Qué se juega el domingo (Argentina) – Por Mariano Beristain

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Los comicios nacionales de este domingo representan un punto de quiebre de un modelo socioeconómico que, aunque no produjo un cambio estructural en la distribución de la riqueza, sí sacó al país de la emergencia sociolaboral, recuperó el rol activo del Estado y marcó el camino del desarrollo con una base industrialista. Más allá de que el ganador de la contienda electoral sea el candidato del Frente para la Victoria (FPV) Daniel Scioli o el derechista de la alianza Cambiemos, Mauricio Macri, el presidente que asuma el 10 de diciembre pondrá en marcha un país con aristas políticas muy distintas y con ambiciones socioeconómicas, en el más optimista de los casos, mesuradas. Scioli propugna una visión neodesarrollista con márgenes de inclusión más limitados mientras que Macri encarna un proyecto neoliberal, signado por el ajuste del gasto público, la reducción del Estado y el libre albedrío al sector privado concentrado. Sería necio pensar, como imaginan algunos sectores de ultraizquierda, que es lo mismo que gane Scioli o Macri. Esa falsa dicotomía de los dos demonios pierde de vista que los procesos de destrucción del tejido social como los que impulsa Macri, a través de durísimos ajustes fiscales, devaluaciones extremas y despidos masivos, conlleva años y años de recuperación. En este dilema que enfrentan algunos de nuestros compatriotas, entre decidirse por los globos amarillos del marketing populista conservador y la visión soft del modelo K que ofrece Scioli, es relevante definir los derechos e intereses que se ponen en juego en esta elección.

Empleo e industria
Aunque algunos prefieran omitirlo, el empleo es uno de los puntos clave que no deben perderse de vista a la hora de colocar el voto en la urna. En el segundo trimestre de este año la Argentina registró una tasa de desocupación del 5,9%, el mejor registro en los últimos 28 años, desde el 5,7% de octubre de 1987. La desocupación no es un mito ni está tan lejana en el tiempo. En 2002 uno de cada cuatro argentinos en condiciones de trabajar no tenía empleo y entre los jóvenes, la mitad se encontraban desocupados. El empleo es el principal disciplinador social porque el temor al despido genera acatamiento y divide a los trabajadores. Es la única herramienta que tiene Macri para encapsular los conflictos que se produzcan cuando ponga en marcha la prometida megadevaluación del 50%, caiga abruptamente el consumo y se recorten los derechos adquiridos estos años. Sin embargo, la posible pérdida del empleo no sólo está asociada a las podas de cargos públicos sino esencialmente a la apertura irrestricta de las importaciones, una herramienta central que prevé utilizar Cambiemos para amortiguar el impacto de la devaluación en los precios. De más está decir que cuando se abren las fronteras comerciales argentinas se cierran en la misma proporción las puertas de las fábricas. El empleo es el principal activo que se discute en estas elecciones.

Paritarias y beneficios laborales
Daniel Scioli ya se expidió con respecto a la continuidad de las negociaciones paritarias para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, en cambio, la postura de los economistas vinculados a Macri aún tienen diferencias internas respecto de la continuidad de este sistema determinante a la hora de mantener el equilibrio en la distribución del ingreso entre capital y trabajo. En la década de los ’90, la flexibilización laboral menemista dejó sin efecto las paritarias y la actualización del salario mínimo, decisiones que ahondaron la inequidad. Con las dudas de Cambiemos en este punto, cuando ya reconocieron que una de las primeras medidas que piensan tomar consistirá en devaluar el peso, eliminar los subsidios a las familias, se bosqueja un escenario difícil, de conflictividad social en puerta.

Planes de consumo y vivienda
En los últimos años, el actual gobierno ha lanzado un serie de planes dirigidos a estimular el consumo con el fin de recrear una rueda que induzca a la creación de empleo, la inversión y el desarrollo de la industria local. En este segmento se ubican algunos programas como el Ahora 12, Precios Cuidados y otros fundamentales en la construcción y la industria como el Pro.Cre.Ar, que ya aportó 150 mil soluciones habitacionales. Macri anticipó que no tiene previsto continuar con estas iniciativas y que dejará las soluciones en manos del mercado.

