Perú: Desde la izquierda le damos la espalda a temas importantes… y a la Amazonía – Por Hugo Cabieses

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Considero que existen varios temas en los que la izquierda actualmente existente en el Perú y Nuestra América, incluyendo los gobiernos progresistas y de izquierda, unos más otros menos, se ha puesto de espaldas y menciono cinco de ellos en este escrito ya que, como se sostiene en el documento El consenso de Nuestra América“No es momento de lamentar los reveses sufridos en el plano político y/o electoral. Es el momento de ser autocrítico y constructivo y aprender de nuestros aciertos y errores.” (pág. 3) [1]

Primero. Le damos la espalda a la corrupción pública y privada frente a la que demasiadas veces nos hacemos los suecos o le echamos la culpa al neoliberalismo y al imperialismo. La corrupción corrompe a los países, personas, familias e instituciones sociales, especialmente el narcotráfico, trata de personas, tala ilegal, minería ilícita, contrabando y otros, sobre todo con nuestros dirigentes y fuerzas sociales.

El documento mencionado que circula entre los partidos y movimientos del Foro de Sao Paulo, dice lo siguiente: “6 –El ejercicio transparente del gobierno y la administración de los bienes públicos y colectivos y el control social de los mismos debe asumirse como una actitud propia de la izquierda. El enfrentamiento sin tregua a la corrupción, como fenómeno inherente al sistema que necesitamos cambiar, resulta esencial y forma parte de nuestra integridad y la ética en nuestros procesos tomar medidas contra los corruptos y mostrar las herramientas de lucha contra la corrupción.”.

No obstante y lamentablemente, pasamos por agua tibia los varios casos de corrupción asociada a gobiernos “progresistas” como de Argentina, Brasil, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Uruguay y otros. Nos afirmamos como una fuerza ética y moral y por esto luchamos.

Segundo. Le damos la espalda a la pregonada democracia sustantiva y participativa la misma que, una vez asumido el gobierno y antes de ello, la reemplazamos por la “democracia plebiscitaria” orientada a la reelección permanente o por decisiones cupulares “en representación de”.

Una democracia radical es aquella en la que no hay candidatos naturales sino electos, no hay reelección de caudillos sino alternancia, no hay nepotismo, el fin del gobierno y el poder no justifica los medios y no debemos hacer sin la participación de las masas. En esta democracia radical debe haber revocatoria de cargos, respeto al equilibrio de los poderes del Estado central como regional y local, hay respeto a los Derechos Humanos y los Derechos Económicos Sociales Culturales y Ambientales (DESCA). Por esta democracia radical y estos derechos luchamos.

Tercero. Le damos la espalda, antes y después de asumir el gobierno, a la persistencia del neoliberalismo extractivista, que no solo es económico-productivo sino principalmente ideológico y cultural. No podemos ponernos de espaldas a que este modelo se ha sostenido hasta ahora en el «Consenso de los Commodities» – luego del fracaso del «Consenso de Washington» -, destruyendo nuestros recursos naturales, principalmente el agua, personas, comunidades y pueblos indígenas.

Lamentablemente, se desarrolla desde el gobierno y el poder un neo-extractivismo social-rentista, con populismo para la re-elección permanente de líderes o movimientos en el gobierno. Peor aún, para este esquema de gobierno, los temas ambientales, cambio climático, deglaciación y el impacto sobre los ciudadanos y pueblos en general no son parte importante de los debates en la izquierda progresista.

El escritor colombiano William Ospina sostiene que: “Un planeta que durante milenios ha sido el escenario más propicio para la vida, para nuestra forma de vida, podría transfigurarse ante nuestros ojos en una morada inhóspita, de sol calcinante,  de aire tóxico, de agua impotable, de pieles irritadas, de complicaciones respiratorias, donde los tejidos enloquezcan, los sentidos se alteren y los gérmenes escapen a todo control” (pág. 12)[2]. Contra este “consenso de los Commodities” y el “negacionismo Trumpiano” sobre el cambio climático, luchamos por el Buen Vivir.

Cuarto. Le damos la espalda y cerramos los ojos frente a que los gobiernos «progresistas» han obtenido y en varios casos tienen, mayoría electoral precaria e inestable, pero en general no han construido hegemonía político-ideológica – a lo Antonio Gransci  y continúan con el modelo anterior pero con mejor reparto de la renta extractivista …. para la reelección permanente de sus caudillos. Contra esto también luchamos.

