Macri presidente electo en Argentina: la región vive la primera derrota electoral de un gobierno progresista en los últimos años
Vea los resultados provisionales aquí: http://www.resultados.gob.ar/balotage/dat99/DPR99999A.htm
El kirchnerismo fue derrotado en las urnas: Mauricio Macri es el nuevo presidente
Con el 99,17% de las urnas escrutadas Mauricio Macri, candidato de Cambiemos, le saca casi tres puntos a Daniel Scioli, consagrándose como nuevo presidente de los argentinos y marcando la derrota del kirchnerismo en las urnas. Macri logra el 51,40% de las adhesiones, mientras que Scioli alcanza el 48,60%.
Los resultados provisorios indican que Macri se hace fuerte en la Ciudad y la Provincia de Buenos y en el centro del país. La mayor diferencia la logra en Córdoba, donde saca más de 40 minutos de diferencias. También se impone en Entre Ríos, La Rioja, Jujuy, Santa Fe, San Luis, Mendoza y La Pampa. En tanto, Scioli gana en provincias del sur del país y en el noreste.
El resultado ya se podía adivinar en las primeras declaraciones públicas de los dirigentes de ambos espacios. Por un lado, los de Cambiemos se mostraban eufóricos y hablaban del «nuevo país» que comenzará el 10 de diciembre, mientras que del lado del Frente para la Victoria, con caras largas, pedían cautela y hacían alusión a un «triunfo de la democracia».
Los primeros en aparecer fueron los referentes de Cambiemos, a las 18:20. Los encargados de hablar fueron Marcos Peña, a quien se sindica como jefe de Gabinete del flamante gobierno, y Ernesto Sanz, a quien Macri quería como Ministro de Justicia de su gabinete.
«La Argentina ya no será igual a partir de esta noche», aseguró el radical, exultante, ante los cánticos de los militantes de la fuerza opositora que se congregaron desde primeras horas de la tarde en el centro de campaña de Costa Salguero.
Minutos después, llegó el turno del sciolismo. El elegido, en el búnker montado en el hotel NH, fue el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez. «Hoy ganó la democracia en la Argentina», sostuvo Pérez, rodeado de otros funcionarios de la Provincia. Se mostró cauteloso e instó a «esperar» los datos «oficiales» que «van a ser conocidos en pocos minutos».
Los primeros resultados oficiales se dieron a conocer a las 19:22. Lo hicieron el ministro de Justicia, Julio Alak, y el director nacional Electoral, Alejandro Tullio. Casi al mismo tiempo, Scioli ingresaba raudamente al NH, sin hablar con la prensa.
Macri esperó un poco más para arribar al centro de campaña de Cambiemos. Lo hizo minutos después de las 20. Poco antes Sergio Massa, el tercero en cuestión en la primera vuelta, brindó una conferencia de prensa en Tigre, donde, rodeado de los dirigentes del Frente Renovador, felicitó a Macri, el «nuevo presidente de los argentinos».
Cuando la tendencia ya se vislumbraba como irreversible, Scioli llamó a Macri para reconocer la derrota y felicitarlo. Tras el llamado y con el reloj marcando las 21:30, el candidato kirchnerista salió a hablar. «Se optó por un cambio, Dios quiera que ilumine al ingeniero Macri para que ese cambio sea superador para todo el pueblo», expresó el saliente gobernador bonaerense.
El siguiente llamado que recibió Macri fue de Cristina Kirchner. La mandataria lo felicitó por su triunfo y le dijo que lo recibirá el próximo martes, a las 19, en la residencia presidencial de Olivos. Luego del diálogo entre la mandataria saliente y su sucesor, Macri apareció en el escenario de Costa Salguero.
Visiblemente emocionado, el nuevo jefe de Estado prometió un «cambio de época» y aseguró que el 10 de diciembre empezará «una etapa maravillosa» en la Argentina. «Hicimos posible lo imposible», sintetizó Macri. Terminaba el kirchnerismo y se iniciaba una nueva etapa.
