Los Pueblos Indígenas del Perú

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Los Pueblos Indígenas del Perú

Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas

En el Perú, a parte de los más de seis millones de indígenas quechua y aymará de la sierra andina, viven en la Amazonía peruana unos cincuenta pueblos indígenas, poseedor cada uno de una lengua propia. Estas lenguas se agrupan en más de una quincena de familias lingüísticas. Además de la lengua, cada uno de estos pueblos posee un territorio, una forma de vivir en sociedad y una filosofía de la vida singular.

Las diferencias lingüísticas y culturales no impiden sin embargo que estos pueblos presenten muchas características en común, fruto de los orígenes que comparten y los intensos intercambios culturales que mantienen.

La historia de los pueblos indígenas peruanos se remonta a muchos miles de años. Aunque los primeros hombres atravesaron el estrecho de Panamá hace por lo menos 35.000 años, las pruebas inequívocas de presencia humana en la región del Perú actual datan de mucho tiempo después.

Hace unos 20.000 llegaron las primeras poblaciones, siguiendo los desfiladeros andinos y ocupando también espacios de la ceja de selva. La selva baja no empezó a poblarse hasta más tarde, con la domesticación de la yuca y la introducción del maíz.

La llegada del poder colonial obligó a hacer frente a reiterados intentos de conquista territorial. Este problema se ha perpetuado hasta hoy en día, en forma de frentes extractivos que se han ido sucediendo trayendo consigo, como sucedió por ejemplo con el caucho, nefastas consecuencias ecológicas y humanitarias.

Sin embargo, si los pueblos andinos fueron incorporados al poder colonial, los pueblos de la selva nunca fueron conquistados, y quizá debido a este espíritu de resistencia están presentes en nueve departamentos peruanos. Más aun, constituyen la población mayoritaria en cinco provincias y casi cuarenta distritos.

Los indígenas peruanos son la cara más expresiva de la pobreza. El 75% de ellos perciben ingresos menores a dos dólares diarios. Esta condición socioeconómica demuestra, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ser indígena equivale a ser pobre.

La secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), Rocío Silva Santisteban, subraya que “la población indígena ha sido maltratada y ninguneada desde la época virreinal”. Este cuadro de injusticia histórica es subproducto de un modelo de desarrollo basado en el neoextractivismo, que orienta la economía hacia actividades de explotación de la naturaleza para la obtención de recursos dirigidos a la exportación. Las actividades extractivas generan efectos desequilibrantes en materia socioambiental.

El 39 por ciento de los peruanos, según Latinbarómetro, cree que son discriminados por raza. Silva Santisteban recordó la expresión que lanzó el expresidente Alan García en contra de los pueblos originarios, a quienes calificó de “perro del hortelano”. “El perro del hortelano fue percibido,  desde los pueblos indígenas, como lo más excluyente e insultante”, apuntó.

El gobierno de Ollanta Humala, siguió el piloto automático del perro del hortelano”, y desconoció la existencia de pueblos indígenas en los Andes. “Es absolutamente absurdo que diga que los únicos pueblos verdaderamente indígenas son los nativos y los nativos no contactados. Estos están saliendo de los espacios de la selva virgen, porque están siendo cercados por este Estado que está planteando todo un paradigma de desarrollo en beneficio de las grandes empresas extractivas”, aseguró Silva.

“Tenemos que ampliar la visión de los modelos de desarrollo. Y, uno que plantean los pueblos indígenas es ese vínculo directo con la tierra, que es algo que el mundo urbano ha perdido”, comentó, tras recordar que organismos internacionales, entre ellos la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), alertan que los patrones de desarrollo de muchos países de esta parte del mundo ponen en peligro las instituciones culturales de los pueblos indígenas.

Idiomas

Las lenguas indígenas se hablan, sobre todo, en los Andes centrales, meridionales y en la selva amazónica. Las únicas lenguas nativas andinas actualmente en uso son el quechua, el aymará, el jaqaru y el kawki; mientras que la región amazónica alberga una mayor variedad de lenguas (siendo las lenguas más habladas el asháninka y el aguaruna), agrupadas en una 14 familias lingüísticas junto con otras más lenguas aisladas e inclasificadas.