Cinco. Demasiadas veces hemos estado y estamos de espaldas antes y después de la asunción del gobierno, a los derechos de los pueblos indígenas, de los trabajadores, de los hombres, mujeres y jóvenes que luchan por sus territorios y en defensa de sus recursos naturales, principalmente en la Amazonía y la Orinoquía. No podemos ponernos de espaldas o incluso alentar la criminalización de las protestas sociales y menos aún las ambientales.

Luchamos contra ponernos de espaldas a los pueblos indígenas, originarios o no, de la Amazonía, la Orinoquia y los trópicos de Centroamérica. Lamentablemente, estas zonas y sus poblaciones han sido utilizadas como retaguardia guerrillera, como campo de maniobra para luchas político-ideológicas y luchas geopolíticas y no como “gérmenes” de un nuevo modelo político, cultural, ambiental y económico con racionalidad diferente.

Sobre esto último, José Carlos Mariátegui fue el primer socialista peruano que en sus análisis y propuestas, se puso casi totalmente de espaldas a la Amazonía y a los pueblos amazónicos, pero gracias a una gran mujer no los ignoró totalmente[3]. Mariátegui analizó, escribió y actuó principalmente sobre la problemática social e indígena de la costa y la sierra del Perú, pero ignorando el 70% del territorio nacional: la región andino-amazónica.

En muy pocos escritos menciona a la selva amazónica y se refiere a ella como “la montaña”. Esto en un momento histórico en el que: 1) más de 355,000 km2 de nuestra Amazonía habían sido perdidos y/o donados a Brasil y Bolivia como resultado de la “guerra del Acre” de 1899-1903; 2) cuando el boom cauchero cometía genocidio con más de 50,000 nativos amazónicos en el norte con Julio César Arana y en el sur con Carlos Fermín Fitzcarrald; 3) cuando el caucho era el principal rubro de exportación del país; 4) cuando sonaban vientos autonómicos en Loreto desde 1920 por la futura pérdida de 403,000 km2 frente a Colombia que se produjo en 1933; y, 5) cuando las grandes potencias como Estados Unidos e Inglaterra ya le habían puesto el ojo a nuestros recursos de esa vasta región.

Sobre esto último o sea el interés de los Estados Unidos en anexarse la cuenca amazónica desde mediados del siglo XIX, rinde cuenta con todo detalle la historiadora Mariana Mould de Pease en la introducción del informe elaborado por los marinos estadounidense Lewis Herdon Lardner Gibbon[4] quienos por encargo del Director del Observatorio Naval de Washington el teniente Matthew Fontaine Maury, habían realizado una expedición dizque científica y comercial al Amazonas entre 1851 y 1853.

La historiadora escribe en la presentación mencionada: “Las exploraciones de Herdon y Gibbon estaban enmarcadas dentro de este amplio proyecto nacional que en la mente del sureño M. F. Maury significaba ligar la cuenca del Missisipi con su similar del Amazonas”. Nada menos !!!!

Pero Mariana Mould nos reporta algo más: “El planteamiento de Maury respecto a la región amazónica, entonces, es parte del expansionismo económico, científico y cultural estadounidense, que se sustentaba en el siglo XIX en principios tales como la voluntad del Ser Supremo para integrar el género humano, antes que sobre la noción de que se trataba de un espacio vacío, que este mismo Ser Supremo les concedía”.

A pesar de todas estas movidas amazónicas nacionales y tensiones geopolíticas internacionales de su época, es muy poco lo que escribió Mariátegui sobre esta “escena contemporánea” en lo interno y lo internacional. No obstante, gracias al dato histórico que me proporcionó Roger Rumrrill en el 2010[5], he conocido que la jurista Miguelina Aurora Acosta Cárdenas, nacida en Yurimaguas en 1887 – aunque Elvira García y García dice que nació en Moyobamba -, fue la diligente informante de José Carlos sobre la Amazonía.

