Prudencia diplomática – Diario El Deber, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

No es necesario advertir de la importancia que tiene la prudencia en el campo de las relaciones internacionales. Por eso las naciones forman de manera costosa a sus diplomáticos, para que se manejen con eficiencia y con el mayor cuidado en sus acciones y en sus declaraciones. Si un error de un agente diplomático puede traer ingratas consecuencias, una declaración improvisada de un mandatario, suele ser a veces irremediable.

Por esas circunstancias es muy difícil entender cómo el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia ha podido tomar partido abiertamente a favor del candidato oficialista a la presidencia de la República Argentina, en desmedro de su rival opositor. Eso ha sido inmiscuirse en asuntos de la política interna del país vecino en un momento muy inconveniente, cuando estamos a menos de diez días del balotaje que decidirá quién presidirá Argentina durante los próximos cuatro años.

“No podía creer que casi perdemos… pero ahora tenemos desquite, la segunda vuelta donde esperamos que gane Scioli”, ha dicho el jefe de Estado, desde París, al diario bonaerense Página 12. Y ha agregado –según noticias de prensa no desmentidas por el Gobierno nacional– que “habrá conflictos si Macri gana en Argentina”. Este es un asunto mayor, complejo, que merece de un tratamiento inmediato y delicado para que el presidente Morales salga airoso del problema.
Todos sabemos que la segunda vuelta en Argentina será muy disputada, pero que el favorito, en este momento, es justamente el candidato opositor. ¿Qué sucedería si Mauricio Macri es elegido nuevo presidente argentino, lo que es altamente probable? ¿Eso no ha tomado en cuenta la administración actual o nuestra Cancillería? ¿Acaso vale la pena, por una afinidad o simpatía ideológica, poner en tan incómoda situación a nuestro país?

Con Argentina hemos tenido una tradicional amistad a lo largo del tiempo y sobre cualesquiera gobiernos. Pero ahora, además de la amistad, mantenemos intereses económicos muy importantes que se deben proteger. Sin ir muy lejos, vendrán pronto las negociaciones para la venta de nuestro gas natural, donde se sabe que la fijación de precios será decisiva. Pero, además, acabamos de convertirnos en socios plenos del Mercosur, donde Argentina y Brasil son determinantes. ¿No es suficiente motivo para haber tenido, por encima de inclinaciones personales, la cautela más grande cuando se trata de referirse a la política de nuestra vecina del sur?

El Deber

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