Macri presentó un plan de reformas ante gobernadores, empresarios, sindicalistas y miembros del FMI

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«Tenemos que trazar una línea de austeridad para lo que viene»

Desde la cúpula del Centro Cultural Kirchner, el presidente Mauricio Macri presentó su paquete de medidas frente a funcionarios, empresarios y una comitiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) que vino hasta el país para auditar la economía argentina. “Creo en la necesidad de pensar una agenda de reforma permanente”, dijo Macri y a continuación presentó los tres ejes centrales a reformar: b“el de la responsabilidad fiscal, el del empleo y el de la república y la calidad institucional”.

El presidente advirtió que explicaría los “ejes” de las reformas pero que no brindaría detalles de “las herramientas” que cada una implica, ya que luego serán presentados en el Congreso o en los ámbitos pertinentes para “crear consenso”. “Durante muchos años los argentinos vivimos en la lógica autocomplaciente del fracaso”, dijo el Presidente y definió ese comportamiento como “mirarnos el ombligo”. “Nuestra historia nos ha negado a crear un rumbo común”, afirmó Macri con respecto al pasado.

Retomando los ejes, el Presidente definió al primer paquete de reformas como el de la responsabilidad fiscal, la inflación y los impuestos. “No podemos gastar más de los que recaudamos y eso lo digo para todos los niveles del Estado. Tenemos que seguir bajando la inflación y reducir la carga tributaria”, remarcó Macri sobre lo que será la propuesta en este tema.

La primera propuesta en ese sentido, será refundar la relación entre la Nación y las provincias para “desandar la escalada de impuestos”. “Necesitamos menos impuestos y más obras y todo con equilibrio fiscal”, aseguró.

“Qué madres y qué padre pueden dejarle a sus hijos deudas y problemas”, se preguntó irónico Macri en relación al déficit fiscal del Estado, pero sin tener en cuenta que su pregunta apuntaba directamente al bono de deuda por cien años que emitió su gestión.

REFORMA TRIBUTARIA

“No nos gusta endeudarnos, pero tampoco mentirnos”, señaló el presidente Mauricio Macri, cuyo Gobierno desde el inicio y hasta 2018 habrá emitido bonos de deuda externa por 125.000 millones dólares, y volvió sobre la herencia de la gestión anterior al indicar que recibió “un Estado con un déficit alto e insostenible”.

En un discurso lleno de llamados al achicamiento del gasto público, Macri señaló que se mantuvo el «gradualismo» para quienes “puedan sufrir la transición” y volvió a marcar la línea ortodoxa económica que apunta a la emisión monetaria como la única fuente de generación de inflación. “La inflación es resultado de una mala política y la venimos bajando. La de este año será la más baja desde 2009”, indicó Macri, sin mencionar las cifras récord de inflación registradas en 2016.

“No se puede pensar en crecimietno sin bajar la inflación. La inflación lastima a la mayoría, la competencia y arruina el ahorro”, indicó y pidió a los gobernadores, sindicalistas y empresarios presentes “un compromiso para que nunca volvamos a tener inflación”.

Con los gobernadores en primera fila, Macri abrió el capítulo para la reducción de impuestos y anticipó, sin dar precisiones, que el miércoles se va a presentar una propuesta de reforma tributaria, algo en lo que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viene trabajando con el sector empresarial y los ministros de Economía provinciales, con quienes se reunirá esta semana.

El mandatario consideró que los impuestos en la Argentina son “demasiado altos con una distribución muy poco equitativa, un sistema complicado y engorroso” y calificó como “la peor distorsión” a la evasión fiscal, a pesar de las revelaciones que el caso Panamá Papers reveló de las empresas de la familia presidencial.

REFORMA PREVISIONAL

“Tenemos que empezar una conversación adulta y honesta sobre el sistema de jubilaciones y pensiones”, sostuvo Macri en su discurso en el CCK y prometió que continuará “siendo universal, público, solidario y de reparto”, sin más precisiones que la convocatoria a la comisión de expertos contemplada en la ley de Reparación Histórica. Esa comisión será la encargada de preparar una reforma previsional para que “en su momento el Congreso la trate”, dijo Macri y adelantó: “En los próximos días presentaremos propuestas para la transición”.

El mandatario dijo estar “orgulloso de la amplia cobertura” del sistema jubilatorio, pero advirtió que el sistema previsional de la Argentina “esconde serias inequidades y no es sustentable”, momento en el que se encargó de apuntar contra las jubilaciones de privilegio y “regímenes especiales que habilitan a algunos a jubilarse a los 45 o 50 y otros a los 65”, en un mensaje que pareció apuntar contra el Poder Judicial y que cerró pidiendo que “todos los argentinos trabajemos el mismo tiempo”.

