Jimmy Morales, presidente de Guatemala: “Devolver la embajada a Jerusalén, un paso histórico”

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Por Esti Peled.

Tras la reubicación de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén, Guatemala planea abrir su propia embajada en el Parque Tecnológico Malha de Jerusalén este miércoles.

“Históricamente, creemos que este es el paso correcto y lo correcto”, asegura el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, en una entrevista a Israel Hayom.

Guatemala, un pequeño y relativamente poco conocido país centroamericano, indicó que seguiría los pasos de Estados Unidos tan solo dos días después del histórico anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, que reconoció a Jerusalén como la capital de Israel en diciembre pasado.

Previo a su histórica visita de Estado a Israel, Morales revela: “Cuando me enteré de que el presidente Trump decidió firmar y aprobar el traslado de la embajada, me dije a mí mismo que ese era un paso valiente”.

“Por supuesto, entonces comenzaron los problemas habituales… las Naciones Unidas rechazaron la medida y a mucha gente no le gustó, pero seguimos creyendo que es lo que debemos hacer. Así que también declaramos nuestra intención de devolver nuestra embajada a Jerusalén. Es importante destacar nuestra definición, “devolver”, ya que nuestra primera embajada, que se estableció tras la fundación del Estado de Israel, estaba en Jerusalén”.

Es cierto. Hace aproximadamente 40 años, el ex presidente de Guatemala Eugenio García ordenó trasladar la embajada de Guatemala a Tel Aviv. En retrospectiva, ¿cree usted que este movimiento fue un error?

“Estas son decisiones presidenciales y mucha gente juzgaría todas y cada una de ellas. Esta fue la decisión presidencial entonces, y ahora hay otra”.

Cuando entrevisté al presidente Donald Trump en la Casa Blanca, al finalizar su primer año en el cargo, le pregunté qué era lo más destacado de su presidencia y respondió de inmediato: “Que Jerusalén sea tu gran capital”. ¿Qué describiría como lo más destacado durante su mandato?

“Uno de los aspectos más destacados, sin lugar a dudas, es el retorno de nuestra embajada a Jerusalén. Además, existen asuntos históricos, como el conflicto territorial que tenemos con Belice, que es un problema de más de 200 años. Realizamos un referéndum para decidir si someter este asunto a un tribunal internacional. Creo que estas son las decisiones más importantes que he tomado como presidente”.

Sr. Morales, al tomar esta decisión histórica, ¿habló sobre este tema con otros países de Latinoamérica?

“Sí, hay muchas conversaciones sobre el tema y mucha curiosidad por parte de otros líderes. Entiendo que muchos líderes están considerando movimientos similares, y supongo que algunos los declararán pronto, pero debo mantenerlo en secreto”.

Usted volvió recientemente de Costa Rica. ¿Costa Rica está próxima a reubicar su embajada? Queda entre nosotros …

“No sé. Esto es relativamente nuevo, no sé cómo procederá [el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado] sobre este asunto. Sé que nuestro pueblo está satisfecho con nuestra decisión de pasar a la acción. Eso es lo que juzga la historia”.

Todo tiene un precio. Los israelíes están contentos, pero los palestinos no lo aceptan, al igual que otros países. ¿Han habido repercusiones desde que tomó la decisión?

“Las decisiones siempre tienen un precio. Apoyamos a nuestros aliados y a los países que vemos como nuestros amigos, como nuestros hermanos de muchas maneras. Es costumbre decir: ‘Siempre amen a sus amigos’, entonces cuando Israel nos necesita más que nunca, como ahora, estamos para ayudarle”.

La República de Guatemala, cinco veces más grande que Israel, con una población de unos 16 millones de habitantes, se considera un país pequeño a escala mundial. Pero tuvo una gran influencia en el voto histórico de Estados Unidos para el establecimiento del Estado de Israel hace 70 años. El entonces embajador de Guatemala ante la ONU trabajó para conseguir el apoyo de Latinoamérica para el plan de partición. De los 17 países del bloque, 11 votaron a favor y ninguno se opuso.

