Brasil: ¿Cuál es el impacto de la decisión de Temer respecto a la minería en la Amazonia?

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La decisión del presidente golpista de Brasil, Michel Temer, de extinguir una de las reservas ambientales en la Amazonia generó indignación entre los ambientalistas y toda la sociedad brasileña.

Por medio del decreto, se extinguiría la Reserva Nacional de Cobre y Asociados (Renca), un área con 4 millones de hectáreas localizada entre los estados de Pará y Amapá, en la región Norte de Brasil, y el territorio pasaría a ser explotado por la minería y empresas extranjeras.

En menos de una semana, Temer revocó la decisión y propuso un nuevo texto, pero las alteraciones no alteran los impactos de la decisión inicial en la región amazónica.

En las calles de Brasil, mucha gente se está preguntando cuáles son las consecuencias de la medida. Así, Brasil de Fato habló con Jarbas Vieira, del Movimiento de la Soberanía Popular en la Minería (MAM), que hace parte de la Vía Campesina en Brasil, que nos contestó:

«Primero hay que comprender que la Amazonia brasileña es un sitio en disputa debido al agua, a la biodiversidad, a los recursos minerales que existen en la región. No se puede olvidar que actualmente hay minería en la región, diversos tipos de minería, incluso explotación minera ilegal en las fronteras.

Por lo tanto, ya existe un conflicto permanente entre las empresas mineras y la población que vive en la Amazonia. El gobierno Temer decidió extinguir la Reserva Nacional de Cobre y Asociados, la Renca, un área de 46.500 kilómetros cuadrados, más grande que toda la Dinamarca, que es responsable por un exiguo control climático hoy en Brasil y en el mundo. Imagináte el impacto de la deforestación, de este agujero en la Amazonia brasileña.

Pero además de las cuestiones climáticas y ambientales, no nos podemos olvidar que una de las medidas del gobierno Temer fue entregar nuestros recursos mineros, localizados en el subsuelo, para la explotación internacional.

Entonces, lo que nos quedará: conflictos en los territorios entre las empresas y la población que vive en la región, pérdida de la soberanía nacional y del derecho del pueblo a decidir ‘qué, cómo y cuándo’ se explotarán los suelos y los subsuelos y lo que es más grave, la entrega de nuestros recursos minerales a las empresas internacionales, que se irán de Brasil y volverán como productos manufacturados, que costarán 10 o 15 veces más caro».

Brasil de Fato

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