REFORMA LABORAL

En el capítulo referido a las reformas laborales que el Gobierno viene fogoneando desde hace meses en busca de modificar y flexibilizar los covenios, Macri indicó que se presentarán las iniciativas que desde la cartera de Jorge Triaca se viene trabajando con la CGT y enumeró si profundizar: “formalización del trabajo no declarado, nuevas formas de contratación y capacitaciones”.

De acuerdo a las posibles medidas que se fueron conociendo a cuenta gotas, las dichos de Macri confirmarían: un plan de blanqueo para las empresas, formas de contratación más flexibilizadas (como trabajos temporarios o por producción), y la ampliación de los días de licencia por paternidad.

El resto de los ejes de trabajo expuestos por el presidente trazaron un avance referido en los reclamos de los sectores empresarios. Macri volvió a la carga contra “la mafia de los juicios laborales” e insistió en que “los excesos de la litigiosidad laborales” como “la principal causa que impide generar empleo”. En ese tono, el mandatario retó a los gobernados por no adherir a la nueva ley de ART, que limita la posibilidad de un trabajador de abrir un reclamo por accidentes laborales y dificulta el acceso.

“No podemos pedirle a nuestros empresas que generen empleo si no cuentan con condiciones para hacerlo”, se quejó Macri con los ecos de su presentación en el coloquio de IDEA y aseguró que para potenciar a las Pymes se potenciarán los créditos y la participación en el mercado de capitales: “Tenemos uno de los mercados financieros más chicos de América Latina”, resaltó.

Por último, Macri consideró que para generar puestos de trabajo hay que “salir a seducir al mundo y dejarse seducir. No podemos creer si somos un país cerrado, no hay manera de salir de la pobreza sino somos un país exportador”.

REFORMA INSTITUCIONAL

Cuando llegó el momento del tercer eje, el del fortalecimiento institucional, el presidente se detuvo en el funcionamiento de la Justicia, de la que criticó la cantidad de empleados, los altos sueldos y las extensas licencias que gozan los empleados judiciales. “Funcionarios de todos los gobiernos logran ubicar amigos, parientes y militantes de sus agrupaciones”, aseguró el Presidente sobre los diferentes ámbitos del Poder Judicial.

También hizo foco en la cantidad de empleados que tiene la Biblioteca Nacional del Congreso y el Poder Legislativa, donde según los números brindados por el Presidente hay legisladores que cuentan con más de 80 empleados. “Hay muchas mejores formas de trabajar que armar kioscos para familiares y amigos”, dijo Macri, que habilitó por decreto el blanqueo para familiares de funcionarios, algo que había sido negado en el Congreso.

“Qué bueno que sería que la Justicia de el ejemplo y elimine algunas de sus licencias”, advirtió Macri y a continuación hizo foco en las universidades, las obras sociales y los sindicatos. “No puede ser que haya más de tres mil sindicatos en la Argentina y que sólo 600 firmen paritarias”, criticó el Presidente.

“Tenemos que trazar una línea de austeridad para lo que viene”, cerró su discurso Macri, augurando un nuevo período de ajuste.

Página 12


Mauricio Macri, en el CCK: «Tenemos que avanzar en reformas donde cada uno ceda un poco»

Mauricio Macri presentó hoy el paquete de reformas que enviará al Congreso ante la dirigencia opositora, empresarial y sindical. El Presidente convocó a un amplio acuerdo nacional para crear empleo y reducir la pobreza durante un acto en el Centro Cultural Kirchner (CCK).

«Los convoco a lograr entre todos consensos básicos […] Tenemos que avanzar en reformas donde cada uno ceda un poco, empezando por los que tienen poder. Y no solo hablo de la política», señaló.

Enseguida, agregó: «Tenemos que hacerlo en base de la confianza, hablando con la verdad, la buena fe, sin doble discurso, dejando de lado las etiquetas y discursos que impidan que ese diálogo fluya. No digo que sea fácil. El cambio cuesta, pero no hay excusas para no animarse. No hay más excusas. Es ahora o nunca».

Tres ejes

El discurso del Presidente tuvo tres ejes: la «responsabilidad fiscal», la promoción del empleo y el «fortalecimiento de la república y la calidad institucional».