Macri:»Gracias por haber creído que juntos podemos construir la Argentina que soñamos”
El presidente electo, Mauricio Macri, sostuvo que este «es un día histórico, un cambio de época y va a ser maravilloso». Y recalcó que «como tal, es un cambio que tiene que llevar hacia el futuro, a las oportunidades que se necesitan para progresar».
En el escenario del predio de Costa Salguero, Macri se mostró visiblemente emocionado junto a la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti, a los cofundadores de Cambiemos, Elisa Carrió (CC) y Ernesto Sanz (UCR), los jefes de campaña, Marcos Peña y Emilio Monzó, y la plana mayor del PRO.
Macri llegó pasadas las 20 al pabellón 1 del tradicional predio que utiliza su partido para los búnker electorales y esperó hasta que su contrincante del FpV, Daniel Scioli, admitiera la derrota para salir a hablar.
«A los que no nos votaron, los invito a que se sumen. Acá no existen los iluminados que se las saben todas», señaló Macri, en un guiño al electorado que rechazó su candidatura, que según informaron a Télam desde la jefatura de campaña de Cambiemos, «fue mayor al esperado».
Para el comando del macrismo, «el margen fue menor al esperado, pero las mesas testigo a las 20 ya daban que la diferencia iba a ser de 4 puntos, pero los boca de urna se equivocaron todos», y dejaron trascender que «la ‘campaña del miedo’ caló hondo en la Tercera Sección bonaerense y en el Norte».
Por ello, Macri interpeló a los que no lo votaron, y también fue efusiva al respecto Michetti, que fue la otra oradora. «Hay muchos hogares humildes que están sintiendo una nueva esperanza. Pero habrá otros preocupados, con temor tal vez, y para ellos vamos a trabajar muy especialmente», destacó.
«No hay nada que temer, todo será alegría. Lo que más necesitamos es un poco de paz entre nosotros», enfatizó la actual senadora, quien también sostuvo que Argentina está «ante un nuevo tiempo que construirá sobre lo ya construido».
Luego, cuando Macri tomó la palabra, además de agradecer a Carrió y Sanz, a su familia y muy especialmente a Peña -«un jefe de campaña extraordinario»-, señaló que está «jugado por todos los argentinos».
«Este es un cambio de época, que nos tiene que llevar al futuro, a más oportunidades. No puede detenerse en revanchas ni en ajustes de cuentas», agregó.
También reiteró su llamado a «derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos en esa tarea», y llamó a «mejorar la calidad democrática».
Macri quiso enviar un mensaje a la comunidad internacional. «Hermanos de Latinoamérica y del mundo, queremos tener buenas relaciones con todos. Los argentinos tenemos mucho que aportar, queremos tener una agenda de cooperación», apuntó.
Al finalizar, Macri remarcó para el estallido de alegría de su militancia que hizo «posible lo imposible» y le dijo a los argentinos que estaba ahí porque ellos lo habían llevado a ese lugar. «Por favor, les pido que no me abandonen», solicitó.
A pesar de las versiones de que habría conferencia de prensa, finalmente Macri postergó su primer contacto cara a cara con los medios de comunicación para mañana a las 9, en la Usina del Arte.
En tanto, la jornada en el bunker de Costa Salguera transitó sin sorpresas, con la única particularidad de que estuvo repleto de militantes más temprano que en las PASO y en las generales de octubre pasado, y también con una presencia de medios exponencialmente mayor a las anteriores (más de 900 acreditados nacionales e internacionales), en un marco al que el PRO ya tiene acostumbrado: pantallas gigantes, globos (celeste y blanco) y mucha música pop y rock nacional de fondo.
El clima de algarabía se vivió desde las 18, cuando Peña y Sanz inauguraron el escenario al pedirle a los fiscales que trabajen hasta el final y anticiparon, indirectamente, unos resultados exitosos.
