Cuatro efectos concretos que tendrá la construcción del muro

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En enero de 2017 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva autorizando la construcción de una barrera infranqueable en la frontera sur con México. «Lo que estoy haciendo es bueno para Estados Unidos. También va a ser bueno para México. Queremos tener un México muy estable y muy sólido», dijo el polémico mandatario.

En una entrevista con la cadena ABC insistió con que la construcción de la controvertida barrera será financiada inicialmente por Estados Unidos, pero que luego conseguirá que México reembolse 100% del costo.» Sólo le digo que habrá un pago, que sucederá de alguna forma, quizás de una forma complicada», afirmó.

La frontera entre Estados Unidos y México tiene unos 3.000 kilómetros de extensión, a lo largo de la cual ya hay unos 1.050 kilómetros de muros y vallas que ya separan a ambos países. Entonces, ¿qué consecuencias reales tendrá la construcción del muro completo que Trump autorizó? .

  1. Migración: vidas en juego

Una de las consecuencias más serias de un muro fronterizo sería el riesgo que supondría para los miles de migrantes que diariamente intentan llegar a EE.UU. No es algo nuevo: desde 1994 EE.UU.ha instalado vallas que hoy alcanzan 1.050 kilómetros de la frontera, y eso ha hecho que los inmigrantes deban buscar pasos más remotos y arriesgados, señala un informe realizado por BBC Mundo.

«Ha provocado que la gente se vaya a lugares más apartados y eso duplicó el número de muertos», explica José Luis Pérez, ex director del Centro de Información y Estudios Migratorios de México.

En el desierto, las temperaturas de día pueden superar los 50ºC de día y por las noches llegar a puntos de congelación. El río Bravo/Grande es uno de los más caudalosos y cruzarlo implica un riesgo alto.

En la actualidad EE.UU. tiene 21.000 agentes fronterizos, un 518% más que hace dos décadas, según el Reporte del Estado de la Frontera, elaborado por el Centro Wilson, el Colegio de la Frontera Norte y el Centro Norteamericano de Estudios Transfronterizos.

Desde la instalación de nuevos tramos de muro fronterizo, al menos 6.500 cuerpos han sido recuperados y otros 1.500 más fueron enterrados sin identificar en EE.UU. Eso sin contar los cuerpos no recuperados.

«Es una enorme máquina de matar»: lo que el desierto de Sonora les hace a los cuerpos de los que intentan cruzarlo. «Si antes caminaban dos días por el desierto de Sonora cerca de Mexicali, ahora van hasta Yuma (80 kilómetros más al este) y caminan hasta seis días», explicó Isidro Pedroza, del refugio para migrantes Frontera Diga a BBC Mundo.

Además, sellar la frontera agravaría la crisis de los refugios, que hoy en día están saturados, y generaría un estancamiento de esas miles de personas en las ciudades fronterizas de México, advierte José Luis Pérez.

Seguridad: un muro ineficaz contra el narcotráfico

Catapultas, cañones, rampas, drones y sofisticados túneles… Los traficantes de drogas y otros productos ilegales han encontrado múltiples formas de evadir el actual muro fronterizo. Algunos expertos creen que un muro de cuatro metros de altura como el que propone Trump resultaría inútil ya que los traficantes cuentan con múltiples maneras de evadirlo.

«La historia nos ha dicho insistentemente que cuando se crean ese tipo de barreras, lo único que pasa es que es más costoso cruzarla, pero si los incentivos para cruzarla siguen excediendo ese costo, va a seguir ocurriendo», apunta Francisco Lara-Valencia, investigador de la Escuela de Estudios Transfronterizos, de la Universidad Estatal de Arizona, quien considera que pagan «justos por pecadores» por una política mal pensada, como la del muro.

«Las soluciones no son físicas sino que tienen que basarse en la cooperación, mayor coordinación, colaboración entre las autoridades locales, y tienen que basarse en el uso de tecnología e intercambio de información», dice Lara-Valencia.

El narcotráfico tiene sus rutas y métodos a la mano, principalmente en puntos como Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros. Mientras el mercado de la droga crece, la Agencia de Protección Fronteriza de EE.UU., que combate el tráfico ilegal en las fronteras, reportó una baja en los decomisos en lugares como en California, con una reducción del 25% en 2015.

«Haría mucho más difíciles la cooperación y las relaciones del gobierno mexicano y de los gobiernos locales. Y esas relaciones existen independientemente de las rejas o muros», dice Paulina Ochoa investigadora y exprofesora asistente de la Universidad Yale.

