En una ceremonia maya, Guatemala conmemoró las 2 décadas de los Acuerdos de Paz
Indígenas, exguerrilleros y familiares de militares lanzan consignas por la paz y la reconciliación
Grupos indígenas se congregaron esta mañana en el sitio ceremonial de Kaminal Juyú con el fin de participar en una ceremonia maya de conmemoración de 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz.
Asimismo, representantes de la agrupación “Familia Militar por la Reconciliación”, partieron del parque Jocotenango para realizar una caminata hacia la Plaza de la Constitución, y aprovechaban para exigir la libertad de varios de sus familiares que se encuentran en la cárcel, según ellos por razones políticas.
También un grupo de la Fundación Turcios Lima marchó hacia el Palacio Nacional de la Cultura con el fin de exigir el cumplimiento de los Acuerdos de Paz firmados hace 20 años.
Marcos Yax, de la Comisión de los Pueblos Indígenas, dice que ha habido un retroceso marcado en dónde sigue predominado la discriminación y el racismo.
Por su parte, representantes de la Comisión presidencial contra la Discriminación y el Racismo (Codirsa) comentó que en lugar de celebrar la firma de loa acuerdos de paz, hay que reflexionar respecto de que se siguen vulnerando los derechos de los pueblos indígenas.
El año 2016 la entidad cierra con 37 denuncias relacionadas a discriminación y racismo.
Acuerdos de Paz sin cumplirse para pueblos indígenas
El Observatorio de Pueblos Indígenas hace un balance negativo sobre los compromisos que se postularon en los Acuerdos de Paz hace 20 años. A pesar de que fueron las comunidades mayas quienes sufrieron el 83.3 por ciento de violaciones a derechos humanos durante el conflicto armado interno, según la Comisión de Esclarecimiento Histórico, son estos grupos los más vulnerables hasta ahora, resaltó Mario Itzep, líder de la agrupación.
Itzep resumió el 20 aniversario de la firma histórica como “intrascendente”, por no cumplir con los objetivos que se propusieron en materia de Identidad. “Lo que ha quedado de estas dos décadas ha sido solo un discurso al decir que existen los pueblos mayas, garífunas, ladinos y xincas, pero no hay un reconocimiento verdadero”, enfatizó.
El líder destacó que parte de ese reconocimiento debe darse en el tema del Derecho ancestral, la implementación eficaz de un sistema de educación bilingüe y la oficialización de los idiomas a nivel constitucional.
Respecto a la vinculación entre los pueblos indígenas y la pobreza, el Observatorio resaltó que “Guatemala se ha convertido en una maquila de pobreza”, cuyo índice para esos grupos alcanza el 79.3 por ciento.
Al cuestionar a Itzep sobre los factores que influyeron en la obstrucción de los Acuerdos de Paz, atribuye que la responsabilidad recae en el poder económico y el poder militar, que vieron en ese pacto social de hace 20 años una afrenta a sus intereses de dominar la propiedad de la tierra y conservar el poder en pocas manos.
“Ya que no funcionó ese pacto social, lo siguiente para la población guatemalteca es buscar un nuevo mecanismo para construir el país entre todos los grupos”, concluyó el analista.
Mi Bella Guatemala y el Himno de la Alegría darán el tono de emoción en concierto de la Reconciliación
Mi Bella Guatemala, del compositor guatemalteco Germán Alcántara, y el Himno de la Alegría, de Ludwig Van Beethoven, son dos de las composiciones que pondrán la nota de emoción en el Gran Concierto de la Reconciliación y la Concordia la noche del jueves en la Plaza de la Constitución, en el marco de la conmemoración del 20 aniversario de la paz, informaron los organizadores.
El programa también comprende Alas (a Malala), del compositor mexicano Arturo Márquez. Esta composición se estrenó en 2014 en Italia y está inspirada en Malala Yousafzai, activista pakistaní a favor de los derechos de las mujeres, laureada con el Premio Nobel de la Paz (2014) a los 17 años.
Una orquesta sinfónica de mujeres cuyo nombre es Alaíde Foppa, feminista, poetisa y académica víctima del conflicto armado interno en 1980, se unirá en el Gran Concierto de la Reconciliación y la Concordia con la Banda Marcial del Ejército con motivo del 20 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz.
“Es un mensaje para la reconciliación y concordia. Guatemala es un país violento, racista y diverso. Tenemos que aprender a respetar las diferencias y la diversidad de visiones. Poner el acento en lo que nos une y, así, trabajar juntos para solucionar los problemas que nos aquejan”, dijo Julio Solórzano Foppa, hijo de Alaíde Foppa.
Yashira Herrera, directora ejecutiva del Consejo Nacional para el Cumplimiento de los Acuerdos de Paz (CNAP), dijo que el concierto busca transmitir un mensaje a la población, principalmente a la niñez y juventud guatemalteca, de que “podemos construir juntos un nuevo país en paz”.
Erick Espinoza, director general de la Oficina de Derechos Humanos del Ejército de Guatemala, explicó que la participación de la Banda Marcial del Ejército en el concierto representa el anhelo de que “se renueven los votos y aspiraciones de concordia, paz y reconciliación”, ya que estos son valores que persigue la institución.
Manifestó que la institución armada ha mostrado desde la suscripción de los Acuerdos de Paz la colaboración necesaria para su cumplimiento a fin de propiciar “una mejor nación”.
El concierto
El concierto que integrará a ambos colectivos en un gesto de “reconciliación y concordia”, de acuerdo con los organizadores.
El evento no tiene precedentes, por varias razones: Guatemala es el único país que tiene una Orquesta Sinfónica y Coro integrados exclusivamente por mujeres, quienes ahora compartirán el escenario con la Banda Marcial del Ejército.
Por otra parte, la Orquesta y el Coro llevan el nombre de Alaíde Foppa, académica y defensora de los derechos de las mujeres, quien fuera secuestrada y desaparecida el 19 de diciembre de 1980 durante el conflicto armado interno, y quien era, además, madre de Mario y Juan Pablo Solórzano Foppa, quienes también fueron víctimas del conflicto.
El mensaje
El propósito de este concierto es el de enviar un mensaje en el espíritu de Reconciliación y Concordia, de dignificación de todas las víctimas del conflicto armado interno, independientemente de quién las haya causado, y de manifestar el deseo y aspiración de que Guatemala pueda encontrar un mejor destino sobre la base del respeto mutuo, la solución negociada de las controversias y los conflictos, la lucha contra la pobreza, la discriminación, la desigualdad de género y en general, la cabal aplicación de los Acuerdos de Paz, firmados hace 20 años, y que siguen teniendo vigencia.