Leopoldo López, líder opositor venezolano: «Yo he decidido enfrentar a esta dictadura en todos los terrenos»
El líder de la oposición en Venezuela, lleva 669 días encarcelado y está convencido que vale la pena su decisión de enfrentar al gobierno liderado por Nicolás Maduro en todos los terrenos.
En una entrevista con el Grupo de Diarios América que lo eligió como el Pesonaje Latinoamericano del Año, afirmó que la oposición, que logró el triunfo en las elecciones para renovar el Parlamento, debe seguir el camino constitucional para que Maduro salga del gobierno antes de 2019. Asimismo, sostuvo que es un error enfrentar la violencia del Estado con el silencio, sino que debe ser denunciada ante todos los ámbitos. Plantea un acuerdo nacional sobre la base de cinco grandes temas.
—¿Cómo durmió el 6 de diciembre?
—Esa noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática. Me dije: ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro pueblo. Pensé en el sufrimiento que han tenido que pasar los venezolanos por culpa de un modelo equivocado, importado, que no se parece en nada a nosotros y que ha tratado de ser impuesto por la fuerza. Reflexioné mucho acerca de los venezolanos que en el pasado confiaron en ese proyecto y, defraudados, apuestan por un cambio. Es una obligación de la toda la Unidad comunicarles y hacerlos sentir que ese triunfo es de ellos, para ellos y por ellos. Al día siguiente ya pude enterarme por medio de mi abogado, de los detalles y de la magnitud de la victoria. Fue un plebiscito. No entre opositores y oficialistas, no. Un plebiscito entre todo un pueblo unido y una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática encabezada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Ese domingo los venezolanos escribimos un nuevo capítulo glorioso en nuestra historia al doblegar a una dictadura a través de los votos. El pueblo, consciente de toda su fuerza, se expresó por el cambio de forma arrolladora y no solo votó, defendió su voto hasta el final. Los venezolanos le pusimos la mano en el pecho a una elite que ha buscado hacernos creer que un país distinto no es posible y demostramos que es posible.
—Solo ha cambiado el Legislativo. El resto de los poderes públicos sigue controlado por el oficialismo.
—Haber ganado representa la conquista para la lucha democrática de una institución fundamental y representa un debilitamiento de la dictadura, en la búsqueda de su quiebre definitivo. Pero también queda claro que para que Venezuela cambie definitivamente debemos recuperar todas las instituciones. Hoy el TSJ nombrado inconstitucionalmente y que se pretende “renovar” entre gallos y madrugadas para incorporar más incondicionales al régimen antes de que se instale la nueva Asamblea, sigue secuestrado, imposibilitando que haya verdadera justicia en Venezuela. La Fiscal General de la República protege a los poderosos y en Venezuela las víctimas que se atreven a denunciar son los que terminan acusados y encarcelados. Con la victoria popular del 6-D, la dictadura está debilitada sí, pero aún mantiene secuestrados a los otros poderes del Estado, y como ya anunció Maduro los usará para desconocer la voluntad del pueblo. Estoy seguro que nuestros diputados de la Unidad se mantendrán firmes y harán respetar la voluntad popular y que debemos manejar la victoria con humildad y serenidad, pero al ver la reacción que han tenido Maduro y Cabello queda aún más claro que no podemos detenernos ni un instante en conseguir el cambio definitivo que tanto demanda nuestro pueblo. La dictadura está debilitada, pero aún vivimos en ella y nuestro pueblo votó para cambiar un sistema que lo oprime, que lo humilla y que imposibilita que pueda encontrar las soluciones a sus problemas más sentidos. La dictadura está debilitada y es nuestro deber no darle respiro. Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio, pues hay que cambiarlos.
—¿Cuáles son las tareas prioritarias de la nueva legislatura?
