Argentina: el oficialismo busca convertir en ley la reforma previsional en medio de protestas y represión

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En un Congreso sitiado y con un clima cada vez más tenso, Cambiemos buscará convertir en ley la reforma previsional

Más de 200 efectivos de seguridad. Un vallado alrededor de todo el Congreso que bloqueará el acceso entre las calles Bartolomé Mitre y Alsina, y Entre Ríos y Sarandí. Y una jornada de protestas que arrancará a las 8 de la mañana con un corte del Frente de Izquierda en Corrientes y Callao. Así comenzará el día en que, aún sin precisiones sobre el resultado, Cambiemos intentará convertir en ley la reforma previsional en la sesión prevista para las 14.

El Gobierno buscará evitar que en las calles se repitan las escenas que se vivieron ayer cuando manifestantes de organizaciones sociales se enfrentaron con la Gendarmería frente al Congreso porque les impidieron instalar sus carpas para realizar una vigilia hasta la sesión de esta tarde. «El operativo no va a ser nada del otro mundo. Vallas y policías para que haya una zona de tranquilidad y no se invada el Congreso. La decisión de quién entra y quién no estará a cargo de la seguridad del Congreso», le dijo a Infobae un funcionario del Ministerio de Seguridad.

Será una jornada complicada. La CGT anunció ayer que se sumará a la movilización que ya habían convocado las organizaciones sociales. También anticipó que si el oficialismo consigue aprobar la reforma, mañana realizará un paro general que, según dijeron, tendrá la adhesión de los gremios del transporte y «paralizará el país».

Eso es lo que sucederá en las calles. Con respecto a lo que ocurrirá en el recinto de la Cámara de Diputados se mantiene la incertidumbre. Los distintos funcionarios y legisladores del oficialismo consultados por este medio se mostraron moderadamente optimistas. «Va a estar muy finito», repitieron durante todo el día de ayer. «Consideramos que habrá mayoría necesaria para sacar la ley», dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en diálogo con los periodistas acreditados en la Casa Rosada. Anoche, durante la cena de ADEPA, la gobernadora María Eugenia Vidal hizo una fuerte defensa de la iniciativa y aseguró: «Nadie se está apropiando de los recursos de los jubilados».

Cambiemos intentará que Jorge Enríquez asuma hoy mismo su banca para llegar así a 108 diputados propios. Y a partir de ahí, sumar el apoyo de potenciales aliados. Hasta anoche seguían las conversaciones para convencer a Martín Lousteau, que armó el Interbloque Socialdemócrata con cuatro legisladores y presentó su propio dictamen. Pero aún así no sería suficiente. Cambiemos necesitaría unos 22 o 23 votos extra para afrontar la votación sin sobresaltos. Hasta ahora, tendría el respaldo de los diputados que responden a los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti; de Misiones, Hugo Passalacqua; de Tucumán, Juan Manzur. También de algún legislador de Neuquén y de Santiago del Estero.

Un tema aparte será lograr el quórum de 129 diputados sentados en sus bancas. En principio, el Bloque Justicialista, que está por ahora dividido y convulsionado, garantizaría el inicio de la sesión. A la hora de la votación, también podrían ser clave las ausencias.

Infobae


Feroz represión a la movilización contra la reforma previsional

El Gobierno contestó con palos, perros, carros hidrantes y gas pimienta la decisión de los movimientos sociales y los gremios opositores de mostrar en la calle la extensión del repudio a la reforma previsional. En un intento por ahorrarle a sus diputados el mal trago de votar en medio de manifestaciones de protestas, terminó por sacar a primer plano su cara más autoritaria: primero adelantó, para hoy, la sesión de la Cámara baja con la que busca aprobar el ajuste jubilatorio. Como los gremios y organizaciones sociales anunciaron que entonces moverían su cronograma de protestas –los desocupados querían permanecer toda la noche con una vigilia en la Plaza del Congreso, mientras que las dos CTA y la Corriente Federal convocaron a movilizarse al lugar este mediodía–, el Ministerio de Seguridad desplegó un inédito operativo represivo sobre la plaza. Cientos de gendarmes, pertrechados hasta los dientes, dispersaron a los manifestantes que ya habían llegado al Congreso para pasar la noche, y se quedaron en el lugar, haciendo ostentación de fuerzas, de manera “disuasiva”. Tras la represión, la manifestación de esta tarde fue confirmada y sumó además la adhesión de la CGT.

