México: informe de la CEPAL afirma que la desigualdad alcanza su nivel más alto durante el gobierno de Peña Nieto

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Rompe México récord de desigualdad: Cepal

México alcanzó una cifra récord de desigualdad referente a la concentración de activos físicos y financieros, alertó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

De acuerdo con su informe «Panorama Social de América Latina 2016», pocas empresas en México concentran la propiedad de activos físicos, por lo que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos, es excepcionalmente elevado.

«El 10 por ciento de las empresas concentran el 93 por ciento de los activos físicos, en tanto que el 90 por ciento restante dispone de muy pocos bienes de capital. Por ello, el coeficiente de Gini de la concentración de los activos físicos asciende a la cifra récord de 0.93 (de un índice de 0 a 1, donde el 1 corresponde a la máxima desigualdad)», lee el informe.

Entre 2004 y 2014, la riqueza en México se duplicó con un crecimiento real promedio anual del 7.9 por ciento.

Sin embargo, la repartición de la riqueza generada no ha sido equitativa: el uno por ciento de las familias del país concentran más de un tercio de 28 billones de pesos en México.

De la misma cantidad de activos físicos y financieros del país, dos terceras partes están en manos de otro 10 por ciento de las familias de México.

«El coeficiente de Gini de la distribución de los activos totales (físicos y financieros) de las familias es de 0.79. La repartición de los activos financieros es aún más desigual: el 80 por ciento es propiedad del 10 por ciento más rico», agregó.

Según el informe presentado esta mañana, México también destaca por la desigualdad en el tiempo que invierten mujeres y hombres en actividades domésticas no remuneradas.

En promedio, las mujeres mexicanas dedican 32.2 horas a la semana a los quehaceres domésticos y los cuidados de menores de edad, adultos mayores y personas enfermas.

En cambio, los hombres dedican un promedio de 11.6 horas.

Aunque el tiempo invertido por las mujeres es el más alto a nivel regional, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, reconoció que la medición de uso de tiempo en México es la más fina, lo cual puede hacer que incrementen los indicadores.

«Una alta proporción de mujeres no está participando en el mercado laboral formal; una mayor proporción trabaja por cuenta propia o en micro empresas, fuera de sistemas de protección social», agregó en conferencia de prensa desde Chile.

Esta edición del informe de la Cepal no incluyó cifras actualizadas sobre pobreza en la región, ya que la medición se encuentra en proceso de actualización y será dada a conocer a finales de año.

Lamentan poco alcance de reformas de Peña

La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, consideró que las reformas estructurales del gobierno de Enrique Peña aún no tienen el impacto esperado en el bienestar de la población.

«No se puede ver la mejora. Hasta ahora han tenido poca incidencia porque no han llegado a la población», aseguró.

Reconoció que, a nivel mundial, la caída del precio de petróleo afectó el crecimiento económico de los países; sin embargo, señaló que las reducciones prometidas en las tarifas de telecomunicaciones y energía aún no han beneficiado a la población.

Bárcena afirmó que las reformas estructurales deben acompañarse de reformas sociales de mayor alcance, como la universalización de la protección social a lo largo del ciclo de vida y la aprobación de un ingreso básico ciudadano.

«Puede lograrse una estrategia integral que incorpore reformas estructurales económicas y un paquete en materia social que permita complementar este tipo de temas en momentos de dificultad económica», recomendó.

En su informe, la Cepal urgió a impulsar un cambio estructural progresivo en América Latina y el Caribe, el cual genere empleos de calidad, mayores niveles de productividad y mejores retribuciones.

El Diario de Juárez


México alcanzó una cifra récord de desigualdad: Cepal; el 80% de la riqueza está en manos del 10%

En México la mala distribución de riqueza alcanza una cifra muy alta, pues el 80 por ciento de los activos financieros están concentrados en sólo el 10 por ciento de las familias, mientras que el 10 por ciento de las empresas del país concentran el 93 por ciento de los activos físicos, destacó la Cepal.

El trabajo no remunerado de las mujeres en México  fue uno de los puntos que aborda el informe  la Comisión, pues, de acuerdo a la medición, las mexicanas son las mujeres en America Latina que más destinan su tiempo en trabajo no renumerado: “En México uno de los temas que se debe de abordar es que hay una alta a proporción de las mujeres que no participan en el mercado laboral formal”, advierte la titular su titular.

