Presidente de Guatemala propondrá en la ONU la búsqueda de “nuevas rutas contra el narcotráfico”
El presidente Otto Pérez Molina disertará este jueves en el 68 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, donde propondrá la búsqueda de nuevas rutas contra el narcotráfico, justo como lo hizo hace un año en el mismo estrado, aunque esta vez Guatemala encuentra apoyo para esa iniciativa en los planteamientos de México, Colombia y Uruguay.
Desde hoy, en la sede de las Naciones Unidas, presidentes y jefes de Estado exponen los temas que le preocupan o interesan a sus países, y participan en importantes reuniones periféricas para promover diálogos y acuerdos, siempre cuidando sus intereses.
Hace un año, en las Naciones Unidas, Pérez Molina propuso –en solitario– la innovadora búsqueda de nuevas rutas contra el narcotráfico, después de que en el país planteara una discusión sobre la despenalización de las drogas, advirtiendo que Guatemala era una víctima más de la violencia generada por el tráfico de estupefacientes.
En el 2013, el Presidente guatemalteco insistirá en su iniciativa, pero ahora el panorama parece diferente; Gert Rosenthal, representante permanente de Guatemala en las Naciones Unidas, indica que la iniciativa del país en la búsqueda de nuevas rutas para el combate al narcotráfico ha sido muy apreciada, generando un debate y asociándose a otros países como México, Colombia y Uruguay.
Rosenthal indica que durante treinta años lo que se ha hecho con el combate al narcotráfico no funciona y considera que hay que buscar algo nuevo en esa materia, aunque aclara que “tampoco creemos que tenemos todas las respuestas sobre el contenido y alcance de algo nuevo, pero se quiere generar un debate”.
Según el diplomático, el debate sobre la búsqueda de nuevas rutas contra el narcotráfico se reflejará en dos ámbitos; uno es el Sistema Interamericano, pues fue el tema destacado en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que se celebró en Antigua Guatemala, pero también en las Naciones Unidas se ha programado una reunión especial de la Asamblea General para el año 2016, para abordar el tema.
El Embajador dice que este tema requiere de periodos de maduración bastante largos, de manera que Guatemala estará muy presente hasta el 2016, en tratar de introducir ideas tanto sustantivas como formales sobre la manera en que Naciones Unidas debe abordar el tema.
A criterio de Rosenthal, hay tribunas donde Guatemala promueve sus ideas, pero siempre con diplomacia y apertura. “No venimos con una actitud soberbia de que sabemos lo que hay que hacer. Sabemos lo que no funciona y tenemos propuestas para generar un debate sobre esta materia”, señala.
un año después
El año pasado México, Colombia y Guatemala invitaron a explorar nuevas vías para la lucha contra el narcotráfico, tras admitir que la solución militar no estaba dando resultado.
Los tres países enviaron una carta a la ONU poco después de la última reunión anual de la Asamblea General, en septiembre del 2012, y pidieron al organismo internacional que liderara el análisis y debate de esas nuevas rutas para combatir el tráfico de drogas.
«La organización de las Naciones Unidas debe ejercer el liderazgo que le corresponde en este esfuerzo», escribieron el entonces presidente mexicano Felipe Calderón, el colombiano Juan Manuel Santos y el guatemalteco Otto Pérez Molina.
Un año después, la ONU no ha guiado ninguna iniciativa específica e insiste en que no le corresponde ser el líder de una reforma, pero asegura que el asunto del narcotráfico será debatido en Viena en marzo del 2014 y en una sesión especial de la Asamblea General en el 2016.
Este año, el presidente de Uruguay, José Mujica, defendió su propuesta de despenalizar el consumo y venta de cannabis (marihuana) en su país, cediendo el control del sector al Estado, porque aunque se opone a ambas cosas, prefiere legalizarlas para evitar que “crezcan en las sombras» y causen mayor daño a la población.
«La marihuana es una plaga, pero el narcotráfico es mucho peor», porque «tiende a multiplicar el grado de violencia en la sociedad» y «es una enfermedad que corroe por abajo», denunció Mujica.