Concluyó en Panamá el IV Congreso Internacional de la Lengua Española

 El VI Congreso de la Lengua Española, que congregó a 200 intelectuales de España, América, África y Asia, concluye en Panamá con alertas sobre amenazas que rondan el idioma cervantino y un declive en la lectura de libros.

Esas preocupaciones fueron planteadas en cuatro días de debates en el Centro de Convenciones Atlapa de la capital panameña, en los que se pudo cumplir una agenda extremadamente amplia y complicada.

El congreso llamó a amar el idioma, respetarlo, quererlo, protegerlo, pero la única manera de hacerlo es reduciendo la brecha entre las pocas personas que tienen mucho, y los muchos que tienen poco, para reducir también el espacio que separa a los que pueden comprar libros y los que no pueden.

Pero tan importante como eso llamaron a eliminar el insondable abismo entre los que saben leer, pero no entienden o no quieren entender lo que han leído, y los que no saben leer por no haber podido ir a la escuela.

Peor aún: la lengua educada puede quedar atrás y corre el riesgo de ser lanzada al desván. Cada día es más dura la competencia con el Wifi, Facebook, Play Station o Twitter, martillos neumáticos que desbaratan la palabra escrita y lanzan sus escombros a la pequeña pantalla del celular como depósito de chatarra.

Resalta el hecho de que en la reunión participó una cantidad impresionante de intelectuales no solamente de países hispanoparlantes, sino de otros con grandes grupos sociales con esa lengua materna como Estados Unidos, Italia, Japón y otros.

Participaron en esas reflexiones intelectuales como Baltasar Brito, Mario Frías Infante, Nancy Morejón, José Manuel Blecua, Víctor García de la Concha, Andrés Gallardo, Carmen Iglesias, Juan Gil Fernández, Teresa Férriz Roure.

También, Marcos Carías Zapata, Pedro Lastra, Abel Posse, Francisco Arellano Oviedo, Briseida Bloise, William Ospina, Álvaro Marchesi, Roberto Igarza, Marco Martos, Juan Luis Cebrián, o Antonio Skármeta, por citar a algunos de ese nivel.