Otro de los aspectos que destacó es que las Reformas Estructurales de Enrique Peña Nieto no han tenido un impacto en la disminución de desigualdad, por lo que recomendó acompañarlas con Reformas Sociales.

Los niveles de desigualdad en Latinoamérica se han estancado desde el 2012 a la fecha, destacó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y agregó que México es uno de los países en los que la riqueza está muy mal distribuida pues de todos los activos financieros en México el 80 por ciento es propiedad de sólo el 10 por ciento de las familias del país, de las cuales, un 1 por ciento acaparan más de un tercero.

La Cepal presentó hoy su informe Panorama Social de América Latina 2016. La secretaría ejecutiva de la Comisión, Alicia Bárcena explicó que el informe se conecta en la desigualada, pues lo ven como un “fenómeno que conspira contra el desarrollo sostenible”, por lo que dijo que éste tema es central para la agenda 20-30.

En la presentación, Bárcena, resaltó que la desigualdad en Latinoamérica es aún muy alta “todavía estamos en niveles de ingresos de personal por encima de .45 por ciento en el coeficiente Gini en la mayoría de los países”. indicó.

Aunque el Coeficiente de Gini para los ingresos personales mostró en 2015 un valor promedio de 0.469 para 17 países de la región (0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel considerado alto, el ritmo de descenso bajó a la mitad entre 2012 y 2015, consigna el documento.

Bárcena explicó que del 2008 al 2012 se registraron caídas muy importantes en el tema de desigualdad en donde se llegó a tener una tasa de 1.2 por ciento de disminución de desigualdad.

Los países que presentaron estas significativas bajas de desigualdad fue porque tuvieron políticas activas en empleo y transferencias, según aclaró la titular de la Cepal.

No obstante, después del citado periodo, la variación se estancó e incluso “aumenta la desigualdad”. El ritmo de descenso bajó a la mitad entre 2012 y 2015 a un 0.6 por ciento anual “Seguimos en niveles altos desigual”, indicó.

En relación a la estructura de la propiedad, es decir de activos físicos y financieros, como un factor fundamental de la reproducción de la desigualdad en la región, el estudio de la Cepal destaca que la distribución de la riqueza es aún más desigual que aquella medida solo por los ingresos corrientes de las personas.

En relación a México, de acuerdo al coeficiente de Gini, es de 0.79, (0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima).

“Dos terceras partes de la riqueza total están en mano del 10 por ciento de las familias y el 1 por ciento de las familias acaparan más de un tercer”, de acuerdo a información proporcionada en el informe Panoramana Social de America Latina. La repartición es aún más desigual en los activos financieros, pues el 80 por ciento del total de los activos financieros”, señala el informe.

Bárcena sostuvo que en cuanto a la propiedad de los activos, mas allá de la desigualdad de ingreso, juega un papel fundamental. La desigualdad más alta más profunda y más estable se da en la distribución de la riqueza y no tanto la del ingreso.

“México puede ser que en desigualdad de ingreso presente un Gini superior al 0.45 pero cuando nos vamos a la riqueza estamos en 0.79 y eso nos parece muy relevante” destaca la Secretaria ejecutiva de la Cepal.

La investigación que presenta la Comisión se basó en el estudio de la realidad mexicana, pero arroja resultados que posiblemente son extensibles a otros países de la región.

Entre las cifras que proporciona la Cepal “entre 2003 y 2014, la economía mexicana creció a un promedio anual del 2.6 por ciento;no obstante, la riqueza alcanzó un crecimiento real promedio anual del 7.9 por ciento en el mismo período”.

El informe de la Cepal señala que la riqueza en México se duplicó entre 2004 y 2014 pero que “hay una fuerte concentración en la propiedad de los activos físicos con que cuentan las unidades de producción registradas en los censos económicos, lo que evidencia el alto grado de heterogeneidad estructural de la economía mexicana”.

El organismo retoma que el 10 por ciento de las empresas concentran el 93 por ciento de los activos físicos, en tanto que el 90 por ciento restante dispone de muy pocos bienes de capital. Por ello, el coeficiente de Gini de la concentración de los activos físicos asciende a la cifra récord de 0.93.