Pueblos indígenas del Perú

La siguiente lista presenta los 55 pueblos indígenas u originarios identificados a la fecha por el Viceministerio de Interculturalidad. Para conocer más sobre ellos, seleccione el nombre de un pueblo indígena o una lengua indígena.

Territorio

Los pueblos indígenas del Perú luchan desde siempre por mantener los territorios que les pertenecen como habitantes originarios. Las formas de resistencia han cambiando a lo largo de la historia, pero el objetivo ha sido el mismo: defender los espacios que ocupan desde tiempos inmemoriales y que comparten con los otros seres vivos del ecosistema.

Desde hace unos treinta años esta lucha por el territorio ha tomado la vía legal. Gracias al esfuerzo de las organizaciones indígenas y de su entorno de apoyo se ha conseguido desarrollar una legislación que ha permitido un proceso de titulación cuyo balance en términos estrictamente cuantitativos es positivo.

Así, el Directorio de Comunidades Nativas del Ministerio de Agricultura arroja la cifra de aproximadamente 1500 comunidades nativas, lo que significa una extensión territorial de unas 10’503,888 hectáreas tituladas. Hay que añadir unas 2’799.901 hectáreas de cinco reservas territoriales (una forma de titulación sujeta a confirmación que está contemplada en la ley), así como unas cuantas comunidades nuevas – y ampliaciones de las ya existentes- en la provincia de Datem del Marañón y en las orillas el Río Corrientes, siempre en Loreto, tituladas recientemente.

Se podrían también considerar como superficies tituladas las reservas comunales que ocupan unas dos millones de hectáreas, a lo que se le pueden añadir, en el futuro, unas cinco propuestas más de reservas territoriales y siete de reservas comunales (con expedientes listos y presentados ante el Estado), y algunas comunidades más por titular.


Los indígenas aislados

Survival

En las profundidades de la selva amazónica, en Perú, viven pueblos indígenas que no han tenido contacto con el mundo exterior. Corren peligro de extinción por las enfermedades y el robo de sus tierras. Los trabajadores de las petroleras y los madereros ilegales invaden sus tierras y propagan enfermedades. Los indígenas no sobrevivirán si no se pone fin a esta situación.

Se estima que hay alrededor de 15 pueblos indígenas aislados en Perú. Viven en las regiones más remotas y aisladas de la selva amazónica, pero su tierra está siendo rápidamente destruida por los foráneos. Entre ellos están los cacataibos, los isconahuas, los matsigenkas, los mashco-piros, los mastanahuas, los murunahuas (o chitonahuas), los nantis y los yoras.

Todos ellos se enfrentan a terribles amenazas, que afectan a sus tierras, a su modo de vida y, últimamente, también a sus vidas. Si no se hace nada, posiblemente desaparezcan por completo. Los pueblos indígenas aislados son extremadamente vulnerables a cualquier forma de contacto con foráneos, ya que no tienen inmunidad frente a las enfermedades occidentales.

El derecho internacional reconoce que los indígenas son dueños de sus tierras y su derecho a vivir en ellas como elijan. El Gobierno peruano no está respetando el derecho internacional, así como tampoco lo hacen las empresas que invaden las tierras indígenas.

Todo lo que sabemos acerca de estos indígenas aislados pone de manifiesto que buscan mantener su aislamiento. En las pocas ocasiones en que se les ha visto o encontrado, han dejado claro que quieren que les dejemos en paz. A veces reaccionan de forma agresiva, como forma de defender su territorio, o dejan señales en la selva advirtiendo a los foráneos que se mantengan alejados.

Los indígenas han sufrido una violencia terrible y enfermedades traídas por los foráneos en el pasado. Para muchos, este sufrimiento continúa hoy día. Obviamente, tienen muy buenas razones para no querer el contacto.

Varias organizacionesl están instando al Gobierno peruano para que proteja a los indígenas aislados y no permita las exploraciones de petróleo, talas u otra forma de extracción de los recursos naturales de las tierras indígenas. El Gobierno debe reconocer a los indígenas como los propietarios de su tierra.

