El Gobierno colombiano y las Farc ofrecen sus balances a tres años del inicio de los Diálogos de paz

438

Al cumplirse tres años de negociación con las Farc, esta guerrilla y el Gobierno presentaron este jueves por separado sus balances sobre el tiempo que llevan dialogando en La Habana, y, aunque con matices, comenzaron por destacar lo logrado.

El jefe de los negociadores del Gobierno, Humberto de la Calle, dijo que se ha “avanzado como nunca antes en un proceso de paz con las Farc”. No solo resaltó los acuerdos en tres de los seis puntos de la agenda (desarrollo agrario, participación política y fin de cultivos ilícitos), sino también los avances en otros dos puntos (víctimas y fin del conflicto), y los buenos resultados del desescalamiento del conflicto.

En este sentido, De la Calle destacó la decisión de la guerrilla de iniciar un cese del fuego unilateral, que fue correspondido por el Gobierno con la suspensión de los bombardeos. Además, catalogó como “un paso gigantesco en el camino del reconocimiento de los derechos de las víctimas” el acuerdo sobre la búsqueda de desaparecidos, del 18 de octubre.

‘Es hora de terminar’

Pero De la Calle también les hizo un llamado muy claro a las Farc. Les dijo que “es hora de terminar la extorsión” y de “poner fin al dolor que sufre la población civil”. De hecho, enfatizó: “el proceso ha tomado más tiempo de lo esperado” y “ya es hora de terminar”.

Aseguró que la negociación está en la recta final y que se está ante los temas más complejos, pero que estos no se van a acordar de cualquier manera. “No se trata simplemente de llegar a un acuerdo. Se trata de llegar a un buen acuerdo, el mejor acuerdo para los colombianos”, dijo. También urgió a la guerrilla a definir por completo el acuerdo sobre justicia transicional y “los términos del cese bilateral definitivo”, temas “determinantes y que requieren la toma de decisiones políticas de gran envergadura”, según manifestó.

“Esperamos que las Farc estén a la altura de esta oportunidad y comprendan que este proceso es para terminar el conflicto y no para crear nuevos conflictos. El sistema de justicia es para asumir las responsabilidades de todos los autores de graves crímenes, para reparar a las víctimas y para promover la verdad”, dijo.

Salvedades ‘ineludibles’

Por su lado, el jefe de los negociadores de las Farc, ‘Iván Márquez’, aseguró que el compromiso de la guerrilla es conseguir la paz. Para él, los avances se sintetizan en la firma de nueve acuerdos fundamentales, tres de ellos referidos de manera directa a puntos específicos de la agenda, aunque “cada uno con salvedades ineludibles que en total suman 28”.

Dijo que desde hace año y medio están intentando cerrar un nuevo acuerdo que reivindique a las víctimas del conflicto brindándoles verdad, justicia, reparación y no repetición en condiciones de dignidad.

“Este panorama, al que se suman los pasos dados por la subcomisión técnica en el diseño de la formulación del cese bilateral del fuego y dejación de armas, es decir, su no utilización en política por la guerrilla y el Estado, muestra sin duda que las perspectivas de alcanzar un acuerdo final brillan, como nunca antes”, señaló ‘Márquez’.

Sin embargo, manifestó que “contra ello conspiran obstrucciones y desavenencias que no debieran estar instaladas como nubarrones que oscurecen la confianza construida con tanto esfuerzo”. El jefe guerrillero anotó que no es a partir de un acto legislativo o de un plebiscito “no consensuado” como se va a alcanzar la refrendación y la implementación de los acuerdos y que “no hay otro camino de solución que el de una constituyente”.

El Tiempo

Proceso de paz con las Farc cumple tres años entre esperanza y críticas

Los diálogos de paz cumplen este jueves tres años desde su inicio en La Habana, en un momento de cuenta atrás hacia la paz pero todavía pendientes de que el Gobierno y las Farc acaben de cerrar acuerdos medulares como la justicia o las condiciones para un cese al fuego bilateral.

El histórico apretón de manos entre el presidente, Juan Manuel Santos, y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Rodrigo Londoño (alias «Timochenko») el pasado 23 de septiembre en La Habana marcó un punto de inflexión en una negociación que se enfrenta a la hora de la verdad con el plazo de seis meses fijado para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado, el más longevo de América Latina.

Plazo que tiene como fecha tope el 23 de marzo de 2016 y que obliga a los negociadores del gobierno y guerrilla a intensificar esfuerzos y superar diferencias en los temas que quedan por cerrar, entre ellos el acuerdo definitivo sobre el sistema de justicia que se aplicará cuando se rubrique la paz.

En septiembre y en presencia de Santos, Timochenko y el presidente de Cuba, Raúl Castro, los negociadores firmaron un documento base sobre justicia transicional.

