Maduro y Tabaré Vázquez dan su apoyo a Lula y alertan sobre posible golpe en Brasil
Presidente Maduro llama a levantar la voz de la solidaridad mundial para enfrentar golpe de Estado en Brasil
El presidente de la República, Nicolás Maduro, llamó este jueves a levantar la voz de la solidaridad mundial para apoyar a su par de Brasil, Dilma Rousseff, y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, ante el golpe de Estado que se pretende perpetrar en la nación suramericana.
«Levantemos la voz de la solidaridad mundial con Dilma y Lula ante el Golpe Mediático-Judicial en Brasil», escribió el jefe de Estado en su usuario en Twitter @NicolasMaduro.
En la red social, el mandatario nacional también abogó por el fortalecimiento del movimiento popular y democrático en América Latina para enfrentar los ataques hacia Rousseff y Lula da Silva.
«Que el Movimiento Popular y Democrático de Nuestra América se alce para enfrentar el Golpe en Brasil ¡Es tiempo de Lucha!», añadió.
Asimismo, advirtió que los ataques al Gobierno de Brasil forman parte de la ofensiva imperial que pretende acabar con las fuerzas progresistas y revolucionarias de la región.
«Que nadie se llame a engaño es una Ofensiva Imperial que pretende acabar con las Fuerzas Progresistas y Revolucionarias…A Luchar y Vencer», acotó.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, juramentó este jueves en el Palacio de Gobierno al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Casa Civil (jefe de Gabinete) y alertó sobre la puesta en marcha de una operación política que intenta convulsionar a la nación.
El objetivo es «convulsionar a la sociedad brasileña con métodos oscuros y criticables, viola los principios y garantías constitucionales, los derechos de los ciudadanos y abre precedentes gravísimos. Los golpes comienzan así», dijo la mandataria.
Tanto Rousseff como Lula da Silva enfrentan actualmente una campaña de desprestigio por parte de sectores opositores, que los acusan de ser responsables del fraude masivo en Petrobras.
Sobre Rousseff pesa la posibilidad del impeachment con el cual se le intenta destituir por la vía del Congreso, como ocurrió con el expresidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Por su parte, Lula fue objeto de una detención arbitraria el pasado 4 de marzo, cuando al menos 200 efectivos de la Policía Federal de Brasil allanaron su casa, la de uno de sus hijos y la sede del instituto que lleva su nombre.
Esta operación se desarrolló a pesar de que el Tribunal Supremo Federal (TSF) de esta nación había emitido una sentencia en la que descartó la necesidad de llamar a Lula a declarar por el caso Petrobras, ante la presentación, por parte de su defensa, de un escrito con las alegaciones en torno a la investigación en la que había sido implicado.
Luego, el Ministerio Público de Brasil dictó una medida de privación de libertad contra el expresidente por supuestos manejos irregulares.
El líder obrero y una de las figuras políticas más importantes del Brasil, encaró las denuncias y el pasado 4 de marzo, retó a quienes siguen la causa judicial a conseguir un sólo real (moneda local) que haya sido labrado de manera ilícita.
Gobierno teme golpe de Estado en Brasil y pide apoyar a Dilma
El gobierno uruguayo está promoviendo una declaración de respaldo de la Unasur a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, jaqueada por las denuncias que acorralan al exmandatario brasileño Lula da Silva. Es que el presidente Tabaré Vázquez y su entorno temen un golpe de Estado en ese país. Ayer en el Parlamento, el canciller Rodolfo Nin Novoa llegó a hablar de «acuartelamiento» de tropas.
En su condición de presidente de la Unasur, Vázquez hizo circular ayer entre los 12 países que componen el bloque una propuesta de declaración. Allí sostiene que «los sucesos ocurridos en Brasil plantean un claro enfrentamiento de la Justicia contra el Poder Ejecutivo representado por la presidenta Rousseff», según el texto de la resolución a la que accedió El País, y que Vázquez y Nin Novoa terminaron de ajustar luego de la presentación del «diálogo social» en la Torre de Antel.