“En 2015, el Gobierno mexicano administraba el 23 por ciento de los activos, las empresas privadas el 19 por ciento, las empresas públicas autónomas el 9 por ciento y las instituciones financieras el 5 por ciento, al mismo tiempo que un 7 por ciento de los activos financieros estaban en posesión de extranjeros. No obstante, las familias concentraban la mayor proporción, un 37 por ciento, equivalente a 28 billones de pesos mexicanos”.

La repartición de estos 28 billones de pesos es muy desigual. Dos terceras partes de estos activos físicos y financieros están en manos del 10 por ciento de las familias del país, en tanto que el 1 por ciento de las familias concentran más de un tercio. Por ello, el coeficiente de Gini de la distribución de los activos totales (físicos y financieros) de las familias es de 0.9. La repartición de los activos financieros es aún más desigual: el 80 por ciento es propiedad del 10 por ciento más rico, reitera el informe.

En cuanto al uso del tiempo, las mujeres presentan mayor desigualdad en cuanto trabajo doméstico y no remunerado que los hombres. México, es el país en el que las mujeres destinan mayor tiempo a este trabajo no remunerado al destinar el 32.2 por ciento del cien por ciento de su tiempo disponible, mientras que4 el hombre destina en México sólo 11. 6 por ciento de su tiempo disponible a trabajos no remunerados, como actividades domésticas o de ciudadano.

En México se estimó el valor monetario de los cuidados no remunerados de salud brindados en el hogar en 167.536 millones de pesos, lo que equivale a cerca del 1 por ciento del PIB o al 85.5 por ciento del valor agregado de los servicios hospitalarios; las mujeres aportaron con su trabajo un 72.2 por ciento de este valor monetario, destaca el informe de la Cepal que retoma estadísticas del INEGI, 2014.

En México uno de los temas que se debe de abordar es que hay una alta a proporción de mujeres que no participan en el mercado laboral formal, hay más mujeres que están en cuenta propia, que no están dentro de los sistemas de protección social, que eso es un tema general, advierte la titular de la Comisión.

“La desigualdad de la distribución del tiempo entre el trabajo remunerado y no remunerado entre hombres y mujeres contribuye a la reproducción de la desigualdad” sostuvo Bárcena.

“Por ello la Cepal insiste en la necesidad de impulsar un cambio estructural progresivo en América Latina y el Caribe, que genere empleos de calidad -con derechos y protección social-, mayores niveles de productividad y mejores retribuciones del factor trabajo”, destacó.

El gasto social alcanzó en 2015 su máximo histórico en America Latina: 10.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para el gobierno central y 14.5 por ciento del PIB para el sector público (como promedio simple regional). La protección social (5 por ciento ), la educación (4.6 por ciento ) y la salud (3.4 por ciento ) siguen siendo las funciones de mayor importancia en relación con el PIB, abunda el informe.

El estudio se centra en la medición y el análisis de diversas dimensiones de la desigualdad social en América Latina, la cual, es uno de los principales obstáculos para el desarrollo. Todos los países de la región se comprometieron a avanzar hacia su reducción significativa al suscribir en 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, según destaca la organización en un comunicado de prensa.

Sin Embargo


CEPAL: la elevada desigualdad en América Latina constituye un obstáculo para el desarrollo sostenible

Entre 2008 y 2015 la desigualdad en la distribución del ingreso de las personas disminuyó en América Latina gracias a la prioridad que le dieron los países a los objetivos de desarrollo social, pero su ritmo de descenso se enlenteció entre 2012 y 2015 y los niveles actuales siguen siendo muy elevados para alcanzar el desarrollo sostenible, alertó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La distribución del ingreso es solo una de las dimensiones de la desigualdad analizadas en el informe anual Panorama Social de América Latina 2016, presentado en conferencia de prensa por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en Santiago, Chile. El estudio también ahonda en las desigualdades en el uso del tiempo entre hombres y mujeres, en las asociadas a la condición étnico-racial y las que se evidencian en las distintas etapas del ciclo de la vida.

“La desigualdad es una característica histórica y estructural de las sociedades de América Latina y el Caribe, que se manifiesta a través de múltiples circuitos viciosos. Avanzar hacia su reducción significativa es uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, suscrita por todos los países de la región en 2015. Esta agenda aboga por que nadie se quede atrás”, expresó Alicia Bárcena.

