Perú: más de medio millón de personas en la marcha «Ni una Menos» contra la violencia de género
En Lima el recorrido llegó hasta el Palacio de Justicia y contó con la participación del Presidente Kuczynski. Según los organizadores asistieron más de medio millón en todo el país.
Cientos de miles de personas, entre ellas el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), participaron este sábado en la marcha nacional Ni una menos convocada por colectivos civiles para rechazar la violencia contra la mujer. La manifestación partió aproximadamente a las 3:30 p.m. desde el Campo de Marte, para seguir un recorrido por el centro histórico de Lima hasta la concentración final en el Paseo de los Héroes Navales, frente al Palacio de Justicia. La marcha fue multitudinariay según los organizadores, solo en Lima, asistieron aproximadamente medio millón de personas.
En todo el país. En otras ciudades del país, cientos de integrantes de colectivos civiles y sociales también marcharon por las calles principales portando pancartas y lanzando lemas en defensa de las mujeres y para exigir a las autoridades castigos más drásticos para los agresores. En Lima, participaron miles de hombres y mujeres de todas las edades, así como miembros de organizaciones civiles y sociales, organismos del Gobierno y representantes de partidos políticos.
«Si tocan a una, tocan a todas» era el consigna que coreaban los participantes en la marcha Ni Una Menos que se realizó de manera pacífica. Familias enteras, amigos y activistas, confundiéndose con el presidente Kuczynski y la primera dama Nancy Lange, ministros de Estado, mujeres policías, llevaban pancartas y vinchas en demanda de una sociedad más igualitaria, ante los crecientes casos de agresiones hacia la mujer en el país.
Los carteles. «Mi mamá no cría machos ni cría frescos», rezaba un cartel llevado por un niño acompañado de sus padres. Pese a tratarse de una marcha en rechazo a la violencia, el ambiente era de alegría. Como adelantaron los organizadores, la idea era «darle la vuelta» al dolor de la agresión. «Vamos a promover una cultura de paz y tolerancia, diciendo no a la violencia (…) No más violencia contra las mujeres y los niños«, dijo el presidente.
El presidente Kuczynski se unió a la convocatoria al publicar un mensaje en su cuenta en la red social Facebook, que acompañó con una foto en la que apareció junto a su esposa Nancy Lange, y su hija menor, Susan, y el cartel que identifica a «Ni una menos». «Sin respeto no hay sociedad que funcione. Rechazamos cualquier acto de desigualdad y violencia de género», dijo el presidente en la marcha. La primera dama recorrió algunas calles de Lima junto a su hija tal como había anunciado.
La vicepresidenta. En la manifestación también participó la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, una de las autoridades más activas en la promoción de la marcha. «No permitimos ni queremos una víctima más de la violencia», dijo Aráoz a la prensa. Como se recuerda la también congresistas confesó en el programa «Todo se sabe» de RPP Noticias, que ella también fue una víctima de violencia psicológica y no denunció a su agresor, por lo que pidió a las mujeres maltratadas que no callen y busquen ayuda.
Los ministros. Varios integrantes del Consejo de Ministros también estuvieron en la marcha. «Aquí hay hombres y mujeres, no es una pelea, es una lucha contra una estructura machista que se ha mantenido por años», dijo la ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, presente en la marcha. Por su parte, el ministro de Interior, Carlos Basombrío, se comprometió a «capacitar a los comisarios policiales para que tengan mejores protocolos» al momento de abordar una denuncia de agresión contra la mujer.
Ni una menos. La marcha fue convocada en las últimas semanas mediante las redes sociales, después de que los medios se hicieran eco de sentencias judiciales consideradas benévolas contra los atacantes de mujeres. Entre ellos los casos emblemáticos de Lady Contreras y Cindy Arlette Contreras. La Policía Nacional del Perú (PNP) dispuso la movilización de unos 2.500 agentes para garantizar la seguridad durante la multitudinaria marcha.
