XIV Festival Internacional de Poesía de Granada en Nicaragua
Festival de Granada, Nicaragua, anuncia la programación de 2018
El Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua, insistirá en su edición de 2018 con su decisión de apelar a las letras como instrumento que propicie la integración centroamericana. Si bien universal, con presencia de todos los continentes, este encuentro tendrá como referencias centrales al poeta nicaragüense Fernando Silva y al hondureño Roberto Sosa.
“Estas dos figuras de las letras centroamericanas iluminan, además de la literatura, otras esferas de las artes y las ciencias y son un signo muy valioso de la integración de nuestra región”, declaró el presidente de la Fundación Festival Internacional de Poesía de Granada, Francisco de Asís Fernández, acerca de las actividades que se harán en la ciudad colonial entre el 11 y el 17 de febrero.No obstante esta impronta regional, 60 países estarán representados por 130 poetas de todos los continentes, se anunció en conferencia de prensa en Managua.
“La poesía es un camino como un pequeño silbo de un pájaro que vuela” es el lema que inspirará el programa de actividades, intenso como cada año, con las lecturas de los poetas invitados en las esquinas, parques, barrios, centros culturales, escuelas, universidades e iglesias de la ciudad colonial, ubicada 50 kilómetros al sureste de la capital del país.
A ello se sumarán las actividades que distinguen al festival, con sus ferias de libros y artesanías, talleres, el micrófono abierto para autores que están iniciándose o que jamás publicaron, espectáculos musicales, exposiciones, presentación de libros y el Carnaval Poético, la marcha por las calles de la ciudad que llega hasta el lago Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua.
En cada edición se lanza a las aguas un muñeco que simboliza algunos de los males de la humanidad. Esta vez el “entierro” será para “la discriminación racial que existe en el mundo”, informó de Asís Fernández.
Al dar cuenta de la lista de invitados, fueron mencionados especialmente en la conferencia de prensa los estadounidenses Tyehimba Jess y Robert Hass, ambos ganadores del premio Pulitzer de Poesía.
También fue mencionada como presencia destacada la de Chus Visor, el director de la colección española Visor de poesía, que tiene presencia en países de América Latina, y el japonés Satoko Tamura, quien llevó a su lengua textos de Pablo Neruda, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez.
Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, entidad que da apoyo al festival, mencionó especialmente la realización del Concurso Centroamericano para Creadores Jóvenes Joaquín Pasos, destinado a autores de entre 18 y 35 años con residencia en Centroamérica. Durante el festival se anunciará al ganador del certamen.
Durante la conferencia, la poeta Gloria Gabuardi dijo que el encuentro incluirá una exposición del poeta Fernando Silva y fotografías de Julio Etchart, uruguayo que además dará un taller de imagen creativa.
Asimismo, se incluirá un taller de traducción de poesía. La argentina Marisa Daniela Ruso y la dominicana María Palitachi compartirán la coordinación de un espacio literario para niñas y niños.
En cuanto a la presentación de libros, el diario La Prensa mencionó en especial “Así en la tierra como en el cielo”, de Ernesto Cardenal; “El tigre y la rosa”, de Francisco de Asís Fernández; “La dinastía del bambú”, del costarricense José María Zonta; y “Sur, silencio”, de la argentina Irene Selser.
Además de Granada, la programación del festival abarcará a Managua, Masaya, Rivas, León, Jinotepe, Masatepe y San Marcos, entre otras ciudades y localidades.
En el espacio oficial del Festival, a comienzos de diciembre de 2017, se anuncia por América Latina y el Caribe la presencia de estos poetas:
Argentina: Juan Arabia, Guillermo Bianchi y Marisa Russo; Aruba: Arturo Desimone; Bolivia: Vilma Tapia; Brasil: Horacio Costa y Dirceu Villa; Colombia: Juan Arb, Andrea Cote Botero y Carolina Dávila; Costa Rica: Macarena Barahona Riera, Susana Mora, Edmundo Retana, Carlos Rivera, Osvaldo Sauma, Paola Valverde y José María Zonta.