—Estoy convencido que la nueva Asamblea Nacional no sólo tiene como tarea dictar leyes democráticas, pues tiene el compromiso histórico de impulsar el cambio político que tanto anhela nuestro pueblo. Estamos obligados al reimpulso económico y a establecer una nueva agenda social para todos los venezolanos. Hay que ser responsable con nuestro pueblo, hablándole con la verdad. No habrá solución a los problemas que sufrimos sin que antes hayamos podido lograr el cambio político de la cúpula corrupta que hoy usurpa el poder. ¿Acaso es posible reactivar la producción y por tanto vencer la escasez y la inflación, dos grandes sufrimientos de nuestro pueblo, mientras continúe en el poder un régimen que frente a la paliza electoral usa como argumento principal para explicar su derrota, una ficticia “guerra económica”? ¿Es posible solucionar la inseguridad mientras continúe en el poder una dictadura que no es solo cómplice de la delincuencia sino que mantiene secuestrado el poder judicial y por tanto la esperanza de que exista justicia y no reine la impunidad? Hay que salir por la vía constitucional de este desastre lo más pronto posible. Frente a las inmensas injusticias que hoy sufre el pueblo venezolano, no hay espacio para el cálculo político ni para las conveniencias personales. Ante las injusticias, los atropellos y las violaciones a los derechos se reacciona. A las injusticias se les combate. A las injusticias se les planta la cara con decisión, sin miramientos ni recelos. Yo he decidido enfrentar a esta dictadura en todos los terrenos, tanto en la calle protestando legítimamente, en lo electoral y en lo moral y estoy convencido de que vale la pena. Se trata de reaccionar frente a la urgencia, ¿es que la situación del país, la destrucción del país, el sufrimiento de nuestro pueblo, no lo amerita? Venezuela se cae a pedazos ante nuestros ojos. ¿Cómo le decimos a los venezolanas que viven angustiados las calles con el temor de perder su vidas que debemos esperar hasta año 2019 para cambiar este sistema?, ¿qué le decimos a los venezolanos que hacen colas todos los días y cuya situación económica empeora al mismo tiempo? Cómo hemos dicho insistentemente: allí están los mecanismos constitucionales. Ratificó el compromiso con mis compañeros de la Unidad para que tal como acordamos en julio de 2015, demos una discusión profunda sobre cual mecanismo activar para lograr el cambio político: si es el revocatorio, la enmienda, la renuncia o la constituyente.
—¿Cómo recibe el reconocimiento del GDA?
—Con sorpresa, porque no me lo esperaba. Con agradecimiento a quienes nos seleccionaron, porque no se trata solo de mi persona sino de una causa, la causa de la libertad y la democracia para Venezuela, que hoy abrazamos millones de venezolanos y en especial los que hemos sido perseguidos, atropellados y encarcelados. El apoyo internacional y los pronunciamientos que nuestra causa ha recibido de los más amplios sectores, que incluyen organizaciones mundiales, regionales, gobiernos, parlamentos, organismos no gubernamentales, activistas, artistas y personalidades, han permitido que se levante el velo de oscuridad y se disipe cierta confusión sobre lo que ocurre en Venezuela. Ello ha hecho posible que se perciba con nitidez que el problema en lo social, lo económico y lo político tiene un mismo origen: la instalación de un sistema de gobierno autoritario, antidemocrático, corrupto, ineficaz y represor que persigue como único objetivo mantenerse en el poder para beneficiar a una pequeña élite que se ha enriquecido de manera exorbitante y ha dejado al resto del país, a las grandes mayorías, a la deriva en una crisis sin precedentes en Venezuela.
—¿Cómo imagina la transición política en Venezuela en términos de mecanismos y plazos?
—El primer paso que debemos dar es consolidar el compromiso del liderazgo opositor en cuanto a que Maduro debe salir antes de 2019 y que para lograrlo exisren mecanismos constitucionales que podrán ser aplicados de acuerdo con las circunstancias. El mensaje de cambio expresado en la votación del 6 de diciembre debe convertirse en mandato popular para el liderazgo político. Si los venezolanos mayoritariamente piden cambio, le tocará al liderazgo definir una ruta pacífica, constitucional y oportuna para lograrlo. Dependiendo de las circunstancias se tendrá que asumir una de las alternativas de cambio en los poderes públicos: adelanto de elecciones, referéndum revocatorio o la convocatoria a una asamblea constituyente. Una vez definida la ruta constitucional para el cambio político, será necesario trabajar en paralelo y de forma simultánea en dos terrenos: el institucional, mediante la Asamblea Nacional, y el político-social para lograr un gran acuerdo nacional sobre los temas más importantes. Este proceso de acuerdo nacional debe incluir al menos cinco grandes temas: 1.- convivencia democrática: composición de los poderes públicos, reelección y fortalecimiento de la federación; 2.- de la crisis al bienestar social: los cambios en el modelo económico que permitan erradicar la escasez, la inflación y el desempleo, teniendo como prioridad el fortalecimiento de las capacidades de producción nacional; 3.- seguridad ciudadana: fortalecimiento de los cuerpos de seguridad y disminución de la impunidad como prioridades; 4.- democratización del petróleo: cómo aprovechar al máximo y de manera más democrática la fortaleza de tener las más grandes reservas de petróleo del mundo, y 5.- soberanía y convivencia cívico-militar. Con respecto a la transición política, estamos en la obligación de trabajar de manera simultánea el cómo (las vías constitucionales) y el para qué (el destino, la orientación) del cambio. Sobre los plazos, en julio la Mesa de la Unidad Democrática firmó un acuerdo en el que nos comprometimos a consolidar este proceso de cambio durante los primeros seis meses de 2016.
