El negocio del endeudamiento, riquezas para unos pocos y pobreza para el pueblo argentino – Por Horacio Rovelli, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Horacio Rovelli*
La deuda siempre fue el mecanismo preferido de dominación. En nuestro país, la Baring Brothers otorgó un millón de libras esterlinas en 1824 a Bernandino Rivadavia, llegó al país menos del 40% de esa suma y se la pagó en su totalidad, el 100%, más intereses y punitorios. Hicieron un paréntesis hasta que en 1862 asumió Bartolomé Mitre y de allí con él, a todos los presidentes que lo sucedieron le otorgaron créditos impagables: Nicolás Avellaneda, Domingo Sarmiento, Julio Argentino Roca, Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Luis Sáenz Peña, José Evaristo Uriburu, nuevamente asume Julio A Roca, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, y Victorino de la Plaza, en que se vieron obligados a realizar elecciones libre en 1916 y ganó Don Hipólito Yrigoyen, siendo el denominador común de todos ellos ser representantes de los sectores más ricos de la sociedad, a lo que se sumaba haber sido y ser hombres de confianza del capitalismo inglés, con históricos negociados de tierra, de compra y venta del ferrocarril del oeste, pero por sobre todo, tomadores seriales de deuda de la banca británica en primer lugar y de otros confines en segundo término.
En el año 1876 el por ese entonces Senador Nacional, pero siempre abogado del Banco de Londres y Río de la Plata, Manuel Quintana (que fue Presidente de la República), como la Provincia de Santa Fe no le había pagado en oro al Banco su vencimiento de deuda, viajó expresamente a Inglaterra para pedir que la marina inglesa bombardeara la Ciudad de Rosario, donde estaba la sede de la entidad inglesa. Y en 1893 cuando era Ministro del Interior del gobierno de Luis Sáenz Peña, pretendió bombardear nuevamente la Ciudad de Rosario ante las fuerzas radicales que habían tomado la ciudad.
Pero tal vez el que mejor represente a todos ellos sea Victorino de la Plaza, Diputado, ministro de hacienda de Avellaneda, de Roca y de Figueroa Alcorta, vicepresidente y presidente de la Nación, representante argentino ante los banqueros europeos, Victorino de la Plaza era sobre todo promotor y comisionista de esos banqueros. Su archivo personal (en el Archivo General de la Nación), en una carta que le dirige al presidente del Banco d’Erlanger de París – Francia, en enero de 1881 le dice: “Haré señor mío, cuando de mi dependa en el sentido que Ud. me indica, y me será permitido anticiparle que podré servirlo cumplidamente no solo en esas negociaciones sino en otras que pudieran producirse en condiciones ventajosas. Respecto de lo que Ud. me dice de manifestarle por lo que entiendo que debe asignarse por retribución de mis servicios, creo que lo podemos fijar como base de una cuarta parte de las comisiones o los beneficios que Ud. perciba en las operaciones”.
Es decir que cuanto mayores fueran las ganancias – o lo que es lo mismo mayor fuera el monto de la deuda y sus intereses-, mayores serían las comisiones a repartir entre la banca acreedora y los representantes argentinos.
Por supuesto como toda deuda fue pagada religiosamente por el pueblo argentino, que lo hizo con “Sangre, sudor y lágrimas” como afirmó en su momento, el Presidente Nicolás Avellaneda.
Si vemos el presente, Prat Gay que dijo el 16 de diciembre de 2016 cuando anunció el fin del “cepo” cambiario, que: “… en tres o cuatro semanas ingresarían al país entre 15.000 a 20.000 millones de dólares”. La verdad ingresaron 85.000 millones de dólares pero de deuda, para financiar el déficit fiscal del gobierno de Cambiemos y en 27 meses, a razón de U$s 35.000 millones de dólares por año (años 2016 y 2017) y este año, que tienen previsto en la ley de presupuesto igual déficit, lograron ingresar 15.000 millones de dólares a 7 –siete- años de plazo y a una tasa (en dólares) del 6,5% anual. Bien Prat Gay fue Jefe de la mesa de Dinero del JP Morgan, y el que lo reemplazó en ese puesto, fue el mismo que lo reemplazó como Ministro, Luis “Toto” Caputo. También pertenece al JP Morgan, Vladimir Werning, que antes de asumir en el “mejor equipo de los últimos 50 años” era el Jefe para América Latina de ese banco y hoy hace de enlace entre la Jefatura de Gabinete de ministros (Marquito Peña Braun) y el ministerio de Economía y el BCRA. Y el que con grado de Sub Gerente General del BCRA y Jefe de la Mesa de Cambios firma la venta de dólares, es Agustín Collazo, que viene de ser alto funcionario del banco de inversión de los EEUU, Morgan Stanley.