Macri sostuvo que los objetivos fundamentales de las reformas son la generación de empleo y la reducción de la pobreza. Llamó a bajar el gasto público y controlar las cuentas provinciales.

En ese marco, el jefe del Estado anunció que entre mañana y pasado presentará un proyecto de reforma tributaria. «Necesitamos menos impuestos y todo esto lo debemos lograr con equilibrio fiscal», resaltó.

Y llamó a tener una «conversación adulta y honesta» sobre el sistema de jubilaciones y pensiones. «El sistema previsional esconde serias inequidades y no es sustentable. No debería haber jubilaciones de privilegio», aseveró.

Macri también les envió un mensaje a los gremios: «Necesitamos organizaciones sindicales fuertes, transparentes, que realmente tengan la vocación de representar a los trabajadores».

Y añadió: «No puede ser que haya más de 3.000 sindicatos en la Argentina y sólo 600 firmen paritarias anualmente». «La mafia de los juicios laborales es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país», subrayó.

Luego, Macri se enfocó en el eje «calidad institucional». «Queremos comprometer a todos los sectores a construir un Estado que esté al servicio de los argentinos. Esto incluye reformas en la justicia y en el sistema electoral», aseguró.

Macri calificó de «estafa» y «vergüenza» que existan «recovecos» en los tres poderes del Estado donde funcionarios han ubicado «amigos, parientes y militantes de sus agrupaciones».

El mandatario criticó al Poder Judicial por la gran cantidad de empleados que tiene, al tiempo que reclamó que «elimine algunas» licencias que consideró exageradas y evite que el servicio de justicia «durante 45 días al año esté interrumpido».

Al encuentro en el CCK fueron invitados los 24 gobernadores, aunque dos de ellos (Sergio Uñac y Claudia Ledesma) no asistieron. Estuvieron presentes empresarios, la cúpula sindical, universitarios y legisladores oficialistas y opositores.

Principales definiciones

Pobreza

«Es inadmisible que en un país con las condiciones estructurales que tenemos haya tanta gente en la pobreza»

«No se trata de sacar o ajustar, sino de poder, de ceder en algo, para que gane el conjunto»

«No hay manera de salir de la pobreza si no nos convertimos en un país exportador»

«Los convoco a lograr entre todos consensos básicos: uno hoja de ruta que nos lleve a una Argentina más justa»

Inflación y juicios laborales

«Quiero proponerles un compromiso de todos para que nunca más volvamos a tener inflación»

«La mafia de los juicios laborales es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país»

«Lamentablemente, tenemos impuestos que ningún país tiene, demasiado altos, con una distribución poco equitativa. La peor distorsión es la evasión fiscal»

Déficit fiscal, jubilaciones y deuda

«Necesitamos menos impuestos y todo esto lo debemos lograr con equilibrio fiscal, se lo debemos a las próximas generaciones»

«Tenemos que empezar una conversación adulta y honesta sobre nuestra sistema de jubilaciones y pensiones»

«No nos gusta endeudarnos, pero menos mentirnos emitiendo dinero sin respaldo y generando inflación»

«No podemos gastar más de lo que recaudamos»

Calidad institucional y gremios

«Queremos un país donde la corrupción sea intolerable»

«La sociedad ya no admite la impunidad»

«Queremos comprometer a todos los sectores a construir un Estado que esté al servicio de los argentinos. Esto incluye reformas en la justicia y en el sistema electoral»

«No puede ser que haya más de 3.000 sindicatos en la Argentina y sólo 600 firmen paritarias anualmente»

La Nación


Llega al país misión del FMI para respaldar los planes del gobierno

Es calvo, no muy alto, de contextura mediana y nunca se saca sus lentes de grueso armazón. A esta altura, el italiano Roberto Cardarelli ya es un conocido del gobierno argentino. El año pasado realizó dos visitas oficiales a Buenos Aires, en su carácter de jefe de la división América del Sur II en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Y como tal volverá a recorrer los despachos oficiales y de reconocidos banqueros y analistas de la City en las próximas dos semanas, al frente de una nueva misión que auditará las cuentas argentinas.

La delegación hará una revisión rutinaria en el marco del artículo IV de la carta constitutiva del Fondo Monetario Internacional, que estipula que los países miembros (Argentina lo es) deben facilitar la información básica sobre sus políticas económicas. Entre otros, Cardarelli se entrevistará con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para preguntarle sobre los esfuerzos del gobierno con vistas a la reducción del déficit fiscal; con el de Finanzas; Luis Caputo, a quien consultará sobre los planes para tomar deuda en los próximos meses; con los de Transporte, Guillermo Dietrich, e Interior, Rogelio Frigerio, quienes motorizan la obra pública a través de los planes viales y de vivienda; y con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, responsable de la política monetaria. Además, contrastará sus testimonios con los que le brinden representantes del sector privado y de consultoras económicas.