También, de Cuba: Wendy Guerra y Víctor Rodríguez Núñez; Chile: Omar Lara; Ecuador: Xavier Oquendo; El Salvador: Vladimir Amaya, Eric Doradea, Jorge Galán, Mario Noel Rodríguez y Tony Peña; Guatemala: Carlos González Orellana, Edgar Otoniel García Robles y Ana María Rodas; Haití: Emmelie Prophete.
Asimismo, asistirán, de Honduras: Dennis Ávila, Martín Cálix, José Antonio Funes, Rolando Kattan, Salvador Madrid, Carlos Ordoñez, Mayra Oyuela y Néstor Ulloa; de México: Coral Bracho, Hubert Malina y Silvia Siler; de Panamá: Roberto Fernández Iglesias; de Perú: Alfredo Pérez Alencart (peruano-español); de Puerto Rico: Janette Becerra; de República Dominicana: Cayo Claudio Espinal, Alexis Gómez Rosa y María Palitachi; y de Uruguay: Milton Fernández y Juan Tajes.
Orgullo de las letras hondureñas abrirá el Festival Internacional de Poesía de Granada, en Nicaragua
Salvador Madrid, uno de los poetas hondureños más reconocidos por la calidad de su trabajo poético, abrirá el Festival Internacional de Poesía en Granada, Nicaragua, este domingo 11 de febrero; representando a nuestro país en el conversatorio “Retos para la integración cultural centroamericana”, acompañado por miembros del Parlamento Centroamericano (Parlacem) y escritores de Centroamérica.
El evento se llevará a cabo en la Casa de los Tres Mundos, de la hermosa ciudad de Granada, a partir de las tres de la tarde.
Madrid es un incansable gestor cultural que pone en alto el nombre de Honduras y se ha convertido en una de las figuras más visibles de las últimas décadas por sus aportes a favor de la creación de espacios para el arte. Es muy reconocido por sus artículos sobre literatura, arte, gestión cultural y fomento de la lectura. Actualmente trabaja en Plan International Honduras, donde coordina la implementación del mejor proyecto de bibliotecas infantiles del país, y es el director del Festival Internacional de Poesía Los Confines, que se realiza en Gracias, Lempira.
Durante el evento, el poeta realizará varias lecturas de su obra en espacios públicos, universidades y centros culturales de Granada, y será parte de la mesa redonda “Vida y obra del poeta Roberto Sosa”, que se llevará a cabo en la Sala de la Estatuaria del Convento San Francisco, el miércoles 14 de febrero a las diez y media de la mañana, acompañado de virtuosos poetas hondureños como Néstor Ulloa, José Antonio Fúnez, Martín Cálix, Carlos Ordóñez, Rolando Kattan y Dennis Ávila.
El Festival Internacional de Poesía de Granada es un evento cultural dedicado a la poesía, celebrado anualmente a mediados de febrero en la ciudad de Granada, Nicaragua, desde el año 2005. Reúne durante una semana a decenas de reconocidos poetas provenientes de todo el mundo y este año ha sido dedicado al poeta nicaragüense Fernando Silva y a la memoria del gran poeta hondureño Roberto sosa.
“La poesía es un colibrí y también un camino”
“Sur, silencio” es el nuevo poemario de la periodista y escritora Irene Selser, una ciudadana universal a la que el exilio la llevó a establecer raíces en tres naciones: su natal Argentina, Nicaragua y México.
Su poesía, además de los dramas familiares, del amor hacia el padre ya fallecido, nos presenta una radiografía del convulso mundo contemporáneo en el que la migración por medios irregulares termina con la vida de inocentes, mientras la violencia latente en México también rapta su inspiración.
Selser, actualmente, dirige la sección Internacional del periódico mexicano Milenio. Conversó con EL NUEVO DIARIO sobre esta obra que presentará el miércoles 14 de febrero en Granada, en el marco del XIV Festival Internacional de Poesía, evento que asegura “es ya una referencia obligada en América Latina, que cada año convierte en capital de la poesía a la cuna de grandes poetas nicaragüenses como Ernesto Cardenal, José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, Manolo Cuadra y también Nicasio Urbina, nacido por azares de la política en Buenos Aires, pero granadino por adopción y convicción”.