Luego fue el turno de la gobernadora electa, María Eugenia Vidal, que pasadas las 19.30 señaló: «Esta será una noche que no olvidaremos. Disfrutemos del encuentro de Argentina que defendió su dignidad».
En un búnker eufórico, además de Vidal, los mandatarios electos Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy) subieron al escenario y el primero en hablar fue el cuyano, quien agradeció «a los argentinos el voto de cambio» y afirmó: «nos merecíamos una democracia con alternancia, no una monocolor».
«Hemos dado un gran paso eligiendo a Mauricio Macri como presidente de los argentinos», sostuvo, y fue seguido por el jefe de gobierno electo, Horacio Rodríguez Larreta quien agradeció «a los argentinos que acompañaron y también a los que no, porque Mauricio va a gobernar para todos», y brindó «un homenaje a los fiscales, que acompañaron durante toda la campaña».
«Nuestra responsabilidad será cuidar todo lo logrado en estos doce años»
A las 9 y media de la noche Daniel Scioli salió al escenario montado en el céntrico comando de campaña para reconocer la derrota y desearle éxito «al ingeniero» Mauricio Macri, de Cambiemos, con quien acababa de hablar por teléfono para felicitarlo por el triunfo. Entre llantos y palabras de aliento, los militantes y dirigentes del Frente para la Victoria que colmaban el hotel NH, ubicado a escasos metros del Cabildo, aplaudieron a su candidato. Hoy el gobernador bonaerense se reunirá con la presidenta Cristina Fernández en Olivos.
«La gente eligió la alternancia», admitió Scioli, con visibles señales de cansancio, y la sensación del «deber cumplido». «Voy a estar con esa vocación de servicio y ese amor por Argentina para ayudar a los que más necesitan tener el Estado a su lado. Voy a estar al lado de los trabajadores para defenderlos, porque son la base del Partido Justicialista», fueron sus primeras palabras.
Ayer, el sciolismo no midió su performance con encuestas de boca de urna. Decidieron esperar los resultados oficiales para salir a hablar. Los primeros que le pusieron el cuerpo a una tarde que ya pintaba mal fueron el jefe de Gabinete provincial Alberto Pérez, quien fue el primero en saludar a la militancia, el titular de la Anses y figura de la campaña sciolista, Diego Bossio, y por último el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni. Ninguno dio datos para contrarrestar los números que vociferaban desde el comando de campaña de Cambiemos, que arriesgaban diferencias de hasta 16 puntos. Luego de las 6 de la tarde, al aparecer los primeros datos oficiales, el sciolismo pidió prudencia, pero era sabido que ya no iba a ser posible descontar la diferencia. El paso de las horas demostraría lo contrario. Al cierre de esta edición la diferencia entre ambos candidatos se había acotado a menos del 3 por ciento.
En el hotel NH Bolívar estaban los ministros nacionales Carlos Tomada y Axel Kicillof. «Hay que reorganizarnos y volver a la resistencia», dijo a Tiempo el ministro de Trabajo. Otro de los que llegó justo fue el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, donde ganó el oficialismo. Pocos intendentes daban números a esa hora.
Cuando Scioli salió a reconocer su derrota, la brecha con Macri era de diez puntos. Algunos dirigentes esperaban acortarla a seis o siete, y así darse por satisfechos. Sin embargo, a medida que pasaba la noche y avanzaba el recuento de votos, la diferencia se redujo a una mínima expresión.
El mensaje
Acompañado por Carlos Zannini, su compañero de fórmula, junto a su mujer, Karina Rabolini, su hija, Lorena Scioli, y el equipo que lo acompañó durante la campaña, Scioli pidió que se «cuiden estos logros y estos nuevos derechos, que fueron, inclusive, ampliados». «Buscaré, desde donde sea, defender un proyecto de país que comenzó hace 12 años, que se mejoró mucho, y es justo reconocer todo lo que hemos avanzado. Y nuestra responsabilidad será cuidar estos logros», agregó.