«Preocupados por esta situación ofrecemos nuestro total respaldo a la presidenta, quien fue elegida democráticamente por la mayoría de los brasileños para ejercer su cargo hasta el 1° de enero de 2019», señala la declaración. La misma hace un llamado a las fuerzas del orden, y a todas las instituciones constitucionales de Brasil, a respaldar «al gobierno legítimo» de Rousseff y «la voluntad popular expresada en las urnas».
Luego de comparecer en la Comisión de Relaciones Internacionales en el Senado, Nin Novoa hizo saber ayer en la tarde la preocupación del gobierno por el «acuartelamiento de tropas y movilizaciones», información que recibió de parte de la embajada uruguaya en Brasilia. Aunque, aclaró, «por el momento» no puede «arriesgar» una opinión al respecto.
Lula asumió ayer como ministro de la Presidencia de Rousseff, pero 40 minutos más tarde un juez de Brasilia anuló de forma cautelar el nombramiento del expresidente que está siendo investigado por corrupción.
Las investigaciones que abarcan a Lula incluyen fraude, lavado de dinero, sobornos a cambio de favores políticos, ventajas fiscales o contratos con el Estado, y financiación ilegal de los partidos y de las campañas electorales.
El Frente Amplio mira con preocupación la crisis institucional en Brasil por la situación judicial de uno de los principales referentes de la izquierda en la región y amigo personal del exmandatario José Mujica, al que le confesó haber tenido que «lidiar con muchas cosas inmorales y chantajes» durante sus gobiernos (ver recuadro). La relación del Frente Amplio con Lula y el Partido de los Trabajadores (PT) brasileño es tan cercana que en 2011 Lula viajó a Uruguay para ser el principal orador en el acto por el 40° aniversario de la coalición de izquierda.
Desde Buenos Aires, Mujica defendió ayer a Lula, pero no puso las manos en el fuego por otros dirigentes del PT. ¿Cree en la inocencia de Lula?, fue la pregunta que le hicieron periodistas argentinos en una conferencia de prensa que brindó luego de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) en Buenos Aires. «En la de Lula sí, ahora yo qué sé con semejante aparato que tiene de partido qué pasa; qué voy a saber», afirmó Mujica. Consultado sobre si la crisis de Brasil estaba relacionada a una «operación de la derecha» en América Latina, contestó que «la derecha tiene que ver y la izquierda también, porque la izquierda hace chambonadas que la derecha aprovecha. Y la derecha también exagera las cosas y multiplica».
En la izquierda hay muchos que abonan la tesis de que «la derecha» está buscando dar un golpe de Estado en Brasil. El tema está en la conversación de muchos frenteamplistas. La ministra de Vivienda, Eneida de León, y el subsecretario de Turismo, Benjamín Liberoff, mantuvieron anoche el siguiente diálogo en la Torre de Antel: «Tengo mucha gente conocida en Brasil que me dice que van al golpe de Estado y los que ganan son los gringos», le comentó Liberoff a De León. «¡Claro!», respondió la ministra.
La misma sensación tiene el senador frenteamplista Leonardo De León (lista 711), quien dice estar «muy preocupado por la judicialización» de la política. «Nos preocupa el operativo cinematográfico que se armó el otro día, cuando Lula estaba compareciendo a las citaciones», indicó a El País.
Para el senador De León, en América Latina hay una «operación política» orientada a derrocar a los gobiernos de izquierda. «Están sucediendo cosas en paralelo, todas juntas. Lo de Evo Morales, lo de Lula, lo de (Rafael) Correa. Estoy convencido que hay un plan de la derecha en América Latina, muy sistematizado, que lo están llevando de diversas formas, algunas legítimas y otras no tanto», precisó el senador.
En tanto, el diputado Roberto Chiazzaro, del Partido Socialista, resaltó la «acertada» jugada de Vázquez de respaldar «el proceso democrático» en Brasil. «La derecha juega un juego muy peligroso, que es el de la amenaza y la tentativa de desestabilizar y se corre el riesgo de retrotraernos a épocas oscuras de la región», enfatizó.