Ayer marchaban, desde Constitución a Avenida de Mayo y la 9 de Julio, las llamadas organizaciones de San Cayetano –la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa–. La razón principal de la protesta fue el repudio al ajuste jubilatorio –que recortará también la Asignación Universal por Hijo–, consigna a la que sumaron los reclamos específicos del sector, como el tradicional bono de fin de año para los sectores más vulnerables, que este año Cambiemos decidió suspender. Participaron de la marcha otros movimientos sociales –el Frente Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, el MTL–, las cooperativas de la CNCT. En en un hecho novedoso, que muestra la voluntad de coordinar acciones de los sindicatos opositores al macrismo, mandaron sus delegaciones gremios de las dos CTA, de la Corriente Federal (como línea interna de la CGT) y el moyanismo.

Esta movilización, que fue masiva –se estima que hubo unas cien mil personas–, realizó un acto en la 9 de julio, tal como lo tenía programado. Luego, ante la noticia de que los diputados adelantaban para hoy el tratamiento del paquete de ajuste, anunciaron que irían a la plaza del Congreso y se quedarían allí, en una vigilia.

La gendarmería desplegó su impresionante operativo para que la movilización no pudiera acercarse a edificio del parlamento. Cuando los primeros manifestantes de las organizaciones sociales y gremios entraron a la plaza, los gendarmes, con perros y en formación antimotín, avanzaron sobre la gente, “barriendo” la plaza con los chorros de los hidrantes para impedir que la vigilia se instalara.

“Ibamos marchando acompañados por un grupo de diputados opositores cuando dispersaron la movilización con gas pimienta, palos y agua. Nadie se lo esperaba”, contó Juan Martín Carpenco, de la CTEP. Daniel Catalano, de ATE Capital, aseguró que pidieron “hablar con el jefe del operativo”, pero nadie quiso identificarse. “En cambio, nos tiraron con gas y agua mientras se llevaban a dos detenidos”.

Los legisladores que intervinieron para frenar la represión también fueron golpeados. A Leonardo Grosso, jefe del bloque de Diputados para la Victoria, un gendarme le soltó un perro que lo mordió en el torso (ver aparte). A Victoria Donda, de Libres del Sur, la patearon (quedó con un hematoma en el tobillo). Juan Carlos Huss (diputado de Entre Ríos del Frente para la Victoria) terminó en la guardia médica por los golpes que le dieron con un escudo en el tórax.

Algunos de ellos, básicamente los que venían marchando, pertenecen al Movimiento Evita,convocante de la protesta, (Grosso, Lucila Del Ponti, Araceli Ferreyra, Mayra Mendoza, Rodrigo Rodríguez). Otros, del Frente para la Victoria (Horacio Pietragalla, Huss, Agustín Rossi) salieron a la calle cuando vieron la represión.

Los dirigentes palparon un ánimo cebado en la fuerza de seguridad. Por ejemplo, señalan que incluso antes de llegar al Congreso, cuando estaban haciendo un acto con oradores en la esquina de Avenida de Mayo y la 9 de Julio, una caravana de hidrantes ostentó su presencia, circulando a pocos metros de las columnas de manifestantes. También denunciaron que hubo infiltrados: un grupo de desconocidos tiró una bomba de estruendo en medio de la concentración. Esto generó una corrida, algo especialmente peligroso en los actos de las organizaciones sociales, en los que se movilizan familias con sus niños.

“No sólo estaba todo militarizado, sino que desde antes de que llegáramos al Congreso la Gendarmería intentó generar incidentes”, remarcó en este sentido Gildo Onorato (CTEP-Movimiento Evita).

Los movimientos sociales tomaron la decisión de desconcentrar su gente cuando la dirección de la CGT anunció que se sumará a la movilización de hoy y llamó al paro general de mañana. Volverán a la plaza esta tarde, a partir de las 14. varios gremios de la CTA –como el de los docentes de la Ctera– hacen además paro para facilitar la adhesión de sus afiliados a lo que se espera sea una multitudinaria expresión de resistencia al paquete de ajuste.