Scioli se mantuvo en su eje político. En su discurso reivindicó la política de industrialización, «la tasa más baja de desempleo», el desendeudamiento, la independencia económica, los científicos repatriados y la inversión en ciencia y tecnología. «Soy respetuoso de la voluntad popular que ha elegido la alternancia», admitió. Luego anunció que de ahora en más seguirá al frente de su «responsabilidad institucional» y aseguró que colaborará con la gobernadora electa María Eugenia Vidal.
El candidato del FPV agradeció de manera especial a la militancia que luego del ajustado triunfo de las elecciones generales de octubre salió «de manera espontánea». «Superó nuestro espacio político», analizó, y añadió: «Buscaré desde donde sea poder defender un proyecto de país», dijo, y anunció que va a «buscar influir para que las vayan cada vez mejor, sin egoísmo ni mezquindades».
Entre los sindicalistas presentes estaban Antonio Caló, Hugo Yasky, Omar Plaini y Víctor Santamaría. También, el economista Miguel Bein. Dos de los gobernadores que vinieron a acompañar a Scioli fueron Juan Manuel Urtubey, de Salta, y Maurice Closs, de Misiones.
Luego de su discurso, Scioli salió a saludar a los militantes. Es que afuera del hotel, desde temprano, se agolpaban las organizaciones kirchneristas que fueron a hacer el aguante al candidato (ver aparte). Primero lo interceptaron en el garaje del hotel, donde repartió abrazos y besos, y antes de subirse al auto la marcha peronista salió eufórica de las gargantas, y luego se quedó contenido, junto con su esposa Karina Rabolini, entre la gente que se agolpaba en Alsina y Bolívar. «
CARLOS TOMADA
«Hay que reorganizarnos y volver a la resistencia», sostuvo el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien fue, junto a Axel Kicillof, uno de los funcionarios del gobierno nacional que acompañó la espera en el hotel NH, donde funcionó el búnker del Frente para la Victoria.
DIEGO BOSSIO
«La democracia se fortaleció. Se eligió entre dos modelos, se escuchó el mensaje de las urnas y el FpV hizo una muy buena elección», analizó ayer el titular de la ANSES Diego Bossio, uno de los dirigentes que participó activamente en la campaña de Daniel Scioli
«Fue conmovedor el acompañamiento de nuestra fuerza política.»
Juan Manuel Urtubey
Gobernador de Salta
«Mi deseo es que tantos logros se sostengan en el tiempo».
Sergio Urribarri
Gobernador de Entre Ríos
Cristina lo llamó a Macri y se verán el martes en Olivos
Cristina Fernández de Kirchner se comunicó telefónicamente con el presidente electo de Cambiemos, Mauricio Macri, para felicitarlo por el triunfo en las urnas ante el candidato oficialista.
La Presidenta lo convocó a Macri para una reunión, el próximo martes a las 19 horas en la Quinta Presidencial de Olivos, para hablar acerca de la transición de mandato.
Por su parte, Macri reconoció el gesto de la mandataria argentina y destacó que «fue ejemplar» el diálogo.
Los nombres para el gabinete
Mauricio Macri no hizo ayer ningún anuncio sobre su gabinete. A diferencia del oficialista Daniel Scioli, tampoco los había hecho durante la campaña, salvo contados casos y a pesar de la insistencia de la prensa en saber quién será su ministro de Economía, un dato clave por las medidas que podría llegar a implementar si se atiene a las recetas que enunciaron sus asesores en la materia. Macri pidió a los suyos no hablar del reparto de los lugares en el gabinete, pero ante la posibilidad cierta del triunfo que ayer se confirmó en las urnas los macristas y sus socios no pudieron contenerse y ya surgieron también las primeras disputas. Entre los nombres confirmados y los que se mencionan ya se puede empezar a bosquejar cómo será la primera línea de la futura administración macrista.
