Se cumplen 11 años de la firma del TLC entre Centroamérica, República Dominicana y EEUU

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El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (TLC) nació oficialmente el 28 de febrero de 2006, año en el que El Salvador se convierte en el primer Estado en suscribirse.

El TLC es un tratado que tiene como objetivo la creación de una zona de libre comercio entre los países firmantes.

Once años después el TLC, también llamado CAFTA-DR por su sigla en inglés, aún está vigente, con numerosas críticas y opiniones desfavorables, tanto dentro de los países que suscribieron el acuerdo, como de aquellos entes externos que no forman parte de él junto a organismos y agrupaciones internacionales.

En contexto: El proceso de negociaciones para suscribir el tratado inició en 2003 y en 2006 cuando entraron en vigor las medidas tomadas, con la anexión de El Salvador.

El 17 de diciembre de 2004, en el Salón Azul de la Asamblea Legislativa y con el apoyo de gran parte de las fuerzas políticas (salvo el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) es ratificado el TLC en la nación salvadoreña. Posteriormente, fue realizado el respectivo depósito en la Organización de Estados Americanos (OEA) el 28 de febrero de 2006.

En medio de las negociaciones y, una vez fue conocido lo que planteaba el documento en líneas generales, inició la controversia. Diversas organizaciones sindicales y grupos opositores al tratado organizaron protestas callejeras con la consigna de evitar que el documento fuese ratificado, dejando un gran número de detenidos y heridos en las manifestaciones.

El acuerdo implica la exportación de alimentos, azúcar y etanol, principalmente. Entre sus principales objetivos aparece la creación de puestos de trabajo, lucha contra la pobreza y garantizar el acceso de los productos en condiciones favorables. Igualmente plantea ventajas para consumidores y productores exportadores, así como también tiene incidencia en asuntos ecológicos.

Sin embargo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) asegura que el TLC no brinda «soluciones efectivas para los problemas centroamericanos», siendo únicamente una «herramienta económica», de control por parte de los Estados Unidos.

Asimismo, los principales detractores del acuerdo afirman que las empresas centroamericanas no tienen oportunidades de competir con las estadounidenses, así como tampoco los productos centroamericanos, los cuales no pueden competir con los precios y la calidad de EE.UU., lo que lleva a la bancarrota a agricultores y pequeños productores, esto deriva en un crecimiento exponencial del desempleo.

También existe un sentimiento generalizado, entre ambas partes, de que el acuerdo puede reportar mayores y mejores beneficios con los que cuenta actualmente.

“Podemos estar complacidos por el tremendo progreso (con el CAFTA-DR), pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que el potencial que tiene no lo hemos alcanzado por completo», comentó este lunes John Andersen, subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Hasta ahora, EE.UU. ha sido el principal beneficiado desde la vigencia del tratado. Las ventas a El Salvador en 2015 ascendieron a 4.908 millones de dólares, equivalente a 97.8 por ciento de aumento, mientras que las ventas del país centroamericano a EE.UU. solo tuvieron un incremento de un 42 por ciento, pasando de 1.809 millones de dólares en 2005 a 2.563 millones de dólares en 2015.

Antes de la vigencia del acuerdo comercial, Estados Unidos ya vendía 2.481 millones de dólares a El Salvador

Entre las posiciones aprobatorias está la de Luz Estrella Rodríguez, viceministra de Comercio Exterior, quien solicitó al Gobierno de Estados Unidos que mantenga el apoyo y la asesoría para los empresarios interesados en exportar.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Cámara Americana de Comercio (AmCham), Carmen Muñoz, señaló que El Salvador debe ser más competitivo para aprovechar mejor el tratado.

“Falta mucho por hacer en temas de competitividad, costos, temas de tramitología y en el tema de innovación. Las empresas necesitan que las guíen en el tema de innovación”, indicó Muñoz.

Sin embargo, la directora de AmCham dijo que el tema de las inversiones es el más complejo. “El inversionista busca la estabilidad jurídica, política, social y económica. Aquí (en El Salvador) las reglas del juego se cambian demasiado seguido. Tenemos nuevos impuestos que afectan las inversiones y no se ven los resultados ni a dónde van orientados esos recursos”, aseguró.

Telesur

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