Argentina | Víctor Hugo Morales, periodista recientemente despedido: »El gobierno no acepta reproches del periodismo»

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Por Ricardo Gotta.

Beatriz, su mujer, le sirve el enésimo mate de la mañana y él lo toma con fruición. Se apoltrona en uno de los sillones del living. Dice que durmió bien, a pesar del mal trago. Que ya piensa en la presentación de su libro de poemas y en su viaje de la semana que viene a Cuba para recibir un premio. «Iban a ser un par de días… Ahora a lo mejor me quedo unos días más…», y achina los ojos para lanzar la sonrisa franca. Es la mañana de sábado. Menos de 24 horas antes, Víctor Hugo fue despedido de C5N.

–Parecés más relajado que en tu anterior despido, el de radio Continental.

–Aquello era menos esperable, menos previsible. También más ilógico, más espantoso.

–¿Cómo fue este?

–A la 1 y media de la tarde me acuesto a dormir una siesta y, cuando estoy entrando en el sueño, me llaman para que vaya a una reunión en el canal. Me doy cuenta de que ahí mi vida cambió. No en términos brutales, pero ya no es la misma. Lo deciden otros, a nombre de otros, que a su vez actúan a nombre de otros. Con lo cual la cantidad de capas que rodea una decisión que te involucra son muchas. Y en cada una de ellas hay mucho poder. Con el término «irreconciliable», me comunicaron que consideraban la imposibilidad de tenerme en la empresa.

-¿Quién te echa realmente?

-La nueva empresa, definitivamente. A la anterior, tengo que agradecerle que hicieron lo posible por no echarme.

-Ignacio Jorge Rosner reconoció que fue al Newman y que es amigo de Mauricio Macri. Dijo ser la cara visible de un grupo inversor y que viene a ganar plata cuando se reunió con los periodistas del grupo, menos con vos.

–Sucedió hace diez días. Ahí entendí clarísimo mi destino, que no era parte de la fiesta.

–¿Quién es Rosner? ¿Es Macri, es Magnetto?

–Macri o Clarín están operando detrás, marcando cuáles son los límites de la libertad de expresión. Pero no creo que lo hayan llamado para que me eche. Sí, lo que yo digo le hace rechinar los dientes. Por su origen. Pero son tipos que se acostumbran a tomar poder. Me parece que Macri es más gerente del poder que él. Sabe lo que el poder quiere. Sabe todo, lo que pasó Indalo por tenerme. Sabe que necesita de la pauta y que no es la miseria que le están dando ahora. Indalo eligió una franja muy crítica al gobierno y se lo bancó, salvo en determinados momentos. Conmigo el pacto era «vos decís lo que querés; la producción es nuestra». Pude sugerir muchas cosas y rechazar otras… El canal tenía claramente vendidas sus notas políticas y yo no tenía relación con eso. Me echa esta empresa que no está dispuesta a escuchar una sola frase contra Macri o contra Clarín.

–Esto es disciplinamiento.

–Responde a una postura ideológica y de negocios. Que yo esté allí no los beneficiaba en nada. Este episodio es un dato más, fuerte, en un contexto horrendo para la república y para la democracia. Empujado por un gobierno totalmente servil a las corporaciones; ellos mismos son una corporación. Pero con un reconocimiento brutal de la capitanía de la corporación mediática en ese mundo corporativo. Se robaron el país con procedimientos a mansalva y con impunidad en el mundo de la justicia, del periodismo, y con persecuciones como no se puede imaginar, salvo en una dictadura, que sea feroz. En la dictadura del ’82 había más márgenes, por debilidad propia, para mostrarte respondón del poder, que ahora.

–Se estrecha el margen para ejercer el periodismo con un mínimo de dignidad.

–Estamos intentando subirnos a la lona… Periodismo, pueden hacer Tiempo, Contraeditorial, Página, hay una radio de agenda libre para los periodistas que es la 750, y algunos otros, muy pocos. Después hay periodistas que negocian con la marcación de línea editorial de cada empresa que, como nunca, necesita manejar la línea editorial para la negociación con el gobierno. El gobierno no acepta reproches del periodismo.

–¿Cómo se enfrenta esa situación?