3. Medio ambiente: daño latente

Además de las afectaciones a las actividades humanas, el medio ambiente también está en juego.

La ciudad mexicana de Nogales padeció fuertes lluvias que derivaron en una inundación en 2011, en parte debido a que un desagüe que cruza la frontera quedó semibloqueado en el muro fronterizo, lo que generó una gran acumulación de agua. Pero no solo preocupa la interrupción de cauces de agua, sino que también la vida de decenas de especies está amenazada por la presencia de un muro fronterizo, según algunos estudio realizados en la última década.

El río Bravo/Grande es la división natural de dos tercios de la frontera, y una valla podría restringir el acceso a los propios estadounidenses. «Hay cuencas que están divididas por la frontera México-Estados Unidos. Si se interrumpen, tiene impacto al terreno natural, a carreteras, a edificaciones y a sistemas de drenaje. Pueden ser muy elevados los costos», explica Carlos de la Parra, investigador en la Centro de Estudios Fronterizos de la Frontera Norte.

La Norma Oficial Mexicana y la Ley para la Preservación de Especies estadounidense enlistan las especies amenazadas por las actividades humanas, y unas 60 habitan en la región fronteriza. «La migración de especies es necesaria y el muro simplemente les va a cortar el acceso», advierte De la Parra.

4. Economía: golpe a la confianza

Cada día cruzan la frontera unos 300.000 vehículos y un millón de personas que trabajan, estudian, comercian o visitan por turismo el otro lado. También 15.000 camiones de transporte pasan por ahí diariamente. El intercambio comercial en la frontera es mil millones de dólares diarios, según el Reporte del Estado de la Frontera del Centro Wilson, un centro de estudios independiente de EE.UU.

Todo ese flujo pasa por los 40 puntos de cruce legales, así que ¿por qué tendría un impacto sobre la economía de ambas fronteras la presencia de un muro en pasos no legales? En 2013 unos 5,2 millones de camiones cruzaron la frontera, con tiempos de hasta 30 horas de espera por la saturación.

El problema es que además del muro, para mejorar la seguridad de EE.UU. Trump también prometió «cancelar visas» a mexicanos y «elevar las tarifas» de las tarjetas de cruce fronterizo, lo que impactaría directamente a la economía local. «En una región que es muy interdependiente económicamente, que tiene fuertes vínculos culturales, que tiene fuertes relaciones comerciales. (El muro) es muy negativo en un contexto donde tienes una fuertísima integración», explica Lara-Valencia.

Solo San Diego, en EE.UU., tiene una economía más fuerte que su vecino, Tijuana. El resto de las ciudades, como El Paso, Nogales, Laredo, McAllen o Brownsville dependen de la economía de sus vecinos del sur.

*Sobre información de BBC Mundo: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-36466006

Polleros: El muro no detendrá paso a EEUU, sólo lo encarecerá

Lejos de significar un obstáculo, el muro que Donald Trump pretende construir en la frontera con México es visto por los traficantes de personas, conocidos como polleros, como oportunidad para aumentar las tarifas y obtener más ganancias al cruzar migrantes a Estados Unidos.

Alejandro Moreno, en el oficio desde hace 19 años, concedió una entrevista a La Jornada en la que detalló el sistema bajo el cual opera y por qué el muro no será impedimento para continuar ingresando indocumentados al vecino país: “Ya nos estamos frotando las manos; el muro no será ningún obstáculo, al contrario, nos dará mayores ganancias porque el brinco lo cobraremos más caro”, subraya este corredor de indocumentados.

Moreno trabaja para un grupo organizado de polleros que opera entre Sonora y Arizona y por cada cruce pasan entre 30 y 50 pollos (migrantes). Asegura que la red de traficantes de personas de la que forma parte ha ayudado a más de 300 mil indocumentados a atravesar las ciudades fronterizas de Nogales, donde el muro alcanza una altura hasta de 10 metros y cuenta con vigilancia de la Patrulla Fronteriza las 24 horas del día, sistema de circuito cerrado con visión nocturna, térmica, sensores de movimiento e incluso drones.

“Si Trump aumenta la seguridad, lo único que va a pasar es que vamos a cobrar más caro; el precio por cruzar la frontera será mayor por el riesgo que significará; aparte de que serán más caros los sobornos a las autoridades, tendremos que pagarles más a la policía y a la migra”, considera el traficante de personas. Actualmente un pollero cobra por cada migrante entre 2 y 4 mil dólares, dependiendo del lugar de origen; el viaje más caro es el que realizan los centroamericanos, por su travesía desde Honduras, Salvador y Guatemala.