Este contempla una «jurisdicción especial de paz» para delitos de lesa humanidad y graves crímenes de guerra, con competencia sobre todos los actores implicados en el conflicto y que incluye beneficios para quienes reconozcan su responsabilidad.

Un avance sustancial en el que ha sido uno de los asuntos más espinosos de las conversaciones de paz, si bien quedan polémicos flecos por rematar como la concreción de la privación de libertad «en condiciones especiales» que contempla el acuerdo; las extradiciones o la forma de elección de los magistrados del tribunal especial de paz, entre otros.

La mesa de negociación tiene también entre sus tareas pendientes cerrar el acuerdo sobre las víctimas del conflicto, que incluye los componentes de verdad, reparación y garantías de no repetición.

La recta final hacia la paz se completará con el punto sobre el fin del conflicto, que contempla, entre otros aspectos, las condiciones del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo o la dejación de armas por parte de la guerrilla, que según el acuerdo sobre justicia se realizará en un plazo de 60 días después de la firma del acuerdo definitivo de paz.

Para preparar el fin del conflicto trabaja desde hace más de un año una subcomisión técnica de carácter consultivo (no es una instancia negociadora) conformada por altos mandos militares colombianos y guerrilleros de las Farc.

El proceso de paz colombiano cumple su tercer año tras doce meses complejos, en los que ha atravesado por momentos muy críticos pero en los que también se han producido avances significativos.

Las conversaciones atravesaron uno de sus peores momentos a partir de mediados de abril, tras el ataque guerrillero en el que murieron once soldados y que provocó el reinicio de los bombardeos contra campamentos de la insurgencia, el fin del alto el fuego indefinido que las Farc declararon en diciembre de 2014 y el recrudecimiento de la guerra.

Ante esa situación, Cuba y Noruega -los países garantes del proceso de paz- reclamaron en julio a las partes bajar la intensidad del conflicto y medidas para construir confianza, un llamamiento que Gobierno y guerrilla recogieron con el anuncio de un plan para agilizar acuerdos de cara a un alto el fuego bilateral y definitivo.

En el lado de los logros, además del documento sobre justicia transicional y el espaldarazo que supuso para el proceso la fotografía de Santos y Timochenko juntos en La Habana, los negociadores del Gobierno y las Farc han logrado este año dos significativos acuerdos: uno sobre desminado y otro para la búsqueda e identificación de desaparecidos durante el conflicto.

A lo largo de 2015 se ha producido además una mayor implicación y apoyo internacional a los diálogos de paz colombianos con la decisión de diversos organismos de nombrar delegados en ese proceso, como el caso de Naciones Unidas con el francés Jean Arnault o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), con el uruguayo José Bayardi.

Nombrados respectivamente en julio y agosto pasados, Bayardi y Arnault tiene como misión asistir a los negociadores de la guerrilla y el Estado colombiano en el diseño de un sistema de verificación internacional de los acuerdos para el cese definitivo de las hostilidades.

También EEUU y la Unión Europea (UE) han nombrado este año sendos enviados especiales para el proceso de paz colombiano, en concreto, Bernie Aronson y el exministro irlandés Eamon Gilmore, respectivamente.

El Heraldo

Aprobado en primer debate plebiscito por la paz

Durante más de 9 horas de discusión los parlamentarios del Centro Democrático expresaron sus preocupaciones por este mecanismo de refrendación y luego procedieron a retirarse del debate y a votación.

El ministro del interior lamentó esa conducta y se procedió a la votación del articulado que quedó de la siguiente manera

Artículo 1

El Pte, con la firma de todos los ministros, podrá someter a consideración de los colombianos el Acuerdo Final Para la terminación del Conflicto, mediante un plebiscito.

Artículo 2

Reglas especiales para este plebiscito:

1. El Presidente informa al Congreso de su intención de convocar a plebiscito y la fecha de la votación. (No puede ser superior a 4 meses desde que informe al Congreso)

2. El congreso debe pronunciarse dentro del mes siguiente. Si lo niega, debe ser por mayoría simple de cada Cámara.

3. El umbral de mayorías para el Sí o el No será del 13%.

Artículo 3

El resultado del plebiscito es vinculante.

Artículo 4

Lo que no esté previsto en la ley de plebiscito por la paz, se aplicará lo dispuesto en la ley de participación ciudadana (1757 de 2015). Es decir las reglas de juego para las campañas por el SI y el NO

Artículo 5

La propuesta de la senadora Vivianne Morales para que el gobierno haga una adecuada campaña de difusión de los acuerdos finales con las Farc en todos los medios de comunicación públicos y privados del país. Radio y Televisión cederían cinco minutos diarios en horario triple A para este efecto.

En 15 días el proyecto pasará a plenarias de senado y cámara para luego ser revisado por la corte constitucional.

Caracol

Más notas sobre el tema