– Jefatura de Gabinete:
Macri confirmó durante la campaña que Marcos Peña estaría en su gabinete, sólo que a último momento le cambió el destino. Iba a ser secretario general de la Presidencia, pero finalmente irá a la Jefatura de Gabinete. Peña es hoy en día la persona de mayor confianza del líder del PRO por fuera de su grupo de amigos de la infancia. Lo acompaña como secretario general del gobierno porteño desde el comienzo de su gestión, en 2007. Licenciado en Ciencia Política, Peña fue estrechando con el correr de los años su relación con Macri, quien lo eligió como su jefe de campaña. Es quien define la comunicación del PRO en consulta con Jaime Durán Barba. Macri imaginaba para la Jefatura de Gabinete un dirigente de confianza que pudiera hablar en su nombre, con manejo político y ascendencia sobre la dirigencia del PRO. Había pensado que fuese María Eugenia Vidal quien ocupara ese puesto. Tras su inesperado triunfo en la provincia de Buenos Aires, sólo Peña calificaba para cumplir esa función clave.
– Economía:
Todas las miradas están puestas en la definición de Macri con respecto a ese ministerio. Las especulaciones son múltiples y las precisiones del líder del PRO pocas. La afirmación de que su ministro de Economía tendrá “un perfil desarrollista” hizo subir las acciones de Rogelio Frigerio, nieto del Rogelio Frigerio que acompañó al desarrollista Arturo Frondizi. Si no ocupa esa cartera, Frigerio iría a Interior o Infraestructura. De ser así Economía, podría quedar a manos del ex JP Morgan Alfonso Prat-Gay, de quienes algunos arriesgan que podría volver al Banco Central, si Macri cumple su cometido de desplazar a Alejandro Vanoli, o quedar como canciller. También tendrían algún lugar de gestión Carlos Melconian y Federico Sturzenegger, borrados de la campaña de Cambiemos luego de sus declaraciones poco taquilleras. La certeza es que en su gobierno el Ministerio de Economía no mantendrá el formato que tiene ahora porque su intención es dividirlo. Una primera opción sería dejar, por un lado, Economía y Finanzas y, por otro, Energía. Aunque también existe una propuesta de desdoblarlo en tres y crear además la cartera de Producción. De ser así, su titular podría ser Francisco Cabrera. Se trata del ministro de Desarrollo Económico porteño, quien en el coloquio de Idea del año pasado planteó que había que vender las acciones de las empresas privadas en poder de las AFJP. Para Energía, todas las miradas apuntan al ex CEO de Shell Juan José Aranguren, quien ya avisó que lograr el autoabastecimiento y alcanzar la soberanía energética no es algo importante y que se avanzará con el recorte de los subsidios a los servicios públicos.
– Educación:
Esteban Bullrich fue el primero que Macri confirmó para su gabinete y participó en casi todas las entrevistas en las que el líder del PRO se mostró con su “equipo”. Estará al frente de la misma cartera que Macri lo puso a conducir en la ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2009. Allí reemplazó a Abel Posse, a quien Macri tuvo que echar luego de que dijera que estaban “ilegítimamente encarcelados los militares que lograron el cometido de aniquilar a la guerrilla en sólo diez meses”, que los ex detenidos-desaparecidos eran un “residuo de subversivos” y que los jóvenes están “drogados y estupidizados por el rock”. Posse, a su vez, había reemplazado a Mariano Narodowski, eyectado del cargo en un intento del líder del PRO por cerrar al escándalo de espionaje de Ciro James, contratado en Educación, por el que Macri está procesado.
