Puerto Rico: revelan que los dos partidos políticos más importantes de la isla tienen deudas millonarias

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Como espejo del endeudamiento del gobierno de Puerto Rico, los dos principales partidos políticos arrastran desde hace años con deudas multimillonarias y por lo tanto no tienen el dinero en caja para pagarlas.

El panorama parece complicarse más en este año electoral con los costos de las campañas que, aunque no parecen ser tan ruidosas como en el pasado, arrastran con largas sumas en el renglón de cuentas por pagar. Esas últimas cuentas por ley deben ser saldadas antes que termine el 2016, lo que implica un gran reto fiscal para las campañas.

El líder del endeudamiento es el Partido Nuevo Progresista (PNP). Datos de la Oficina del Contralor Electoral colocan la deuda acumulada de este partido en $4.6 millones. A esto se le suman las cuentas por pagar de la colectividad, estimadas en julio en $111,946, y las de su candidato a la gobernación Ricardo Rosselló Nevares, que rondan para ese mismo mes en $208,584.

Todo esto ocurre en momentos en que el candidato tenía a finales de junio un balance en caja de $67,000 mientras que el PNP apenas había recibido $1.4 millones en donativos durante este cuatrienio. Gran parte de ese dinero va a cubrir los gastos ordinarios de la colectividad y no se usa para la deuda que amortiza a paso lento.

El Partido Popular Democrático (PPD) tiene un panorama similar. La deuda auditada es de $3.1 millones, según datos del Contralor Electoral. Al corriente, el PPD también tiene cuentas por pagar altísimas, que rondan los $1.1 millones, mientras que el candidato a la gobernación David Bernier Rivera mantiene pendiente a pago $220,256 por servicios recibidos en su proceso de campaña política. Bernier Rivera tenía un balance en el banco de $263,000 y los recaudos como partido estaban en $1.2 millones en este cuatrienio.

“Esa es una deuda antigua que reconocemos y con la que tenemos el mejor ánimo de cumplir pero en un año electoral es difícil poder pagarla”, dijo el secretario general del PPD, Javier Echevarría Vargas.

“Esto es una deuda vieja que se tiene que atender pero un año electoral no es un buen momento”, dijo, por su parte, el director de la campaña de Rosselló, Elías Sánchez.

“En todo esto hay algo de esa cultura de que se las arregle el que venga después, igual que en el gobierno”, expresó el analista Domingo Emanuelli.

Se trata de una cultura que, traducida a la gestión gubernamental, ha implicado el endeudamiento de Puerto Rico por unos $69,000 millones y una limitada capacidad de repago que llevó al gobierno a incumplir con los acreedores. Todo esto ha desatado un complicado panorama judicial y motivó la aprobación de la ley federal conocida como PROMESA, que impone una junta de control fiscal en la Isla mientras provee espacios aunque limitados para la reestructuración de la deuda.

El PIP y el PPT. Los partidos minoritarios parecen inmunes a este tipo de desajuste fiscal. Tanto el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) como el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) no arrastran con deudas de años previos.

Del mismo modo, los candidatos a la gobernación de estos partidos, María de Lourdes Santiago y Rafael Bernabe, respectivamente, aparecen con sus cuentas al día. Solo el PIP tenía unas cuentas corrientes pendientes a pago pero apenas ascendía en junio a $31,000, según los informes de ingresos y gastos del mes de junio radicados ante el Contralor Electoral.

Más allá de la mala paga

El problema del endeudamiento de los partidos va más allá de las tardanzas en el repago. Según el exsecretario general del PPD, Jorge Colberg Toro, una deuda vieja podría interpretarse como un donativo ilegal y puede dar pie a investigaciones sobre corrupción.

Y si después de terminado el proceso electoral, el contratista al que se le debe dinero comienza a obtener numerosos contratos en el gobierno, las señales de alerta empiezan a sonar.

“Pero también el problema con las deudas es que comienzan porque el flujo de efectivo en una campaña es irregular y si esperas a tener el dinero para recibir el servicio puedes terminar con una campaña que se te paraliza”, dijo Colberg Toro.

Sin embargo, las últimas enmiendas a la ley electoral han intentado limitar la deuda que acumulan los partidos. El exdirector de la campaña del PNP, Ángel Cintrón, explicó, por ejemplo, que cambios aprobados en el 2011 establecen que las campañas tienen que quedar completamente saldas para el 31 de diciembre del año electoral.

Del mismo modo, se estableció un sistema en el que las agencias de publicidad y los medios de comunicación no pueden dar servicios si no son pagados por adelantado por el candidato o la colectividad.

“Antes en las elecciones no había límites en los ingresos y los gastos y se tomaban los servicios a crédito bajo la idea de que después de la campaña se resolvía el asunto. Ahí las agencias de publicidad cogían el peso de la financiación, sobre todo si el partido perdía las elecciones. Todo eso se cambió”, explicó Cintrón.

Aun así, las deudas pendientes son un asunto que se puede prestar para favoritismo y corrupción en el gobierno, en particular para el partido que obtenga control del poder ejecutivo, señaló Emanuelli.

El abogado explicó que muchas de esas cuentas sin pagar podrían ser “saldadas” con contratos en el gobierno. Por eso, en ocasiones, las gestiones de cobro por parte de los que ofrecen los servicios a los partidos no son muy insistentes.

“Yo lo que creo es que se debe enmendar la ley para que los partidos no puedan arrastrar cuentas por pagar más allá de 90 días. Arrastrar por mucho tiempo una deuda podría interpretarse como un donativo disfrazado”, dijo Emanuelli.

Echevarría, sin embargo, entiende que el reconocimiento de esas deudas por los partidos elimina toda sospecha de cualquier escenario de compensación ulterior para los acreedores.

“Eso pudo suceder en el pasado pero en la actualidad toda esta información de la deuda tiene que pasar y certificarse por el contralor electoral que vigila en detalle el proceso. Aquí los partidos vamos a tener que asumir estos pagos”, dijo Echevarría.

“Estamos abonando a esas deudas porque la realidad es que estamos a merced de cualquier acreedor que presente una demanda de cobro contra el partido”, dijo, por su parte, Sánchez, al recordar que este cuatrienio las cuentas del PNP fueron temporeramente embargadas por una deuda.

El Nuevo Dia

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