Un año de los Acuerdos de Paz en Colombia: Santos admite «una tarea difícil» y la FARC pide que se cumpla lo pactado

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Santos ratifica compromiso del Gobierno con el acuerdo de paz

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó este viernes que su Gobierno está comprometido con el cumplimiento del acuerdo de paz que firmó con las Farc (hoy convertidas en partido político) hace justo un año pese a los «reclamos y preocupaciones» de los dirigentes de la antigua guerrilla.

«Sé que las Farc tienen reclamos y preocupaciones. Me reuniré con sus jefes y con el mejor de los ánimos para resolver en la medida de lo posible sus inquietudes. Pero que no quede la menor duda: seguiremos cumpliendo con los acuerdos», dijo Santos, en un acto en el que se conmemoró el primer año transcurrido desde la firma.

Sobre la tarima del Teatro Colón de Bogotá, el mismo lugar donde firmó el acuerdo de paz el 24 de noviembre del año pasado, el gobernante se mantuvo contundente al subrayar que «construir la paz es el desafío más grande, el más importante, el más valioso que cualquier país pueda tener».

«Los colombianos somos batalladores, valientes y trabajadores. Estoy convencido de que esta tarea no nos va a quedar grande», aseveró.

Ante esa coyuntura invito a los colombianos a que el país siga avanzando y se una, pero especialmente a no dejarse «ganar por el pesimismo».

«Los invito a construir paz, liberar así todo el potencial que tenemos y aprovechar todas las oportunidades que nos ofrece nuestra bella Colombia», dijo el gobernante.

El jefe de Estado comentó que llegar a un acuerdo con las Farc tras cuatro años de diálogos «fue difícil», pero «silenciar los fusiles ha permitido salvar miles de vidas», lo que hace que todo el esfuerzo «haya valido la pena».

Pese a todo ello, sostuvo que construir la paz «es mucho más que poner punto final a los ataques, los atentados, los enfrentamientos». Por eso, detalló algunas de las medidas que ha tomado para solidificarla, lo que considera que ha quedado plasmado en un estudio del Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame (EE.UU.) que, tras comparar 34 procesos de paz, en el mundo ha concluido que el colombiano «es uno de los mejor diseñados, más completos y que su avance en un año es más rápido que el de cualquier otro».

Santos mencionó también el asesinato de 111 líderes sociales que se han producido entre 2016 y lo transcurrido de 2017 y dijo que están trabajando para evitar que esa situación se reproduzca. De esos 111 casos, detalló que han «identificado a los responsables en más de la mitad de ellos».

«La Fiscalía ha concluido que hasta ahora no se puede decir que hay un patrón, una acción sistemática contra ellos. Los motivos son diversos y en muchos casos no están relacionados con su actividad social o política», apostilló.

Por todo ello, el gobernante concluyó que para construir la paz es necesario «esfuerzo, dedicación y trabajo».

«Es una tarea difícil, con grandes retos, que requiere perseverar y mantener la mirada puesta en ese objetivo común. Dedicaré hasta mi último día de Gobierno, hasta el último día de mi vida, a trabajar sin descanso en este propósito», señaló.

Se espera que en el acto también intervenga el jefe del partido Farc, Rodrigo Londoño, quien a diferencia de lo ocurrido hace un año, no coincidió hoy en el escenario con Santos, con quien más tarde se reunirá en privado.

El Tiempo


«Me arrepiento de no haberme ido antes a la guerrilla”: Timochenko

El máximo líder del partido político de las FARC, Rodrigo Londoño, conocido en su época de combatiente como «Timochenko», dijo hoy arrepentirse de no haber entrado antes y más preparado a la guerrilla.

«Me arrepiento de no haberme ido antes a la guerrilla y más preparado para aportar más», dijo Londoño en una entrevista con Caracol Radio antes de acudir a los actos de conmemoración de la firma del acuerdo de paz del que hoy se cumple un año.

Nada más comenzar la entrevista, el líder del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) dijo sentir «emociones encontradas» por sentarse en el estudio de radio de una emisora contra la que la guerrilla, que ya se ha desarmado, puso un carro bomba en agosto de 2010.

Al ser preguntado si no se arrepentía de algo más de todo lo que hizo las FARC durante su época en armas, Londoño explicó que «todo lo que sucedió en la guerra hay que analizarlo» dentro del contexto del conflicto armado.