Doña Miguelina, hija de cauchero, anarquista, expositora militante de la Universidad Popular Gonzáles Prada, gran amiga de Dora Mayer y Pedro Zulen, fue presidente de la Federación de Universitarias Peruana en 1919 !!!. Fue nada menos que la primera abogada graduada en 1920 en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas de la UNMSM con la tesis «Nuestra institución del matrimonio rebaja la condición jurídica social de la mujer».[6] Esta extraordinaria mujer, que literalmente tenía los pantalones bien puestos, contra viento y marea, obtuvo el grado de doctora con la tesis: «Reformas necesarias del código civil común peruano tendientes a hacer efectiva la igualdad civil y jurídica del hombre y la mujer».

Doña Miguelina Acosta hizo precisiones a propósito de la región de Loreto, que José Carlos Mariátegui menciona en el capítulo “Regionalismo y Centralismo” en sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (2da. Edición de 1934). Pero no sólo eso. Miguelina discrepa con una apreciación del Amauta cuando sostiene que “La montaña, sociológica y económicamente carece aún de significación”. Mariátegui reconoce los aportes de Miguelina en el análisis de la época del caucho y otros aspectos de la realidad amazónica de ese tiempo cuando escribe: “A este respecto es imposible no declararse de acuerdo con la doctora Acosta Cárdenas, a quien toca, sin duda, concurrir al esclarecimiento de la realidad peruana con un estudio completo de la sociología de Loreto”. Tarea encargada a Miguelina por José Carlos a Miguelina, que cumplió sólo en parte ya que murió en 1933. Lamentablemente los mariateguistas no hemos cumplido con esta tarea que aún está pendiente.

Pese a lo reportado, Miguelina dejó su huella amazónica, analítica y protestona en los escritos de Mariátegui, quien – según Roger Rumrrill, escribió lo siguiente hace 70 años: “Puede decirse que la montaña, o mejor dicho la floresta, es un dominio colonial del Estado peruano”. Lo es hasta ahora, con la diferencia que además Nuestra Amazonía es el dominio colonial de las transnacionales.

Asimismo, Miguelina dejó su huella en “El problema de las razas en América Latina”, texto de corta-aguas y ruptura con la III Internacional redactado por José Carlos Mariátegui, a caballo con el doctor Hugo Pesce Pesceto – que tanta influencia tuvo sobre el pensamiento y la acción del Che Guevara – presentado a la 1ra Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos Aires en 1929.

Con respecto a lo que ambos llaman “la región boscosa del oriente” el texto dice así: “En la montaña o floresta, la agricultura es todavía muy incipiente. Se emplea los mismos sistemas de ´enganche´ de braceros de la Sierra; y en cierta medida se usa los servicios de las tribus salvajes familiarizadas con los blancos. Pero la Montaña tiene, en cuento a régimen de trabajo, una tradición mucho más sombría. En la explotación del caucho, cuando este producto tenía alto precio, se aplicaron los más bárbaros y criminales procedimientos esclavistas. Los crímenes del Putumayo, sensacionalmente denunciados por la prensa extranjera, constituyen la página más negra de la historia de los ´caucheros´. Se alega que mucho se exageró y fantaseó en el extranjero alrededor de estos crímenes, y aún que medió en el origen del escándalo una tentativa de chantaje, pero la verdad está perfectamente documentada por las investigaciones y testimonios de funcionarios de la justicia peruana como el juez Valcárcel y el fiscal Paredes, que comprobaron los métodos esclavistas y sanguinarios de los capataces de la casa Arana. Y no hace tres años, un funcionario ejemplar, el doctor Chuquihuanca Ayulo, gran defensor de la raza indígena – indígena él mismo – fue exonerado de sus funciones de fiscal del departamento de Madre de Dios a consecuencia de su denuncia de los métodos esclavistas de la más poderosa empresa de esa región”.

Sólo Miguelina Acosta pudo haber proporcionado a José Carlos Mariátegui y Hugo Pesce una información tan precisa sobre los sucesos del Putumayo y las tropelías del huaracino Carlos Fermín Fitzcarrald y el vasco Bernardino Perdiz en el Manu de Madre de Dios, denunciadas por el fiscal mencionado.