La misión no se encontrará con sorpresas. En su visita de septiembre de 2016 (la primera en una década, ya que el kirchnerismo se había peleado con el Fondo y no aceptaba revisiones) el gobierno le había mostrado su hoja de ruta y los primeros pasos que había dado: liberación del tipo de cambio, arreglo con los bonistas, eliminación de barreras comerciales, fuerte reducción de subsidios y fijación de metas decrecientes de inflación. Complacidos, los directores del FMI «elogiaron las ambiciosas reformas emprendidas por el nuevo gobierno» y, además, «recalcaron la importancia de una estrecha interacción entre las autoridades y el personal técnico de cara al futuro».

A partir del lunes, cuando empiecen las entrevistas, los técnicos llegados de Estados Unidos encontrarán que las buenas señales recogidas en su visita anterior ya se han transformado en hechos concretos. Además de las medidas tomadas, el gobierno mostrará la agenda que esta misma semana pondrá en el centro de la negociación con gobernadores y gremialistas, que contempla reformas laborales e impositivas y reduce el margen de acción de las administraciones provinciales, entre otros temas (ver páginas 4 a 7). En la discusión, encontrará interlocutores debilitados sensiblemente después de los resultados electorales del domingo 22 y de las recientes detenciones de sindicalistas y políticos opositores.

Demasiadas coincidencias

Se trata de una agenda que bien podría haber sido presentada por el directorio del FMI, ya que coincide en mucho con sus preceptos. Una muestra es su documento «Perspectivas de la Economía Mundial», publicado a comienzos de mes, en el que los párrafos referidos a la Argentina parecen ser un resumen de los planteos del gobierno argentino, más que la opinión de los economistas del Fondo. «El reequilibrio fiscal tendría que basarse en nuevos recortes de los subsidios generosos y mal focalizados de la energía y en una racionalización del gasto en muchos otros ámbitos, como salarios, bienes y servicios y transferencias discrecionales al sector privado y a las provincias», expone el paper. Pareciera referirse a las audiencias ya convocadas para convalidar nuevos aumentos en los servicios públicos, las limitaciones que se pretende imponer a los gastos provinciales o las filtraciones sobre la intención del gobierno bonaerense de otorgar sólo 10% de aumento salarial para 2018.

El mismo trabajo, que se puede consultar en la web oficial del organismo (www.imf.org), plantea que «para afianzar la inversión privada y la productividad también será necesario seguir realizando esfuerzos para impulsar el programa de reformas estructurales, lo cual comprendería dotar de mayor flexibilidad a los mercados laborales y reducir la informalidad». En ese sentido, el Ministerio de Trabajo ya anticipó su decisión de continuar convocando a gremios y empresarios para modificar convenios sectoriales y adecuarlos a las necesidades patronales, sin pasar por el Congreso. A juzgar por la similitud de lo escrito y de lo que se está haciendo, no cabe duda de que ese modus operandi, ya utilizado en casos como el de trabajadores petroleros, lecheros, algunas ramas de metalúrgicos y de servicios agrícolas, cuenta con la bendición de Washington.

El Fondo también ratifica el discurso oficial de que «las prioridades de política son reducir la inflación y el déficit fiscal», aunque marca una discrepancia en cuanto a los tiempos y no se conforma con el gradualismo del que se jacta el gobierno: «Sería crítico cumplir con el objetivo anunciado de recortar el déficit fiscal federal primario en 2 puntos porcentuales en 2018–19. Una reducción aún más veloz podría ayudar a reducir las tasas de interés reales, manteniendo a la vez la coherencia con el proceso de desinflación, y aliviaría las presiones sobre el tipo de cambio, que aún parece estar algo sobrevaluado en términos reales».

Como en los viejos tiempos

Con tantas coincidencias, no caben dudas de que el informe que la misión del FMI brindará a sus superiores será positivo. Si eso ocurriera, al gobierno se le despejaría el camino para conseguir un crédito del FMI, mecanismo al que Argentina renunció explícitamente en 2005, cuando el kirchnerismo decidió devolver por adelantado y al contado los casi U$S 10 mil millones que debía al organismo.

