Referéndum de la coca – El Deber, Bolivia

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Los productores de coca de los Yungas de La Paz aceptaron suspender los bloqueos de carreteras que estuvieron haciendo a principios de febrero con la esperanza de que el Gobierno escuche el pedido que hacen de un referéndum para establecer cuál es la coca que acullican los bolivianos. Sostienen los dirigentes de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) que las autoridades no han manifestado todavía una disposición favorable a la realización del referéndum, con el argumento de que una consulta semejante provocaría la irritación de los cocaleros de Chapare.

El dirigente yungueño Franklin Gutiérrez dijo que las autoridades con las que trataron el tema se mostraron muy susceptibles incluso ante la posibilidad de que se comience a hablar del aludido referéndum.

El ministro de Desarrollo Social y Tierras, César Cocarico, exgobernador de La Paz, habría descartado de plano la realización del aludido referéndum, pero aceptó tratar el resto de los temas incluidos en el pliego de demandas de los cocaleros de los Yungas.

Este pedido debería dilucidar un tema muy delicado en el país, dijo el dirigente Gutiérrez, porque permitiría saber cuál es la coca que los bolivianos usan para el consumo tradicional, del acullico, o ‘pijcheo’. En caso de que se tenga ese resultado, el Estado boliviano tendría las bases para decidir la política frente a las plantaciones de coca que existen en diferentes regiones.

Hace cinco años, la oficina de las Naciones Unidas anunció que estaba interesada en realizar un estudio parecido, para establecer cuánta coca se consume en el masticado, cuánta en infusiones y cuánta en la elaboración de medicamentos tradicionales y licores.

Pero no se ha sabido más de aquella iniciativa que hubiera permitido conocer con exactitud cuál es el volumen de coca que se requiere para el uso tradicional de los bolivianos. Lo que se toma como definitivo, por ahora, es que 12.000 hectáreas son suficientes, y solo en los Yungas, zona originaria de la hoja.

Quizá convenga escuchar a los cocaleros de los Yungas a fin de que se conozcan las preferencias de los bolivianos respecto de este consumo tradicional. Sería un método científico el que defina lo que se debe hacer en materia de cultivos de la hoja que ha convertido a Bolivia en el centro del narcotráfico en la región.

El Deber

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