En este contexto de debates, luchas y tareas inconclusas, lamentablemente un mínimo análisis de las propuestas programáticas de los partidos políticos en el Perú, de sus planes de trabajo y acciones – incluso de los de izquierda -, nos lleva a concluir que ninguno de ellos ha formulado propuestas para la Amazonía que partan de los pueblos andino-amazónicos. Este hecho revela lo siguiente:

  1. Que no sólo el Estado peruano desde siempre, sino también la clase política y los partidos centralizados en Lima han vivido a espaldas de la realidad amazónica.
  2. Que la clase política peruana por ignorancia o por no tener visión de futuro, no ha sido capaz de entender y valorar las potencialidades amazónicas.
  3. Que ésta invisibilidad de la realidad amazónica no ha cambiado en el siglo XXI, pese a que, como sostiene Roger Rumrrill, la Amazonía peruana es hoy en día la renta estratégica del Perú en el siglo XXI.
  4. Que esta desconexión e incomprensión entre la realidad amazónica y los partidos políticos se explica asimismo porque en la Amazonía Peruana no existe una clase política, empresarial y un tejido institucional que haya podido imponer a nivel nacional una visión, un imaginario, una percepción y una agenda amazónica.

Los temas centrales para una agenda andino-amazónica considero que deben ser los siguientes, formulados como PROTESTA y PROPUESTA:

  1. La región andino-amazónica en el contexto mundial y regional. Como PROTESTA: Contra una zona de las transnacionales como último recurso natural biodiverso para su explotación/depredación y expoliación de sus pueblos y culturas. Como PROPUESTA: Nuestra región amazónica como última renta estratégica desde los pueblos y culturas de abajo y adentro, para los pueblos y culturas del mundo y no para los de arriba y afuera.
  2. Los derechos culturales, territoriales y de saberes de los pueblos indígenas andino-amazónicos. Como PROTESTA: Contra las políticas de los Gobiernos y Estados, empresas extractivas e incluso ONGs “conservacionistas”, que violan los derechos territoriales, culturales, sociales y económico-productivos de los pueblos indígenas, colonos ribereños y trabajadores del campo. Como PROPUESTA: Construir desde abajo y adentro, cinco “filigranas”: (1) territorial; (2) cultural-religiosa; (3) de saberes ancestrales y recientes; (4) de uso amigable y respetuoso de la “pachamama” (madre tierra) y la “yacumama” (madre agua); y, (5) de propuestas técnico-productivas orgánicas y biológicas.
  3. La militarización y criminalización de los movimientos sociales, indígenas y políticos andino-amazónicos. Como PROTESTA: Contra la militarización de los territorios andino-amazónicos, la instalación de bases policial-militares y la criminalización de los movimientos sociales bajo el pretexto de la lucha contra el «narcoterrorismo». Como PROPUESTA: Construir desde abajo y adentro redes comunitarias de solidaridad y de defensa de los Derechos Humanos y las plantas maestras de los pueblos indígenas, tales como la hoja de coca, ayahuasca y otras.
  4. Los mega-proyectos  y la destrucción de la Amazonía. Como PROTESTA: Contra la elaboración y ejecución de mega-proyectos carreteros, energéticos, hidrocarburíferos, biocosmbustibles, mineros, etc. al margen de la consulta previa, voluntaria, informada y vinculante con poblaciones y autoridades locales. Como PROPUESTA: Exigir y conquistar información transparente, participación democrática en la ejecución, elaboración de estudios independientes de impacto ambiental y, como propuesta general, que los países y empresas transnacionales paguen bonos por no extraer y explotar los recursos naturales (como en Ecuador).
  5. El cambio climático y el círculo perverso de las «alternativas» de desarrollo sostenible y cooperación internacional. Como PROTESTA: Contra la venta de carbono sumido por los bosques, nueva quimera extractivista y emboscada contra los pueblos andino-amazónicos para la apropiación de sus territorios, culturas y saberes. Como PROPUESTA: Impulsar propuestas de desarrollo territorial sostenible (DTS) y sustentable con los pueblos y autoridades locales al centro y a la cabeza de las propuesta, con estrategias sociales, políticas, institucionales, medio-ambientales y técnicas de Zonificaciòn Ecológica-Económica y de Ordenamiento Territorial (ZEE-OT).