Ni Una Menos: Así fue la histórica marcha contra la violencia de género
Eran casi las tres de la tarde y en el Campo de Marte ya casi no se podía caminar. Cientos, miles de personas fueron ocupando la Av. De la Peruanidad, preparándose para marchar contra la violencia de género en la marcha que Victor Ticona —presidente del Poder Judicial— ha calificado como histórica: Ni una menos.
En el público presente estaban todos: mujeres, hombres, niños. Los carteles se extendían por el suelo, las vinchas se repartían de mano en mano y algunos incluso se pintaban los rostros para que sus gritos y reclamos no pasen por alto.
Una vez tomada la calle, el grupo avanzo con dirección hacia la Plaza Bolognesi, donde se encontró con otro grupo —que también marchaba contra la violencia de género— haciendo que los gritos de ‘tocan a una, tocan a todas’ resuenen por las calles.
Cuando la movilización llegó a la Plaza San Martín —encabezada por Arlette Contreras y Lady Guillén, entre otras mujeres víctimas y sobrevivientes de la violencia— la marea de gente parecía no detenerse.
Finalmente, cuando la movilización llegó al Palacio de Justicia, se hizo evidente que esta ha sido una de las marchas más multitudinarias y masivas que han ocurrido en nuestra ciudad. De hecho, la protesta continúa en los exteriores de la sede del Poder Judicial.
Ni Una Menos: Las regiones se pusieron de pie para rechazar la violencia contra la mujer
El interior del país también se sumó a la marcha para rechazar la violencia de género. En Piura, cientos de personas se movilizaron por las calles de la ciudad. En esta región, seis mujeres han sido asesinadas por sus parejas en lo que va del año, según el Centro de Emergencia Mujer (CEM).
En La Libertad también hubo un apoyo masivo a la campaña Ni Una Menos. En esta región hay un reporte de nueve mujeres que murieron a manos de sus parejas. El último crimen ocurrió el pasado 27 de julio, en Chepén, donde un sujeto degolló a su pareja, de solo 16 años, porque se negó a retomar la relación.
Lambayeque es otro de los departamentos que se unió a la iniciativa, pese a que no registra casos de feminicidio. Cajamarca, que fue escenario de un asesinato, también se hizo presente.
En Tacna, donde tres mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas, el respaldo fue total.
El mismo panorama se registró en Huánuco, donde miles de personas, entre mujeres, varones y niños, participaron de la marcha nacional #NiUnaMenos. En esta región se han reportado dos crímenes hasta junio de este año, según la estadística del Ministerio de la Mujer.
Arequipa también respaldó la marcha. Miles salieron con pancartas en mano para repudiar la violencia contra la mujer. En esta región fueron victimadas tres mujeres.
INFORME: La pesadilla del feminicidio en el Perú
Lo que se busca castigar y corregir con el feminicidio es un problema sociocultural que va mucho más allá del homicidio.
#NiUnaMenos. Una palabra denigrante es el punto de partida de la violencia contra la mujer. Un jalón de brazo o un empujón agregan -hasta esos que no dejan huella- la dosis física a la violencia. Luego están las heridas que el maquillaje no tapa: hematomas, desfiguraciones, fisuras, y otros términos que se repiten con espantosa frecuencia en las carpetas de los médicos legistas. Y es con la muerte de la mujer que la violencia de género toma su forma absoluta.
Entre el 2009 y el 2015, se registraron 795 casos de de feminicidio, mientras que otras 299 mujeres sobrevivieron a intentos de asesinato. Estas cifras, además de desafortunadas, nos convierten -según informes de la Defensoría del Pueblo- en el tercer país con más casos de feminicidio en América Latina.
No, el feminicidio no es simplemente “matar a una mujer”
El delito de feminicidio fue incorporado al código penal por primera vez en el 2011. En ese entonces, este delito consistía, en realidad, en el homicidio de una mujer que sea (o haya sido en el pasado) la cónyuge o conviviente del autor del delito, o que haya mantenido una relación análoga con este. Esta figura se denomina ‘feminicidio íntimo’.