Página 12


La CGT convocó a marchar este jueves y a un paro general el viernes

El secretariado nacional de la CGT decidió ayer movilizar a sus gremios confederados a partir de las 14 de hoy hacia el Congreso Nacional, e iniciar un paro general de 24 horas en todo el país a partir de las 0 horas del viernes, para «el caso de que el Parlamento apruebe mañana la ley de reforma previsional», lo confirmó en rueda de prensa el cotitular de la central obrera, Juan Carlos Schmid.

La convocatoria formal de la Cámara de Diputados para tratar hoy a partir de las 14 la reforma previsional modificó los planes de la CGT y obligó a que su Consejo Directivo se debiera reunir de urgencia. La reunión que comenzó a las 16 y se extendió por tres horas mostró algunas ausencias significativas como la de los dirigentes de peso de los gremios denominados Independientes. Entre ellos, Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (UOCRA). Ninguno de los dirigentes presentes quiso señalar el motivo de las ausencias. Pablo Moyano y Héctor Daer tampoco estuvieron, pero en ambos casos el faltazo estuvo justificado porque ambos dirigentes se encuentran de viaje.

Juan Carlos Schmid fue el encargado de dar a conocer la decisión de la central obrera. «Al tratamiento y a la aprobación de la ley le vamos a responder con un paro», enfatizó y agregó: «Lo hacemos no solamente porque estamos facultados por el Comité Central Confederal, sino porque en reiteradas oportunidades le hemos señalado a los miembros del Ejecutivo y nuestros compañeros con toda claridad no hay ninguna solución sin conflicto social que implica que se siga castigando a los sectores más vulnerables de la sociedad».

Ante la pregunta sobre la convocatoria al paro el día viernes y no hoy, día en el que la reforma previsional se trata en el Congreso, los dirigentes explicaron que la decisión se debe a la complejidad de realizar una medida de fuerza en tan corto tiempo. Sin embargo, convocaron a «los cuerpos orgánicos de los sindicatos» a movilizar hasta el Congreso.

Por su parte, otro de los titulares de la CGT, Carlos Acuña, disparó: «Nosotros avalamos la protesta frente al Congreso y le pedimos a los diputados que dicen ser peronistas que no arreglen los problemas de las provincias con la plata de los jubilados y de los trabajadores».

Al terminar la conferencia de prensa los dirigentes confirmaron que «los gremios del transporte se sumarán» y que el viernes se paralizará el país.

Tiempo Argentino


El gobierno confía y desafía: «Tenemos los votos y la reforma será ley»

Peña, Carrió y Massot, tres de los apellidos más fuertes en el plano político del gobierno de Mauricio Macri, salieron a declarar desafiantes que tienen los votos necesarios para convertir en ley hoy mismo la reforma previsional.

El Jefe de Gabinete fue el más protocolar, como casi siempre: “Somos optimistas con el número de votos favorables porque creemos que esto refleja una parte del acuerdo que fue muy importante con los gobernadores; y hablamos de una integralidad de reformas que van a ser muy positivas para el país y los argentinos en general. Los jubilados van a ganar más el año que viene, sus haberes van a estar por encima del 5 por ciento que se estima de inflación para el 2018”.

Elisa Carrió reiteró ayer su apoyo a la reforma previsional vía redes sociales y con argumentos trementistas: “Si no votara con el Gobierno estaría haciéndole el juego a los que quieren derrocarlo”. Entre los sectores supuestamente destituyentes, la diputada señaló de manera insólita a “los que hicieron negociados espurios con la reparación de los submarinos, los que inventaron un desaparecido, los que no quieren la República, los grandes evasores y los ladrones de la riqueza de la Nación». Después tuvo tiempo de recordar el pasado. “Esto yo ya lo viví. No voy a conspirar contra la República y si hay un error se puede reparar”, señaló Carrió a través de su cuenta oficial de Twitter. “Mi conciencia está en absoluta paz y esa es mi guía. La ley es muy buena para el futuro, no en el cortísimo plazo. Tengan paz, oremos por la Patria”, concluyó Carrió acompañando su texto con una imagen con la leyenda “Jesús, Argentina te necesita”.

Por último, Nicolás Massot, fue el más desafiante y categórico: “Tenemos los votos. Los tuvimos ayer en Comisión y los vamos a tener con mayor adhesión en el recinto”. En las palabras del jefe del bloque del PRO, va la esperanza de todo el gobierno de Mauricio Macri y el rechazo de una multitud que se espera que se congregue frente al Congreso.

Tiempo Argentino

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