En su poemario “Sur, silencio” hay versos cargados de mística familiar, del dolor por la pérdida del ser amado, pero también vemos a Irene Selser, la periodista. ¿Qué peso tiene su profesión en sus versos?
Es, pues, un gran gusto y un gran honor presentar en Nicaragua “Sur, Silencio”, que como bien señala tiene un sesgo también, bajo la forma de crónica poética, del peso que en mis versos tiene mi oficio de toda la vida como periodista. Hay temas que se prestan para eso, como por ejemplo la historia de Las Rastreadoras, un grupo de mujeres del norte de México, Sinaloa, que salen a buscar a sus seres queridos desaparecidos a manos del crimen organizado, hurgando en la tierra, en los pastizales, con varitas de madera a falta de palas u otros instrumentos. Han aprendido que si la vara “huele mal” es porque ahí hay un cuerpo descompuesto… Mi poema “Las Rastreadoras” trata de eso, una historia terrible porque, además, estas madres, esposas, hijas, hermanas no piden ni esperan justicia, “solo queremos hallar a nuestros tesoros”, dicen, a sabiendas, tal vez, de que por el grado de violencia y de descomposición, también, del tejido social en México, el Estado se ha visto rebasado para dar respuesta a tanto horror y t
anta barbarie frente a la cual la poesía no puede ser ajena.
¿Es la patria un imaginario?
Es una gran pregunta. Entiendo que para aquellos que han vivido siempre en su país, la patria es cosa de todos los días. Pero quienes debimos asumir la diáspora como parte de nuestras vidas, sí, a veces es un imaginario, una esquina o un libro de poesía… Para los migrantes centroamericanos, la patria puede ser lo que se queda en la estación antes de treparse al tren mexicano conocido como La Bestia; para los palestinos, cada vez más despojados de su pedazo de tierra ante la irrefrenable ocupación israelí, la patria es una llave y también su lucha diaria para evitar ser convertidos en refugiados de su propia identidad. De ellos también hablo en mis poemas, me identifico plenamente con su dolor, el desagarro de sus vidas y su impotencia.
¿Es la poesía un bálsamo para curar la herida de los seres que han partido? ¿Es también una forma de liberar esos secretos de familia?
Sin duda, la poesía es un colibrí y también un camino, una senda a través de la cual expresar y dar nuevo sentido incluso a los secretos de familia. Aunque mi abuela Beatriz, argentina, católica y espiritista, nunca ocultó que cada jueves convocaba a los difuntos. Tenía una mesita de tres patas y muchas veces me tocó ver cómo se movía la copita de un lado a otro de las letras para dar a conocer el mensaje “del más allá”. Tal vez por eso no me dan miedo los muertos, la muerte sí, pero los muertos no.
También, como digo en el último poema del libro que le da sentido al título, “Sur, Silencio”, la poesía es para mí “patria de náufragos y errantes,/ el punto cardinal del peregrino”.
¿A qué se debe que el viento sea una figura recurrente en su poesía?
¡No me di cuenta que lo era! Pero sí, el viento está presente en varios poemas, lo mismo que el mar. Las cenizas de mi padre Gregorio Selser, de mi hermana Claudia y también de mi madre Marta Ventura, que tanto quisieron a Nicaragua, fueron esparcidas por mí y por mi hermana Gabriela, también periodista y escritora. El viento fue el encargado ciertamente de esparcir sus cenizas, y sus vidas, por encima de las olas en dirección al horizonte. El viento… sinónimo de libertad.
¿Cuánto tiempo le tomó escribir el poemario?
Varios años, porque cuando creía que estaba concluido algo ocurría que me hacía volver a él. Lo corregí muchas veces y aunque no es desde luego mi primer libro, “Sur, Silencio” es para mí muy especial, porque supone un corte de caja de lo quiero decir, de dónde vengo, a quiénes amo y con quiénes me identifico por encima de todo. También hacia dónde quiero ir. A la poesía.