Señor presidente, Israel y Guatemala están muy lejos el uno del otro geográficamente, pero están cerca en sus posiciones políticas. ¿Cómo explica esto?

“Nuestros países están muy cerca de corazón, y tenemos entre nosotros una conexión de pensamiento, como con otros países. Estados Unidos, Israel y Guatemala, todos amamos la libertad. Creo que Guatemala tiene fuertes raíces en la aceptación del pueblo judío. Tiene mucho que ver con la fe. Aquí, más del 93% de los ciudadanos son cristianos: el 49% son católicos y el 45% son evangélicos. Nuestra pasión por la religión viene con gran aprecio y admiración por pueblos como el pueblo de Israel.

“Si hablamos de asuntos históricos o decisiones correctas debemos recordar que en 1947, Guatemala votó a favor del Estado de Israel en su lucha por su fundación y desde entonces hemos mantenido relaciones muy cálidas, políticas, diplomáticas, culturales y económicas. Hoy, a pesar de que muchos comentaristas políticos critican nuestra decisión de devolver nuestra embajada a Jerusalén, la gran mayoría de nuestro pueblo está satisfecho de lo que está sucediendo. Esto fortalecerá las relaciones entre ambos países”.

Tras este paso significativo, ¿puede Israel esperar que Guatemala vote en organizaciones internacionales junto a Estados Unidos e Israel?

“Dimos nuestro apoyo, y lo seguiremos haciendo en cada votación sobre el tema. Claramente consideraremos cada voto por separado, porque somos responsables. Como presidente de Guatemala, mi mayor responsabilidad es con Guatemala y el principio que me guía es hacer lo correcto para nosotros. La decisión de devolver nuestra embajada a Jerusalén es lo correcto, y también fortalecerá nuestra posición internacional, así como nuestras relaciones y vínculos con Israel”.

Previo a su visita a la región, existen amenazas de bombas y cohetes. La situación con Siria e Irán no es nada tranquila, por decirlo suavemente.

“Sé que la situación se ha complicado, pero espero que todo esté bien pronto”.

James Ernesto Morales Cabrera, de 49 años, cambió legalmente su nombre a Jimmy Morales en 2011, en la cima de su carrera como comediante exitoso en una popular serie televisiva guatemalteca. Ese año, también cruzó las líneas y entró en la política en la carrera para las elecciones municipales y cuatro años más tarde, en octubre de 2015, fue elegido en una victoria aplastante del 73% para convertirse en el 37º presidente de Guatemala.

Cuando ganó las elecciones de 2015, no era el principal candidato y esto fue una sorpresa para mucha gente. Mientras tanto, líderes como Trump, el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller austríaco de 31 años Sebastian Kurz han sido elegidos. En su opinión, ¿qué está pasando en el mundo que la gente se ha cansado de los políticos y ahora quieren otros líderes? ¿Cómo explicaría este fenómeno?

“Aparentemente el mundo moderno necesita nuevas figuras que puedan hacer las cosas de manera diferente a los políticos que vinieron antes que ellos. La prueba es que ahora se toman otras decisiones presidenciales. Creo que los deseos de distintos pueblos se tradujeron en decisiones y acciones diferentes a las que estamos acostumbrados, y serán juzgados por la historia”.

No puedo evitar preguntar: ¿Usa su sentido del humor en su trabajo?

“Por supuesto. Puedes perder todo excepto tu sentido del humor. Aunque tomo mi trabajo en serio, y antes era más sonriente, también estoy más ocupado y necesito trabajar más duro. De todos modos, parece que aún no he perdido mi sentido del humor”.

¿Qué es más difícil, ser un comediante exitoso y hacer reír a la gente o dirigir un país?

“No es fácil ser un comediante. En el teatro decimos que es más fácil hacer llorar a la gente que reír. Pero cuando se trata de la responsabilidad de tomar decisiones para el país que tienen una buena o mala influencia en un pueblo entero, no hay comparación”.

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