Primero la droga

Alejandro Moreno explica que el negocio de traficar indocumentados sufrió un cambio drástico a partir de 2004, con el ingreso de los cárteles exportadores de droga, que se apoderaron de la plaza e impusieron horarios para cruzar, pero siempre priorizando el trasiego de drogas como mariguana, cocaína y metanfetaminas. Por ello, los polleros que traficaban mediante pequeñas redes se vieron obligados a organizarse y negociar con narcotraficantes para solicitar su permiso y poder trabajar en conjunto. Se turnaron: el tráfico de droga se inicia al llegar la noche y dura tres horas, y el cruce de migrantes empieza en la madrugada.

En la red de tráfico de personas existen cargos para cada labor en la que se divide el trabajo: el guía conduce al migrante desde su lugar de origen a Sonora; el cargador los traslada en tramos con automóvil; el corredor los cruza en la frontera; el ayudante del corredor colabora en el brinco, y el pollero es el socio mayoritario, que provee a sus compañeros casa, auto y gasolina. Subraya que el pago por sus servicios se realiza hasta que el migrante se encuentra a 600 metros de la línea fronteriza, ya en territorio estadounidense, después de haber superado las inclemencias del tiempo, el cansancio y el hambre por recorrer unos 130 kilómetros de desierto en cuatro días.

Moreno menciona que quienes llevan años en el negocio aprenden a sobrevivir con distintas tácticas, que aprenden en cada viaje. Señala que todo pollero sabe que cuando el grupo es descubierto por la Patrulla Fronteriza tiene que hacerse pasar por pollo, al igual que el resto de sus acompañantes, debido a que la migración indocumentada no es un delito grave; el tráfico de personas, sí.

Detalla que los pollos deben aprender varias cosas indispensables para tener una travesía exitosa: caminar sin parar, no platicar, orinar arriba de las plantas y cruzar los cercos por debajo; sin embargo, es común que ignoren las reglas aun cuando el corredor se convierte en una figura de autoridad, siempre van alegando de futbol; es inevitable para ellos. El corredor, al igual que la mayoría de los migrantes, se desplaza sin portar identificaciones, drogas ni armas, con la guía del sol durante el día y las estrellas por la noche, aunque ahora también utilizan teléfonos inteligentes para ubicarse.

El brinco de Sonora hacia Arizona se realiza caminando a través del monte y el desierto, en un recorrido de 130 kilómetros de tres o cuatro días; la ruta trazada por los polleros comienza con su salida en Naco o Agua Prieta; atraviesan ranchos particulares que por la noche aceptan el paso de grupos de entre 30 y 40 personas hasta llegar a la frontera y cruzan por debajo de los cercos evitando hacer ruido.

Luego de cruzar la línea divisora, los corredores o polleros llevan con premura a los grupos de indocumentados a descansar en los condados estadunidenses más próximos como Bisbee, Tombstone y Sierra Vista, en Arizona, donde tienen casas de seguridad en las que se realiza el pago de mil 500 dólares por el brinco y se acuerda el próximo tramo que deberán recorrer en vehículo o avión para llegar a su destino. Todo indocumentado ya tiene casa y cama donde llegar en Estados Unidos; allá la familia que pagó su cruce lo espera y procura su bienestar en todo el camino, explica el traficante de personas.

Ya en la casa de seguridad, los migrantes son recibidos por otro corredor, que se encarga de abastecerlos de ropa y comida con un costo diario de 40 dólares, y posteriormente los traslada a ciudades como San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Chicago, Seattle, Houston, Phoenix, Austin, Dallas, Washington, Detroit, Salt Lake City, Minneapolis, Baltimore, Portland, Denver, Nueva York y Chicago.

Refiere que la temporada alta para el cruce de migrantes es entre los meses de enero y abril, mientras los más bajos son de octubre a diciembre, debido a que en esas fechas muchos de los paisanos que radican en Estados Unidos se trasladan a sus lugares de origen en México para visitar a sus seres queridos. Para Alejandro y sus compañeros, el muro de Trump no frenará a los polleros y su manera de conseguir ingresos, pues es una red, una maquinaria que trabaja en coordinación y complicidad con autoridades en ambos países.

La Jornada