En este mismo marco, también puede incluirse a los fines de semana largos, un incentivo que se ha mostrado idóneo para deslocalizar el gasto de las principales ciudades a las pequeñas poblaciones del interior del país, favoreciendo el desarrollo del interior más profundo a través del negocio turístico. Macri también puso en duda la continuidad de estas políticas.

Educación pública
La educación tampoco está fuera de la agenda crucial de los próximos años. Cambiemos ya anticipó que pondrá en debate la gratuidad de la educación superior, a la que hoy pueden acceder todos los argentinos y que ha sido envidia de todos los países de la región. Según consigna Aixa Ratta, integrante del grupo Geenap, las partidas presupuestarias anuales destinadas a las universidades nacionales aumentaron un 2025%, pasando de $ 1831,4 millones en el 2003 a $ 38.934,9 millones en el proyecto de presupuesto presentado en el Congreso para el 2016″.

Estabilidad
Después de tres años de marchas y contramarchas, en el último año ha comenzado un proceso importante de desaceleración de los precios fundamentalmente por la puesta en marcha de programas dirigidos a crear mecanismos de precios referenciales como Precios Cuidados. En este punto coinciden los números del IPC (nu) que mide el Indec como las consultoras privadas de Bein y Asociados e incluso el índice Congreso que miden los legisladores opositores a través de distintas consultoras. Sin embargo, la eliminación de estos programas y el fenómeno devaluatorio y la eliminación de los subsidios a los servicios públicos que hoy beneficia a las familias y a las empresas plantea serias interrogantes sobre la inflación futura de la Argentina, siempre en el hipotético caso de que Macri sea pPresidente.

Canales de comunicación alternativos
En distintas oportunidades Macri y sus allegados ha dicho que tiene pensado privatizar la TV Pública y recortar drásticamente el Presupuesto y el margen de acción de la agencia de noticias Telam, dos de los pilares informativos de los medios del interior del país. Además, Macri también adelantó que repartirá el 70% del dinero correspondiente a la pauta publicitaria del Estado entre los grandes multimedios, marginando de esta manera a aquellos medios pequeños y medianos que ofrecen una visión distinta de la realidad.

Independencia
En materia de política exterior, Mauricio Macri ya anticipó que piensa romper con el acercamiento de la Argentina con los países emergentes como China, Rusia, en pos de un alineamiento estrecho con los Estados Unidos, emulando la política de relaciones carnales que llevó adelante el canciller Guido Di Tella durante la gestión menemista. Esto le resta al país independencia de acción y margen de maniobra para llevar adelante políticas propias y lo transforma, como diría el profesor Aldo Ferrer, en un apéndice de los países centrales.

Desarrollo tecnológico
Scioli ha ratificado que en el caso de alcanzar la primera magistratura continuará con los programas de desarrollo tecnológicos como el ARSAT, entre otros. Macri, en tanto, ya dio una señal de su desinterés por la educación y la tecnología al adelantar que la muestra de Tecnópolis genera dificultades en el tránsito y que piensa borrarla del mapa. Existen infinidad de aspectos que no están tratados en estas líneas. Sin embargo, lo cierto es que este domingo los argentinos deciden mucho más que un ajuste fiscal o la simple eliminación de los subsidios, la disyuntiva consiste en continuar, con matices, el proyecto actual o retomar con más fuerza el modelo neoliberal de los ’90, marcado por una distribución regresiva del ingreso en beneficio de los sectores más concentrados de la economía. El agravante, quizá, es que si gana Macri contará con el apoyo irrestricto del establishment económico, los grandes medios de comunicación, la Corte Suprema de Justicia e incluso a un sector del gremialismo liderado por el camionero Hugo Moyano. Además, de controlar a los dos principales distritos del país: la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires. Y tendrá peso propio en el Congreso. Es decir, que de triunfar el domingo, el hijo dilecto del establishment tendría las manos libres y todo el poder concentrado para desmontar los logros políticos, económicos y sociales, conseguidos por la sociedad en todos estos años. Pero no está todo dicho, la última palabra la tienen los argentinos.

Tiempo Argentino

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