El debate sobre el cannabis medicinal – El Comercio, Perú
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Suelen ser dos los tipos de debates improductivos: aquellos en los que los argumentos se basan en prejuicios y no en evidencias, y aquellos que nunca se dan. Y esas son las manifestaciones de las discusiones a las que hemos estado acostumbrados en el Perú cuando se abordaban asuntos controversiales como el referido al uso de drogas.
Por ello, resulta encomiable la labor realizada por la Comisión de Defensa del Congreso de la República que debatió, recurrió a especialistas y soporte científico y, esta semana, aprobó un dictamen para legalizar el uso de la marihuana con fines medicinales.
De acuerdo con el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo y modificado por la referida comisión parlamentaria, quedaría expresamente autorizada la producción, importación, comercialización y uso informado de productos derivados del cannabis para propósitos exclusivamente médicos. Bajo esta norma, además, podrán funcionar con licencia y bajo supervisión del Ministerio de Salud laboratorios químico-farmacéuticos, y las universidades y clínicas podrán desarrollar investigación científica para los mismos objetivos.
Conocidas son ya las propiedades medicinales del aceite y pomadas de cannabis en el tratamiento del dolor neuropático crónico, de convulsiones en pacientes con epilepsia refractaria, de esclerosis múltiples, Parkinson, diversos tipos de cáncer (incluyendo los vómitos y náuseas que soportan quienes reciben quimioterapia), entre otros. Y se estima que actualmente alrededor de 1.000 pacientes con graves enfermedades en el Perú usan la cannabis sativa para mejorar su calidad de vida, de acuerdo con el Círculo de Investigación en Cannabis, pero podrían ser hasta 400.000 los que requieren su uso y no acceden a él por las limitaciones legales y los altos costos y riesgos que supone la producción y la adquisición clandestinas.
El reconocimiento de la licitud del uso de la cannabis medicinal, por otro lado, permitirá evitar la descabellada criminalización que algunas autoridades procuran. Nos referimos al caso de la denuncia penal que ha presentado la Fiscalía Penal 52 de Lima por el presunto delito de tráfico ilícito de drogas contra dos integrantes del colectivo Buscando Esperanza, una asociación de padres de pacientes con las enfermedades que requieren este tipo de tratamiento. Una aplicación abusiva de la ley que, por lo demás, hoy solo penaliza la posesión con fines de comercialización, y no para su aplicación terapéutica. Precisamente, respecto de este caso, es también positiva la reacción de un grupo de congresistas de todas las tiendas políticas al pronunciarse en contra de la comentada denuncia penal.
Ni los padres que integran Buscando Esperanza ni los médicos que, en la búsqueda del bienestar de sus pacientes, recurren a este tratamiento deberían ser perseguidos por leyes ni funcionarios que no han avanzado a la par de la ciencia –las autoridades norteamericanas han aprobado el uso medicinal en varios estados, así como la mayoría de países europeos, Colombia, Chile, Uruguay, entre otros–, y cuyo grado de empatía con quienes padecen terribles enfermedades quizá evidencien el mismo nivel de letargo.
Los pasos que ha empezado a dar el Congreso en la dirección correcta y la encuesta de Ipsos Perú de febrero de este año, que mostraba que el 65% de la población está de acuerdo con la legalización del cultivo, procesamiento y comercialización de la marihuana con fines medicinales, nos permiten abrigar la esperanza de que la ciencia y la sensibilidad pueden superar el tabú y la indolencia.