El coeficiente de Gini para los ingresos personales en 2015 mostró un valor promedio de 0,469 para 17 países de América Latina (0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel considerado alto. Si bien el índice disminuyó 1,2% anual en promedio entre 2008 y 2012, el ritmo de descenso bajó a la mitad entre 2012 y 2015 (0,6% anual).

Estos avances fueron impulsados por una mejoría relativa de los ingresos laborales de los sectores de menores ingresos, gracias a políticas activas como la formalización del empleo y el aumento real de los salarios mínimos en varios países, explica la CEPAL. También fue notable el incremento de las transferencias monetarias hacia los estratos de menores ingresos.

Pese a lo anterior, a través de un análisis complementario de la distribución funcional del ingreso en la región, se observa que las mejoras distributivas recientes no estuvieron necesariamente asociadas a un reparto más equitativo del capital y el trabajo.

Esta edición del Panorama Social también llama la atención sobre la estructura de la propiedad (de activos físicos y financieros) como un factor fundamental de la reproducción de la desigualdad en la región. Por medio de un estudio de caso, se constata que la distribución de la riqueza es aún más desigual que aquella medida solo por los ingresos corrientes de las personas.

Por ello la CEPAL insiste en la necesidad de impulsar un cambio estructural progresivo en América Latina y el Caribe, que genere empleos de calidad -con derechos y protección social-, mayores niveles de productividad y mejores retribuciones del factor trabajo.

El informe advierte asimismo que las mujeres siguen sobrerrepresentadas en los quintiles de menores ingresos y que su tiempo total de trabajo (que equivale a la suma de las horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado con aquellas dedicadas al trabajo remunerado) es superior al de los hombres, lo cual limita su autonomía económica.

Las mujeres destinan hasta un tercio de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres solo un 10%. Más aún, el valor económico del trabajo no remunerado que se realiza en los hogares, y que no se contabiliza en el PIB, equivale aproximadamente a un quinto del mismo, subraya el organismo regional.

La condición étnico-racial es otro factor de desigualdad estructural en América Latina, afirma la CEPAL. En la región viven alrededor de 130 millones de personas afrodescendientes (2015), aproximadamente 21% del total de la población. Aunque Brasil y Cuba concentran el 91% del total regional, la población afrodescendiente está presente en todos los países de América Latina. En 14 de ellos se han creado instituciones y mecanismos gubernamentales de combate al racismo y promoción de la igualdad racial, y se ha fortalecido la legislación de protección de sus derechos.

Este grupo de la población también está sobrerrepresentado en el estrato socioeconómico de menores ingresos y sufre desigualdades profundas en todas las áreas del desarrollo social, que se expresan, por ejemplo, en mayores tasas de mortalidad infantil y materna, de embarazo adolescente y de desempleo, y en menores ingresos laborales (en comparación con los no afrodescendientes), revela el estudio.

En el capítulo dedicado al gasto social se señala que este alcanzó en 2015 su máximo histórico: 10,5% del PIB para el gobierno central y 14,5% del PIB para el sector público (como promedio simple regional). La protección social (5%), la educación (4,6%) y la salud (3,4%) siguen siendo las funciones de mayor importancia en relación con el PIB.

Pese a lo anterior, los presupuestos de gasto social 2016-2017 registran contracciones en la mayoría de los países, mientras las estimaciones del PIB son en general de crecimiento moderado, por lo que la CEPAL llama a resguardar y cautelar el financiamiento de las políticas sociales para dar sostenibilidad a los avances alcanzados y hacer frente a los desafíos vigentes.

Para desactivar los circuitos viciosos de la desigualdad es necesario utilizar un enfoque sistémico, recalca la Comisión. Las políticas públicas deben garantizar la titularidad de derechos, se debe reconocer y potenciar el trabajo productivo y de calidad como la llave de la igualdad y como instrumento por excelencia en la construcción del bienestar, y se debe universalizar la protección social a lo largo del ciclo de la vida (la infancia y adolescencia, la juventud, la edad adulta y la vejez), con una mirada sensible a las diferencias, recomienda la CEPAL.

CEPAL

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