Por eso todas las decisiones que se hicieron fueron para conformar a los bancos que trajeron los dólares y le prestaron al gobierno de Cambiemos
1) Le pagaron 9.300 millones de dólares (multiplicando la deuda original por más de cinco veces), a los fondos buitres (NML Capital, de Paul E. Singer, al fondo Aurelius, y otros), que no habían querido participar en los dos canjes del gobierno de los Kirchner en los años 2016 y 2010.
2) El 16/12/2016 se eliminó el “Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias de la AFIP”, con lo que sin demostrar el origen de los fondos se puede (y lo hacen) comprar divisas.
“3) El 16/12/2016 se elevó la compra de dólares de U$s 2.000 por persona física o jurídica a U$S 2.000.000.- luego se la elevó a U$s 5.000.000.- y el 01/01/2017 se elimina el tope para la compra o venta de moneda extranjera
4) El 16/12/2016 se elimina el encaje obligatorio y el requisito de permanencia temporal mínima en el país para los capitales especulativos se reduce a 120 días, y el 5 de enero 2017, Nicolás Dujovne, directamente lo elimina.
5) Con la liquidación de divisas en la plaza local, no se les exige a los exportadores que traigan los dólares: En enero 2017, se eliminó la obligatoriedad de liquidar los dólares para los servicios, y en noviembre 2017 se eliminó esa obligatoriedad de liquidar para todos los exportadores, concediéndoles hasta 10 años de plazo.
Es en ese marco y con todas esas “libertades” que, se quería hacer creer a la población que no se necesitaba poner ningún límite de compra, de entrada y de salida, porque se garantizaba el flujo de divisas. La realidad demostró ser otra totalmente distinta, el ingreso de divisas era fundamentalmente por deuda, hasta que los que nos prestaban, patrocinados por los grandes colocadores de títulos de deuda pública de la Administración Nacional Argentina en el mundo, los bancos JP Morgan, Merril Lynch, Deustche Bank, HSBC, entre otros, decidieron que era momento de irse de la Argentina y ellos compraron dólares baratos (fueron los principales compradores de los dólares del BCRA, que les vendió al tipo de cambio oficial, que por ejemplo, el miércoles 25 de abril de 2018 vendió U$s 1.472 millones a $ 20,20.-), haciendo un gran negocio al transformar sus fuertes ganancias en pesos, vía compra de LEBAC (Letras del BCRA que pagaron tasas muy por encima del crecimiento del dólar) y de acciones, y pasarse en bandada al dólar, haciéndole estallar la burbuja creada al gobierno de Cambiemos que le dio siempre, trato preferencial.
El Estado nacional operó desde el 1 de enero de 2016 al 31 de marzo de 2018 con un déficit fiscal acumulado de U$s 85.000 millones (que se financió tomando deuda externa), como paga sus gastos en pesos (jubilaciones y pensiones, compra de insumos y servicios, contratos de obra pública, remuneración de sus trabajadores, etc.), le vendió esos dólares al BCRA a cambio de pesos (siempre al tipo de cambio oficial), los dólares que estaban en el poder del BCRA una gran parte (para ser exacto en el miso período U$s 39.069 millones que sabemos al estudiar el Balance Cambiario del BCRA a esa última fecha) se lo vendió al BCRA a los bancos que se lo compraron para, principalmente, sus grandes clientes, por lo que suman U$s 54.428 millones las Reservas Internacionales del BCRA al 11 de mayo de 2018, y repetimos, son deudas tomadas por el Tesoro de la Nación (Deuda Externa).
En ese marco nos encontramos con que los llamados números macroeconómicos fundamentales dan todo mal:
a) Déficit Fiscal de U$s 35.000 millones de dólares por año (a un PIB de U$s 550.000.-) es el 6,36%
b) Consolidado ese déficit fiscal con los de las provincias y municipios asciende a un 9% del PIB
c) El Déficit en la Cuenta Corriente del año 2017 ascendió a U$s 30.792 millones (5,6%del PIB), obviamente que para este año 2018 iba a ser peor
d) El único indicador que no le daba tan mal y gracias a la «herencia recibida», era la desocupación abierta, que medida como se mida es de un dígito (el INDEC miente 7,2% de la PEA en el cuarto trimestre de 2017), contra los 21,5% de desocupación medido por el INDEC en la onda de mayo de 2001, por ejemplo
Con lo que la situación económica y financiera es peor que las de los años 1989 y 2001, donde no solo es mayor el déficit gemelo (fiscal y comercial), sino que se contaba con más reservas internacionales propias y menos dependencia en deuda y en plazos que en la actualidad.