Para el viejo Carlos Marx, contrario a los críticos que sostienen que su propuesta no es ecológica dice que: “El hombre se apoya constantemente en las fuerzas naturales. El trabajo no es, pues, la fuente única y exclusiva de los valores de uso que produce, de la riqueza material. El trabajo es el padre de la riqueza, y la tierra la madre”. Y también sostiene que la sociedad comunista “es la unidad esencial plena del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el naturalismo consumado del hombre y el humanismo consumado de la naturaleza”.[7]

Volviendo al principio, la izquierda progresista en general – por supuesto la derecha conservadora también -, se ha puesto de perfil e incluso es cómplice en algunos lamentables casos, de una cultura, sociedad, economía e ideología delincuencial o «canalla” en la articulación y sinergias de una enorme informalidad, ascendente delincuencia organizada y una cada vez más reducida formalidad. Un esquema Formal, Informal y Delicuencial (FID) estrechamente articulado la corrupción estatal y privada, cáncer del que no se escapan las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales. Está claro que una tendencia muy peligrosa en nuestro continente es la expansión de actividades ilegales y el control de territorios, con poder económico muy fuerte: no menos del 25% de la economía y el 30% de la población está acosada por actividades ilícitas/crimen organizado y uno de los componentes del crecimiento económico de la década dorada ha sido la expansión de actividades ilegales.

Las actividades ilícitas/crimen organizado no se reduce al tráfico ilícito de drogas sino comprende la tala ilegal, minería delictiva; terrorismo religioso y político; tráfico de armas, piratería y secuestros; sicariato y extorsión; contrabando y bio-piratería; trata de personas, prostitución ilegal y tráfico de niños y niñas; migraciones ilegales; falsificación de moneda; tráfico de precursores químicos y explosivos; evasión fiscal y corrupción pública y privada; ciber-piratería; y, lavado de activos y dinero, que es transversal a todo lo anterior. Y la izquierda progresista debe decir algo al respecto y trabajar propuestas para ser impulsadas.

Termino con una reflexión de Javier Diez Canseco sobre la Amazonía en un artículo del 2010: “No hay política amazónica sino el reino neoliberal que entrega al más poderoso y a las transnacionales nuestros recursos sin ninguna visión microrregional, nacional o de integración sudamericana.”[8]

Y otra reflexión más expuesta en Belén do Pará: “El Perú ha vivido de espaldas a la Amazonía, como vivió también, hasta hace muy poco, al Brasil. Hoy, estos asuntos se presentan como nuevos retos al país. La Amazonía es la mayor parte del territorio nacional: cerca de 760,000 Km2, del  total de 1’285,216 Km2 que tiene el país. Pero ha sido tratada casi como un territorio despoblado, ignorando la existencia de población originaria, su identidad y sus derechos. Ha propiciado una desordenada y, muchas veces, agresiva “colonización”,  ha manejado la zona como un área propicia simplemente para industrias extractivas y ha promovido un  indiscriminado aprovechamiento de los recursos naturales existentes por el capital transnacional”.[9]

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[2] Véase: William Ospina; Parar en seco; Penguin Random House-Debate, Bogotá, noviembre 2016.

[3] Este parte toma como base la exposición realizada el 11 de junio del 2010 en el Simposio Internacional “El pensamiento de Mariátegui y la América Latina de hoy”.

[4] Lewis Herdon y Lardner Gibbon, Exploración del Valle del Amazonas, Monumenta Amazónica, CETA, Quito, 1991.

[6] Para una reseña biográfica ver el escrito de Elizabeth Caviedes Torres, la historiadora de la UNMSM que más ha investigado sobre este personaje: Miguelina Acosta Cárdenas: una semblanza, en: http://aquellascosasqueanadieimportan.blogspot.com/search/label/Miguelina%20Acosta%20C%C3%A1rdenas.

[8] Ver: Javier Diez Canseco; “¿Amazonía peruana?”, La República, 5 de abril 2010.

[9] Ver: Javier Diez Canseco; “Amazonía: un reto de política interna y externa para el Perú”; Ponencia presentada en Belem do Pará, 31 de Marzo 2010.

(*) Economista licenciado en la Universidad del Pacífico de Lima, asesor del congresista Richard Arce por Apurímac, del Movimiento Nuevo Perú MNP. Es secretario de RRII del Partido Socialista y miembro de la Comisión de RRII del MNP. Fue Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del MINAM entre agosto y diciembre del 2011.Alai

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