¿La vida en el periodismo, el trajín del día a día y la poesía son buena combinación en cuanto al factor tiempo?
Es la peor combinación. Es como ser poeta y médico internista a la vez. Uno sabe a qué hora entra al hospital pero nunca a qué hora sale. Un periódico es como “Grey’s Anatomy”. Por eso perdí muchos años sin escribir, porque “no tenía” el tiempo pautado, una disciplina, un orden. Hasta que descubrí que el tiempo se hace, a la hora que sea y donde sea. Y sin tener que descuidar a los pacientes…
¿En qué otros proyectos editoriales está trabajando?
Tengo tres libros terminados, listos para entrar a imprenta, uno para niños, otro de poesía y un tercero también de poesía pero estilo japonés, el haiku, un género que estudié varios años en México porque hace, literalmente, a la esencia misma de la poesía, palabra e imagen conjuntadas para definir lo esencial. Ya he publicado otro libro de haiku y para niños, como “Lucas, el dinosaurio feliz”, que la Secretaría de Educación (SEP) de México adquirió para cuarto grado de primaria y que, por cierto, voy a presentar el domingo 11 de febrero en Chinandega, donde también un día antes, el sábado 10, presentaré “Sur, Silencio”, junto a los jóvenes poetas chinandeganos María José Díaz Reyes, gran promotora cultural y directora del centro cultural La Maga, y Pablo Antonio Alvarado Moya, sin duda una de las principales voces de la joven poesía nicaragüense, quien a sus 17 años de edad es ya miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua.
Por cierto, si puedo decirlo, Pablo Antonio Alvarado también presentará “Sur, Silencio”, en Managua, el viernes 9 de febrero a las 6 de la tarde en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, de la Librería Hispamer, junto a la extraordinaria poeta Michelle Najlis, que me ha honrado al leer mi libro y aceptar presentarlo, además de la socióloga y escritora Nadine Lacayo, cuya novela histórica “Polvo en el viento” es una demostración de cómo la memoria y su reivindicación a través de la escritura es una puerta de salvación “de la ilusión y la esperanza”, como dice la misma Nadine. En la presentación el viernes en el PAC también nos acompañará con su música y su canto mi querida Marlene Álvarez, en lo que promete ser una jornada muy especial.
Y el miércoles 14 de febrero a las 11 a.m. presentaré “Sur, Silencio” en el Hotel Granada, en el marco del XIV Festival Internacional de Poesía, otro motivo de alegría para mí y de profundo agradecimiento a Nicaragua y los nicaragüenses por todo lo que me han dado y me siguen dando a lo largo de mi vida.
Las Rastreadoras
Las Rastreadoras no quieren venganza,
tampoco justicia.
Con pico y pala, doscientas madres de Sinaloa
excavan fosas clandestinas.
“No buscamos huesos, buscamos a nuestros tesoros”,
aclara Mirna a la periodista
y niega que su hijo Roberto haya sido un delincuente.
Él vendía memorias y discos compactos
como Alton Sterling, el ciudadano negro de 37 años
ultimado a tiros por dos policías blancos en Baton Rouge, Luisiana.
“Y si hubiera sido un delincuente también lo busco”,
asegura esta experta en horadar los campos con una varilla
a fin de percibir mejor el aroma del suelo caliente.
“Si el olor es fétido y el color negro,
seguro es que hay un cuerpo, ya encontramos a sesenta”,
precisa Mirna sin poder desentrañar aún
el cómo ni el porqué de sus lágrimas.
De polvo somos pero sin muerto no hay sepultura,
solo heridas abiertas como fosas,
tajos donde las madres rascan y perforan
hasta dar con la mirada afable,
la cicatriz en la rodilla izquierda
de cuando el muchacho hoy sin rostro
rodó de niño entre las piedras.
Hace dos años que Roberto desapareció
pero Mirna, incansable, no desiste.
Y a falta de un lugar donde llorar al hijo,
remueve con la pala el útero de la tierra,
segunda madre.
Irene Selser.
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