El hoy candidato presidencial de la FARC para 2018 subrayó que tienen experiencia y capacidad para llegar a la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, pese a que no quiso pronunciarse con rotundidad acerca de posibles alianzas con otros aspirantes.

Londoño, que llegó ayer a Colombia procedente de Cuba, donde vive, también se mostró muy lacónico a la hora de calificar a sus rivales en las elecciones, lo que no permite intuir si buscará alguna alianza que se antoja fundamental para el candidato que quiera ganar las elecciones.

«Nosotros hicimos una propuesta de un Gobierno de transición que realicé en el Teatro Colón», dijo el jefe de la FARC en referencia a la firma hace un año del acuerdo de paz en ese escenario, donde hoy se realizará un acto conmemorativo.

Londoño hizo referencia a la polémica que ha crecido estos días en los que un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ha desvelado que en el país hubo más de 15.000 víctimas de violencia sexual en cinco décadas de conflicto armado y se mostró muy crítico.

El estudio señala que el que fue número dos de las FARC Luis Édgar Devia, alias «Raúl Reyes», muerto en 2008, abusó sexualmente de las guerrilleras de su escolta a las que «amedrentaba» para garantizar su silencio.

En este sentido, afirmó que si le llegan a probar «un solo caso de violencia sexual» renuncia a la presidencia del partido FARC y a su candidatura.
En el acto de hoy en el Teatro Colón participarán el presidente Juan Manuel Santos y Londoño, entre otros.

Finalmente, el antiguo guerrillero dijo que prefiere que se le llame por su nombre de pila, Rodrigo Londoño, o «Timo» y no «Timochenko».

El Universal


“Queremos que lo pactado se cumpla sin burlas”: Rodrigo Londoño

Un duro discurso contra el establecimiento en el que criticó no solo al Gobierno Nacional sino también al Congreso, a la Corte Constitucional y a la Fiscalía General de la Nación, pronunció el máximo jefe de las desmovilizadas Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, ‘Timochenko’.

Al intervenir en los actos de conmemoración del primer aniversario de la firma del Acuerdo Final de Paz en el Teatro Colón, de Bogotá, ‘Timochenko’ recordó que “hace un año aquí dijimos adiós no solo a las armas, también a los resentimientos, a los deseos de venganza, expresamos nuestros deseos de vivir en paz en una nación reconciliada”.

Y dijo que un año después “ya como movimiento político en la legalidad, nos presentamos ante la sociedad colombiana para revivir nuestro compromiso con la paz y con la justicia social. Somos un partido serio y no daremos marcha atrás en ninguno de los términos pactados”, afirmó el máximo jefe de las Farc, ahora convertidas en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

Sin embargo, se quejó del avance en la implementación de la Justicia Especial para la Paz que hace tránsito en el Congreso de la República, donde ha tenido muchos tropiezos.

Echeverri Londoño dijo que a pesar de tratarse de un acuerdo que ha sido destacado en el mundo entero por sus características que lo hacen único, el establecimiento colombiano y el Congreso están empeñado en “volverlo trizas”.

“La Corte (Constitucional) falla ahora contra ello. En un país de históricos montajes judiciales y policiales el Fiscal (Néstor Humberto) Martínez pretende que el guerrillero raso pierda automáticamente todos los beneficios y la prohibición de ser extraditado”.

“Lo que se nos está implementando no es lo que firmamos hace un año, las leyes en curso se burlan de las expectativas de quienes confiaron en el acuerdo…eso, lo han dicho Jean Arnault y muchas autoridades internacionales”, señaló el máximo jefe de las desmovilizadas Farc.

No obstante, reiteró que “el fin del conflicto es un hecho”, y de paso le formuló un llamado a la sociedad civil: “No queremos que cada 24 de noviembre sea la conmemoración de un acuerdo que no se ha cumplido, sino que que se cumpla sin burlas lo pactado”.

‘Timochenko’ concluyó: “Llenemos de vida el acuerdo, limpiemos de cizaña el futuro”.

El Heraldo


Una paz que llegó para quedarse

Juan Manuel Santos

Gracias a la firma del Acuerdo de Paz, los colombianos tenemos la oportunidad de construir un mejor país y curar las heridas de tantas décadas de violencia. No es una tarea fácil, pero desde que firmamos el acuerdo hace un año, trabajamos con determinación para que las oportunidades que trae se hagan realidad.

El Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos ha hecho un análisis comparativo riguroso sobre los procesos de paz en el mundo y concluye que a un año de la firma del acuerdo, hemos avanzado más en su implementación que muchos otros procesos comparables.

Hoy, gracias al Acuerdo de Paz, estamos recuperando la tranquilidad y seguridad en las regiones que estuvieron bajo el yugo de la guerra. Conseguimos la paz sin comprometer en lo más mínimo la capacidad de la Fuerza Pública. Hemos desplegado toda su capacidad para garantizar la seguridad en los territorios más afectados por el conflicto.

Los colombianos que habitan estas regiones empiezan a encontrar la tranquilidad después de años de zozobra. 26% de los 673 municipios con sospechas minas antipersonas han sido declarados libres. Son 2,4 millones de personas que dejaron atrás el temor de ser víctimas de esos artefactos. Gracias al Acuerdo, Colombia será en menos de cinco años un país libre de minas antipersona.

Las drogas ilícitas son un problema global que demanda la corresponsabilidad entre países productores y consumidores. El Acuerdo de Paz es una oportunidad de oro para encontrar una solución duradera a este problema. Ahora tenemos la posibilidad real de transformar las condiciones que llevan a miles de familias campesinas a sembrar coca. Hasta el momento, 124.000 familias cultivadoras han manifestado interés en participar en el Programa de Sustitución Voluntaria. De estas se han vinculado formalmente 54.180 que tienen sembradas 40.000 hectáreas de coca.

El progreso de estas familias, por supuesto, depende de que logremos desarrollar sus territorios e integrarlos al resto del país. Para lograrlo estamos trabajando en la construcción y mejoramiento de 2.406 km de vías terciarías. Además, en los últimos meses hemos emprendido un ambicioso programa de Desarrollo Territorial con la participación de las comunidades de los 170 municipios más afectados por la violencia.

Sabemos que la inversión privada es indispensable para el desarrollo. El fin del conflicto abre un horizonte de oportunidades para sacar adelante regiones de Colombia en las que por años predominaron las economías ilegales. Para facilitar la inversión en obras de infraestructura, proyectos de agroindustria o de turismo, entre otros, establecimos exenciones de impuestos en 344 municipios. Además, las empresas podrán pagar el impuesto de renta a través de inversiones en estos territorios.

No es posible construir una paz duradera sin honrar el derecho de las víctimas a la justicia y abrir caminos para la reconciliación entre los colombianos. Es nuestra obligación resarcir a los colombianos que fueron víctimas del despojo. Hasta el momento hemos restituido 222.000 hectáreas de tierra, que benefician 31.000 familias. Además, 6,4 millones de víctimas han recibido apoyo del Estado, de las cuales 700.000 recibieron una reparación administrativa.

Después de cinco décadas de guerra, los responsables de los crímenes más graves van a rendir cuentas a la sociedad y sus víctimas. Uno de nuestros mayores logros, que servirá de referencia para otras negociaciones de paz, es la creación de un sistema de justicia transicional que excluye las amnistías e indultos para los crímenes más graves.

El dilema más importante en todo proceso es dónde trazar la raya entre justicia y paz. No importa cómo se haga, siempre habrá inconformes de uno y otro lado. Eso es lo que estamos presenciando. Esa es también la señal de que encontramos un buen equilibrio. En los próximos meses, los ejercicios de esclarecimiento de la verdad, dejar atrás los odios y sustituirlos por el perdón, la reparación de las víctimas y las sanciones a los victimarios en Colombia nos permitirán sentar las bases para la reconciliación.

En todos estos propósitos, el apoyo de toda la comunidad internacional, desde las naciones hermanas del continente hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ha sido fundamental. A todos los gobiernos y pueblos del mundo, Colombia les dice gracias. Sabemos que contamos con su apoyo para seguir avanzando en este difícil pero hermoso reto de construir paz.

El panorama de Colombia en los años por venir es muy positivo gracias al acuerdo de paz y a los avances económicos y sociales de los últimos años. Cada vez más colombianos están convencidos que superando la violencia se encuentran los caminos más expeditos para el desarrollo. La paz de Colombia es, por fortuna, un hecho irreversible.

La República

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