarios de todo el mundo, especialmente tuvo mucho impacto en la región, ¿por qué cree que es tan importante este avance en derechos sexuales y reproductivos para America Latina y el Caribe y qué rol cree que debe cumplir el Estado argentino?

Creo que es importante en materia de derechos sexuales y reproductivos porque indudablemente implica entender que no es posible aislar las acciones, y que el Estado se tiene que comprometer en serio como parte de una política integral, de una política pública en sus tres niveles de gobierno. En Estado provincias y municipios, y que al hacerlo, al reconocer que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres son derechos humanos, se abre la puerta para trabajar de manera activa y decidida: sin prejuicios sin dogmas, sin miedos, sin mitos, en educación sexual integral, en garantizar la provisión de anticonceptivos y asegurar condiciones para que las mujeres que decidan interrumpir un embarazo lo hagan sin poner en riesgo su vida. Me parece que esto permite cambiar el paradigma de Argentina y con ello, de latinoamérica también, un camino que ya inició Uruguay y que sin lugar a dudas va a permitir reabrir las discusiones en muchos de los parlamentos de la región. Todavía sentimos mucha emoción, mucho orgullo, de lo que fue posible construir de manera transversal uniendo a mujeres de distintos espacios políticos, a mujeres trabajadoras, a mujeres periodistas, a las chicas en las escuelas secundarias (N de R: una veintena de escuelas secundarias y de universidades nacionales fueron tomadas durante el debate en apoyo a la ley y por el cumplimiento de la ley de educación sexual integral), algo que produce indudablemente una transformación social y cultural en argentina que es inédita y que quizá nos haga falta tiempo para poder madurar y ver lo que realmente significó este giro histórico que ha tomado nuestro país.


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