Ahora porque se mantiene Macri. Mantenerse es un decir, porque su fortaleza es la debilidad del campo popular, pero esta vez, «el círculo rojo» del empresariado que opera en el país, no tiene un plan B. Esto es, lo castigaron duramente a Raúl Alfonsín. Fue el mismo Héctor Magnetto que le dijo que «Usted no entiende que ya estorba», porque necesitaban de un Menem para privatizar y hacerse de recursos estatales por la deuda (YPF, FFCC, SOMISA, AA, Gas del Estado, SEGBA, etc.). La caída del tándem, De la Rúa -Cavallo fue la pelea entre los «dolarizadores” que venden al mercado interno y fugan, como son las telefónicas, bancos , energéticas, etc., contra los devaluacionistas (el campo y los exportadores, Techint, Arcor, etc.) por supuesto que hay combinaciones impensadas, por ejemplo los industriales que se reconvirtieron en importadores y ahora tienen que pagar las compras en un dólar más caro y volver a producir con trabajadores y materias primas locales; los que se endeudaron en el exterior y deben pagar más pesos por los dólares tomados en deuda, etc.
Eso no significa que no estén buscando quién va a reemplazar a Macri y al macrismo, un ejemplo, el almuerzo que tuvieron el miércoles 9 de mayo 2018 en el Jockey Club, con el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el inefable Ricardo Lorenzetti, más de 40 empresarios entre ellos Eduardo Eurnekian, Jorge Brito, Juan Chediack, Daniel Funes de Rioja, Daniel Pelegrina, Cristiano Rattazzi, Gustavo Weiss, Claudio Belocopitt, Alejandro Bulgheroni, Adrián Werthein, Alejandro Macfarlane, Daniel Novegil y Fernán Saguier, que conforma un mosaico de todos los colores, pero que saben que el gobierno de Macri va a la deriva y depende de los prestamistas.
LA CRISIS SIN SOLUCION
En junio de 1890 estaba como Presidente de la República Argentina, el cuñado de Julio A Roca, Miguel Juárez Celman, que se endeudaba (además de cobrar comisiones por ello) para pagar el creciente déficit fiscal, hasta que el país entró en cesación de pagos de la deuda externa que mantenía con la casa Baring Brothers. La crisis económica se siguió agravando. Las obligaciones a término no pudieron ser pagadas y se produjo una corrida bancaria. Subieron los precios de los artículos de primera necesidad y la población se empobreció súbitamente, es allí donde aparece el germen de lo que fue la Unión Cívica Radical y la Revolución del Parque, que derrotada, dio fin al gobierno de Juárez Celman y obligó a que sea sucedido por el Vicepresidente, Carlos Pellegrini.
Obviamente no es el caso, donde no solo la Vicepresidenta no es Carlos Pellegrini, sino y fundamentalmente no existe conciencia en la población para armar una resistencia como lo fue en su momento la Unión Cívica.
Pero el “Círculo Rojo” como lo denomina Macri, toma nota y sabe que el gobierno de Cambiemos solo ha ganado tiempo, pero que los problemas no solo no están resueltos, sino que se entra en la vorágine de la escalada de los precios (y el descontento de la población), el impacto de las tasas de interés sobre las pequeñas y medianas empresas, la rotura de las cadenas de pago, freno en la actividad económica, suspensión y despido de trabajadores, suspensión y cierre de empresas, etc. etc.
El gobierno de Cambiemos, a quién le estallo la burbuja financiera en el comienzo de su tercer año, nunca tuvo un plan solido ni de crecimiento, ni de inserción internacional, con un discurso demodé de liberalismo a la usanza del siglo XIX, que solo puede ser aceptado por una clase media débil ideológicamente y formateada por los medios de comunicación de la y pos dictadura, con una lógica elemental y simplona, creía que podía sostenerse tomando deuda.
Ante el derrape del valor de las acciones y para defender el valor de las misma, aprovechando que cuentan con la liquidez necesaria para realizar esas operaciones, grandes empresas (energéticas, bancos, comercializadoras, constructoras, etc.) recompraron esos papeles, lo que puso un piso a la crisis.