La aprobación de la revisión del artículo IV sería suficiente para conseguir alguna de esas líneas de financiamiento (ver aparte). Desde la crisis financiera de 2008, el Fondo abarató notablemente las tasas. Por ejemplo, el año pasado Ecuador logró U$S 364 millones a un módico 1,1% anual. Es lo que propuso el economista Guillermo Calvo, quien trabajó en el FMI y el BID, en una entrevista con el portal Infobae: «Es más barata la línea contingente que ofrece el Fondo, se paga mucho menos».

Si así no fuera, por lo menos permitiría conseguir un aval para que las próximas emisiones de deuda sean menos onerosas. Las últimas colocaciones argentinas orillaron el 7% de interés anual. Un reconocimiento explícito del organismo ayudaría para que calificadoras internacionales, como Morgan Stanley, que en junio evitó darle el carácter de «mercado emergente» a la Argentina hasta ver si el oficialismo salía airoso de las elecciones legislativas, recomienden a sus clientes invertir en títulos argentinos.

Esas herramientas vendrían como anillo al dedo para una gestión que este año ya emitió bonos por U$S 36 mil millones para cubrir el bache que le dejan el déficit primario y los intereses de los préstamos ya tomados. Tanto el endeudamiento desenfrenado como recurrir al Fondo Monetario son recursos que, a lo largo de la historia argentina, nunca arrojaron resultados positivos. Pero el lunes, apenas consumado el triunfo en los comicios legislativos, el presidente Mauricio Macri volvió a marcar el camino: «Mientras la Argentina tenga déficit fiscal, va a seguir teniendo que tomar deuda». Con esa premisa, el gobierno necesita hacer buena letra con el FMI. Como en los viejos tiempos.

Tras las reformas previsional e impositiva

La hoja de ruta de las reformas que propone el gobierno nacional cuentan con el aval del Fondo Monetario. Además de la laboral (ver página 5), entre las principales se encuentran la reforma jubilatoria y la tributaria.

Respecto de la primera, el gobierno ha dejado trascender algunos ejes, los cuales ya fueron señalados por el FMI. Ese es el caso de la suba de la edad jubilatoria, que el FMI impulsó en su informe de noviembre de 2016. En ese texto, escrito después de la inspección que realizó la misión del Fondo, también se impulsa un cambio del método de cálculo de la actualización de haberes, con vistas a lograr subas cada vez menores. Otro de los ejes propuestos por el organismo multilateral es la eliminación de las cajas provinciales y la equiparación de los haberes, en general a la baja.

El FMI también ha recomendado una reforma tributaria, que la considera vital para reducir el déficit fiscal y mejorar la competitividad de las empresas que operan en la Argentina. El gobierno opina lo mismo y las modificaciones apuntan a una reducción sustancial de Ingresos Brutos en las provincias, subas en los tributos que pagan las personas, como ABL en la Capital Federal y el Inmobiliario en la provincia de Buenos Aires. La reforma se suma a las iniciativas que ya tomó la administración Macri antes: quita de retenciones, derogación de Ganancias a los dividendos, cómputo del pago del Impuesto al Cheque a cuenta de Ganancias, etcétera.

Líneas de crédito para los que cumplen

Si la Argentina vuelve a pedir prestado al Fondo Monetario tendrá a su disposición un abanico de alternativas. Las más cercanas son la Línea de Crédito Flexible (LCF), la Línea de Precaución y Liquidez (LPL) y opciones de carácter precautorio bajo el Acuerdo de Derecho de Giro y el Servicio de Crédito Stand-by (SCS).

El FMI tenía una línea de crédito contingente que dejó de usar en 2003. Tras la crisis financiera de 2007, el organismo lanzó nuevas líneas con vistas a prevenir fuertes desequilibrios en las cuentas fiscales de los países que salieron al rescate de sus bancos.

La LCF, introducida en 2009, permite un acceso rápido y sin topes a recursos en situaciones de crisis, sin condicionalidades posteriores.

Para recibir esta línea, el FMI exige el cumplimiento de criterios subjetivos, como la «solidez» de la política económica (a pesar de que el déficit fiscal podría haberse disparado) y la fortaleza política en la que se encuentra el gobierno que pide la línea de préstamo. Cambiemos viene de ganar las Legislativas.

Tiempo Argentino


El Fondo también exige avanzar con la reforma laboral

La misión del FMI tiene su hoja de ruta para la Argentina. En su «Actualización de las perspectivas económicas para América Latina», publicada el 13 de octubre sugiere, entre otras medidas que considera «prioritarias», avanzar en «una racionalización del gasto, como los salarios». Además, señala, «para afianzar la inversión privada y la productividad será necesario (…) dotar de mayor flexibilidad a los mercados laborales».