El diputado suplente del Partido Comunista, Gerardo Núñez, dijo que «en Brasil está en marcha un golpe de Estado donde los poderosos sectores empresariales junto a un puñado de jueces violan la Constitución y la ley para embarrar la cancha». Además agregó en su cuenta de Facebook: «Seguramente no falte quien diga que estamos paranoicos. La situación es clara: o defendemos la democracia y gobiernos agredidos, o se instalan impunemente las dictaduras».
«Mal Manejo».
Más crítico con Lula, el diputado Gonzalo Mujica, de Asamblea Uruguay, reconoció a El País que «todo indica que algo pasó y que un mal manejo hubo» en Brasil. «La aparición de la cinta de grabación de la conversación telefónica de Lula con Rousseff da la idea de que trata de protegerse. Pienso que la izquierda no puede amparar cualquier cosa solo porque lo haya hecho un compañero», argumentó.
Para el diputado, no es correcto asimilar una investigación judicial «con un embate político». «Ha habido casos de corrupción y eso no se puede tapar porque sea un gobierno de izquierda. Sobre los hechos se montan los embates. Las operaciones se hacen si hay corrupción. Creo que la izquierda debe condenar la corrupción en cualquier país», insistió.
El tema estará a consideración hoy en la Mesa Política del Frente Amplio.
UNA OVEJA NEGRA AL PODER
La confesión que le hizo Lula a Mujica
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el exmandatario José Mujica mantienen una larga amistad y la suficiente confianza como para hablar de todos los temas. Una de las conversaciones que mantuvo Mujica con Lula sobre el caso del «mensalão» (supuesto soborno pagado a varios diputados para que votaran a favor de los proyectos del gobierno brasileño) fueron contadas por Mujica en el libro Una oveja negra al poder, de los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz.
Mujica señaló que «Lula no es corrupto como sí lo era (Fernando) Collor de Mello y otros expresidentes brasileños». Sin embargo, le contó a los autores que Lula le confesó a él y a Danilo Astori, entonces vicepresidente, cómo había tenido que «lidiar con muchas cosas inmorales y chantajes».
La revelación de Mujica generó un escándalo en Brasil donde de inmediato el senador Ronaldo Caiado, del opositor partido de centroderecha Demócratas, pidió que Mujica compareciera a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño para explicar la confesión echa por el presidente Lula sobre el «mensalão». Mujica nunca fue citado, pero ayer varios medios en Brasil recordaban lo que había dicho en el libro.
CUMBRES URGENTES
Intento de «derrocar» a Correa
En 2010 hubo una cumbre extraordinaria de los presidentes de Unasur en apoyo del presidente Rafael Correa. El entonces canciller argentino, Héctor Timerman, sostuvo que el encuentro era para «impedir que lo derroquen». La reunión se hizo luego de que Correa se viera obligado a permanecer encerrado en un hospital, mientras un grupo de policías bloqueaba carreteras e impedía el paso al palacio presidencial.
Contra la salida de Lugo.
En 2012 hubo una cumbre urgente en Argentina, por la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo. El encuentro se llevó a cabo luego de que a través de un juicio político el Parlamento decidiera la salida de Lugo de su puesto. Se alegó mal desempeño de sus funciones, tras un enfrentamiento que dejó 17 muertos y 80 heridos en Asunción. Lugo finalmente no recuperó el cargo y días atrás anunció que volverá a postularse.
Aterrizaje Forzoso de Morales.
En 2013 se hizo una cumbre extraordinaria luego de que el presidente de Bolivia, Evo Morales, fuera obligado a aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Viena, como consecuencia de una medida llevada a cabo por Francia y Portugal, que bloquearon sus espacios aéreos al sospechar que en la aeronave iba el prófugo de Estados Unidos, Edward Snowden. Morales estuvo detenido durante varias horas en Viena. Snowden no iba en el avión.
El blindaje regional a Maduro.
El año pasado Unasur también llevó a cabo una cumbre urgente, luego de que el presidente estadounidense Barack Obama declarara, en medio de una ola de enfrentamientos en las calles de Venezuela, una «emergencia nacional respecto de la amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos que supone la situación» que se llevaba a cabo en el país gobernado por Nicolás Maduro.