“Democracia fue secuestrada a través del control de los poderes públicos”
Sostuvo que no debe haber silencio, sino denuncia, de la violencia del Estado.
-¿Cómo debe afrontar el liderazgo político y la sociedad civil la violencia promovida desde el gobierno?
-Enfrentar la violencia del régimen en todas sus manifestaciones, física, institucional y comunicacional, comienza por exponerla, por denunciarla en toda su dimensión. Es un error enfrentar la violencia del Estado con el silencio, por eso hay que denunciarla ante todas las instancias nacionales e internacionales. A pesar de que la denuncia formal ante instancias nacionales pareciera ser un esfuerzo en vano, por el secuestro y la impunidad de las instituciones, es necesario hacerlo para que quede registro de quiénes son los promotores de la violencia. Es importante desenmascarar a los violentos con coraje, superando el miedo y construyendo amplias redes de solidaridad con las víctimas. Por otra parte, y es algo en lo que he insistido, no debemos caer en provocaciones respondiendo a la violencia con violencia, pero tampoco con pasividad y sumisión. Por eso los métodos de la lucha no violenta tienen tanta vigencia en la Venezuela de hoy. Debemos continuar y profundizar la organización de la protesta pacífica, que representa una herramienta válida de lucha democrática y constituye un derecho constitucional y universal. Yo estoy preso y condenado ilegalmente a 14 años de prisión por haber denunciado la violencia del Estado y a la élite que gobierna como antidemocrática, corrupta, represora y con presuntos vínculos con el narcotráfico. Preso por denunciar y promover la protesta pacífica, popular y constitucional en contra de la élite gobernante responsable de las graves calamidades que hoy sufrimos los venezolanos. Estoy preso, pero jamás arrepentido de haber denunciado a los responsables de la crisis, y de promover el cambio popular, democrático y constitucional para Venezuela.
-¿Por qué la oposición venezolana, más allá de la MUD, no ha podido unirse en un solo bloque?
-Con respecto a la unidad democrática debemos reconocer que se ha avanzado, pero que queda camino por recorrer. En mi opinión, la unidad más sólida, amplia e incluyente la lograremos mediante la ejecución del acuerdo firmado por la Mesa de la Unidad en julio, en el que todos nos comprometimos a que en los próximos procesos todas las candidaturas serán seleccionadas por primarias de base, con la participación de todos, una unidad construida de abajo hacia arriba. Vinculado con este proceso, estoy convencido de la importancia de democratizar la estructura de los partidos políticos. Un partido que promueva la democracia debe practicarla a todos los niveles de su organización interna.
-¿Cuál debe ser la estrategia de la oposición para vencer la resistencia de la dirigencia del chavismo a perder el poder?
-Lo primero es identificar dónde está la resistencia. La resistencia al cambio no está en el pueblo, ni siquiera en los que votan por el PSUV, la resistencia al cambio está en su pequeña pero poderosa élite, que ha secuestrado la democracia venezolana mediante el control abusivo, cómplice y contrario a la Constitución de todos los poderes públicos. Segundo: comunicar con serenidad y aplomo a todos los venezolanos que el cambio que proponemos será en beneficio de las grandes mayorías y que se llevará adelante con respeto a la Constitución y a la convivencia democrática. Tercero: presentar de manera clara y sencilla la ruta constitucional para el cambio. Y cuarto: dar señales muy claras a los que todavía apoyan al régimen de que perder no es el fin del mundo, que es normal que en democracia se gane y se pierda, que luego de 16 años en el poder y por aclamación popular toca un cambio para Venezuela.
-¿Qué hará usted desde la cárcel para llevar adelante el cambio político que propone?
-No dejaré de comunicar mi opinión y de buscar el mayor nivel de entendimientoe entre el liderazgo político y el pueblo venezolano para avanzar en un camino constitucional y democrático hacia el cambio que merecemos.