– Justicia: Macri también dio como confirmado a Ernesto Sanz en ese ministerio. Los radicales esperaban que Macri retribuyera con la Jefatura de Gabinete al titular del partido, que llevó a la UCR a aliarse con el PRO. Ante la decisión de Macri de no darle ese lugar, su socios empezaron a presionarlo y hoy Sanz anunciará que rechaza el ofrecimiento de asumir la cartera de Justicia. En paralelo, surgió que el saliente senador mendocino podría quedar al frente de una agencia dedicada a investigar los casos de corrupción, donde tendría mayor protagonismo. Justicia igual quedaría para un radical y por eso también se especuló con la posibilidad de que la encabece Ricardo Gil Lavedra, a quien de todos modos varios imaginan para cubrir uno de los sillones vacantes en la Corte Suprema de Justicia. Para Derechos Humanos, hoy en la órbita de Justicia, surgió el nombre de la saliente senadora cordobesa Norma Morandini.
– Interior: Es un ministerio que quieren los radicales. Aun cuando Macri no ponga allí a Frigerio porque lo deja en Economía o Infraestructura, en su entorno no creen que ceda ante la pretensión de sus socios que también aspiran a poner en el gabinete a Oscar Aguad. Algunos promueven al cordobés para Defensa.
– Transporte: La idea de Macri sería armar un ministerio específico del área, separado de Interior. Como secretario de Transporte porteño, Guillermo Dietrich fue el responsable de llevar adelante obras que el líder del PRO considera emblemáticos de su gestión: el metrobús y las ciclovías. Ahora lo llevaría consigo al gobierno nacional.
– Cancillería: Varios macristas consideran que “no es descabellado” imaginar en ese lugar a José Manuel de la Sota, una posibilidad que empezó a barajarse cuando el cordobés perdió la interna de UNA a manos de Sergio Massa. Contra lo que se especulaba, De la Sota le puso el cuerpo a la campaña del líder del Frente Renovador, aunque después de fijar la posición de UNA de cara al ballottage tras la primera vuelta bajó su nivel de exposición. Con eso se entusiasman quienes lo imaginan a cargo de las relaciones exteriores y a favor de su deseo dicen también que De la Sota está de vuelta del peronismo por lo cual podría aceptar el ofrecimiento.
– Secretaría General:
Descartado Marcos Peña, se perfilan dos candidatos. Algunos macristas apuestan sus fichas a Fernando de Andreis, el titular del Ente de Turismo porteño que ofició de jefe de campaña de Rodríguez Larreta. Otros, en cambio, no tienen dudas de que allí Macri pondrá a un hombre de su confianza que lo acompaña desde sus días como presidente de Boca: Andrés Ibarra, hoy ministro de Modernización de la ciudad.
– Secretaría de Legal y Técnica:
Pablo Clusellas es una fija para ese lugar clave, que Macri le confió también en el gobierno porteño. Especialista en asuntos jurídicos, Clusellas integra el selecto grupo de amigos del líder del PRO del colegio Cardenal Newman, en el que sobresale Nicolás Caputo. Compañero de Macri desde primer grado y heredero como él de otro imperio familiar, la constructora Caputo SA, Nicky –como lo llaman los de la cofradía del Newman– es el mejor amigo del líder del PRO, su consejero e confidente. Como ocurrió en los ocho años que Macri administró la ciudad de Buenos Aires, seguramente se dedicará a multiplicar sus negocios personales y no ocupará ningún cargo formal, pero su influencia no tendrá límites.
– Seguridad: El más mencionado para esa cartera es Guillermo Montenegro. Algunos sugirieron la posibilidad de poner en ese lugar a Eugenio Burzaco, un especialista de siempre del PRO en la materia al que Macri se vio obligado a recurrir para que condujera la Policía Metropolitana tras las bajas obligadas de quien fuera su primer jefe, Jorge “El Fino” Palacios, y su sucesor y hombre de confianza, Osvaldo Chamorro, por el caso de las escuchas ilegales. El líder el PRO, de todos modos, parece más inclinado por Montenegro, quien a propuesta de Gabriela Michetti renunció a su cargo de juez federal para sumarse al macrismo y se desempeña como ministro de Justicia y Seguridad porteño desde el primer día de gestión macrista en la ciudad de Buenos Aires. Como tal fue el máximo responsable político de la puesta en marcha de la Metropolitana y de la represión de esa fuerza en el Parque Indoamericano, el Borda y la Sala Alberdi del San Martín.