Las mayores amenazas para los indígenas no contactados de Perú son los trabajadores de las empresas petroleras y los madereros ilegales. El Gobierno peruano ha firmado contratos con petroleras que abarcan más del 70% de la Amazonia peruana . En una buena parte de este territorio están incluidas regiones donde habitan pueblos indígenas aislados.

La prospección petrolera es especialmente peligrosa para los indígenas porque abre zonas antes remotas a otros foráneos, como madereros y colonos. Usan las carreteras y caminos de los equipos de exploración para entrar.

Shell y la tragedia de los nahuas

 

En el pasado, la prospección petrolera derivó en un contacto violento y desastroso con los indígenas aislados. A principios de la década de los años 80, una prospección de Shell provocó el contacto con los nahuas. En cuestión de unos pocos años, alrededor del 50% de los nahuas había muerto.

Ahora, un consorcio de empresas lideradas por la argentina Pluspetrol y entre las que se encuentra también Repsol opera en la tierra de los nahuas y tiene previsto ampliar un enorme proyecto de gas. Se trata del mayor campo gasístico de Perú, conocido como Camisea, que se ubica dentro de una reserva para indígenas aislados y no contactados, entre los que se encuentran los nantis y los matsigenkas. La expansión del proyecto podría derivar en la desaparición de estas vulnerables tribus.

Perú se refiere a su política hacia empresas internacionales como “de puertas abiertas”. El Gobierno anima activamente a nuevas empresas a hacer prospección en zonas donde habitan pueblos indígenas aislados, incluidos los mashco-piro sy los isconahuas.

La caoba: el “oro rojo”

La otra gran amenaza son los madereros ilegales, muchos de ellos en busca de caoba. Conocida como el “oro rojo”, la caoba alcanza un precio muy alto en el mercado internacional. La selva peruana tiene parte de la última madera de caoba comercialmente viable que queda en el mundo, lo que ha provocado una “fiebre del oro rojo” en pos de lo que aún queda.

Por desgracia, estas son las mismas zonas donde viven los indígenas aislados, lo que significa que el hecho de que los madereros invadan su territorio y contacten con ellos es casi inevitable. En 1996 los madereros ilegales forzaron el contacto con los indios murunahuas. En los años siguientes murió el 50% de ellos, la mayoría de catarros, gripe y otras infecciones respiratorias.

Los madereros también han forzado a miembros de una tribu no contactada a huir de Perú por la frontera hacia Brasil. A lo largo de los años se ha recopilado una gran cantidad de pruebas, que incluyen vídeos, audios, fotos, utensilios, testimonios y entrevistas.

Por ejemplo, el 18 de septiembre de 2007, un avión fletado por la Sociedad Zoológica de Frankfurt sobrevoló una zona remota del sureste de la selva peruana para comprobar la presencia de madereros ilegales. Por casualidad encontraron un grupo de unos veintiún indígenas , probablemente del pueblo mashco-piro, en un campamento temporal de pesca en la ribera de un río.

Sólo seis semanas después, Alan García, entonces presidente de Perú  escribía en un artículo de un diario que los indígenas no contactados habían sido ‘creados’ por ‘medioambientalistas’ que se oponen a las prospecciones petrolíferas.

Casi todos los indígenas aislados son nómadas, se desplazan por la selva dependiendo de las estaciones, en pequeños grupos de familias extensas. En la estación de lluvia, cuando los niveles de agua son altos, los indígenas, que generalmente no usan canoas, viven lejos de los ríos, en el corazón de la selva. Durante la estación seca, sin embargo, cuando los niveles de agua son bajos y en los meandros de los ríos se forman playas, acampan en esas playas y pescan.

Huevos de tortuga

La estación seca es también el momento del año en que las tortugas de río aparecen en las playas para poner sus huevos, enterrándolos en la arena. Los huevos son una fuente importante de proteína para los indígenas, y son expertos en encontrarlos y desenterrarlos. El hecho de que los indígenas estén en estas playas significa que en este momento del año es más probable que sean vistos por los madereros y otros foráneos o por los pueblos indígenas vecinos ya contactados.

Además de huevos de tortuga, los indígenas no contactados se alimentan de gran variedad de carne, pescado, plátanos macho, frutos secos, bayas, raíces y larvas. Entre los animales que cazan están el tapir, el pecarí, monos y ciervos.


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