–Vivimos en espasmos. Lo mío dura estas notas, otras que me hagan por radio, la continuidad de mi programa. Pero el mundo va a seguir andando. Este episodio es uno más de estos días. Como la cacería desatada en la Justicia o como Milagro Sala presa política. Uno piensa que gritándolo, saliendo a las plazas, va a terminar con eso. No, no terminamos nada. Ya ni siquiera está en la agenda. Ella tuvo que mandar una carta para avivar un poco las aguas. No va a pasar gran cosa. Tenemos por delante unos años de impunidad total de un poder que es ejercido con plena conciencia, con total suficiencia, con absoluta crueldad, con gran desparpajo, con una enorme cuota de cinismo e hipocresía. Y con espíritu fundacional. Es una revolución conservadora: están fundando un país más seguro para los neoliberales.

–¿Son burdos o impunes?

–Son burdos porque no son magos que esconden los piolines. Se ve el truco. Y son impunes porque se hacen aplaudir.

–¿Hacia dónde vamos?

–Podemos proclamar la vigencia de la esperanza, el valor de la lucha, escribir poemas y cantar en las plazas, pero esta es una progresión sostenida hacia un régimen asfixiante. Que se verá más claro cuando explote lo financiero. Como le ocurrió en la dictadura y en los ’90. No me refiero siquiera a la economía de los más vulnerables, sino la de la clase media que los sostiene y que es la que genera indiferencia, complicidad, dale que va… Esa clase en algún momento va a pagar el ritmo de las Lebac y de la deuda… Esta locura les va a explotar en la mano. Lo dijo José Luis Esper, para tomar alguien del palo de ellos.

–¿Sólo nos queda sentarnos a esperar sus errores?

–No creo que pase el cadáver. En realidad, el verdadero poder nunca desfiló frente a nuestras casas. Pasa el de los políticos que sirven al poder. Dijo Cristina Fernández de Kirchner que ella tuvo el 25% del poder. Creo que tuvo menos. Pero negociemos: 25%. No existe el poder fuera del poder. No hay poder de Macri fuera del poder de Magnetto-Clarín-corporaciones.

–¿Toda la virtud es la derecha: no hay errores propios?

–Toda la virtud es de la derecha, si ese fuera el término. Del otro lado, los «errores» son haber hecho las cosas, lo bien y noblemente que se pueda hacer, por las mayorías. Y el poder lo tienen las minorías. Sí, claro que hay traiciones por donde pongas la mirada. El papel de la cúpula sindical y lo que son referentes políticos no kirchneristas puros han sido parte de este desastre para la república y la democracia.

–¿Te defraudaron o lo esperabas?

–Nadie pensó que esto iba a ser tan horrible. Debo confesar que cuando perdió Scioli con Macri, lo primero que me ocurrió, en la soledad del pensamiento, fue alivio, porque si hubiese ganado Scioli por medio punto, las calles iban a ser un reguero de sangre. Estaban dispuestos a todo. La conjunción de los medios y la locura de la gente iban a provocar una desgracia. Pero si yo hubiera sabido que íbamos a tener este recorrido lo hubiera pensado diferente. No supe ver los extremos a los que iba a llegar esta gente en su revolución conservadora.

–Aprendieron del pasado.

–La merma de poder que tuvieron en estos 15 años en América Latina los hicieron mucho más perspicaces y crueles. No dejan a un tipo vivo que se les pueda volver en contra. Lo matan en el piso. Este gobierno va por el campo de batalla, dando remates con el tiro en la cabeza. No les importa nada. Todo lo que hacen se lo tapan entre ellos. La obscenidad de lo que roban con el lavado de dinero de Gianfranco Macri, y todo lo que denunció (Horacio) Verbitsky, la obscenidad de Macri en el Correo; la obscenidad de sus empresas; la obscenidad de tener los peajes más caros para venderlos mejor; la obscenidad de la venta de la empresa de GNC para traer autos eléctricos; la obscenidad de que el hermano de (Mario) Quintana sea el tipo que arma los bonos de la deuda única de las provincias en Nueva York; la obscenidad de darle a Gerardo Morales todo cuanto necesita mientras estrangulan a otras provincias como Santa Cruz; la obscenidad del abandono en que dejan a los intendentes del Conurbano que no sean del palo para promover su fracaso. Están en una orgía y no hay ninguno mejor que otro.

–Esto también habla mal de la sociedad que lo aprueba.

–La sociedad se rasca para adentro y cuando coincida en que a todos los joroba el gobierno, tal vez reaccionen. Pero además hay muchos que no tienen beneficios pero sí mucho odio. Hay muchísimo odio, y ese el gran éxito de Clarin y La Nación.

–La Ley de Medios intentó parir poder.

–Por eso la aniquilaron.

Tiempo Argentino

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