“Hace tres semanas un guardia penal me regañó por acostarme sobre su hombro. Eso nunca más va a pasar. El 17 de mayo comienza la fiesta grande. Mientras, estamos en la fiesta pequeña” – Clarisa López, hija del independentista puertorriqueño Oscar López Rivera

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Oscar López debe mantener perfil bajo hasta su salida en mayo

Con esta frase, Clarisa López trató de explicar, con una sonrisa dibujada en su rostro el huracán de emociones que ha vivido desde que se enteró el pasado 31 de enero que su padre, Oscar López Rivera, saldría de prisión mucho antes de lo esperado. Pero acto seguido, trazó la línea en arena y exigió espacio a la prensa y a cualquier otro bien intencionado que ponga en riesgo la libertad de su padre al tratar de tener acceso a él.

En una conferencia de prensa celebrada esta noche en el Coliseo Roberto Clemente, López recalcó que su padre tiene que mantener lo que describió como un “bajo perfil”, una condición requerida por el Negociado de Prisiones de Estados Unidos para que un alcaide entregara la custodia del preso político al congresista Luis Gutiérrez el pasado 31 de enero.

“En estos 90 y pico de días que faltan (para que se cumpla la conmutación de su sentencia el 17 de mayo) que nos respeten. Poco a poco mi papá podrá abrazar, agradecer y dar entrevistas a las personas que lo soliciten”, dijo López. “Yo haré todo lo posible para cuidar a mi viejo”.

“El 17 de mayo comienza la fiesta grande. Mientras, estamos en la fiesta pequeña”, agregó.

Jan Susler, abogada de López Rivera, explicó que mañana su cliente tiene una cita donde posiblemente se le den más detalles sobre las condiciones de su liberación. De no ocurrir contratiempos, la familia espera que López Rivera pueda cumplir el confinamiento domiciliario en el apartamento de su hija.

“Está bajo custodia del Negociado de Prisiones. Él, si quiere estar en Puerto Rico, tiene que ser en confinamiento domiciliario. Él tiene que cumplir con las condiciones. Cuando me hablaron de las condiciones, la mayor, aparte además de cumplir con la ley, es mantener un perfil bajísimo”, dijo Susler.

Así, la abogada explicó el corre y corre de esta tarde en el aeropuerto Luis Muñoz Marín y la razón por la cual López Rivera parecía lucir esquivo. Incluso allegados taparon su rostro para que no fuera retratado.

López Rivera no podrá asociarse con individuos con récord criminal, al menos hasta el 17 de mayo, por lo que no podrá encontrarse con otros exprisioneros políticos boricuas.

Susler aclaró que conseguir un empleo no era requisito para que saliera en libertad y que, al menos hasta el 17 de mayo, no podría trabajar.

Tampoco quedó claro si a López Rivera le interesa trabajar, aunque la alcaldesa indicó que su oferta para que labore como líder comunitario sigue en pie.

En la conferencia se ofrecieron detalles sobre cómo se dio el proceso para que López Rivera fuera liberado esta madrugada de la prisión en Terre Haute, en Indiana.

Gutiérrez indicó que tras recibir el visto bueno del alcaide, se acordó entre un grupo de personas que incluyó a López, Susler, la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark Viverito, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto y el hermano de López Rivera, José López, mantener en secreto la noticia. Nunca pudieron precisar cuándo López Rivera fue notificado de la buena noticia, pero no fue hasta esta madrugada que se lo contó a algunos compañeros de cárcel.

A la pregunta sobre si la liberación de López Rivera pudo haber sido consultada con un oficial de más alto rango, Susler se limitó a contestar: “el caso de Oscar López Rivera es muy raro”.

Mientras, Clarisa, su única hija, trató de describir el momento en que su padre salió de prisión.

“Cuando llegamos frente a la puerta andábamos en una van. Tan pronto abrimos la puerta había como 20 guardias penales, todos grandísimos… y mi papá mide 5’3 y pesa 135 libras. Entonces sale este señor con su bandera de Puerto Rico y me dijeron: ‘tírate de la guagua’”.

Y continuó: “Le dije: ‘móntate papi que nunca más esta gente me va a ver llorar’”.

López dijo que su padre era “todo sonrisas” durante el viaje y que retrató su rostro mientras el avión descendía hacia tierra boricua.

“Ver su sonrisa, sus ojos son pequeños, pero brillaban. Era el disfrute de ver la tierra”.

Por su parte Gutiérrez, quien insistió en que López Rivera saliera de prisión en ropa civil, dijo que el pueblo de Puerto Rico debe celebrar.

“¿Quién se imaginaba el 19 de enero pasado que tres semanas después nuestro campeón y patriota Oscar López Rivera estaría en suelo borincano? Por eso debemos celebrar”.

«Este es el triunfo de una vida dedicada a la patria, dedicada al amor y dedicada a la justicia. Es un triunfo de Oscar López Rivera por haber resistido 35 años. Es una victoria de la unión de la diáspora puertorriqueña y del pueblo de Puerto Rico», indicó por su parte la alcaldesa de San Juan.

Cruz dijo que la diáspora llevó «la voz cantante» en la exigencia para la liberación del prisionero político.

MINH Puerto Rico

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