– Trabajo: Para ese ministerio circulan los nombres de Jorge Triaca y Ezequiel Sabor. Actualmente diputado, Triaca tiene a su favor los antecedentes familiares: su padre Jorge Triaca fue líder del sindicato de los plásticos, secretario general de la CGT y también ministro de Trabajo. Allí lo puso Carlos Menem en 1989 para que condujera la cartera laboral en el momento en que se conculcaron buena parte de los derechos de los trabajadores. El respaldo de Sabor es su desempeño como subsecretario de Trabajo porteño, donde se relacionó con los gremios. Para asegurarse gobernabilidad, Macri tendrá afianzar sus vínculos con los sindicatos. Sobre todo los que jugaron a su favor, como el camionero Hugo Moyano, buscarán tallar de algún modo en la designación del ministro de Trabajo.
– Salud: Es otra de las carteras que Macri tiene en carpeta para el radicalismo. El candidato más mencionado es José Cano, quien estuvo a cargo de la Comisión de Salud de la Cámara alta mientras fue senador. Odontólogo de profesión, el ahora diputado afianzó su vínculo con Macri a partir de su postulación como candidato a gobernador de Tucumán.
– Turismo:
Otro funcionario porteño que parece tener boleto al gobierno nacional es el radical Hernán Lombardi. Desde el comienzo de la gestión macrista, se desempeña como ministro de Cultura. Volvería a la administración nacional para hacerse cargo de un área que ya tuvo bajo su mando durante el gobierno de la Alianza de Fernando de la Rúa.
– Desarrollo Social: La lógica indica que allí iría Carolina Stanley, quien desempeña esa misma función en el ámbito porteño. Podría surgir otro nombre para ese ministerio si Macri accede a que le maneje esa misma área a María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires.
Minoría en el Congreso
Mauricio Macri tiene por delante el primer gran escollo a la hora de gobernar la Nación: el PRO y sus aliados de Cambiemos (UCR y CC) son minoría en el Congreso, donde el Frente para la Victoria (FpV) conserva su condición de primera minoría en Diputados –supera en bancas a toda la flamante alianza oficialista– y es mayoría con quórum propio en el Senado. Al presidente electo ya no le alcanzará con la prédica del cambio, sino que deberá construir mayorías detrás de cada iniciativa o proyecto para poder llevarlo adelante. Lejos también está la posibilidad de reeditar la endeble unidad legislativa contra el kirchnerismo en el poder que tejieron en 2009 con el Grupo A. Ahora, en una Cámara de Diputados concentrada en pocas fuerzas políticas, Cambiemos tendrá enfrente al FpV liderando la oposición que gobierna la mayoría de las provincias, un Frente Renovador que tiene aspiraciones propias para 2019, al FIT y a una coalición de Progresistas –a la que podría arrastrar– totalmente disminuida. En el Senado, su situación será peor: la alianza de gobierno tendrá apenas 16 bancas frente a 40 del FpV. Este escenario pondrá a prueba las promesas de construir consensos y respetar los principios republicanos. Por lo pronto, convencidos de que el FpV les pagará en el Parlamento con la misma moneda con que lo hicieron estos años el PRO, la UCR y la CC, rechazando cualquier iniciativa del kirchnerismo, los radicales ya alzaron su voz para anticipar que “no nos temblará el pulso para gobernar por decreto”.
