La ausencia de la mitad de los mandatarios marcó la Cumbre Iberoamericana
Culminó la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se realizó en Panamá desde el 18 de octubre, con la presencia de 11 mandatarios de los 22 países que integran la región.
Esta es la segunda ocasión en que Panamá auspicia la Cumbre Iberoamericana. En el 2000, le tocó a Mireya Moscoso ser anfitriona del evento durante su gestión. En aquel momento, se invirtieron alrededor de 5 millones de dólares, un poco más de la mitad de los 9 millones que se invirtieron este año para la XXIII versión.
La reunión tuvo como lema: ‘El papel político, económico, social y cultural de la Comunidad Iberoamericana en el nuevo contexto mundial’, y en sus discursos, los mandatarios coincidieron principalmente en dos puntos, la necesidad de elevar la calidad de educación que se ofrece en América Latina y la importancia de una cumbre renovada.
DOCUMENTOS APROBADOS
Los participantes en la Cumbre Iberoamericana aprobaron la Declaración de Panamá, un Plan de Acción, una Resolución sobre la Renovación de la Conferencia Iberoamericana y una serie de comunicados especiales.
La Declaración de Panamá busca promover condiciones que contribuyan a establecer un mercado común iberoamericano más competitivo y conciliar la región con el nuevo entorno mundial.
El documento está dividido en cuatro ámbitos: político, económico, social y cultural, y parte de la voluntad de ‘profundizar la discusión sobre la proyección de la Conferencia Iberoamericana, sobre la base de la identidad cultural, foro de diálogo, concertación política y cooperación’.
Entre los programas, proyectos e iniciativas adscritas en el Plan de Acción, se encuentra la creación del Programa Iberoamericano de Fomento a la Política Cultural de Base Comunitaria denominado Ibercultura Viva, con el objetivo es reconocer y fomentar actividades culturales y artísticas de base comunitaria.
Además, el plan aprobó Iniciativas Iberoamericanas de Cooperación como la Ibermemoria Sonora y Audiovisual, para la preservación y difusión del patrimonio histórico de la región; la de Comunicación Social y Cultura Científica, para la apropiación y uso responsable del conocimiento científico y tecnológico; la constitución del Comité Intergubernamental de la Iniciativa de Cooperación Iberartesanías; y la puesta en marcha de una Plataforma Iberoamericana de Servicios de Propiedad Industrial al Sector Productivo, para propiciar un ambiente integrado de promoción y protección de los derechos de propiedad industrial y favorecer su más exitosa participación en los sistemas globales y regionales de innovación.
En cuanto a la Resolución sobre la Renovación de la Conferencia Iberoamericana, esta dispuso, entre otras cosas, una periodicidad bienal de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno a partir de la XXIV Cumbre, que se realizará en México en 2014, de modo que se establezca una alternancia entre las Cumbres Iberoamericanas y las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (CELAC-UE).
Los mandatarios iberoaméricanos también firmaron 15 comunicados especiales, que tratan temas puntuales que acogen a los países de la comunidad.
En ellos se establecieron necesidades como: poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América a Cuba, incluida la aplicación de la llamada ley Helms-Burton; reanudar las negociaciones entre los Gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte tendientes a la soberanía sobre las Islas Malvinas; darle cabida a nuevos enfoques de la política de drogas; y alentar una Red de Gobiernos Iberoamericanos de Vinculación con las Organizaciones de la Sociedad Civil y el proyecto de Innovación Ciudadana.