Sin embargo, años después, y en un intento por abarcar el tema de la violencia contra la mujer más ampliamente, la figura del feminicidio se sofisticó: así, hoy en día la ley define el feminicidio como aquel delito en el cual el autor mata a una mujer “por su condición de tal”. En simple: no basta con que la víctima de un homicidio sea mujer para que se trate de un feminicidio, sino que se le debe haber matado por el hecho de ser mujer.Marisol Fernández, abogada especialista en temas de género, opina que la modificación del delito de feminicidio “fue muy acertada, puesto que el acento ya no está en el vínculo [entre víctima y victimario] sino en el contexto de discriminación: se amplía a situaciones en las que un hombre ataca y mata a una mujer por su condición de tal, sin que tenga que existir un vínculo afectivo con ella”.
¿Cómo saber cuándo se ha matado a una mujer por ser mujer? Si bien la ley no cierra las puertas a interpretaciones subjetivas, sí establece una lista de contextos en los cuales se entiende que la mujer ha sido matada por serlo.
Ahora bien, ¿en qué se distingue –legalmente- el feminicidio del homicidio simple? A diferencia de lo que muchos creen, el feminicidio no es solo un nombre para los asesinatos a mujeres. De hecho, el delito de feminicidio es sancionado con una pena significativamente mayor que el homicidio simple. Cuando una persona mata a otra (sin que exista ninguna circunstancia agravante que la ley establece), el Derecho la castiga con una pena de cárcel que puede ser de 6 a 20 años. Cuando, por otro lado, alguien comete un feminicidio, la pena mínima es de 15 años y la máxima de 35. Es decir, la pena mínima del feminicidio es más de tres veces más alta que la del homicidio simple, y la máxima 15 años más alta.
El hecho de que la ley sancione con más severidad el feminicidio que el homicidio simple da una señal clara: matar a una mujer por su condición de tal es más grave y -por lo tanto- más reprochable jurídicamente que un homicidio cualquiera.
¿Cuándo estamos ante un feminicidio?
Sigamos el punto del cual partimos: se habla de feminicidio cuando alguien mata a una mujer por su condición. Ahora: la ley establece una serie de circunstancias que sirven de contexto a los feminicidios. Dependerá de cuál haya existido para determinar si la pena mínima será de 15 o 25 años.
Recordemos que, tanto en los casos de la columna azul como en la roja, la máxima pena de cárcel que puede imponerse es de 35 años; sin embargo, en caso concurran dos de los contextos de la columna roja, el asesino obtiene cadena perpetua.
¿Y de verdad se van presos?
Lamentablemente, no en todos los casos. O al menos no el tiempo que la ley dicta. La Defensoría del Pueblo reveló en un estudio que en diversas ocasiones, los jueces terminan por aplicar penas significativamente menores a las establecidas en el código penal debido a circunstancias –a su parecer- “atenuantes”. Algunas de ellas: la infidelidad, insolencia o alejamiento emocional de la víctima, o “simplemente por no servirle el almuerzo”, dice el informe.
¿Y por qué no existe el ‘masculinicidio’?
Una crítica recurrente de los detractores del feminicidio es la inexistencia de un delito análogo para los casos en que las mujeres matan a los hombres. Estas voces alegan que, si lo que se busca es igualdad de género, no tiene sentido regular solo el feminicidio.
Sin embargo, lo que se busca castigar y corregir con el feminicidio es un problema sociocultural que va mucho más allá del homicidio: el machismo y la misoginia imperantes en nuestra sociedad. Ocurre, pues, que la violencia contra la mujer tiene sus raíces en estereotipos de cuál debe ser su rol. Y para comprenderlo basta con mirar las cifras: según encuestas, el 30% de la población peruana opina que las mujeres son responsables de sus violaciones (ya sea porque fueron infieles, porque vestían de manera provocativa o porque no cumplieron sus deberes de pareja).
Así, la violencia contra la mujer suele justificarse como un medio para corregir su conducta. Fernandez afirma que “a través de la violencia se busca controlar el cuerpo, la sexualidad y la vida de las mujeres”. “El delito de feminicidio visibiliza y castiga los asesinatos de mujeres que se producen como resultado de la discriminación contra ellas. A los hombres no los asesinan por su condición de hombres; a las mujeres, sí”, agregó la abogada.