Los dirigentes de la CGT ya manifestaron su acuerdo en avanzar en una reforma sector por sector soslayando una ley en el Parlamento.

La estrategia, presentada como una concesión, en realidad apunta a impedir una respuesta de conjunto del movimiento obrero, que es lo que el triunvirato ya ha demostrado que no tiene intención de organizar. No lo hizo contra el veto a la ley antidespidos, ni contra la ley de ART, ni por la pérdida del poder adquisitivo, ni ante la intervención de los sindicatos. Para el gobierno, una reforma consensuada con la CGT es la vía para sostener la alianza capaz de garantizar la paz social que necesita para aplicar el ajuste.

Así las cosas, la reforma seguirá avanzando, a través de un camino tortuoso. Los trabajadores sólo podrán enfrentarla con acciones parciales allí donde las conducciones estén dispuestas a hacerlo o sufran un desborde de sus bases.

Quién extorsiona

Desde el gobierno se suele decir que existe un sindicalismo exorsionador y mafioso que chantajea a las empresas. Sin embargo, a la luz de la forma cómo ha logrado la adhesión de los sindicatos a su hoja de ruta, cabe preguntarse quién es el que extorsiona.

En el ambiente sindical se asegura que el encarcelamiento de Juan Pablo «Pata» Medina, más allá de méritos propios, sirvió para impulsar la aceptación de la hoja de ruta gubernamental por parte de otros dirigentes sindicales a los que preocupan posibles carpetazos con denuncias de corrupción.

En el caso de la deuda del Estado con las obras sociales, de 20 mil millones de pesos, el gobierno sujeta la posibilidad de un pago a la aceptación de la Cobertura Universal de Salud (CUS).

En los casos de revisión de convenios, la adenda para Vaca Muerta, por ejemplo, fue presentada como una condición para la llegada de inversiones para reactivar un sector atravesado por miles de despidos y suspensiones. La mesa automotriz también se ha constituido recostada sobre las suspensiones y los despidos. Los convenios especiales firmados por la Uocra para viabilizar inversiones chinas avasallaron el derecho a huelga. El viernes pasado, la UOM, Uocra y Luz y Fuerza firmaron una carta de intención para la explotación de energías renovables con una adenda flexibilizadora de sus convenios contra la promesa de inversiones por $ 15 mil millones.

El convenio que firmará mañana el sindicato Atilra es la contraparte del plan de rescate de SanCor por $ 450 millones que, además, estuvo condicionado a una reestructuración que se cargó 1500 trabajadores.

La mesa para discutir premios por productividad para los empleados públicos nacionales, que tiene fecha para los primeros días de enero, resultó de la paritaria salarial de uno de los sectores con mayor pérdida del poder adquisitivo e inestabilidad laboral heredada de la gestión anterior.

Los puntos sensibles

Los ejemplos mencionados sirven de adelanto de lo que buscarán en otros convenios. La regimentación del derecho a huelga por la vía de cláusulas particulares y la recategorización a servicios esenciales (la Legislatura cordobesa incluyó el transporte automotor), la incorporación de nuevas categorías a la baja dentro o fuera del convenio como en ATILRA o el proyecto de pasantías, la quita de licencias especiales y el pago de horas extra y, fundamentalmente, la polifuncionalidad aparecen bajo diversas formas en las discusiones en curso.

El argumento oficial para la reforma es que creará empleo en la industria. Lo cierto es que la polifuncionalidad, por definición, implica lo contrario: con menos trabajadores hacer más tareas.

El techo de la ley

Con todo, la estrategia de negociación sectorial podría chocar con la lógica del ordenamiento jurídico argentino, que establece que ninguna ley o disposición puede contradecir una de rango superior. Matías Cremonte, presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, señaló que «la Ley de Contrato de Trabajo es un piso de derechos y un techo para la reforma» y recordó que «la CIDH, de hecho, en su última reunión en Montevideo ratificó el principio de irregresividad de los derechos laborales a partir de lo que dice el pacto de San José de Costa Rica».

En 2013 un fallo de la Cámara del Trabajo recordó que «un convenio colectivo sólo puede modificar uno anterior en la medida en que no perjudique los mejores derechos». El mismo Jorge Triaca reconoció que ese escollo «va a ser lo más difícil de todo».

Tiempo Argentino


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