Para poder sesionar y aprobar leyes se necesitan sumar voluntades, algo que Cambiemos tendrá que transpirar para conseguir en Diputados, al menos durante sus primeros dos años de gestión. Esos números necesarios en algunos casos son con mayoría simple de los presentes en la sesión y en otros con una mayoría especial igual a la mitad más uno de los integrantes de la Cámara baja, es decir 129 diputados, lo mismo que se necesita para alcanzar el quórum que habilita una sesión. El partido del futuro presidente, PRO, tendrá 41 diputados puros. Su socio principal, la UCR, contará con 40, y su aliado menor, la CC, con apenas 4. Sumados alcanzan 85 bancas, lejos de cualquier aspiración legislativa. A ellos podrían sumarse 3 del Frente Cívico Catamarqueño (UCR) y 2 aliados porteños de ECO (ex Unen). Un número todavía escaso.
Además, Macri deberá tratar de diseñar una estrategia parlamentaria que le permita mantener unido al núcleo de su alianza. Existe la posibilidad de que intente reunirlos en su solo bloque, aunque la apuesta no es fácil. Un grupo importante de los radicales prefiere el sistema de interbloque, para no diluir aún más su identidad partidaria. Por algo similar se inclinaría la CC, que hace gala de su “independencia” y hasta enfrentó al PRO en la Ciudad.
Del lado opositor se concentra el FpV, que con 98 diputados propios es la primera minoría en Diputados, 26 de los cuales pertenecen al núcleo duro cristinista de La Cámpora. Además están sus aliados, como el Frente Cívico santiagueño (6) y el monobloque del Partido Solidario, u otros que lo acompañaron estos años, y que respaldaron la candidatura de Daniel Scioli, como los neuquinos del MPN (2) o el canillita Omar Plaini.
Los 27 diputadas del massista Frente Renovador tendrán juego propio frente a la oficialista Cambiemos, que medirán en función de las aspiraciones presidenciales de su líder, que ya lanzó su campaña para 2019. A ellos se podrían sumar los 5 de la desalotista Unión por Córdoba y la entrerriana Cristina Cremer de Busti –que jugó con el massismo en la elección presidencial– y, tal vez, el monobloque chubutense que responde al gobernador Mario Das Neves. El diputado y líder renovador Sergio Massa ya comenzó a tejer sus propios acuerdos. Difundió con más pompa política que efectividad parlamentaria un encuentro con la ex candidata presidencial de Progresistas, Margarita Stolbizer, en busca de una agenda legislativa común, aunque el bloque del GEN quedó reducido a una banca. No es mejor la suerte del resto de los partidos que acompañaron a Stolbizer en Progresistas. El socialismo tendrá solo 3 diputados, ya que el único que ingresó por el frente que gobierna Santa Fe pertenece a la UCR y ya se alineó con su partido. Mientras que Victoria Donda renovó su monobloque en representación de Libres del Sur.
El bloque trotskista del FIT tiene 4 bancas y ninguna intención de acordar con Cambiemos. Los puntanos de Rodríguez Saá también conservan 4 diputados. Y hay una decena de diputados que se identifica con el PJ hasta ahora anti K, además de otros 4 monobloques.
En el Senado, los números de los representantes de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires están todavía más lejos habilitar cualquier aspiración legislativa de Cambiemos. La Cámara alta será el principal obstáculo parlamentario a las propuestas de Macri, en especial si afectan a las provincias. Allí, la mayoría corresponde al FpV, que tiene 40 senadores –quórum propio (37)–, alineados con los gobernadores peronistas de sus respectivos terruños. Más 2 de sus aliados del Frente Cívico santiagueño.
El PRO tiene 4 senadores, la UCR 10, la CC 1 y el juecismo cordobés 1: 16 en total. A ellos se podría sumar sin dificultad al santafesino Carlos Reutemann, elegido en la boleta de Cambiemos pero que mantendría su propio bloque al igual que otros 9 senadores referenciados en el peronismo hasta ahora disidente, que incluye puntanos, pampeanos, cordobeses y chubutenses. El resto de la Cámara lo completan los 2 senadores del MPN, que dividen simpatías entre el FpV y el FR, además de la única banca del GEN en representación de los bonaerenses.