¿Tillerson promete futuro o pasado? – Por Pedro Brieger (director de NODAL)

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El Secretario de Estado de los Estados Unidos Rex Tillerson realizó a comienzos del mes de febrero una gira por México, Argentina, Colombia, Perú y Jamaica que tuvo un alto impacto por la centralidad que le dio a la situación en Venezuela y por sus efectos políticos y diplomáticos casi inmediatos.

La gira se realizó pocos días después de una conferencia que Tillerson brindó en la Universidad de Texas donde se explayó sobre la relación entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe, región que en el lenguaje de Washington es conocido como “el hemisferio occidental”. En la conferencia reveló por primera vez de manera ordenada y pública la política del presidente Donald Trump hacia el “hemisferio” con eje en Venezuela y Cuba y críticas a la creciente presencia e influencia de Rusia y China en la región.

Repasando el discurso llama la atención la visión edulcorada que planteó de la histórica relación entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe. No hubo ni una mención a las invasiones norteamericanas en el siglo veinte, ni a los golpes de Estado alentados desde Washington, ni a la tristemente célebre Escuela de las Américas en Panamá por donde pasaron muchos dictadores latinoamericanos, o lo que significó la famosa Doctrina Monroe que decía “América para los americanos”. Justamente, en el año 2013 John Kerry -como Secretario de Estado de Barack Obama- había dicho que la era de la Doctrina Monroe había termindo. Sin eufemismos entonces Kerry sentenció: “La era de la Doctrina Monroe se terminó. La relación que buscamos y que hemos trabajado duro para instaurar no consiste en una declaración de Estados Unidos diciendo cómo y cuándo intervendrá en los asuntos de otros países de las Américas. Se trata de que nuestros países se vean los unos a los otros como iguales, compartiendo responsabilidades, cooperando en asuntos de seguridad y adhiriéndose no a una doctrina, sino a las decisiones que tomemos como socios para defender los valores e intereses que compartimos”

Desde ya que nadie puede pensar que en el Departamento de Estado desconocen la historia o aquella frase de Kerry, así como tampoco la desconocen en Rusia y China, las dos potencias aludidas de manera despectiva por Tillerson en su discurso y que -rápidamente- reaccionaron disgustados.
En el comunicado que emitió la cancillería rusa expresamente se dice que “El principal mensaje de su discurso fue que para Washington, la «Doctrina Monroe», que pronto cumplirá 200 años en el 2023, sigue estando vigente. Durante muchos años el mundo ha cambiado, pero el principio «América para los americanos», sigue manteniéndose vivo.”

En su conferencia en Texas Tillerson se refirió al trabajo con “socios latinoamericanos” y elogió al llamado “Grupo de Lima”, conformado hoy por catorce países y cuyo objetivo es aislar al gobierno del presidente Nicolás Maduro para provocar su caída y donde participan los cinco países que visitó en esta gira. Allí dijo que el trabajo conjunto con el “Grupo de Lima” y la OEA sobre Venezuela tenía como objetivo “lograr que se apoyen acciones coordinadas que eviten que el país se convierta en dictadura”.

Por esta razón no parece una mera coincidencia que finalizada la gira el “Grupo de Lima” emitiera un comunicado tan duro sobre Venezuela descalificando la convocatoria a las elecciones del 22 de abril y desconociendo la autoridad de la Asamblea Nacional Constituyente surgida de elecciones nacionales en julio 2017.

Las declaraciones de Tillerson sobre Venezuela y la coordinación con el “Grupo de Lima” parecen un retorno a la antigua relación que tenía Estados Unidos con América Latina donde los gobiernos latinoamericanos debían estar subordinados a los intereses políticos y estratégicos de Washington. En este sentido es interesante destacar -aunque parezca un detalle menor- que el discurso completo de Texas aparece en la página del Departamento de Estado en inglés, pero no figura una traducción al castellano.


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