El Gobierno de Santos acelera el paso para que la guerrilla esté totalmente desmovilizada a mitad de año

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Gobierno acelera el paso para dejar listas las zonas veredales de Farc

A pesar de que hoy aún no están listas las zonas veredales para el agrupamiento de las Farc, como estaba pactado, el Gobierno trabaja a toda máquina para que esa realidad no altere el objetivo central de lo acordado en La Habana: que a mediados de este año los miembros de la guerrilla estén totalmente desmovilizados.

El cronograma original contemplaba que para el 31 de diciembre todos los guerrilleros estuvieran en los sitios de ubicación, pero los problemas de entonces siguen siendo los mismos que hoy ocasionan una nueva postergación: el mal clima, las complejas condiciones geográficas, el intrincado acceso a los territorios y problemas con los contratos de alquiler de los predios.

Consciente de esta situación, el presidente Juan Manuel Santos tuvo que dar un empujón para acelerar la adecuación de estos territorios. Durante su visita a la zona veredal ubicada en Mesetas (Meta), el jueves pasado, el jefe de Estado ordenó la creación de una comisión de última hora, integrada por el Gobierno, las Farc y las Fuerzas Militares con el fin de visitar durante el fin de semana los sitios que presentan mayores inconvenientes para buscar soluciones prontas.

La comisión está integrada por la canciller María Ángela Holguín, el general Javier Flórez, responsable de la seguridad en las zonas veredales; Carlos Córdoba, gerente de estas zonas y los miembros del secretariado de las Farc Pastor Alape y Carlos Antonio Lozada.

El grupo se puso en marcha inmediatamente y hasta el momento envía buenas señales. “Las discusiones que teníamos fluyeron bien y se cerraron temas difíciles como el arrendamiento de los predios”, expresó Córdoba.

Tras la visita del jefe de Estado al Meta, también se acordó que los guerrilleros participarán directamente tanto en la construcción de las áreas comunes (baños y cocinas) como en la adecuación de sus alojamientos, lo que sirve para agilizar los trabajos en el terreno.

Tan buenas fueron las señales enviadas por la comisión que desde este fin de semana, el Bloque Sur de las Farc inició su tránsito hacia la vereda La Carmelita, en Putumayo, donde 100 de sus miembros ya se encuentran instalados. Esta estructura era la de mayor poderío militar y la encargada de manejar gran parte del dinero de las actividades ilícitas en el sur del país.

Los problemas

Adecuar las zonas ha sido una tarea titánica. Con aviones, helicópteros, lanchas y hasta a lomo de mula, el Gobierno ha tenido que llevar los materiales para la construcción de los alojamientos de los guerrilleros de las Farc, pese a las condiciones de las vías y el enlodamiento de los caminos.

Por ejemplo, para llegar a la zona veredal de Vigía del Fuerte, en Antioquia, se parte desde Quibdó por el río Atrato hasta el corregimiento de Tagachi, desde donde se toma la ruta por el río Arquía hasta Vidrí, en un tiempo aproximado de 7 horas. Lo más difícil es la navegabilidad, pues en verano el río se limita a embarcaciones pequeñas que no permiten el transporte de gran volumen. Por ello, el Gobierno está llevando a cabo un programa de mejoramiento de vías de acceso a estos territorios.

“Hay que intervenir cerca de 346 kilómetros, de los cuales los ingenieros militares han construido casi 88”, informó Santos.

El ingreso a los terrenos se ha dificultado también porque, en algunos casos, las lluvias han empantanado las trochas por las cuales circulan los materiales. Y se han presentado inundaciones y derrumbes.

Esto último fue lo ocurrido en la zona ubicada en la vereda Carrizal, Antioquia, en donde la única carretera transitable tiene un derrumbe y la entrega de materiales se ha hecho a lomo de mula.

El Gobierno reconoce que este factor no estaba previsto, pues las visitas fueron en época seca, pero la implementación y construcción se han tenido que hacer en medio de la temporada de lluvias.

De otra parte, en algunos predios las obras empezaron tarde debido a que no se pudieron arrendar a tiempo, pues los propietarios pedían hasta cinco veces el costo real de ese alquiler, aprovechando la premura del cronograma.

En ocasiones salía incluso más barato comprar el predio que arrendarlo, pero, como informó el Gobierno, por tratarse de una cuestión temporal, legalmente no se podían adquirir esas tierras.

La informalidad en las zonas es otra preocupación, pues los estándares de contratación obligan a que los contratistas deban contar por lo menos con NIT o ARL, documentos que son poco conocidos en estos lugares.

Construcción

Cada zona debe tener tres campamentos: uno para la sede local del mecanismo de monitoreo, uno para las Farc y otro para el puesto de mando integrado por el Ejército y la Policía.

La construcción y adecuación de los campamentos tiene tres fases: la primera es el arrendamiento y delimitación de predios; la segunda, la dotación de servicios y edificación de las zonas comunes y la tercera, la adecuación de los alojamientos.

Si bien la mayoría de las 19 zonas y siete puntos de concentración se encuentran en la segunda fase y ocho ya pasaron a la tercera, el empujón dado por el Gobierno hace pensar que en las próximas semanas las Farc estarán depositando sus armas en los contenedores de la ONU para poner fin a la guerra.

‘Problemas de predios están superados’

El gerente de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, Carlos Córdoba, habló de la complejidad en la logística para la creación de los sitios en los que empezará el desarme de las Farc.

¿Cuándo van a estar listas todas las zonas veredales?

Este ha sido un proceso con muchas dificultades operativas. La creación de las zonas será a corto plazo pero gradual. De hecho, las Farc ya se encuentran en algunas de las zonas para apoyar la construcción.

¿Cuáles han sido los principales obstáculos?

En primer lugar estuvo lo del plebiscito, que desestabilizó lo planeado; de segundo han estado los predios: hay que ubicarlos, ver unas condiciones mínimas, negociar arriendos, revisar títulos; la mayoría de los sitios están en zonas de difícil acceso para la maquinaria y materiales de construcción.

¿A qué conclusiones llegó la comisión de la que usted forma parte?

Se verificaron condiciones de terrenos en los que había dificultades para arrendar y vimos necesidades que solo se pueden corroborar en territorio. Llegamos a acuerdos con las Farc en que estos campamentos deben garantizar una vida digna, dentro de la racionalidad.

¿Qué hay y qué falta?

Casi todos los problemas de predios están superados, todos deben quedar contratados esta semana, tal vez con excepción de Caño Indio en Tibú. Ahora nos estamos concentrando en habilitar terrenos, construir áreas comunes y entregar los materiales para que las Farc elaboren sus alojamientos.

El Tiempo

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