A su vez ante el vencimiento inverosímil de las LEBAC, que al 11 de mayo de 2018 asciende a un total de $ 1.251.872 millones (a un tipo de cambio de $ 25.- son unos U$S 50.000 millones) cuando la Base Monetaria asciende a solo $ 1.032.630 millones y las Reservas Internacionales brutas a U$s 54.428 millones (toda deuda del Tesoro de la Nación) y las de libre disponibilidad no deben alcanzar a los U$s 30.000 millones, cuando sabemos que los depósitos en dólares captado por los Bancos a esa fecha ascendían a U$s 30.116 millones, de los cuales prestaron U$s 16.331 millones, por ende el encaje en el BCRA (dinero que le pertenece a los ahorristas) es de unos U$s 13.875 millones.
El vencimiento de las Letras del BCRA del martes 15 de mayo de 2018 ascendía a $ 615.877 millones, que se renovó en su totalidad e incluso se colocaron $ 5.053 millones más, conformando un total de LEBAC de $ 620.930 millones, básicamente a un plazo de 36 días, con vencimiento el martes 21 de junio de 2018 a lo que se debe sumar a los $ 225.848 millones que vencen ese día, y un mes más tarde, el martes 18 de julio de 2018, se suman al vencimiento de $ 133.535 millones. Semejante deuda se renovó a una tasa del 40% nominal anual (3,33% mensual), por ende los que aceptaron esa renovación infieren que el dólar no superara los $ 26 ese día.
Los que aceptaron que esto fuera así, en un 35% del vencimiento de los LEBAC del martes 15 de mayo de 2018 estaba en poder de los bancos y otra porción importante estaba en manos de la Anses, el resto se dividía entre fondos locales y del exterior, y una pequeña parte de inversores minoristas, que renovaron esa tenencia. Los bancos se beneficiaron porque por el Comunicado A 6508 le permiten computar el encaje conjuntamente con los meses de junio y julio, por ende cobran la tasa del 40% por una parte de la suma que debían dejar inmovilizada en el BCRA sin cobro alguno, además que, los Bancos no podían pasarse a dólar, porque prácticamente tenían completo el límite permitido para tenencia de dólares (el BCRA la fijó en el 10% de su RPC recién en este mes de mayo 2018).
Paralelamente el gobierno con los buenos oficios de fondos buitres como el Franklin Templeton[1] y el Black Rock[2] y otros que ingresaron dólares (se supone que por encima de los $ 25.-) compraron BOTES (Bonos del Tesoro de la Nación) por $ 73.249 millones (unos U$S 3.000 millones) a una tasa en pesos del 20% anual pero a 3 – tres- años (vencimiento 2021), a 6 –seis- años (2023) y a 8 –ocho-.-años (2026), que sumado a que el BCRA vendió desde que comenzó la crisis el 4 de marzo de 2018 más de U$s 11.000 millones de las Reservas Internacionales, sobre todo en cash, pero también comenzaron a vender a futuro, lograron después de 16 días de corrida, que el dólar retrocediera su precio el martes 15 de mayo de 2018.
Pero el problema dista de resolverse, el dólar se ha devaluado desde diciembre en un 35 %, lo que impactara sobre los precios, a su vez los ahorrista en dólares en los bancos que han venido bregando para retirarlos van a seguir, y con razón dada la lenta respuesta del gobierno y la conocida irresponsabilidad de los bancos, con esa actitud, lo que a su vez presionara para que no se reduzca la tasa de interés del 40% que pagan en las LEBAC y que se extiende al resto de las tasas pasivas, con lo que las tasas en descubierto, de financiación de saldos de tarjetas de créditos, etc. serán altas y fuertemente positivas, es decir no van a poder desmantelar el frágil y dependiente sistema que han generado en 36 días, cuando vuelva otra vez otro súper vencimiento de LEBAC.
La devaluación del 35% que han realizado es funcional a lo que quiere el FMI, pero ocasionaran subas de precios y caída del nivel de actividad, que sumado a los sobresaltos mensuales, da por terminada la experiencia liberal y reaccionaria del equipo de los CEOs y que se busque la forma de su reemplazo por los verdaderos factores de poder que nunca confiaron mucho en los muchachos, pero que ahora saben que son peor de lo que pensaban.
(*) Economista especializado en temas fiscales y monetarios. Profesor de Política Económica en la Universidad de Buenos Aires. Ex Director de Políticas Macroeconómicas del Ministerio de Economía. Miembro de EPA (Economía Política para la Argentina)y asociado al Centro Latinoamericano de Análisis EstrVtégico (CLAE, estrategia.la).