Pablo Beltrán, jefe de la delegación de paz del ELN colombiano: “La mayor preocupación que tenemos es que sigan matando a todo el que haga un activismo social y político”
Por Zona Pública y Colectivo Espora.
En entrevista exclusiva con medios alternativos de Cali y Bogotá, el jefe de la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) habla de la participación de la sociedad y critica la idea de “gobierno de transición” que, según sus palabras, “estaría liderado por la derecha”.
Después del acto protocolario de instalación el pasado 7 de febrero, diferentes organizaciones sociales realizaron un acto cultural para entregar la ruta de participación de la sociedad en la construcción de paz. Aunque la invitación fue extensiva a las dos delegaciones, a la cita faltó el Gobierno, y solo asistió el ELN.
Por más de dos horas la delegación de paz del esta guerrilla escuchó y tomó nota de los aportes y propuestas hechas por las diferentes organizaciones sociales. Tras el acto, entrevistamos al jefe de la delegación insurgente, el comandante Pablo Beltrán.
¿Cómo piensan integrar las propuestas de la sociedad a la mesa de diálogo entre el ELN y el Gobierno?
Nos gustaría que hubiera una sistematización hecha por los mismos organismos o coordinaciones de la sociedad, y recibirlas en la mesa; porque al colocarlas en la mesa hay que volverlas acuerdos para que se puedan desarrollar . Como es bien sabido, las posiciones entre gobierno y nosotros son contrarias, entonces habrán discusiones, habrán acuerdos y tendrá que salir algo.
¿Sería una metodología como la que se implementó con las FARC?
De lo que se trata es de que cada uno participe desde donde esté, y que eso se pueda recoger, más que hacer grandes concentraciones. Porque al estar nosotros en Quito, es muy importante que en cada parte de Colombia se esté participando y que la agenda de consulta y participación esté muy precisa, para que no se creen falsas expectativas. Ahí sí, como decimos, ¡de lo divino y lo humano!… y después la gente se desencanta.
Hoy Colombia tiene concentrada su población principalmente en las ciudades, territorios que también han vivido el conflicto pero que pocas veces se contemplan cuando se habla de paz. ¿Cómo podrían incluirse las reivindicaciones de los habitantes de las grandes ciudades dentro de una agenda de negociaciones?
Ese es el punto más difícil, porque las grandes ciudades colombianas -Colombia es tres cuartas partes urbana- están metidas en una disputa muy fuerte que no se considera como parte del conflicto sino como algo por allá, dijéramos del inframundo… Pero esa parte del conflicto, que es conflicto social, conflicto político, es muy difícil de articular, porque el modelo de control de las ciudades está muy ligado a las bandas; la preponderancia de las bandas y las mafias ahoga las posibilidades de organización social, entonces el conflicto crece y está muy grande. Pero, de todas maneras, las posibilidades de organización urbana tienen que desarrollarse más para que esta parte del conflicto lo podamos recoger en la mesa.
¿Cuáles son los cambios necesarios para que se vaya materializando el proceso de paz?
Si se hace una discusión seria y acuerdos serios que acaben la persecución política, eso quiere decir que va haber posibilidad de que haya protesta social y no se victimice. Otra: ¿qué es lo que más le enreda la vida a la gente? La manipulación de las grandes empresas de medios de comunicación. ¿Qué es lo que más necesita? Otro tipo de información. Mire la situación aquí en Ecuador, hay una ley de medios: un tercio es del Estado, un tercio es de las empresas privadas y un tercio de las organizaciones comunitarias; pues será soñar, pero algún día tendremos que contar con eso en Colombia.
Conociendo la experiencia de La Habana, ¿cómo piensan que se van a garantizar los derechos humanos en las regiones donde se está impulsando la participación en esta mesa de diálogo?
Eso no se garantiza sino con organización y gestión de las mismas comunidades. El Estado no va a proteger a las comunidades, no está interesado. Dos tercios de las Fuerzas Armadas colombianas cuidan los intereses de las multinacionales, de ahí no los van a sacar, la gente se tiene que cuidar ella misma.
¿Cómo se relaciona la Mesa Social para la Paz con la mesa de diálogo del ELN?
Esta mesa ha avanzado, y también hay otras expresiones de organización de la sociedad, entonces lo que esperamos es que confluyan, que no se doblen esfuerzos. En los campos de Colombia dicen “que no hayan dos perros persiguiendo un mismo conejo”, que organicemos, que optimicemos eso y que confluyamos, que no se crea que una u otra organización de la sociedad tiene el monopolio de la participación. Colombia es muy diversa, entonces que podamos hacer confluir todo eso, y de manera ordenada y racional llegue todo eso a confluir con esta mesa.
¿Qué lugar proponen para las víctimas y los sectores que no participaron durante el proceso de La Habana en esta mesa de diálogo?
Tienen que estar desde el principio. No es cuento que los derechos de las víctimas están en el corazón de la mesa, eso debe ser así desde el inicio. La participación de las víctimas no debe quedarse para el punto cuatro, no, hay muchas plataformas de víctimas que ya están muy organizadas y centralizadas. Hay que oírlas y comenzar con ellas, y con las que no están organizadas hay que bregar por que centren sus demandas, se organicen y confluyan.
¿Los presos políticos también tendrán mecanismos de participación?
Hay una parte de la agenda que tiene que ver con la crisis carcelaria, con el movimiento carcelario, y por supuesto dentro de eso con los presos políticos, eso está contemplado.
Se aproxima un escenario electoral, ¿cómo lo analizan ustedes?
Nosotros somos de la idea de que haya una gran confluencia de izquierda y democrática que tenga un programa propio. Vemos que eso tiene más posibilidades de organización popular y de proyectar la fuerza del campo popular -por ejemplo, respaldando estos procesos de paz- a que, de pronto, algún sector de la izquierda resulte atado a una coalición liderada por la derecha, que programáticamente será más de derecha que otra cosa. Entonces, habrá que ver si ese gobierno de transición puede tener un programa que no sea de derecha… Hasta donde se va viendo, un gobierno de transición estaría liderado por la derecha, con un programa de derecha.
En este escenario, ¿ven la posibilidad de una Constituyente?
Pues, todo lo que sea participación es bienvenido, pero si la participación es decisoria, no ornamental. En la revolución de mayo del 68 se acuñó una consigna muy importante que a veces se olvida y yo la quiero recordar, decían: “Yo participo, tú participas, ellos deciden”; eso hay que acabarlo.
La mayor preocupación que nosotros tenemos es que sigan matando a todo el que haga un activismo social y político y al que le busque salidas para Colombia. Cuando matan un activista están matando la posibilidad de que haya cambios en Colombia.